Gran reportaje
“Les digo a mis hijos que la ropa es nueva porque ellos no la habían tenido, pero es de otros niños”
Uno de cada cuatro menores sufre pobreza en España, el tercer país de la UE en exclusión infantil, por detrás de Rumanía y Bulgaria. Entre las causas: difícil acceso a la vivienda, desigualdad y escasez de políticas públicas
José Santos 13/02/2024
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
“Vivimos como podemos. Si me sale fregar las escaleras de un bloque, friego y ya tengo ese día para comer”. Jessica, de 31 años, y madre soltera de dos menores de trece y diez años, detalla cómo es vivir en una casa que sufre pobreza en Córdoba.
Según la edición 2023 de los Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE), enmarcados en el proyecto europeo Urban Audit sobre las condiciones de vida en las ciudades de la Unión Europea y recogido en el Portal de Transparencia de la Administración General del Estado, en esta provincia se encuentran tres de los quince barrios más pobres de España. Uno de ellos, Las Palmeras, donde viven actualmente Jessica y sus dos hijos.
Son muchas las familias en nuestro país que tienen que luchar con una situación similar. Según un informe publicado por Innocenti, la oficina de investigación de Unicef, la tasa de pobreza entre los niños españoles aumentó desde 2014 hasta 2021 en comparación con el resto de países de la UE.
En datos de 2023, España se ha situado como el tercer país de la Unión Europea con la mayor tasa de pobreza infantil, con un 33%, solo por detrás de Rumanía (42%) y Bulgaria (34%), según recoge Eurostat Statistics Explained en el informe “Children at risk of poverty or social exclusion”.
La vida de Jessica y su familia cambió radicalmente cuando sufrieron un desahucio en 2019 y se vieron obligados a mudarse al barrio de Las Palmeras, abandonando el barrio donde había crecido y en el que vive toda su familia. “Nunca te llegas a acostumbrar a un barrio con tanta suciedad y conflictos”, explica Jessica. “Mis hijos lo llevan muy mal y me gustaría irme de aquí”, añade.
Además, la familia de Jessica sufre otra interseccionalidad: la pertenencia al Pueblo Gitano. Según fuentes del Departamento de Inclusión Social de la Fundación Secretariado Gitano, en España hay unos 185.553 menores gitanos y gitanas. En relación a la infancia gitana, son los tres ámbitos que preocupan en el desarrollo de la vida de niños como los hijos de Jessica: la situación de exclusión social y pobreza; la desigualdad educativa y la discriminación que sufre la comunidad gitana. Esto, según la Fundación Secretariado Gitano, provoca que más de la mitad (54%) de las personas gitanas y 100.198 menores gitanos se encuentren en situación de pobreza severa.
Los factores que explican la pobreza infantil son, según el responsable de Políticas de Infancia en Unicef, Gabriel González, “los altos niveles de desempleo, la desigualdad respecto a países de nuestro entorno y la carencia de políticas públicas”. “No se ha desarrollado adecuadamente la protección social de la infancia, ni por volumen, ni por presupuesto, ni por enfoque”, resume González. Y continúa diciendo que, “los factores que explican que la pobreza afecte de una manera más directa a los menores de edad vienen dados por la dependencia económica de terceros al no tener ingresos propios”.
Muchos países de la Unión Europea han corregido esta desigualdad a través de políticas públicas y poniendo en el centro a los menores. Sin embargo, según plantea González “los niños se olvidan en las propuestas políticas y procesos electorales porque no votan”.
Los altos niveles de desempleo y la precariedad laboral son una de las causas de la pobreza infantil, dependiendo directamente de la comunidad autónoma o localidad de residencia. “Los tipos de empleo son uno de los condicionantes de la pobreza infantil y eso marca la diferencia entre comunidades autónomas”, explica González. Extremadura, Canarias y Andalucía lideran el ránking como las comunidades autónomas con mayor porcentaje de pobreza infantil, donde los empleos están condicionados por el turismo y la actividad agrícola.
Por su parte, Débora Quiroga, doctora en Sociología y técnica de Incidencia en Pobreza Infantil en Plataforma de Infancia (España), señala la insuficiencia de las prestaciones públicas. “Las prestaciones sociales solo alcanzaron al 8% de los menores en pobreza”, detalla Quiroga. Como consecuencia, “solo lograron reducir la tasa de pobreza infantil en 7,5 puntos, mientras que la media europea está en los 14 puntos”.
Las desgravaciones del IRPF, que suponen el 60% de las ayudas a las familias, no llegan a aquellas con mayores niveles de pobreza
La familia de Jessica aún no ha recibido ninguna prestación como el Ingreso Mínimo Vital. “No entiendo por qué nunca he podido cobrarla, creo que cumplo con los requisitos”, relata ella sobre la dificultad de acceder a estas prestaciones y las trabas que se encuentra. Otro de los factores que señala Quiroga es la “poca capacidad redistributiva por parte del sistema fiscal”. Esto se explica con las desgravaciones fiscales del IRPF, que suponen el 60% de las ayudas a las familias, pero que no llegan a las familias con mayores niveles de pobreza.
Sobre(vivir) con pobreza infantil
El riesgo de pobreza infantil es un indicador relativo que mide la desigualdad, pero no mide la pobreza absoluta, sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la sociedad. Sin embargo, uno de los conceptos a tener en cuenta para entender cómo viven los menores que sufren pobreza es la carencia material o social severa, según detalla la Encuesta de Condiciones de Vida 2022. Se considera que un hogar se encuentra en una situación de carencia material y social severa cuando: no puede ir de vacaciones; permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; mantener la vivienda a una temperatura adecuada; afrontar gastos imprevistos; retrasos en los pagos; disponer de un automóvil o sustituir muebles viejos o estropeados.
Jessica confirma que sufre casi todas estas situaciones. “Nunca hemos ido de vacaciones, ni podemos permitirnos hacer actividades de ocio. Mis hijos sufren cuando ven que sus compañeros se van de vacaciones y ellos no pueden ir ni un día a la piscina en verano”, confiesa.
Por otro lado, se considera que una persona vive en carencia material o social severa cuando: no puede permitirse sustituir ropa estropeada por otra nueva; tener dos pares de zapatos en buenas condiciones; reunirse con amigos o familia para tomar algo; participar en actividades de ocio o tener conexión a Internet. Respecto a estas cuestiones, Jessica explica que no puede permitirse comprar ropa nueva a sus hijos. “Les digo que la ropa que les doy es nueva porque ellos nunca la habían tenido, pero realmente es de otros niños”. Tampoco pueden participar en actividades de ocio, “nos solemos quedar en casa viendo una película”, cuenta.
El desafío de llegar a fin de mes
Todas estas cuestiones hacen que Jessica y sus dos hijos vean imposible llegar a final de mes. “La Iglesia me da comida una vez al mes”, comenta ella.
Según el Departamento de Inclusión Social de la Fundación Secretariado Gitano, el nivel educativo de las personas gitanas está por debajo del conjunto de la población, ya que seis de cada diez jóvenes gitanos y gitanas no terminan la ESO. Jessica teme que sus hijos sean parte de esas cifras y que pasen por la misma situación educativa que ella: “A la mayor le está costando adaptarse al instituto y el niño ya ha repetido un curso estando en Primaria. Me gustaría que mis hijos continuasen con sus estudios, pero a veces no tenemos los recursos”.
Además, con el auge de la digitalización, los hogares se enfrentan a nuevas amenazas: disponer de conectividad y de recursos y dispositivos digitales. Según la Fundación Secretariado Gitano, el conjunto de la sociedad dispone de dispositivos digitales de uso educativo en un 83,7% de los casos, mientras que en las familias gitanas solo en un 43,4%.
Según datos de la Fundación Secretariado Gitano, solo el 43,4% de las familias gitanas dispone de dispositivos digitales de uso educativo
Los hijos de Jessica acuden dos veces a la semana a realizar actividades en una asociación en la que tienen acceso a internet y dispositivos digitales. “En casa no tenemos wifi y ahora casi todo lo que les piden es por internet y por el ordenador”, lamenta Jessica.
“La pobreza tiene un impacto terrible en la vida de los menores y en las expectativas que tienen las familias en ellos. Si no tienes para comprar los libros a tus hijos, no te planteas que puedan matricularse en estudios superiores”, explica González. Por su parte, Quiroga afirma que “hay que garantizar el acceso al comedor escolar a todos los menores en situación de pobreza; aumentar el gasto público en becas y ayudas al estudio; y adoptar un Plan Estatal de Inclusión Educativa contra todas las formas de segregación”.
Pobreza y salud
El barrio de Las Palmeras, con una ubicación a las afueras de la ciudad y unos servicios limitados, hace que Jessica sufra cada vez que sus hijos enferman. “El centro de salud del barrio solo atiende urgencias por la mañana”, relata. “Cuando mis niños se ponen malos, dependo de que alguien me lleve porque yo no tengo coche”.
Ante esta situación, González, denuncia que “en la salud, importa más el código postal que el código genético. La atención a la salud, junto a las políticas de vivienda, es clave, ya que el entorno donde vives afecta a tu estado de salud”.
Quiroga puntualiza que respecto a esta cuestión “es necesaria la gratuidad de la salud bucodental y oftalmológicas para menores en situación de vulnerabilidad y que se implemente una estrategia de salud mental”.
Además de la salud, Quiroga y González coinciden en que los principales aspectos para mejorar esta situación son el diseño de políticas públicas de protección social para reducir la pobreza infantil teniendo en cuenta las diversidades de las familias y la mejora en el acceso a las prestaciones universales para que estas lleguen a todos los menores que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Jessica concluye relatando que las pasadas navidades le llamaron para trabajar en un restaurante unas horas extras: “Al menos voy a tener para comprarles los Reyes a mis niños”. Su mayor deseo es “darle un mejor futuro a mis hijos”. Para ello, “tendría que salir de este barrio y me pondría a buscar empleo y a estudiar para animar a mis hijos a que continuasen con sus estudios. Aquí no vamos a tener las mismas oportunidades”.
“Vivimos como podemos. Si me sale fregar las escaleras de un bloque, friego y ya tengo ese día para comer”. Jessica, de 31 años, y madre soltera de dos menores de trece y diez años, detalla cómo es vivir en una casa que sufre pobreza en Córdoba.
Según la edición 2023 de los Indicadores Urbanos del...
Autor >
José Santos
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí