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Por venir de un esfuerzo tremendo apenas 63 horas antes; por tener que reservar a algunos de los titulares habituales para el decisivo del próximo martes en Champions; por enfrentarse a un equipo que es la revelación de la temporada; por remontar a un rival al que nadie en lo que llevamos de Liga había conseguido darle la vuelta al marcador cuando se ponía en ventaja. Sí, por todo eso tiene mucho mérito la victoria conseguida por el Atleti ante el Girona, que le permite asentarse en los puestos de Liga de Campeones. A falta de un juego excelso, los colchoneros tiraron de otras cualidades imprescindibles: compromiso, entrega, resiliencia y saber aprovechar los regalos que les dieron.
Llamó mucho la atención que Simeone decidiera cambia el esquema por primera vez en esta campaña, pasando al 4-4-2. Puede que fuera casualidad o que los atléticos estén demasiado hechos al habitual 5-3-2, pero lo cierto es que la apuesta no funcionó. Entre otras cosas porque los primeros intentos locales de ir a presionar al campo rival, imitando lo sucedido ante el Borussia, no dieron su fruto. Con un buen posicionamiento en el campo y con apoyos en corto precisos, el Girona encontró rápido el premio. En el minuto 3 realizaron los de Michel una brillante salida desde atrás haciendo llegar el balón a Savinho, que con su velocidad se recorrió medio campo sin que ningún rojiblanco pudiera frenarle. Cerca de la frontal combinó con Herrera que a su vez metió el balón al área, donde Yan Couto lo cruzó raso para que Dovbyk rematara solo a gol.
Durante unos cuantos minutos más el Girona siguió explotando la fórmula, sobre todo aprovechándose de la rapidez de Savinho. Otra contra suya no encontró por poco el remate de Dovbyk en el área, en una jugada que acabó con un disparo lejano de Blind que paró Oblak. Poco después fue Solis el que probó suerte desde la frontal y tuvo que despejar Hermoso cerca del poste. En la otra portería, al Atleti le costaba generar peligro. Riquelme y De Paul lo probaron con disparos desde fuera del área que salieron desviados. Griezmann retrasaba su posición para ayudar en la creación, pero eso hacía que Correa fuera muchas veces un islote entre la defensa visitante. El Atleti no encontraba la fórmula y además se desquiciaba con varias faltas no señaladas por De Burgos Bengoetxea.
Viendo las dificultades de su equipo, el Cholo, que vio amarilla por protestar al colegiado, decidió deshacer el plan inicial y retomó la línea de cinco atrás, pasando Riquelme de interior diestro a carrilero izquierdo. Cierto es que no sirvió para generar mucho ofensivamente con inmediatez, pero, por lo menos, frenó las rápidas salidas de los catalanes desde atrás. A eso también contribuyó que el Atleti mejorara algo su presión, pero lo cierto es que el Girona apenas sufría en defensa.
Una acción inesperada en el minuto 34 deshizo el nudo que ahogaba el partido para los del Metropolitano. Griezmann lanzó una falta al área donde Hermoso remató de cabeza y el balón fue cortado con el brazo en alto por Miguel Gutiérrez, que había quedado desequilibrado en su salto. Penalti claro que transformó Griezmann con un gran disparo raso pegado al palo. Alivio para el sofoco atlético.
Saúl sufrió un esguince en su tobillo y no pudo seguir. La normal es que hubiera salido otro centrocampista en su lugar, pero Simeone decidió sacar a Morata para dar más mordiente al ataque de su equipo y liberar a Correa, encerrado entre tanto defensa. El final de la primera parte dio para mucho. Primero por una internada de Savinho que, al entrar en el área grande, cayó al césped tras chocar con Reinildo, que fue al cruce. ¿Penalti? Así lo reclamó vehemente Michel durante el partido y después de que acabara. Si no se pitó fue porque tanto el árbitro como el VAR consideraron que la acción del defensa rojiblanco no era suficiente como para pitar la pena máxima. Si lo hubiera señalado, tampoco se hubiera podido llevar nadie las manos a la cabeza.
El Atleti iba a culminar la remontada justo antes del descanso. Morata hizo el esfuerzo de correr a por un balón que se iba por la línea de fondo, evitó que se fuera sobre la misma raya haciendo una ruleta con la pelota y a continuación metió un gran pase al área donde Correa se coló entre dos defensores para rematar de cabeza y poner el 2-1. Parecía mucho premio para los locales teniendo en cuenta lo que se había visto en los primeros 45 minutos, pero el partido estaba donde querían.
El jarro de agua fría para los gerundenses se convirtió en un iceberg cuando, al poco de iniciarse la segunda parte, un centro de De Paul lo despejó mal Solís, haciendo que el balón saliera hacia su propia portería justo donde estaba Griezmann, que en el pico del área pequeña disparó fuerte con su pierna derecha mandando el balón a la red tras tocar el larguero. Nada pudo hacer Gazzaniga. El 3-1 parecía acercar mucho la victoria para los colchoneros.
Tuvo la oportunidad el Girona de meterse de lleno en el encuentro si poco después Dvobyk hubiera acertado una oportunidad clarísima, muy parecida a la que logró el tanto catalán. Se quedó solo en el área pequeña y remató fuera un centro-chut raso de Herrera.
El Atleti se metió atrás, acusando el desgaste del partido anterior de Champions y, aunque cedió el balón al rival, resistió su dominio sin apenas sufrir. Tan solo un par de disparos de Aleix García y Yangel Herrera hicieron trabajar a Oblak. Simeone fue haciendo relevos paulatinamente, dando descanso a Griezmann, Riquelme y poco después a De Paul, entrando, Lino, Llorente y Azpilicueta. Michel buscó más soluciones en ataque dando entrada a Portu y más tarde a Stuani, pero a los de Montilivi les faltaron ideas y frescura para poder cambiar el marcador. Tuvo incluso el Atleti alguna ocasión clara para haber agrandado la diferencia, pero ni Nahuel, disparando fuera con Gazzaniga desplazado de la portería, ni Morata, con un tiro cruzado en el área pequeña que mandó al lateral de la red, acertaron.
El Atleti sacó adelante una batalla entre la guerra de la eliminatoria europea contra el Borussia que es oxígeno puro. Por su lucha para quedar entre los cuatro primeros de la Liga y por la gran e ilusionante cita del próximo martes, a la que llega con moral, confianza y el ánimo que recibió de su hinchada una vez acabado el encuentro. El Girona quiere vivir lo mismo el próximo año.
Por venir de un esfuerzo tremendo apenas 63 horas antes; por tener que reservar a algunos de los titulares habituales para el decisivo del próximo martes en Champions; por enfrentarse a un equipo que es la revelación de la temporada; por remontar a un rival al que nadie en lo que llevamos de Liga había conseguido...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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