1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

Documentos CTXT

“¿Cuál es la diferencia entre Ucrania y Palestina?”

Discurso del presidente de Colombia en la Asamblea General de la ONU el 19 de septiembre de 2023

Gustavo Petro 21/09/2023

<p>Gustavo Petro, durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU del 19 de septiembre de 2023. / <strong>Naciones Unidas</strong></p>

Gustavo Petro, durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU del 19 de septiembre de 2023. / Naciones Unidas

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Pasé por Santiago de Chile hace una semana –desde ahí viene mi viaje– para conmemorar los 50 años de un golpe brutal, homicida, sanguinario, contra el presidente Salvador Allende.

Luego llegué a mi país, a un barrio popular de Medellín, donde antes la mafia seducía jóvenes, para entregarles la posibilidad de aprender programación de computadores.

Luego llegué a La Habana, a un país injustamente bloqueado, al que un presidente de mi país sugirió, y lo logró, que se incluyera en la lista de países terroristas, solo porque había ayudado a hacer la paz en Colombia.

Y ahora vengo aquí, compañeras y compañeros, a leer este discurso. En este año que ha pasado desde el último discurso que di en Naciones Unida, no hemos visto sino profundizar lo que los ricos reunidos en Davos llamaron la poli crisis. 

La guerra sigue, el hambre continua, la recesión aumenta y la crisis climática ha mostrado sus dientes como nunca llevándose decenas de miles de vidas y calentando las tierras y los mares como nunca. Ha sido un año en que la humanidad ha perdido y ha avanzado sin titubeos los tiempos de la extinción.

Todas estas crisis son en realidad una. La crisis de la vida. Pareciera que la dirigencia mundial se hubiera enemistado con la vida.

El éxodo de los pueblos hacia el norte mide con exactitud la dimensión del fracaso de los gobiernos

La crisis de la vida se expresa en un indicador aterrador. Ha iniciado desde los rincones más alejados del planeta, desde los últimos lugares una marcha silenciosa de gentes de culturas diferentes que se mezclan en los caminos, como en una pintura de infinitos matices; los colores se van mezclando en una marcha incontenible, una multitud de todos los colores avanza por trochas, por mares, por selvas. Va configurando una especie de obra de arte en el lienzo de la tierra, un fluido de tonos, sonidos, de vestimentas diferentes y culturas se amalgaman sin perder sus inicios en una gran marcha del sur al norte: es el éxodo de la humanidad que ha comenzado. Hoy son decenas de millones, mañana según la ciencia, en el año 2070 habrán alcanzado tres mil millones, huyendo de sus lugares queridos porque serán inhabitables.

En mi patria, el país de la belleza: Colombia, el país de la explosión de la vida, en ese 2070 solo quedaran desiertos. Los pueblos irán al norte, ya no atraídos por las lentejuelas de la riqueza, sino por algo más simple y vital: el agua. Como desde los inicios milenarios de la humanidad, los pueblos irán a donde queda algo de agua líquida. Hacia el norte. Miles de millones que desafiarán ejércitos y cambiarán la Tierra.

El éxodo de los pueblos hacia el norte mide con exactitud la dimensión del fracaso de los gobiernos. Este año que ha pasado ha sido un tiempo de derrota de los gobiernos, de derrota de la humanidad. Ha crecido el éxodo en las fronteras.

Han puesto perros, galgos, a correr tras inmigrantes, han puesto gente a caballo a perseguir, con látigos en las manos, con cepos y cadenas, han construido cárceles, tanto han crecido en el odio al extranjero, al extraño, que las cárceles las han puesto en el mar para que no pisen los hombres y mujeres del sur las tierras de los blancos, que aún se consideran la raza superior y, nostálgicos, reviven en sus elecciones al líder que lo decía y mataba por ello a millones.

El éxodo ha crecido en este año mostrando como avanza la crisis de la vida.

Pero mientras el reloj ha avanzado en los minutos que definen la vida o la muerte en nuestro planeta, en lugar de sentarnos a detener el tiempo y dialogar sobre cómo defender la vida para después, gracias a profundizar en saberes, expandirla en el universo; decidimos perder el tiempo matándonos entre nosotros.

Se olvidaron que las razones que se expresan para defender a Zelensky son las mismas con las que se debería defender a Palestina

Para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible, hay que cesar todas las guerras. No estamos pensando en cómo expandir la vida en las estrellas sino como acabarla en nuestro planeta. Nos hemos dedicado a la guerra. Nos han convocado a la guerra.  A Latinoamérica la han llamado para entregar máquinas, hombres para ir a los campos de combate. Se olvidaron que a nuestros países los invadieron varias veces los mismos que hoy hablan de luchar contra invasiones. Se olvidaron que por petróleo invadieron a Irak, a Siria, a Libia. Se olvidaron que las razones que se expresan para defender a Zelensky son las mismas con las que se debería defender a Palestina. Se olvidaron que, para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, había que cesar todas las guerras. Pero ayudaron a prender una porque al poder mundial les convenía en sus juegos de tronos, en los juegos del hambre; y se olvidaron de acabar la otra porque al poder no le convenóa acabarla. ¿Cuál es la diferencia entre Ucrania y Palestina? ¿No es hora de acabar ambas guerras, y otras, y aprovechar el corto tiempo para construir los caminos para salvar la vida en el planeta?

Como presidente de Colombia, el país de la belleza, que un grupo dentro de la humanidad, de millones de obreros, de mujeres del barrio popular, de indígenas y negros, de gentes del campo y del martillo, de juventudes de todos los colores decidió elegir en mayoría y hacerme hablar aquí ante ustedes, les propongo acabar la guerra para tener el tiempo de salvarnos.

Les propongo que Naciones Unidas auspicie cuanto antes dos conferencias de Paz, la una sobre Ucrania, la otra sobre Palestina, no porque no haya otras guerras en el mundo, como en mi país, sino porque enseñarían hacer la paz en todas las regiones del planeta, porque ambas y solo ambas acabarían la hipocresía como práctica política, porque podríamos ser sinceros, virtud sin la cual no seremos los guerreros de la vida. 

La generación que hoy debe decidir y actuar cuanto antes para superar el enorme huracán que se ha desatado contra lo viviente, desde las oscuras pero poderosas cloacas de la codicia, del huracán del capital que solo mira la ganancia y que se ha engullido el planeta y la base misma de la existencia.

Les propongo acabar la guerra para defender la vida de la crisis climática, la madre de todas las crisis.

Esta cumbre se ha construido para evaluar las metas de los Objetivos del Desarrollo Sostenible establecidos por los gobiernos para el 2030. Pues es fácil hacer una evaluación. Esos Objetivos de Desarrollo Humano no van a ser alcanzados, estamos lejos de alcanzarlos, hemos retrocedido. A los Objetivos de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, yo los llamo más simplemente Justicia Social y Ambiental.

La Justicia Social no será alcanzada por la humanidad para el 2030, porque lo que se ha sembrado es la injusticia en el planeta.

La injusticia por volver la vacuna contra la enfermedad que mataba, un mercado, al concentrarla en los países ricos. América Latina puso el 30% de los muertos por covid cuando solo es el 6% de la población mundial. Quien dijo que la salud tenía que ser un negocio y no un derecho. Murieron centenares de miles de viejos y de gentes porque la vacuna fue una mercancía y no un bien de la humanidad.

Incumplieron su propia promesa de financiar la adaptación al cambio climático, no tienen cien mil millones de dólares para entregar a los países y defenderse de inundaciones, tormentas y huracanes, pero si los tienen en un solo día para que se maten rusos y ucranianos entre sí. 

Ahora no se necesitan cien mil millones, se necesitan tres billones de dólares para superar la crisis climática y la cuenta asciende en cada segundo de la tierra.

Los países del mayor poder de la historia de la humanidad han pasado a las drogas de la muerte: al fentanilo

Sembraron injusticias señores y por detener a campesinos cultivadores de cannabis y hoja de coca, en vez de enfrentar la soledad  en que viven las juventudes de sus propios países, los países del mayor poder económico y militar de la historia de la humanidad han pasado a las drogas de la muerte: al fentanilo.

Querían una guerra contra las drogas de la juventud rebelde que se opuso a la guerra del vietnam: la marihuana y el LSD de los hippies y terminaron por conducir a su sociedad a la droga del neoliberalismo y la competencia, la droga del yuppie de Manhattan: la cocaína, y encerraron a millones de negros y latinos en frías cárceles privatizadas, y murió un millón de latinoamericanos asesinados y se destruyeron democracias en nuestra América, nunca cogieron preso al yuppie de Manhattan, y ahora se enfrentan al gran resultado de la prohibición de las drogas: el fentanilo que ya no mata 4.000 sino 100.000 jóvenes al año en los EEUU.

Sembraron injusticias, señores, la peor de todas condenar a la humanidad a la guerra.

Por eso hoy el balance de la justicia social en el mundo es tan malo. El problema es que este no era un asunto de socialistas, de progresistas, sino que era un asunto en donde se iba el tiempo de la vida en el planeta.

Les propongo, como presidente del país de la belleza, para recuperar el tiempo perdido dos simples cosas: acabar la guerra y reformar el sistema financiero mundial.

De las conferencias de paz de Ucrania y Palestina, debemos salir a construir una reforma que ya debatimos allá en la selva amazónica donde el rio más grande de la tierra, que ha cruzado la selva más grande de la tierra, se junta con el mar, y la discutimos en Brasilia. 

Y fuimos hasta Kenia a juntarnos con los hermanos pueblos del África negra, de donde venimos en tiempo de otra de las grandes injusticias del poder: la esclavitud, y nos fuimos a Paris, para ver si aun multitudes gritan por la libertad, la igualdad y la fraternidad, y fuimos a Washington a hablar con el presidente y mirar si volvemos a encontrarnos los pueblos del norte con los del sur de las Américas, recordando que antaño, hace más de dos siglos nos encontramos en la historia para hablar de libertad, de igualdad y de República. 

Y hablamos en todos los tonos sobre ir a la raíz del problema de la crisis climática, y a su solución. Si el capitalismo fósil no tiene financiación, morirá. Duros serán sus estertores, pero es necesario para que exista una humanidad y una naturaleza y una vida.

Habrá que financiar el capitalismo descarbonizado, pero, desde ya sabemos, que el capital verde se moverá solo donde haya ganancia, esa es su ley, y es estrecho su marco para abarcar la descarbonización de todo el mundo. 

Se equivocan quienes desde los gobiernos y el poder aún creen que la crisis climática, la de la vida se superará con algunos créditos a “bon marché”, ilusos proponen que los países de la tierra que ya están sobre endeudados por la enfermedad y la codicia puedan adquirir más créditos para superar un problema que solo las chimeneas del norte produjeron. No se puede superar la crisis de la vida, la mega crisis con más endeudamiento.

La mega crisis de la vida se resuelve con una democracia que alcance el nivel global

La financiación de la vida, el fluido de medicamentos que debe ser introducido en las venas de las economías y sociedades del mundo para acometer el reto de dejar el carbón y el petróleo debajo de la tierra, en sus lugares que son las verdaderas venas de la tierra como Roberto Cobaría, el indígena u’wa, le decía al mundo hace 30 años; sacar el petróleo, decía, era sacar la sangre de la tierra y por ello la vida moriría. 

La mayoría de la inversión para descarbonizar la economía del mundo provendrá de los fondos públicos, del esfuerzo de las sociedades, de juntar los estados para juntar la humanidad, que ahora llaman el multilateralismo, de gobernar la tierra con la mirada de la democracia y no con la mirada del imperio. Los imperios no sirven para salvar la vida sino para desatar las guerras. La mega crisis de la vida se resuelve con una democracia que alcance el nivel global. Una democracia más profunda que no debe temer a articular los estados y las sociedades y planificar el gran Plan Marshall de la revitalización del planeta.

El mercado nos ayudará algo, pero no se le puede pedir soluciones a un mecanismo que se queda sin humanidad cuando fue este mecanismo el que produjo el problema. Fondos privados sí, pero serán limitados por su propia lógica; el esfuerzo a hacer vendrá de los fondos públicos y estos están hoy debilitados por la deuda.

La gran batalla de nuestra generación: defender la vida para nuestros hijos y nietos solo se puede financiar a cabalidad desde lo público, desde lo de todos y todas. 

Quizás a muchos no les guste, pero que resuene de nuevo el eco de lo público, del estado, de la humanidad, del multilateralismo, es decir que resuene la palabra cambio porque para salvar la vida es fundamental.

Salvar la vida requiere una época de cambio, y es urgente. Cambio y vida hoy son sinónimos. Hoy las juventudes de todos los colores para poder vivir deben levantar las banderas del cambio, de la transformación, de una nueva humanidad.

La economía descarbonizada será, no lo dudo, una economía más humana y justa

Es la democracia, no los autoritarismos que cada vez se parecen más a los nazis. Es la democracia mundial, es el planificar, es la potencia de los estados esta vez encarados no frente a la guerra sino hacia los planes de vida. Planificar la transición hacia la economía descarbonizada y financiarla. La economía descarbonizada será, no lo dudo, una economía más humana y justa.

Por eso este presidente del país de la belleza les propone reformar el sistema financiero mundial, el FMI, la banca multilateral, acabar los bloqueos económicos y guiar los fondos del capital privado.

Quiero que mis nietos, que hoy son bebés, puedan vivir alejados del apocalipsis y de los tiempos de la extinción

Si se reduce la deuda de todos los países, pagándoles a los dueños de la deuda sus acreencias, con una emisión del FMI de Derechos Especiales de Giro, habrá un descenso de la deuda pública mundial y un incremento real de los presupuestos y fondos públicos. Así podremos financiar el Plan Marshall por los Objetivos del Desarrollo Sostenible, la justicia social y ambiental en el planeta, el plan para superar, mitigando y adaptando, la crisis climática que es la crisis de la vida.

Es revivir a Keynes globalmente después de su olvido. El viejo sabio ya lo decía, y a otros sabios anteriores a él e igualmente olvidados que lo habían expresado en la profundidad de las ideas.

Qué bonito horizonte en medio de la tempestad y las oscuridades del hoy, horizonte que sabe a esperanza. 

El objetivo de la vida y de la justicia se alcanza por los caminos de la democracia global y de la revalorización de lo público, de lo común, se alcanza por el camino de lo de todos y de todas.

Quiero que mis nietos que hoy son bebés: Luna, Victoria y Luka, puedan vivir alejados del apocalipsis y de los tiempos de la extinción, quiero que vivan en los tiempos en donde el ser humano supo dejar de matarse en el planeta y logró, entendiéndose en su propia diversidad de las culturas, cumplir su misión: expandir el virus de la vida por las estrellas del universo.  

Gracias, muy amables.

Pasé por Santiago de Chile hace una semana –desde ahí viene mi viaje– para conmemorar los 50 años de un golpe brutal, homicida, sanguinario, contra el presidente Salvador Allende.

Luego llegué a mi país, a un barrio popular de Medellín, donde antes la mafia seducía jóvenes, para entregarles la posibilidad...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Gustavo Petro

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí