1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

STEVEN GREENHOUSE / PERIODISTA

“Biden es el presidente más prosindical de la historia de Estados Unidos”

Sebastiaan Faber Ohio (EEUU) , 9/03/2024

<p>Steven Greenhouse. / <strong>Michael Lionstar</strong></p>

Steven Greenhouse. / Michael Lionstar

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

“Los militantes de este sindicato están deseando elegir a un líder que esté dispuesto a luchar”, sentenció Shawn Fain en un debate en línea con Ray Curry, el entonces presidente del poderoso sindicato de los Trabajadores del Automóvil (United Auto Workers o UAW). “Es hora de que demos un toque de atención a la patronal: nuestros militantes merecen un trato más justo y haremos lo que haga falta para conseguirlo”.

Fain, un electricista de 55 años afincado en Detroit, había quedado como el único rival de Curry en la ronda final de las primeras elecciones directas para la presidencia en la historia del sindicato, que fue fundado en 1935 y tiene casi un millón de miembros. El debate se celebró el 12 de enero de 2023; concluido el recuento, a finales de marzo, Fain fue declarado ganador, por un 0,4 por ciento. 

El cara a cara, que tuvo intercambios muy duros, fue moderado por Steven Greenhouse, un periodista veterano del New York Times. “¿Qué impresión le dejó Fain?” le pregunté cuando hablé con él a finales de febrero. “Bueno”, me contestó, “me pareció que decía lo que había que decir. Tenía toda la razón al criticar a la cúpula sindical por haber hecho demasiadas concesiones a las empresas. Pero también recuerdo sentir cierto escepticismo. Una cosa es formular las cosas bien; otra diferente es convertirlas en acción”.

Poco más de un año después, cabe decir que Fain ha despejado estas dudas. Es más, ha superado todas las expectativas. En lo que lleva de presidente, ha conseguido una serie de aplastantes victorias sobre los tres mayores fabricantes de coches (los llamados Big Three) mediante una movilización masiva –tan atrevida como calculada– de la única arma real que tienen los obreros: la huelga. Al mismo tiempo, Fain ha implementado un nivel inaudito de transparencia y democracia internas, adoptando, además, un discurso que combina las referencias bíblicas con una radicalidad que en Estados Unidos resulta poco menos que blasfema. “No creo que los milmillonarios deban existir”, dijo, por ejemplo, en una entrevista televisiva en octubre. “Ninguna persona necesita tanto dinero. Creo que es inhumano”. Desde entonces, el mensaje se ha convertido en un meme y Fain lo repite cada vez que puede. “Unos 26.000 millonarios poseen la misma riqueza que la mitad de la humanidad”, señaló en la Universidad de Harvard hace unas semanas. “Esa opulencia se acumula a expensas de millones de otras personas. Por eso carecemos de una sanidad y unos salarios decentes”.

El renovado vigor del movimiento sindical que encarna Fain está teniendo un impacto que trasciende las relaciones laborales. En las elecciones presidenciales de noviembre –que nadie duda estarán muy disputadas–, los sindicatos pueden tener un papel clave para impedir que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. Y la UAW de Fain no es el único sindicato que se está poniendo las pilas. El mundo sindical norteamericano entero –desde guionistas y maestros hasta camareros y repartidores– está regresando a niveles de actividad, influencia y prestigio que no ha tenido desde los años sesenta. 

Steven Greenhouse (Long Island, Nueva York, 1951) trabajó más de 30 años en el New York Times cubriendo el mundo del trabajo, hasta que en 2014 se acogió a un ERE. Cinco años después, publicó un libro que narra la historia de las luchas sindicales en Estados Unidos, Beaten Down, Worked Up: The Past, Present, and Future of American Labor (Castigados, indignados: el pasado, presente y futuro del movimiento obrero en EE.UU.) Hoy, sigue reportando sobre la actualidad sindical en medios como The GuardianThe American Prospect In These Times.

Solo un diez por ciento de las y los trabajadores estadounidenses están sindicalizados

¿Qué es lo primero que debería saber un público español sobre los sindicatos norteamericanos?

Que el movimiento obrero norteamericano quizá sea el más débil de todo el mundo industrializado. Solo un diez por ciento de las y los trabajadores estadounidenses están sindicalizados. En el sector privado, esa tasa baja a un seis por ciento. El panorama aquí, por tanto, es incomparable con el de muchos países europeos, donde estas cifras ascienden a un 70 o hasta un 90 por ciento. A pesar de esa debilidad numérica, sin embargo, los sindicatos históricamente han logrado atraer bastante atención y ejercer una influencia mayor de lo que podría pensarse en base a su tamaño. Y más cuando contaba con líderes carismáticos como John L. Lewis, el gran Walter Reuther o incluso Jimmy Hoffa, el presidente de los Teamsters, que tuvo muchos defectos, pero era un gran orador. Ese liderazgo carismático le ha faltado al movimiento en décadas más recientes.

Hasta hace poco.

Exactamente. Hoy tenemos a Sarah Nelson, la carismática y brillante presidente del sindicato de las azafatas (AFA-CWA); D. Taylor, que lidera el sindicato de los trabajadores del sector hotelero y textil, UNITE HERE; Mary Kay Henry, que transformó el de los trabajadores del servicio, SEIU; o Fran Drescher, que dirige el sindicato de los actores del cine y de la televisión.

Y acaba de incorporarse a ese elenco de líderes visionarios Shawn Fain.

Es importante que surgiera de un sector disidente de la UAW. Como candidato, prometió ser más militante, más duro con los Big Three. Y ha cumplido. Mucha gente pensó que no iba a poder. Pero fue impresionante la forma en que organizó las huelgas y se comunicó con la militancia, los medios y el público. Hasta logró que Biden, un presidente en funciones, se uniera a un piquete, algo nunca visto en la historia de este país. Y consiguió para sus militantes subidas salariales de un 25 por ciento, a lo largo de cuatro años; mejoras sustanciales en las pensiones; y garantías de ajustes por la inflación. El sindicato llevaba 25 años sin lograr nada parecido.

Y la UAW no es un sindicato cualquiera.

No es el más grande del país, pero desde que se fundara en la década de los treinta ha sido uno de los más poderosos e icónicos. En los años de la posguerra, bajo el liderazgo de Walter Reuther, sus negociaciones resultaron en subidas salariales y otros beneficios que no tardaron en expandirse por todo el sector industrial. Ayudaron nada menos que a formar la clase media norteamericana. Todo aquello empezó a decaer con la entrada en el mercado americano de los coches alemanes y japoneses, en los años setenta, cuando una UAW debilitada se vio obligada a hacer grandes concesiones a la patronal. Hoy, la sensación es que estamos viendo el regreso de la legendaria UAW de antes. No es casual que Fain saliera retratado en la portada de Business Week, la revista más importante del mundo empresarial. La patronal se ha dado por enterada. Sabe que tendrá que lidiar con él.

Es evidente que el progreso no es posible sin individuos carismáticos o visionarios. Pero estos no surgen de la nada. ¿Qué circunstancias han hecho posible que haya surgido una figura así?

Permíteme otro excurso histórico. Hace un siglo, en los años veinte, los sindicatos estaban débiles, pero salieron muy reforzados de la Gran Depresión, las políticas de Franklin Roosevelt y la Segunda Guerra Mundial. Después, en los años cincuenta y sesenta, se empezaron a burocratizar y a ensimismar. Para los ochenta, se encontraban a la defensiva, obligados a hacer grandes concesiones. Y en la crisis de 2008, cuando las empresas automovilísticas estaban al borde de la bancarrota, la UAW hizo más concesiones todavía, que acabaron enfadando y desanimando a sus militantes. 

Y después en la misma UAW hubo un escándalo de corrupción.

Fue la gota que colmó el vaso. En 2019, se descubrió que la cúpula sindical malversó millones de dólares. Desde luego, la corrupción no es nada nuevo en el mundo sindical de este país. Pero la UAW siempre se había visto como un sindicato limpio. Cuando varios expresidentes acabaron condenados a penas de cárcel, en 2022, el Departamento de Justicia acordó con el sindicato que se pasara a un sistema de elecciones directas para elegir a sus líderes. Sin ese cambio, Fain nunca habría llegado a la presidencia. De hecho, estaba más bien marginado por su actitud crítica. 

No hay un país industrial más antisindical que Estados Unidos

Al mismo tiempo, también el clima nacional ha ido cambiando.

En efecto, en estos últimos años hemos visto mucho más activismo obrero, impulsado por varios factores: la rampante desigualdad económica; la inflación; los abusos que sufrieron millones de obreros durante la pandemia, cuando los llamados “trabajadores esenciales” fueron obligados a arriesgar sus vidas y muchos acabaron muriéndose… Además, muchos jóvenes hoy tienen una actitud diferente hacia el trabajo que las generaciones anteriores. Las dos campañas presidenciales de Bernie Sanders tuvieron un gran impacto. La UAW y otros sindicatos también han ido incorporando a trabajadores del sector universitario, que son relativamente progresistas, si no radicales, y que están ansiosos por democratizar y agilizar la estructura de la organización.

Si los años ochenta iniciaron un ciclo vicioso para el movimiento sindical, parece que hoy estamos entrando en un ciclo virtuoso. Quiero decir que los éxitos de la UAW y otros sindicatos ya están inspirando a otros grupos de trabajadores a seguir su ejemplo. 

La UAW, de hecho, es muy ambiciosa. Fíjate que, en las últimas décadas, las empresas automovilísticas –incluidas las extranjeras como BMW, Mercedes Benz, Volkswagen, Honda y Toyota– han construido muchas fábricas en el sur del país, que es más conservador y tiene políticas laborales bastante más regresivas. Fain ya ha dicho que su próximo objetivo es sindicalizar esas fábricas. 

Todo un reto.

Claro, porque para sindicalizar una fábrica en este país no solo hace falta que más del 50 por ciento de una plantilla vote a favor. Además, una decisión de la Corte Suprema prohibió la presencia de organizadores en las fábricas –ni siquiera para dejar propaganda en los parabrisas–. Al mismo tiempo, los gerentes pueden someter a sus obreros a una cantidad ilimitada de propaganda antisindical. Es una situación totalmente injusta que recuerda a las elecciones en el antiguo bloque comunista. En fin, como comprenderás, si la UAW logra establecerse en alguna de esas fábricas del sur, se verá como otra gran victoria.

A las empresas les sale mucho más barato violar la ley que tolerar a los sindicatos

Cuando hablé con la sindicalista Karen Nussbaum, me dijo que una fatal debilidad del movimiento obrero estadounidense es que la federación apenas pinta nada. Cada sindicato vela casi exclusivamente por sus propios intereses y va a su aire.

Así es. La federación principal es la AFL-CIO (American Federation of Labor, Congress of Industrial Organizations), que representa a nueve o diez millones de militantes. Ahora bien, Estados Unidos cuenta con 160 millones de trabajadores. Estamos hablando de una parte mínima. El sindicato más grande del país es un sindicato de maestros, la National Education Association (NEA), de tres millones de miembros. Pero la NEA no está en la AFL-CIO. Ni tampoco lo está el segundo más grande, la SEIU, de los trabajadores de servicios. Por tanto, hay muy poca coordinación y la federación cuenta con pocos recursos. Esto solo podría cambiar si los sindicatos más poderosos decidieran juntar fuerzas y apoyar a la federación.

En su libro, explica que hay otros grandes obstáculos, algunos legales. 

En los años ochenta, cuando yo trabajaba como corresponsal económico del New York Times en París, me sorprendió ver que las patronales europeas valoraban a los sindicatos como participantes legítimos en el diálogo social. Esto en Estados Unidos nunca ha sido el caso. Muchas empresas los ven casi como cucarachas: molestias que hay que erradicar. No hay un país industrial más antisindical que Estados Unidos. 

¿Cuáles son los problemas de la ley vigente?

Aunque todos los obreros del país tienen derecho a la sindicalización, la ley no dicta multa alguna para las empresas que violan ese derecho. Te doy un ejemplo. En los últimos años, los trabajadores de unas 400 sucursales de Starbucks han decidido sindicalizarse. Cuando la empresa, acto seguido, procedió a cerrar algunas de esas mismas sucursales, despidiendo a los trabajadores, el Consejo Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) sentenció que esos despidos eran ilegales. Pero no podía multar a Starbucks. En casos así, a lo sumo, la empresa puede verse obligada a pagarles parte del sueldo a los trabajadores despedidos. Eso es todo. Por tanto, a las empresas les sale mucho más barato violar la ley que tolerar a los sindicatos. Todos los intentos por cambiar la ley –y ha habido muchos: cuando Lyndon Johnson, Jimmy Carter, Bill Clinton, Barack Obama y ahora de nuevo con Biden– se han topado con la amenaza del filibusterismmo de los republicanos en el Senado. No importa lo que los sondeos indiquen sobre la opinión pública sobre los sindicatos, que hoy está en el nivel más alto de los últimos cincuenta años. A fin de cuentas, los republicanos a lo que obedecen es a los deseos de la patronal. 

Los trabajadores de Starbucks están considerando llamar a un boicot nacional o incluso internacional

En un artículo reciente, usted describe cómo algunas de estas grandes empresas cuyos empleados votaron a favor de la sindicalización bloquean las negociaciones durante años, dejando a los trabajadores sin nuevos contratos.

Es el caso de Starbucks. Es otra debilidad de la ley: no hay forma de obligar a las empresas a negociar de buena fe. Entonces, los sindicatos tienen que recurrir a otras estrategias, como los boicots. De hecho, los trabajadores de Starbucks están considerando llamar a un boicot nacional o incluso internacional. Aquí en Estados Unidos, los estudiantes de unas 25 universidades están llamando a expulsar a Starbucks de sus campus. 

[Un día después de nuestra conversación, Starbucks y el sindicato anunciaron que la empresa está dispuesta a conversar sobre un marco de diálogo para avanzar en la negociación. Aunque muchos sindicalistas ven este cambio de postura como un punto de inflexión importante, Greenhouse confesó que es escéptico.] 

Hablemos de las elecciones presidenciales que se avecinan. Durante muchos años, el Partido Demócrata dio por descontado el voto sindical. En las elecciones de 2016, donde Trump ganó, no solo se sintió la pérdida de poder de los sindicatos, sino que muchos militantes abandonaron a los demócratas. ¿Qué papel jugarán los sindicatos en noviembre?

Quiero dejar algo claro: Trump no es ningún amigo de los sindicatos. Todo lo contrario. Es verdad que en los últimos veinte años, ha habido votantes blancos de la clase obrera que se han pasado al Partido Republicano, en gran parte gracias a las guerras culturales, que es un campo que conoce muy bien a Trump. Si en años recientes las cúpulas sindicales han sido más cuidadosas a la hora de tomar partido ha sido por miedo a enajenar al 40 o 45 por ciento de su militancia que votaba a los republicanos, pero también porque se duelen de que los demócratas tomaran su apoyo por descontado. 

¿Cuál es la actitud de líderes nuevos como Shawn Fain?

Fain ha sido muy inteligente. Dijo que no apoyaría a nadie hasta que viera alguna prueba de solidaridad concreta. Y logró que Biden se uniera al piquete, mientras que Trump dio un discurso en una fábrica no sindicalizada, ante personas que fingían ser militantes sindicales. 

Algunos dicen que Biden es el presidente más prosindicato de la historia de este país. 

Estoy de acuerdo. Es verdad que Roosevelt avanzó en la causa obrera; pero en cierto modo lo tenía fácil porque controlaba a dos terceras partes de ambas cámaras del Congreso. Biden no tiene ese control. Pero su entusiasmo por la causa sindical me parece más genuino. Recordemos que invirtió miles de millones de dólares en proyectos de infraestructura que crearon muchos puestos de trabajo sindicalizados.

¿Los sindicatos sabrán devolverle esos favores?

Ya lo creo. Harán todo lo posible por educar a sus militantes y movilizar el voto obrero. Se hacen cargo de lo que una victoria de Trump tiene de amenaza para su causa. Todo el mundo sabe que Trump pide favores sin devolverlos y que solo le preocupan sus propios intereses. Y a pesar de la debilidad del movimiento sindical en muchas zonas del país, sigue teniendo bastante fuerza en varios de los estados que serán clave en noviembre, incluidos Wisconsin, Michigan, Pensilvania y Nevada.

“Los militantes de este sindicato están deseando elegir a un líder que esté dispuesto a luchar”, sentenció Shawn Fain en un debate en línea con Ray Curry, el entonces presidente del poderoso...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Sebastiaan Faber

Profesor de Estudios Hispánicos en Oberlin College. Es autor de numerosos libros, el último de ellos 'Exhuming Franco: Spain's second transition'

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí