BENGALAS DESPUÉS DEL FIN
El tiempo de la descivilización
La palabra paz es de la familia de bienestar. Son palabras en desguace, como la esperanza. Materia de chiste en la cháchara neoliberal
Manuel Rivas 21/10/2023
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Sabía mantener la firmeza, lo que llaman la moral de combate, y sus soldados lo respetaban no por miedo sino porque ante ellos encarnaba, como decía Conrad del piloto de El corazón de las tinieblas, todo aquello en lo que se podía confiar. Pero también se cuenta que, en la intimidad, y en época de guerra, Isaac Rabin rumiaba el dolor y podía sufrir hasta la angustia. Este sentimiento no es excepcional en un militar. Al contrario, quien no se desentiende de las causas y los efectos escucha los lamentos que esconde el estruendo de las armas y nunca caerá en el fanatismo del “hooligan”, ni en la victoria ni en la retirada. “La excelencia suprema”, dice Sun Tzu en El arte de la guerra, “consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar”.
--- 0 ---
La razón de ser del buen militar, al servicio de la sociedad y de su seguridad, no sería la excitación destructiva sino la capacidad disuasoria. Al contrario, el mejor hombre de armas es un profesional de la paz. Y ese es el sentido profundo, civilizatorio, contrario al ardor guerrero, de la sentencia clásica: Si Vis Pacem Para Bellum. Amputada por la historia, se ha quedado en siniestra marca comercial: Parabellum. La paz no es negocio porque la paz es necesaria. El gran negocio es vender lo que no es necesario.
--- 0 ---
La palabra paz es de la familia de bienestar. Son palabras en desguace, como la esperanza. Materia de chiste en la cháchara neoliberal. En el dilema “Comunidad o caos”, se ha ido imponiendo el negocio diversificado del caos, donde la violencia es una plusvalía que encarece el producto. En el turbocapitalismo ha resurgido la industria bélica y una carrera armamentística cuyo negocio es un punto de no retorno, el mundo como campo de batalla. En el dominio del capitalismo impaciente, la suma de codicia y velocidad, el negocio es el malestar. Se trata de privatizar cada derecho, convirtiéndolo en un nicho de negocio: la salud, la educación… Y desde luego, la seguridad. Las urbanizaciones de ciudades apacibles explotadas por una adictiva industria del miedo. Alarmas, casa a casa. Las radios nos despiertan cada día con el cornetín de Securitas Direct. Toque a toque, una banda sonora del pánico, la música ambiental del estado del malestar.
--- 0 ---
Milei puede ser un paradigma del triunfo de la política del caos. El cénit del carisma incívico. Algo que encandila a una parte considerable de los medios de comunicación actuales, que también han experimentado la descivilización para equipararse con los antiguos “mentideros” de la Corte, donde se vendían y compraban bulos, difamaciones y rumores a granel. Eran lugares donde hacían fortuna vejaministas y bocazas, que ahora pululan por tertulias y chácharas. No hay palabras para definirlo, al Milei, porque su estrellato, esperemos que fugaz, se sustenta en el desguace de los lexemas solidarios. Una palabra gallega que debería internacionalizarse es “perrencha” (rabieta). Ese es el núcleo de la política del caos, y ese es el discurso de Milei: ¡La perrencha! Dicen de él que es anarco-conservador y otras giladas para darle sentido al de la motosierra, cuando el medio es el mensaje, es decir, la motosierra. De marca Domingo Cavallo. El privatizador corrupto de la época Menem. Eso es lo que tenemos que saber de Milei, y lo que Milei quiere que se sepa: “Cavallo, el mejor ministro de Economía de Argentina”. Si pudieran, privatizarían el aire que respiramos. Todo se andará. Por lo de pronto, jaleado por jóvenes pueriles, machos y pijos, este es el revolucionario programa Milei a modo de resumen: “¡Caca, culo, pis y dólar!”.
--- 0 ---
Marte era el dios romano de la guerra. El Señor de Hierro. Pero tenía debilidad por Minerva, la diosa de la sabiduría, la civilización, las artes. En la guerra, se suelen celebrar las victorias con una alegría aplastante y embriagadora, mientras el vencido carga con la penalidad, cuando no es humillado y destruido, incluso más allá de la muerte. En Troya, Aquiles, a quien tenemos por espejo de héroe, llevado por el odio, se ensaña con los despojos del vencido Héctor. Y la Asamblea de Dioses, la conciencia, diríamos, se lo reprocha con dureza. El odio se transforma en pena. Por eso es timbre de gloria, frente a la jactancia, que un general vencedor lo que de verdad sienta es la llamada “pena de Marte”.
--- 0 ---
La “pena de Marte” fue tal vez lo que sintió Isaac Rabin, cuando el “hombre de armas” decidió ejercer de “hombre de paz”. Muy joven, fue un héroe de la guerra de Independencia en 1948. Netanyahu, con los ultras y fanáticos que le rodean, consiguió que la Knéset aprobase una ley que define Israel como el Estado nación del pueblo judío. La conversión en una “etnocracia”. En los principios de la Declaración de Independencia, y ese era el espíritu de Rabin y los judíos que apostaron entonces su vida, se decía sobre el nuevo Estado: “Completa igualdad de derechos políticos y sociales a todos sus habitantes sin diferencia de creo, raza o sexo, (…) libertad de culto, conciencia, idioma, educación y cultura”. Y a esos principios se remitieron en los últimos años los cientos de asociaciones y centenares de miles de israelíes que se rebelaron en las calles contra la descivilización que supone el mandato de la derecha ultra y expulsiva. Entre las personas que protestaron, se encontraban gran cantidad de reservistas, oficiales y jefes militares, también de Inteligencia, conscientes de la desinteligencia en el estado de cosas. El estado de malestar permanente como búmeran
--- 0 ---
En España, no conozco a nadie que apoye a Hamás. Además de la violencia criminal, es inaceptable la pretensión de destruir el Estado de Israel. Tampoco a Hamás y a la Yihad Islámica les gusta hablar de paz. Utilizando a Hamás, y otras giladas y estupefacientes, lo que pretende la extremada derecha española es importar la política del caos. Ni paz, ni bienestar, ni diversidad. Un estado de malestar permanente.
--- 0 ---
– Y tú, ¿de qué parte estás, que te veo muy callado?
– Yo soy pacifista.
– Sí, ya. Pero, ¿pacifista pro israelí o pacifista pro palestino?
--- 0 ---
¿Cómo ha sido posible este retroceso en Oriente Próximo? En 1993 se inició un proceso de paz que, por vez primera, tenía bases firmes. Isaac Rabin, primer ministro laborista de Israel, y Yasser Arafat, líder de la primera fuerza palestina, la OLP, se dieron la mano. Los dos, hombres “de armas”, daban el paso más valiente: prepararse para la paz y el mutuo reconocimiento. El 4 de noviembre de 1995, en Tel Aviv, en un acto cultural a favor del proceso de paz, Isaac Rabin dijo: “Fui hombre de armas durante 27 años. Mientras no había oportunidad para la paz, se desarrollaron múltiples guerras. Hoy, estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la paz, gran oportunidad”. Minutos después, Rabin caía abatido a tiros por un fanático ultra. Ahora sabemos que el asesino no era, por desgracia, un bicho raro.
Pasado el tiempo, en este tiempo de descivilización, extraños y conmovedores resultan Isaac Rabin y Yasser Arafat dándose la mano. En sus rostros, en sus miradas, la inteligencia piadosa de la pena de Marte.
Sabía mantener la firmeza, lo que llaman la moral de combate, y sus soldados lo respetaban no por miedo sino porque ante ellos encarnaba, como decía Conrad del piloto de El corazón de las tinieblas, todo aquello en lo que se podía confiar. Pero también se cuenta que, en la intimidad, y en época de guerra, Isaac...
Autor >
Manuel Rivas
Es escritor y periodista. Premio Nacional de Narrativa por su libro de relatos “¿Qué me quieres amor?”. Su última obra publicada es “La tierra oculta” (Alfaguara, 2023). Es co-director de la revista mensual en lengua gallega "Luzes".
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí