salud pública
La esperanza de vida durante la covid cayó casi tres años en Madrid, más del doble que la media nacional
El impacto del virus en España fue muy desigual entre comunidades
ctxt 12/11/2024
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España es uno de los países en los que más aumentó la mortalidad con la pandemia del covid 19, según datos de la OMS, y también uno de los que registró una mayor reducción de la esperanza de vida de la población por este motivo. Sin embargo, el impacto de la tragedia fue muy desigual entre comunidades autónomas. Un estudio reciente, publicado en Gaceta Sanitaria y firmado por Nazrul Islam,, Fernando J. García López, Dimitri A. Jdanov, Miguel Ángel Royo-Bordonada, Kamlesh Khunti, Sarah Lewington, Ben Lacey, Martin White, Eva J.A. Morris y María Victoria Zunzunegui analiza el exceso de mortalidad, la caída en la esperanza de vida y la “pérdida de años de vida” estimados en las diferentes comunidades. Los tres indicadores son especialmente altos en Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha, mientras que Canarias salió relativamente bien parada.
Entre enero de 2020, cuando comenzó la pandemia de covid y junio de 2021, cuando las vacunas empezaron a llegar a la población, España tuvo un exceso de mortalidad estimado de 89.200 personas, un 10% superior a las muertes registradas por covid. Todas las comunidades registraron exceso de mortalidad excepto Canarias, pero hubo grandes diferencias entre ellas. En Madrid fallecieron 22.000 personas más de las esperadas (una tasa de 222 por cada 100.000 habitantes), mientras que en Cantabria fueron 220 (24 por cada 100.000 habitantes). El exceso de mortalidad afectó más a hombres que a mujeres.
La esperanza de vida en España cayó 1,35 años en 2020 (-1,72 años para los hombres, -0,99 años para las mujeres), pero lo hizo especialmente en Madrid (-3,58 años para los hombres, -2,25 años para las mujeres), en Castilla-La Mancha (-2,72; -2,38), y en Castilla y León (-2,13; -1,39). En Cataluña, Aragón, Navarra, Extremadura y La Rioja, la reducción también fue superior a un año. De acuerdo con el estudio, el mayor exceso de años de vida perdidos en 2020 se produjo en Castilla-La Mancha, seguida de Madrid y Castilla y León.
El exceso de mortalidad fue superior a la cifra oficial de fallecidos por covid en ocho comunidades. Destaca el caso de Madrid, donde fue un 42% superior. En Cataluña fue un 27% superior. Sin embargo, nueve comunidades tuvieron más muertes registradas por covid-19 que exceso de mortalidad. Es el caso del País Vasco. El estudio presenta dos factores que pudieron contribuir a esta situación: en primer lugar, en estas comunidades, el sistema sanitario no llegó a colapsar en la primera ola y pudo atender a la población con mayor eficacia y en segundo lugar, es posible que las medidas de control de la pandemia indujeran comportamientos menos peligrosos que los habituales.
En sus conclusiones, los investigadores destacan la importancia de indagar en las causas de las diferencias que han encontrado para aplicar ese conocimiento a la gestión de futuras pandemias.
Apuntan que en Canarias, la única comunidad sin exceso de mortalidad por la pandemia, esto puede atribuirse a la vigilancia, prevención y control de los primeros casos detectados. El primero fue un turista alemán en La Gomera el 31 de enero de 2020. Las autoridades locales lo aislaron rápidamente y rastrearon sus contactos, lo que previno una expansión temprana del virus. Tras el hallazgo del segundo caso, se aplicaron medidas estrictas de cuarentena.
En Madrid, la comunidad con mayor exceso de mortalidad, el primer caso conocido fue diagnosticado el 25 de febrero de 2020, y cuando las autoridades aplicaron las primeras medidas de prevención, en marzo, la transmisión comunitaria ya se estaba produciendo.
Los investigadores recuerdan que cuando se declaró la pandemia, la Comunidad de Madrid estableció un protocolo de triaje específico para las residencias de ancianos cuyo criterio no estaba basado únicamente en las posibilidades de supervivencia al virus, sino también en el nivel de discapacidad de la persona, lo que impidió que muchos ancianos con problemas físicos o cognitivos pudieran ser atendidos en los hospitales por este motivo. Estas personas tampoco recibieron cuidados adecuados en las residencias. Entre marzo y abril de 2020, falleció el 20% de las personas que vivían en residencias de ancianos en la Comunidad de Madrid.
Los confinamientos por zonas básicas de salud (prácticamente barrios) dentro de la Comunidad no tuvieron ningún efecto relevante, y Madrid actuó como foco de infección para las provincias cercanas de Castilla y León y Castilla-La Mancha, que también registraron altos niveles de mortalidad. En el otoño de 2020, más de 160.000 personas se desplazaban diariamente a trabajar en Madrid desde otras provincias, de las que 120.000 llegaban de provincias aledañas de Castilla y León y Castilla-La Mancha.
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