Cerramos la serie negando todo lo dicho hasta ahora. El carnaval gaditano como hecho cultural inmarcesible no tiene descripción ni pedagogía ni análisis perpetuos y cuando los tiene viene alguien y los rompe. La creatividad carnavalesca, como no podía ser de otra manera, también se adentra en el surrealismo, en el esperpento, en el dadaísmo, en el sinsentido o en lo grotesco y en nuevos estilos y maneras que solo tienen cabida dentro del propio carnaval gaditano. Aquí un ejemplo.

El Cuarteto de Sagasta 56 solo actúa los dos domingos de carnaval, de día y siempre en la misma casapuerta. Sin pretensiones, con un tipo que parodia el chovinismo de La Caleta al que solo cambian cada año lo que se ponen en la cabeza. Que van de Universo caletero, pues se ponen un globo terráqueo; que van de Paraíso caletero, se ponen una palmera; que van de Reflejo caletero, pues se ponen un espejo, y así cada año. Esa actitud de no seguir ninguna norma o de crear su propio carnaval es una manera de poner en entredicho cualquier restricción que se le quiera poner a la creatividad de una fiesta que consiste precisamente en eso, en no constreñirse con reglamentos.

Si Cádiz puede presumir de ciudad creativa no es porque tenga una identidad especial sino porque cuenta con una herramienta que pone en acto el talento potencial que todo el mundo tiene, en Cádiz o en Palencia. Ese es el gran regalo que el carnaval le hace a la ciudad y ese es el gran regalo que los carnavaleros le hacen a su público. Insisto: y gratis. Como muestra, este talentoso cuarteto.

Nombre: Aires Caleteros

Autoría: La agrupación

Modalidad: Chirigota ilegal

Tipo de copla: Tanda de cuplés

Y si queréis leer un artículo de CTXT relacionado con el tema, aquí os dejamos este fragmento de una pieza escrita por Paco Cano:

Si el arzobispo de Toledo quiere aumentar su listado de irreverentes zurdos y pelirrojos, puede darse una vuelta por el sur del sur español cada febrero y enriquecerá sustancialmente su colección. Si hay un olvido central en el catálogo de heterodoxos de Menéndez Pelayo son los autores carnavaleros gaditanos. Y autoras. Si existe una herramienta ciudadana de rebeldía, de expresión valiente y capaz de construir pensamiento crítico –y autocrítico– es un pasodoble o un cuplé de carnaval. Si a algo le temen los políticos locales y, cada vez más los nacionales, es a la ironía y al sarcasmo hiriente de una cuarteta…

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