Mehdi Ebrahimzadeh / Portavoz internacional del Partido de Izquierda de Irán
“No hay motivos para pensar en cambios democráticos en Irán tras la muerte de Raisi”
Gorka Castillo Madrid , 1/06/2024
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Mehdi Ebrahimzadeh es el responsable de relaciones internacionales del Partido de Izquierda de Irán, una de las formaciones políticas que con más firmeza ha apoyado las manifestaciones de protesta contra el régimen islamista desde la muerte de Mahsa Amini en 2022. Exiliado en Alemania, Ebrahimzadeh (Isfahan, 1953) asegura que el pasado 19 de mayo no celebró el fallecimiento del presidente iraní, Ebrahim Raisi, porque lamenta “que una persona como él, con todos los crímenes que cometió, haya desaparecido sin responder ante un tribunal de justicia”. Sobre la posibilidad de que la carrera que se ha abierto en Irán por su sucesión modifique el protagonismo del régimen islamista en una región en llamas como Oriente Medio, el portavoz internacional del Partido de Izquierda de Irán prefiere ser cauto. “Por la estructura política del régimen, la función de obediencia que mantenía Raisi hacia Jamenei, y los métodos herméticos y antidemocráticos de su elección, le puedo asegurar que su muerte no es motivo de optimismo para cambios democráticos en Irán”, sentencia. Ebrahimzadeh sabe bien de lo que habla. En 1992, fue objeto de un atentado cuando un grupo terrorista enviado por Teherán irrumpió en la reunión que mantenía con miembros del Partido Demócrata del Kurdistán en un restaurante de Berlín. Asesinaron a tres personas y él salvó la vida de milagro. Varios de los autores fueron detenidos y condenados, en una sentencia histórica que colocó al líder supremo, Ali Jamenei, como uno de los instigadores del crimen. De visita en Madrid, invitado por diversas organizaciones que trabajan a favor de los derechos humanos, este político “socialista democrático, laico y pacifista”, como le gusta definirse, muestra su preocupación por el cariz de los acontecimientos en Oriente Medio. “El reconocimiento del Estado palestino y el restablecimiento de la paz solo serán posiblea a través del debilitamiento de las fuerzas ultraderechistas y ultranacionalistas, y el fortalecimiento de las democracias”, sentencia.
¿Qué consecuencias puede tener la muerte de Ebrahim Raisi para un régimen cada vez más frágil y debilitado como el iraní?
Como miembro del ‘Comité de la Muerte’, Ebrahim Raisi tuvo un papel muy importante en la matanza de los presos políticos en el año 1988. A pesar del terror y la asfixia que sembró en aquellos años y de que las dimensiones de sus crímenes de lesa humanidad fueron invisibilizadas, su muerte ha causado una gran alegría y alivio en la mayoría de la gente. Sin embargo, no espero que su desaparición tenga consecuencias ni a corto ni a medio plazo en la República Islámica, porque los presidentes, y concretamente Raisi, no tienen un papel importante en la estructura del régimen. A corto plazo pueden tener dificultades para elegir un sucesor con las mismas características que tuvo él. De momento, la dictadura pretende sacar réditos políticos de esta muerte y movilizar a sus partidarios. Ahora no es el mejor momento para el resurgimiento de movimientos de oposición como el de las mujeres.
Ebrahim Raisi tuvo un papel muy importante en la matanza de los presos políticos en el año 1988
El expresidente encarnaba la ortodoxia ultraconservadora, la represión y el freno al cambio. ¿Descarta tensiones internas por su sucesión?
Por la estructura política del régimen, la función de obediencia de Raisi a Jamenei y los métodos herméticos y antidemocráticos de su elección, le aseguro que su muerte no puede ser motivo de optimismo para cambios democráticos en Irán. Sin embargo, la incapacidad del régimen para solucionar o reducir los problemas socioeconómicos que vive el país garantiza la continuación de los movimientos reivindicativos de trabajadores, las protestas y resistencia de las mujeres y los jóvenes. Ellos son la esperanza para evitar que la elección de un presidente con el perfil de Ebrahim Raisi pueda frenar las demandas cada vez más masivas del pueblo iraní.
Raisi llegó a la presidencia en 2021 con los votos de sólo un tercio del electorado. Pocos meses después, Mahsa Yina Amini murió bajo custodia policial por llevar mal colocado el velo. En estos casi seis meses de 2024, han ejecutado al menos a 226 personas, más de una al día, según la ONG en el exilio Iran Human Rights. ¿No descarta la hipótesis de un atentado perpetrado por facciones reformistas del régimen?
Todas sus observaciones son correctas, pero permítame reflexionar sobre algunos conceptos. Es cierto que Raisi, al contrario que los anteriores presidentes, llegó al poder con tan solo un tercio de los votos, pero hay que tener en cuenta que muchas corriente reformistas y cercanas al régimen decidieron boicotear las elecciones. Esta posición restó mucha legitimidad al régimen y al propio Raisi. Luego, en septiembre de 2022, tras la muerte de Mahsa Amini a causa de los golpes recibidos en dependencias de la Policía de la Moral, surgió el movimiento “Mujer, Vida, Libertad” que fue la continuación de los movimientos de protesta que surgieron en 2017 y 2019, aunque con algunas diferencias. El movimiento “Mahsa” es un levantamiento de ciudadanos por los derechos sociales donde las mujeres y los jóvenes, sobre todo de clase media, están jugando un papel determinante. Este movimiento se extendió por toda la geografía del país e incluso más allá de sus fronteras, en Europa y Estados Unidos, logrando un gran apoyo de la comunidad internacional. Pero a pesar de las pugnas internas y de un protagonismo cada vez mayor de los movimientos sociales, el régimen ha seguido oprimiendo, deteniendo y asesinando. La estadística que usted ha expuesto así lo demuestra. Por lo tanto, existen motivos suficientes para acabar con este régimen tiránico, pero, ¿cómo hacerlo? Y, sobre todo, ¿con qué instrumentos? Un ataque de esa magnitud desde dentro solo puede ser desencadenado por personalidades destacadas del régimen.
En un principio se especuló que Israel podía encontrarse detrás de su eliminación.
Los medios de comunicación cercanos a Israel y Estados Unidos han descartado esa implicación, aunque no debemos olvidar que Israel ha organizado operaciones precisas para asesinar a algunos generales destacados de la Pasdaran (la Guardia Revolucionaria) o al científico nuclear Mohsen Fakhrizadeh en 2020. Incluso ha infiltrado a sus agentes de inteligencia en los órganos superiores de la seguridad iraní. Por todo eso, no se puede descartar completamente una posible implicación de Israel en la muerte del presidente de la República Islámica.
¿Quién es el mayor beneficiario de su muerte?
Lógicamente, los principales beneficiarios son aquellas fuerzas que prepararon el terreno para su eliminación, o quienes deseaban que ocurriera, para convertir a uno de sus secuaces en el sucesor. En la situación actual del país, ocupar la presidencia de la República Islámica de Irán significa, como mínimo, disfrutar de una renta estatal considerable.
¿Ha celebrado su desaparición, como han hecho cientos de exiliados y muchos ciudadanos dentro del país?
Ocupar la presidencia de la República Islámica de Irán significa, como mínimo, disfrutar de una renta estatal considerable
No, yo no lo he celebrado, pero tampoco lo he lamentado. Mi único desconsuelo es que una persona como él, con todos los crímenes que cometió contra nuestro pueblo, haya muerto sin responder a sus atrocidades ante un tribunal de justicia. En el juicio celebrado en agosto de 2019 en Estocolmo contra Hamid Nourí, uno de los agentes que Raisi utilizó para llevar a cabo sus órdenes de ejecuciones sumarias, tuvimos la posibilidad de conocer la verdad de los crímenes cometidos en 1988 contra presos políticos. En aquel proceso se repitió el nombre de Ebrahim Raisi en más de 100 ocasiones. Para evitar la repetición de aquellos asesinatos, la memoria histórica y la conciencia popular deben estar en alerta. Las muestras de alegría de aquellas personas que perdieron a sus seres queridos en aquellos aberrantes sucesos son totalmente comprensibles y, al mismo tiempo, muestran la profunda brecha que hay entre las masas y el régimen de Teherán.
¿Cree que la recomposición en la jerarquía del poder puede modificar el papel de Irán en Oriente Medio?
Sinceramente, creo que no se van a producir cambios ni en la estructura del poder ni en su política exterior, porque quiero recordar que en el accidente aéreo también murió el ministro de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian. Dudo que alguien con un criterio diferente llegue a ocupar esos puestos.
¿Teme que se agrave la situación en la región?
La situación en Oriente Medio es tan compleja, peligrosa y explosiva como un bidón de pólvora. Pero la muerte de Raisi no la empeora, especialmente porque él nunca tuvo un papel destacable en las decisiones, aunque se produzcan algunos cambios en los actores. En las últimas conversaciones en Doha y El Cairo, se acordó que el papel de Irán en el Medio Oriente debe ser continuado por los nuevos sucesores, al igual que la cuestión nuclear.
¿Cómo puede afectar esta transición de poder a las relaciones de la República Islámica con Hezbolá o Hamás?
A mi juicio, la designación del nuevo presidente y ministro de Exteriores no modificará absolutamente nada la política que mantiene la República Islámica respecto a Hamás y Hezbolá y sus relaciones bilaterales. Incluso si hay algún cambio en las relaciones, no será por los nuevos rostros en el poder, sino más bien el resultado de los acuerdos alcanzados antes de la muerte de Raisi.
¿Qué posición tiene su partido sobre el genocidio palestino y la invasión israelí de Gaza?
Lo que está ocurriendo en Gaza son crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio a manos del ejército y del gobierno de Israel dirigido por Benjamin Netanyahu. A nuestro juicio, la guerra no está solamente en Gaza sino también en Cisjordania, donde legalizan construcciones de colonos en las zonas palestinas, ocupan tierras, dispensan tratos inhumanos y discriminatorios a palestinos residentes en Israel. Es la otra cara de esta guerra. En nuestra opinión, el reconocimiento del Estado palestino y el restablecimiento de una paz duradera solo será posible a través del debilitamiento de las fuerzas ultraderechistas y ultranacionalistas, y el fortalecimiento de las posiciones de fuerzas demócratas.
¿Qué solución plantea su partido político para Irán?
Irán necesita un cambio democrático y restablecer una república laica. Y a nuestro juicio, este cambio sólo podrá realizarse a través de los movimientos sociales, con la participación masiva de hombres, mujeres, trabajadores, estudiantes, maestros, minorías étnicas y nacionales, personas con tendencias sexuales y religiosas diferentes y, por supuesto, con la solidaridad internacional. En la actualidad, la estrategia del régimen está centrada en la seguridad, la necesidad de un desarrollo interno nuclear y en la presencia de fuerzas militares fuera de nuestras fronteras, algo que sólo contribuye a aumentar la tensión en la zona y a elevar el peligro de guerra. Esta política atenta claramente contra los intereses nacionales y, aunque al régimen le pueda reportar una sensación de control sobre la seguridad del Estado, en realidad es artificial, frágil e incoherente. La verdadera seguridad sólo puede lograrse con un desarrollo económico sostenible y una justicia social que garantice los derechos de los ciudadanos, las libertades individuales y colectivas, y combata cualquier forma de discriminación. La experiencia nos muestra que los avances y el bienestar de un país sólo se logran en una situación política de paz y de colaboración activa con los países vecinos.
Mehdi Ebrahimzadeh es el responsable de relaciones internacionales del Partido de Izquierda de Irán, una de las formaciones políticas que con más firmeza ha apoyado las manifestaciones de protesta contra el régimen islamista desde la muerte de Mahsa Amini en 2022. Exiliado en Alemania, Ebrahimzadeh (Isfahan,...
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Gorka Castillo
Es reportero todoterreno.
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