Agonizaba el partido en Salerno y a España se le iban dos puntos importantes en el camino por clasificarse para los Juegos Olímpicos de París. Italia se relamía con el empate que estaba a punto de sacar ante las campeonas del mundo, pero la película nos reservaba la mejor sorpresa para el final. La portera transalpina rechazaba un disparo de Alexia, el balón quedaba suelto y aparecía ella, Jenni Hermoso, para rematar a la red y dar la victoria a la selección. Después de haber pasado algunas de las semanas más difíciles de su vida, el destino le debía una alegría y en su vuelta al equipo nacional le ha pagado parte de esa deuda. Qué menos para una mujer que ha dado tanto a su deporte. Justicia poética se dice en estos casos.

El estilo de juego y la calidad de las futbolistas españolas provoca que el guion de sus partidos sea siempre parecido. Y más ante equipos que son y se sienten inferiores a las nuestras. Posesión de balón, combinaciones en terreno contrario, desequilibrio de las defensas con basculaciones de una banda a otra, presión alta tras pérdida… Ante este plan, la mayoría de los rivales optan por refugiarse en defensa, acumular jugadoras, cerrar espacios y dificultar lo máximo posible los ataques. Italia, que además está iniciando una nueva etapa con cambio reciente de seleccionador, fue a lo fácil y apostó por un típico catenaccio tan ligado a su cultura futbolística, componiendo una línea de cinco atrás con la esperanza de montar una contra o aprovechar una jugada a balón parado para generar peligro.

Italia apostó por un catenaccio con la esperanza de montar una contra o aprovechar una jugada a balón parado

Nunca es fácil ganar a Italia en su país en ningún deporte. Con su tradicional competitividad y espíritu de lucha, logran igualar muchas veces una teórica inferioridad técnica o táctica. Que se lo digan a la selección femenina, que nunca había logrado vencer en terreno transalpino. La cosa podría haber sido cómoda para las nuestras si hubieran logrado trasladar al marcador su gran inicio de encuentro. En los primeros cinco minutos habían rematado tres veces, entre ellas una de Mariona con todo a favor en la que el balón se le fue alto y otra tras una preciosa acción de Aitana, con dos recortes incluidos en el área, siendo su disparo desviado de forma inverosímil a córner por la guardameta.

Italia apenas salía de su parcela, pero la primera vez que lo hizo forzó un córner y casi le sale su objetivo inicial. El remate de Linari en el segundo palo obligó a la guardameta española Cata Coll a estirarse para desviar el balón. Sería su única intervención hasta casi el final. Mientras en el otro lado del campo, España lo seguía intentando con protagonismo para Esther, que recuperaba su puesto en la punta de ataque tras su ausencia en la pasada ventana de compromisos internacionales, pero uno de sus remates lo detuvo Giuliani y el otro se marchó cerca del palo.

La previsible próxima Balón de Oro (el lunes es la gala), Aitana Bonmatí, nos dejó un precioso quiebro a una rival en el área tocando el balón con las dos piernas en un rápido movimiento que culminó con un disparo que una defensa desvió a córner. La belleza de la acción hubiera merecido que acabara en gol. A partir de entonces, España bajó un punto su intensidad y la velocidad de balón e Italia vivió unos últimos 10 minutos de la primera parte relativamente plácidos. El dominio seguía siendo español, pero ya sin generar ocasiones de peligro.

La seleccionadora Montse Tomé buscó dar nuevos bríos al ataque español y para la segunda parte introdujo dos cambios. Retiró a Lucía y a Mariona y dio entrada a Athenea y a Salma Paralluelo, que en su primera intervención casi marca, pero no contactó bien con el balón en el área, rematando con la puntera desviado en una clara ocasión delante de la portera.

Al ver que pasaba el tiempo y España no lograba abrir el marcador, la zaga italiana redoblaba esfuerzos, cerrando todas las vías de penetración hacia su portería. Las españolas pecaban de querer entrar por el centro de la defensa echando mano de su calidad en las combinaciones, con Alexia haciendo de pivote cerca de la media luna, pero siempre había una pierna o un cuerpo que cortaba o rechazaba los intentos. Quizá habría sido necesario buscar algún disparo desde lejos o más internadas por banda. El dominio era absoluto por parte de las españolas, pero ya no se generaba ese torrente de ocasiones del inicio del encuentro.

Jenni Hermoso saltó al césped en el minuto 67 entre los aplausos del público, tanto del español como del italiano

Era el momento de la máxima goleadora en la historia de la selección, Jenni Hermoso, que saltó al césped en el minuto 67 entre los aplausos del público presente en el estadio, tanto del español como del italiano. La atacante se puso como referente en punta, desplazando a Salma a la banda izquierda para intentar romper a la defensa con su velocidad y verticalidad. Costó, parecía que no iba a dar sus frutos, pero cerca ya del final, en el minuto 88, la idea funcionó. Salma se internó, dio un pase raso al área que, tras el disparo de Alexia y la intervención de Giulani, Jenni mandó a la red. Era su gol 52 en los 106 partidos que ha disputado con España. Casi nada. Seguro que éste lo recordará con especial cariño.

Todo lo que no había hecho Italia en ataque lo buscó a la desesperada en el añadido del partido y a punto estuvo de encontrar un premio excesivo en una oportunidad de Giacinti que desbarató Cata con una buena parada. 

 La victoria reafirma la condición de líder de grupo de España en la Liga de Naciones con tres victorias en tres partidos. El martes, visita a Suiza en una nueva parada de un camino que debe culminar con la presencia de las campeonas mundiales en París el próximo verano. Otra oportunidad para disfrutar de un equipo que sigue haciendo historia, fuera y dentro del campo.