CARTAS DESDE BAIRES
Milei ya tiene plenos poderes y aspira al Nobel
El presidente argentino se felicita después de aprobar una ley que supone el proyecto más precarizador desde la vuelta de la democracia
Emiliano Gullo Buenos Aires , 7/07/2024
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Alerta a los lectores. Esta historia puede generar suspicacias o incluso parecer el guion de una película apocalíptica. Pues no. Todo está basado en hechos reales. Los personajes no son inventados. Y sus frases no están editadas. Comienza el presidente de la nación argentina. “La fase 1 está completada”. Lo dice así. Por televisión. Es para festejar la aprobación de su Ley Bases que, diezmada, con modificaciones en puntos clave y después de casi seis meses de negociaciones con las provincias, acaba de convertirse en el proyecto más precarizador desde la vuelta de la democracia. Es el primer logro de su gestión que le da, entre otras cosas, poder total para hacer lo que quiera en términos administrativos, económicos, financieros y energéticos. Durante un año, Milei podrá prescindir del Poder Legislativo en esas cuatro áreas. Con la nueva ley ya cuenta con facilidad de despidos para las empresas, castigos por participación gremial y beneficios extraordinarios para las grandes empresas.
La celebración es austera. Hay un decorado, muebles de utilería, iluminación artificial. Y una cámara de televisión. Para transmitir su mensaje oficial, el presidente no elige los medios públicos, financiados –al menos hasta ahora– por el Estado que conduce. Milei vuelve a la escenografía de La Nación +, un canal de cable que pertenece al diario más tradicional de la Argentina y se convirtió en la trinchera del gobierno libertario. Es la misma que lo vio nacer como tertuliano iracundo de la televisión privada.
Entre bambalinas y luces blancas, adobado de maquillaje, el columnista presidente habla durante una hora casi sin interrupciones sobre lo grandioso que es vivir hoy en este país y sobre el horizonte al que nos dirigimos: la fuerza del presente nos conduce inexorablemente hacia los países desarrollados. Seremos Alemania, Irlanda, Italia. Es –será– cada uno quien elija con qué país prefiere compararse. Un destino inevitable de la Argentina conducida por –atención editores de la sección Horóscopo– el futuro Premio Nobel de Economía, doctor Javier Gerardo Milei.
Así lo viene imaginando desde el colegio, cuando sus compañeros lo trataban de friki, cuenta. Cuando se encerraba en su habitación para escapar de las palizas de su padre. En la facultad de Economía, cuando nadie lo seguía en su divagar libertario. Así. El nombre completo. Los aplausos tupidos, pesados y estruendosos; una tormenta tropical de reconocimiento. El anuncio en inglés, el idioma de sus maestros. La llegada a Estocolmo. Otra vez los aplausos. Los grandes diarios, a sus pies. Sus colegas, llamándolo para felicitarlo. Él les hará pagar el precio del destrato intelectual con el silencio en privado y el desprecio en público, cuando se le cruce alguna tarima con micrófono. Con el premio en la mano, amargado de llanto, apenas podrá hablar. Como le sucedió en su último viaje a Madrid, donde le entregaron un premio en la institución liberal Juan de Mariana y, durante la cena en el Casino, le mostraron un cuadro con su retrato.
Por el momento, todavía sin el Nobel en la mano y bajo las luces del estudio de televisión por cable, Milei adelanta que todavía faltan unas 800 reformas estructurales gracias a las cuales la Argentina “va a escalar noventa puestos en términos de libertad económica”. Está eufórico. Se enorgullece de haber logrado –en la fase 1– una reforma cinco veces más grande que la hecha por Carlos Menem. El mandato de Menem, que fue de 1989 a 1999, terminó con un desempleo de más de 14 puntos, una caída del PBI del 3,4 por ciento, la pobreza en el 40% y una indigencia del 20%. Para eso creará un nuevo ministerio, a cargo del expresidente del Banco Central y autor intelectual de su megaley, Federico Sturzenegger.
Al menos en las primeras cifras oficiales de su gestión, el gobierno de Milei se está acercando a los números del menemismo. El INDEC (organismo oficial de estadísticas) informó estos días que, durante el primer trimestre del año, el PBI cayó un 5,1 por ciento, la inversión un 23,4 %. Y la desocupación llegó al 7,7 por ciento, dos puntos más que en el último trimestre de 2023.
Sin hacer mención a los números, el presidente traduce el informe del INDEC y dice que “se consolidó el déficit cero con números imponentes”. Quizá basado en el mismo sueño del Nobel o fruto de alguna de las pastillas que usa para dormir en los viajes transatlánticos, Milei detalla los triunfos de sus primeros seis meses: “Bajamos la inflación de 17.000 a 50. Recompusimos salarios y jubilaciones que hoy le ganan a la inflación, el gasto público cayó un 30%, el ahorro fiscal es de 15 puntos y ahora vuelve para que la gente lo use”.
La flamante Ley Bases no es otra cosa que la hermana menor de la Ley Ómnibus
La flamante Ley Bases no es otra cosa que la hermana menor de la Ley Ómnibus, el primero de los barcos legislativos que naufragó en la inoperancia de sus diputados a mitad de febrero. Entre sus puntos clave se encuentra un nuevo régimen de inversiones que, básicamente, le regala el país a las grandes multinacionales con la intención de que inviertan en el país. Con el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones), nada de impuestos ni requerimientos aduaneros por 30 años.
También habrá privatizaciones de once empresas del Estado. En esta lista se salvaron las principales compañías como la petrolera YPF, Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina. Eso, por gran parte de la oposición, fue considerado un triunfo.
La reforma laboral, en principio, hace que se extienda el período de prueba de tres meses a seis meses para las empresas con más de 100 empleados. Y cualquier trabajador que participe en bloqueos o tomas de la empresa será considerado como injuria laboral grave y justificación para el despido.
También se introdujo un impuesto a las ganancias de los trabajadores y el aumento del piso de bienes personales, así como un nuevo blanqueo de capitales. Traducción: los que menos ganan van a pagar más impuestos y los que más ganan van a pagar menos impuestos.
Antes de terminar su mensaje al país, el presidente sintetiza algunas de las razones de su llegada al poder. “En condiciones normales de presión y temperatura, vos no tenés un presidente libertario. Por algo soy el primer presidente liberal libertario de la historia de la humanidad. No es el estándar, no es normal, tiene que estar todo muy roto”.
Alerta a los lectores. Esta historia puede generar suspicacias o incluso parecer el guion de una película apocalíptica. Pues no. Todo está basado en hechos reales. Los personajes no son inventados. Y sus frases no están editadas. Comienza el presidente de la nación argentina. “La fase 1 está completada”. Lo dice...
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