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Se han presentado los primeros resultados del Proyecto Zoonomía, un esfuerzo asombroso, un intento de recopilación y de comparación del genoma de los seres vivos de todo el planeta. En este primer balance se ha presentado el estudio del genoma de 240 especies de mamíferos. Lo que es mucho. Pero lo que es, a la vez, poco –es, más o menos, el 4% de todos los mamíferos–. O nada –aún faltaría recolectar el ADN de las aves, los peces, los reptiles, las plantas…—. Sea como sea, los resultados son inauditos. En el estudio se observan lo que se denominan regiones altamente conservadas del genoma de las especies. Se trata de porciones del genoma que no varían entre especies, y que lo hacen muy poco entre individuos de la misma especie. Se buscaba ahí, en esa porción del genoma, la originalidad humana, lo que nos hacía diferentes al resto de las especies. Y se ha encontrado. No es una presencia. No es la posesión de mensajes de ADN diferentes, que nos convierte en los elegidos. Es una ausencia. A los humanos, sencillamente, nos faltan 10.032 piezas de ADN, que poseen el resto de mamíferos, incluidos los homínidos.
Somos mutación. Esto es azar. Carecemos de esencia u originalidad, a menos que pensemos que nuestra auténtica esencia y originalidad sea una pérdida. La pérdida, incluso. No estamos hechos a la imagen y semejanza de nadie, salvo si ese alguien está, también, abocado a la pérdida, a perderlo todo en sus desplazamientos. Nuestra especie no puede ser conservadora, pues nuestra novedad e innovación fue no conservarnos, sino perdernos, tal vez dilapidarnos. Lees los diarios, escuchas hablar de política y de naciones y, ahora, por fin entiendes por qué no entendías nada. No entendías nada porque todo eso no hablaba de nosotros. Nosotros no somos una esencia concreta y divina a defender de cambios y modificaciones. Somos cambios y modificaciones. Somos incluso el tipo de cambio y de modificación más sencillo y humilde. El olvido. La pérdida. Perder algo no es un problema intelectual, una decisión. No es más que no saber dónde dejaste algo. Somos, de hecho, lo que no sabemos dónde lo dejamos. Un animal que no sabemos dónde dejamos, de manera que dejamos de serlo.
Se han presentado los primeros resultados del Proyecto Zoonomía, un esfuerzo asombroso, un intento de recopilación y de comparación del genoma de los seres vivos de todo el planeta. En este primer balance se ha presentado el estudio del genoma de 240 especies de mamíferos. Lo que es mucho. Pero lo que es, a la...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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