1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Añoranza activa

15M: actualidad de un ‘fantasma’

Trece años después, ninguno de los anhelos de este movimiento se ha materializado y la izquierda está en descomposición. Una salida posible es retomar las preguntas, volver a los problemas, reformular las promesas incumplidas

Amador Fernández-Savater / Ernesto García López 14/05/2024

<p><em>Contra, desde, hacia, para...</em> / <strong>Acacio Puig</strong></p>

Contra, desde, hacia, para... / Acacio Puig

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

En cada cosa hay un fantasma oculto
Nuestro trabajo, ¿no es un exorcismo,
una respuesta al desafío oscuro?
Enrique Lihn (Kafka)

Sería demasiado fácil, ahora que se vuelven a levantar por todas partes acampadas de protesta, ya sea contra el genocidio en Gaza o contra el ecocidio en las islas Canarias, señalar ahí la herencia actual del movimiento de las plazas de 2011 o del 15M en particular; afirmar la continuidad de un impulso de movimiento a partir de la persistencia de una práctica, de una técnica, de una serie de gestos.

Sin desestimarla, nosotros preferimos ahora pensar la actualidad del 15M como la insistencia de una serie de preguntas, de problemas no resueltos, de posibilidades históricas incumplidas. En definitiva, como la presencia de una ausencia: el 15M como espectro, como fantasma.

Hauntología

La “hauntología” (ciencia de lo fantasmagórico) fue un término acuñado por el filósofo Jacques Derrida para referirse a la misteriosa continuidad espectral de la obra de Marx tras la caída del Muro de Berlín. Algo que se da por muerto sigue, sin embargo, acechando el presente con incómodas preguntas. Sus enemigos sienten sudores fríos aparentemente ya sin motivo (“comunismo o libertad”), mientras sus simpatizantes se esfuerzan en convocar al fantasma de vuelta.

Antes de Derrida, otros pensadores en la órbita de la Escuela de Frankfurt, como los alemanes Walter Benjamin o Herbert Marcuse, señalaban que todo presente político está asediado siempre por fantasmas del pasado que lo acechan e incomodan, sin dejarle dormir en paz los sueños de un “final de la Historia”. Son los fantasmas de todas las potencialidades de cambio que en la historia han sido, derrotadas y refrenadas –muchas veces a sangre y fuego– pero no por ello desaparecidas.

En el siglo XXI, ha sido el pensador británico Mark Fisher –ya fallecido– quien más ha insistido en convocar a los espectros contra los presentes que se cierran sobre sí mismos de modo autocomplaciente: los fantasmas de todo lo que pudo ser y no fue, de los fracasos revolucionarios y sus promesas incumplidas, de esa memoria herida que trae una y otra vez recuerdos de otra vida posible, por fuera de esa que nos propone el mercado.

Si la melancolía según nos enseña Freud nos fija a algo que fue y ya no es, congelándonos en la repetición de un pasado falsificado e idealizado, la nostalgia por el contrario es la añoranza activa de un posible, de una experiencia vivida que trata de regresar y reactivarse en el presente. Como la nostalgia por la infancia, por un amor, por una aventura del pasado. No nos convoca a repetir, sino a traducir, recrear, reinventar.

La figura del fantasma nos habla de una latencia subterránea, invisible y difícil de percibir pero efectiva. La latencia de una serie de preguntas, problemas y desafíos pendientes. Esa latencia nos conduce, no al lamento quejoso por lo que hubo y ya no hay (el Partido, la Organización, la Clase Obrera), sino a la exigencia de detectar y encender las brasas de la historia, para reabrir de nuevo el presente hacia un futuro desconocido.

Los cinco mensajes del fantasma

¿De qué nos puede servir convocar e interrogar hoy al fantasma del 15M? Puede sugerirnos vías de salida posibles a algunas trampas políticas en las que estamos encerrados. Sugerencias, no recetas. El fantasma siempre habla de forma encriptada y nos exige un esfuerzo activo de interpretación, de recreación, de traducción.

En concreto, pensamos en cinco trampas políticas que asfixian hoy lo posible, cinco “alternativas infernales” en palabras de Isabelle Stengers, cinco binarismos o dicotomías fatales que estrangulan la acción y la imaginación, la subversión del presente.

En primer lugar, la trampa de las identidades solipsistas. En las identidades se coagula la sangre por donde manan las heridas de nuestra modernidad, el problema con ellas no es otro que esa coagulación. ¿Qué significa esto?

El fantasma del 15M nos trae imágenes de una lógica compositiva y transversal, dirigida no tanto a jerarquizar o borrar las heridas, como a buscar mecanismos de encuentro

La “herida del poder colonial” da como resultado una respuesta antirracista, indígena y decolonial que pugna por existir frente al olvido y la violencia. La “herida heteropatriarcal” engendra una potencia feminista/queer dispuesta a recategorizar lo vivo y las formas de vida. La “herida de clase” sigue ofreciendo a los cuerpos un canal fértil para experimentar disposiciones anticapitalistas. La “herida ecológica” incuba un nuevo imaginario capaz de empujar nuestra conciencia más allá del antropoceno.

Estas heridas manan sangre de manera inevitable y necesaria, un flujo dinámico de respuestas e imaginarios frente a la pedagogía de la crueldad. El problema es que la sangre se coagule en forma de trinchera y dogma, imposibilitando el encuentro con el otro, jerarquizando los daños, frenando la configuración de un flujo común de rechazo y transformación. En ese caso las identidades se vuelven solipsistas, jaulas del pensamiento y la acción, identidades identitarias.

El fantasma del 15M nos trae imágenes de una lógica compositiva y transversal, dirigida no tanto a jerarquizar o borrar las heridas, como a buscar mecanismos de encuentro, presencia común y alianza estratégica entre ellas; nos devuelve la interrogación por la composición entre diferencias, por la alianza entre extraños, como la única posibilidad de que algo se mueva, de que el suelo del poder tiemble.

En segundo lugar, la trampa del Estado-nación como único modo de tejer la convivencia entre territorios. Nacionalismo español versus nacionalismo catalán, pero ambos con los mismos problemas de esencialización de la identidad, de ocultación de las desigualdades, de centralización y expulsión de la diferencia.

En paralelo a esta, otra brecha territorial se ha abierto durante los últimos años. La hipertrofia de las metrópolis frente a la España Vaciada. Lo urbano frente a lo rural, con las tractoradas de agricultores ocupando las grandes ciudades como resultado del hartazgo, del malestar y el abandono secular al que han estado sometidos ciertos territorios y mundos desde la década de los sesenta.

El fantasma del 15M nos trae imágenes distintas para pensar todo esto. Fulguraciones y vislumbres de otros posibles. La solidaridad entre las plazas, por ejemplo. La activación de la protesta en Madrid cuando la acampada de Barcelona fue desalojada brutalmente (“¡Barcelona, no estás sola!”). Las decenas de ciudades y pueblos de todos los tamaños conectados a una misma inteligencia colectiva, desde Granada a León pasando por Cáceres, Murcia, Valencia, Cádiz, Sevilla, Zaragoza. Los lazos de cooperación y solidaridad interterritorial para articular movimientos como el de vivienda (la PAH, Stop Desahucios), las Mareas Ciudadanas, las Marchas de la Dignidad, con sus diferentes columnas procedentes de las distintas geografías del país.

Estas otras imágenes nos hablan de una articulación diferente de lo territorial. Otra forma de reconstruir los lazos sin negar las adscripciones locales, las historicidades culturales y lingüísticas, políticas y geográficas, ni las legítimas demandas de independencia y autonomía, sino buscando, frente a un neoliberalismo feroz que jerarquiza territorios e instala fronteras a su conveniencia, un frente de auxilio mutuo, una lógica compositiva de emancipación, una concepción emancipadora de la inter-dependencia a la que el mundo actual nos convoca.

En tercer lugar, la trampa de la alternativa entre lo público y lo común. Según los modos progresistas de pensar más convencionales, la defensa de lo público agota todas las posibilidades de la acción política, así la opción de lo común se ve con desconfianza: “cómplice del neoliberalismo”, etc.

Se puede tener el Estado y no disponer del poder. Se puede controlar el BOE y no necesariamente cambiar de manera radical la vida de la gente

¿Cuántas veces hemos escuchado desde 2015 que el objetivo era tomar el Estado porque ahí se juega la verdadera batalla del poder? ¿Cuántas veces se nos ha dicho que controlando el Estado se podía cambiar, de manera profunda, la vida de la gente?

La realidad durante estos años, sin embargo, nos ha devuelto una imagen más compleja. Se puede tener el Estado y no disponer del poder. Se puede controlar el BOE y no necesariamente cambiar de manera radical la vida de la gente. Se puede estar en el gobierno y no ser capaz de embridar el empuje de las élites que buscan condicionar buena parte de la vida social, económica y cultural del país.

El espectro del 15M nos habla de una posibilidad de hibridación (tensa, compleja, no garantizada) entre lo público y lo común. Si recordamos aquellos años de política callejera encontraremos que se buscó conectar, poner en sintonía, las luchas por la defensa de lo público (ahí estaban las Mareas para demostrarlo) junto a la producción de nuevos comunes por fuera de las lógicas burocrático-representativas (huertos urbanos, cooperativas integrales, okupaciones, centros sociales, asambleas barriales, etc.).

También es posible defender lo público desde lo común, defender lo público reinventándolo, radicalizándolo y profundizándolo, abriéndolo a más capas de participación de los usuarios, a experimentos de gestión ciudadana, de una vida política más allá de los partidos y los políticos profesionales. Es la promesa que aupó a tantas candidaturas municipalistas al poder, una promesa que no se pudo mantener y que precipitó después su caída.

En cuarto lugar, la trampa de la alternativa entre masividad y radicalidad. Por un lado, los pequeños grupos en los que se encarna la diferencia cualitativa, la promesa de una vida distinta, el ejemplo práctico de otro hacer. Por otro lado, los movimientos de masas, capaces sólo de demandar cambios cuantitativos, en una lógica de delegación y representación.

El fantasma del 15M nos trae nuevamente otros recuerdos. La gente común se volvía un poco “anarquista”, tomando iniciativas en nombre propio, encontrándose con otros para hacer, poniéndose en marcha. A la vez, los “anarquistas” salían de sus guetos homogéneos y autocomplacientes, para dialogar con sus vecinos y vecinas en pie de igualdad, sin lecciones que dar sino en un aprendizaje recíproco.

Las consignas más radicales, aquellas que tocan el corazón de nuestro sistema político (“lo llaman democracia y no lo es”, “no nos representan”), eran coreadas por miles en las calles y sostenidas por millones en las encuestas. Se cortocircuitó así la falsa alternativa entre verdades radicales de pequeños grupos y conformismo de masas.

El clima 15M atravesaba incluso, con sus afectos alegres de iniciativa y cooperación, el mismo espacio comunicativo, las redes sociales y los medios mainstream. Hoy esto parece imposible, las redes sociales se han vuelto pasto de las pasiones tristes de la acusación y el resentimiento hacia el otro, pero el 15M muestra que una atmósfera afectiva puede cambiar y torcer el destino de los instrumentos más banales y cotidianos.

Los medios mainstream hablaban del 15M y esto, lejos de integrarlo o recuperarlo, lo propagaba, lo expandía, lo extendía. No existía tanto el miedo a ser “manipulados”, como la confianza en la propia fuerza de contagio. Es posible que la comunicación extienda las resonancias de un movimiento, cuando esta se impregna de territorios y prácticas, de cuerpos y mundos de vida. Hoy, sin embargo, la comunicación política es lo que es porque está sostenida sobre nada.

Por último, la trampa de la alternativa entre utopía y normalidad. Entre enclaves utópicos altamente autorreferenciales y normalidad masiva que sólo reclama “una vida sin problemas”.

Como nos enseñan los mayores teóricos de la utopía del siglo XX, como Ernst Bloch o Herbert Marcuse, el impulso utópico no es una especulación o un ideal de pureza inalcanzable, sino un pasaje, un umbral, una tensión entre lo que hay y lo que podría haber, entre lo que es y lo que podría ser, entre la normalidad y el otro mundo posible.

El hogar de la utopía es siempre “aquí-ahora”, pero al mismo tiempo “todavía no”. La utopía es potencialidad: está inscrita y arraigada en el presente inmediato, pero al mismo tiempo apunta y se proyecta “más allá”. Su crecimiento y expansión requiere tiempo y la negación-superación de lo que existe, en el sentido de que lo que hay ahoga y asfixia el embrión de lo por venir.

Durante los meses y años en los que el clima 15M estuvo vivo, una tensión fecunda se estableció entre lo que hay y lo que puede haber. Ni la gente en las calles reivindicaba simplemente “más de lo mismo”, ni se construían “mundos alternativos” sin pie ninguno en la realidad, sino que lo extraordinario se hizo mundo común y al revés. En la normalidad habitaban los potenciales de una realidad otra, sin perder nunca de vista el mundo presente y compartido.

Materializar el fantasma

Las respuestas que trataron de dar curso a lo que propuso el 15M pudieron ser fallidas: desde el municipalismo hasta Podemos, pasando por el regreso a un autonomismo identitario. Pero lo fallido de las respuestas no invalida en ningún caso la pertinencia de las preguntas.

¿Cómo tejer lo común entre las diferencias? ¿Cómo radicalizar lo público, abriéndolo a la participación de cualquiera? ¿Cómo salir de los imaginarios centralizadores a la hora de componer territorios? ¿De qué modo romper la alternativa entre masividad y radicalidad? ¿Cómo arraigar el impulso utópico en lo cotidiano?

Los problemas que no se responden acaban pudriéndose. El campo de la transformación social (lo que por comodidad llamamos “izquierda”) vive hoy en una descomposición acelerada. El presente parece desesperado y sin salida: sostener una izquierda paliativa por arriba o regresar a las identidades cerradas por abajo.

Una salida posible supone retomar las preguntas, volver a los problemas, reformular las promesas incumplidas. Una acción política de cualquiera y para cualquiera, capaz de tejer en la diferencia y alojar lo extraño como fuerza y no como debilidad. Desde nuevos lugares, a partir de otros objetos, mediante otras prácticas.

Ninguno de los anhelos del 15M –democracia real, igualdad efectiva, vida vivible– se ha materializado. Aún es preciso materializar al fantasma.

—-------------

Amador Fernández-Savater ha publicado recientemente Capitalismo libidinal; antropología neoliberal, políticas del deseo, derechización del malestar.

Ernesto García López es antropólogo y escritor. Autor de Hospital del aire (Candaya, 2022). Ha colaborado con diferentes medios de comunicación y revistas literarias. Destacan sus investigaciones sobre la construcción social del activismo en Madrid durante el ciclo 15M. Se pueden seguir sus actividades en ernestogarcialopez.blogspot.com

En cada cosa hay un fantasma oculto
Nuestro trabajo, ¿no es un exorcismo,
una respuesta al desafío oscuro?
Enrique Lihn (Kafka)

Sería demasiado fácil, ahora que se vuelven a levantar por todas partes acampadas de protesta, ya sea contra...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Amador Fernández-Savater

Es investigador independiente, activista, editor, 'filósofo pirata'. Ha publicado recientemente 'Habitar y gobernar; inspiraciones para una nueva concepción política' (Ned ediciones, 2020) y 'La fuerza de los débiles; ensayo sobre la eficacia política' (Akal, 2021). Su último libro es ‘Capitalismo libidinal; antropología neoliberal, políticas del deseo, derechización del malestar’ Sus diferentes actividades y publicaciones pueden seguirse en www.filosofiapirata.net.

Autor >

/ Ernesto García López

Es antropólogo y escritor. Ha publicado recientemente Hospital del aire (Candaya, 2022). Ha colaborado con diferentes medios de comunicación y revistas literarias. Destacan sus investigaciones sobre la construcción social del activismo en Madrid durante el ciclo 15M. Se pueden seguir sus actividades en http://ernestogarcialopez.blogspot.com/

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

7 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Fernando

    Si, hay problemas centenarios aún por resolver y otros que surgen por las coyunturas que nos hacen transitar, así que es mejor dejarnos de fantasmas -que tanto gustan en Hollywood- y ceñirnos a la realidad. Hace un año, sesudos artículos celebraban deshacerse de una parte de la izquierda y vaticinaban un horizonte en común adornado con sonrisas y colegueo, pero hoy ese horizonte ya está roto. Los ministerios de Interior, Defensa y Justicia parecen regirse fuera de los cauces democráticos (R78). El acoso a los activistas aquí y en toda la UE, es decir, a quienes señalan los problemas de género, raza, laborales, vivienda, medio ambiente, pacifistas,DDHH, etcétera, es cuando asaltan la dudas: en realidad ¿estamos viviendo en una democracia?. Si, es necesaria convocar a la inteligencia colectiva, pero sin exclusiones.

    Hace 1 mes 9 días

  2. juan-ab

    He tratado de leer con atención la nueva propuesta de Amador y Ernesto, pero pronto me he dispersado entre tanto fantasma. Menos mal que al final estaba el impecable y explícito comentario de "ecac", un postre que me ha compensado el trago anterior. De la filosofía a la caza de fantasmas. ¡Lo que hay que ver!

    Hace 1 mes 10 días

  3. ecac

    Tanto monta PP cómo monta tanto PSOE.-CONSTITUCIONES EXPRÉS PPPSOE.COM.ES Versiones: 1.00.-CASOS-OPERETAS TRAGICÓMICAS FERRAZ 170.-GÉNOVA 13: Acosos y derribos: *IZQUIERDA+UNIDA+PODEMOS* y *SUMAR" 1.01.-CASO PP.-MANGLANO. 1.02.-CASO PSOE.-PEGASUS. 1.03.-CASO BORBONES.-JUAN CARLOS I..-FELIPE VI. TIEMPOS DEMORÁTICOS IRREALES TRAS EL TRASPASO DE PODERES DESDE EL PARDO HASTA SU TRUEQUE-CAMBALACHE EN LA ZARZUELA.-FERRAZ 170.-GÉNOVA 13: "TODO ATADO-AMAMANTADO-ANEXIAONADO Y BIEN ATADAS-AMORALIDADES-APROVECHADAS, POR JUAN CARLOS I.-FELIPE VI.-Reyezuelos políticos: ARLEQUINES.-PP+VOX=F.A.E.S; BUFONES.-PSOE. Regímenes 1936-1978.

    Hace 1 mes 10 días

  4. marcoantonio-mira

    Señor Amador, ¿no deberíamos recordar que la lucha de clases es el motor de la historia?. Claro que habría que hacerse muchas preguntas aunque para ello es necesario no insistir en las preguntas retóricas que ya estaban contestadas desde el inicio del mencionado movimiento (15M). No es necesario inventar la pólvora pero sí lo es profundizar en la dialéctica que debería aportarnos mucha más claridad en la toma de decisiones y la definición de quienes son hoy las clases que sufren, o sea, la mayoría de la humanidad, y las clases pudientes (los psicóticos elementos que nos explotan a la mayoría). De momento el juego de poderes sigue siendo casi el mismo que hace doscientos años. aunque existan países donde siguen intentando el cambio desde unos Estados más intervencionistas y al menos, en teoría, mas comprometidos contra el capitalismo, al que aceptan, como todos los dirigentes de todos los países de nuestro planeta (el único "habitable" que sepamos), como paradigma inevitable. Lo que tenemos que hacer para librarnos de esta maldición es asunto importante, cada vez más porque la degradación de nuestro medio ambiente debido a esa explotación, amenaza con suprimirnos a todos los humanos de la ecuación.

    Hace 1 mes 10 días

  5. José Lázaro

    Me pregunto si la utopía es realmente potencialidad o tan solo la idea de una potencialidad de facto inalcanzable. Y me lo pregunto porque me cuestiono si es apropiado usar el adjetivo "fallido" para aquellos proyectos que no han conseguido llevarnos hasta esa utopía "imposible". O si por contra, debiéramos evaluar si nos han acercado o alejado de la misma. En esa línea, platicaba hoy con un mexicano que vive en Colombia sobre Gustavo Petro y su impulso constituyente, en un país todavía fuertemente militarizado. Lo comparábamos, necesariamente, a las decisiones tomadas por los gobiernos progresistas en España y México los últimos cinco años. Ambos celebrábamos lo mucho conseguido, amén de que lo juzgáramos insuficiente; pero veíamos intacta la potencialidad al haberse renovado los mandatos (más claro en el caso mexicano que español por aquello de la correlación de fuerzas). Es verdad que el 15M es un atractivo fantasma al que interpelar; pero esas cinco cuestiones llevan sobre la mesa más de cien años...

    Hace 1 mes 11 días

  6. javierzomeo

    Un movimiento semejante sería lo único que podría cambiar la dinámica cultural y política actual. Sin embargo, la situación de crisis económica del momento actuó como acicate a esa generación. ¿Las precariedades actuales de la vida son combustible suficiente para llamar a la acción de suficientes personas? No lo sabemos. Siempre estamos en el filo de que una reunión de vecinos se convierta en algo mas.. Como escribes la mayoría de las potencialidades quedaron sin su cumplimiento y todas ellas nacieron de una interacción común poco ideologizada. De lo cual deduzco que son aspiraciones "reales" de la sociedad y por tanto que pueden renacer en cualquier momento...

    Hace 1 mes 11 días

  7. carlos3

    Tal vez todo aquel movimiento se desactivase cuando caímos en lo de siempre: unos cuantos que consideraban aquellos deseos como una oportunidad para instalarse, dando por supuesto que quienes los habíamos alzado nos dábamos por contentos con un relato instalado en ese BOE del que habláis o en los órganos de poder institucional. Quizá el problema estuvo en no habernos manifestdo dentro tal como lo hacíamos hacia fuera, para que nadie incautase nuestro criterio. Eso, por supuesto, significa que muchas de nuestras aspiraciones se vieron frustradas, por lo que continúan vivas.

    Hace 1 mes 11 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí