1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

  315. Número 315 · Diciembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.559 Conseguido 97% Faltan 06.160€

Congreso federal

¿Qué hay detrás del rechazo del PSOE al término ‘queer’?

Las socialistas se reagrupan para disputarse el capital político del feminismo con el PP al tiempo que se abonan a las tesis ultras sobre el sexo

Nuria Alabao 3/12/2024

<p>Activistas queer sen el Orgullo de Dublín en 2016. / <strong>Aloyisius, CC BY-SA 4.0</strong></p>

Activistas queer sen el Orgullo de Dublín en 2016. / Aloyisius, CC BY-SA 4.0

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

En su último congreso federal, el PSOE ha declarado desterrados de sus documentos la sigla Q –de queer– y el + –que recoge otras identidades– en el acrónimo LGTBIQ+. También ha aprobado una enmienda destinada a acotar la participación en el deporte femenino a “personas con sexo biológico femenino”. Aunque el momento no sea el mismo, el mensaje es parecido al que lanzó el partido durante la tramitación de la conocida como ley trans. En aquellos momentos, la disputa con Podemos por el capital político del feminismo llevó a los socialistas a adoptar posturas conservadoras en relación a la autodeterminación de género –la despatologización, es decir, que una persona pueda identificarse con el género sentido sin necesidad de un informe médico como ocurría hasta la tramitación de la ley.

En la pasada legislatura, el sentido original de esta batalla era una pelea por dificultar la acción de gobierno de Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad, un ministerio que las feministas del PSOE consideraban de su propiedad. Pero también era un momento muy ambivalente para la política feminista en sentido amplio: de increíble fuerza en la calle con contenidos a veces muy radicales –basta ver los manifiestos de muchas asambleas que organizan los 8M–, pero también de emergencia indiscutible de ideas conservadoras que han ido ganando terreno en este movimiento. No solo en relación a las luchas de las disidencias sexuales y de género, sino también al trabajo sexual, la pornografía –que se quieren criminalizar o prohibir– o incluso respecto de una cierta visión de la sexualidad que trasluce en algunos tratamientos mediáticos de la violencia machista –como vimos en el Caso Errejón–. Es como si una vez identificado el enorme capital político del feminismo, hubiese que demarcar claramente sus contenidos para ver quién se queda con qué parte y cuáles pueden activar a determinados electorados. En este caso, no es muy difícil descubrir una apuesta por este feminismo centrista, o más bien conservador.

Es como si una vez identificado el enorme capital político del feminismo, hubiese que demarcar claramente sus contenidos para ver quién se queda con qué parte

La posición del PSOE es un mensaje: como señalaba Marina Sáenz en Bluesky, “las enmiendas del PSOE compran el argumentario contra las mujeres trans, son reaccionarias, ignoran la ley y los protocolos de acceso a las competiciones deportivas y abren el paso a posibles segregaciones en deporte infantil, de base, federado o en vestuarios”. Más allá de esta cuestión, lo de la lucha por las siglas no deja de ser una cierta guerra cultural sin, de momento, concreciones muy claras. Las declaraciones grandilocuentes mientras se golpea sobre la mesa parecen ser ya parte del paisaje de la política institucional y se han demostrado útiles para agitar y agrupar a las propias bases. Pocas cuestiones son capaces de agitar tantos pánicos morales y generar tantas guerreras del teclado, manifestaciones y activismo como esta. Esta disputa en el feminismo entre feminismo incluyente y transexcluyente —o TERF— se ha producido además en toda Europa, e incluso con más virulencia que en España, y ha sido adoptado por bastantes feminismos institucionales, incluida la derecha en el gobierno, como sucedió con Rishi Sunak y los tories ingleses. Otras enmiendas a la ponencia, que no llegaron a aprobarse, proponían ir más allá, quitando también la T –por persona trans– del acrónimo.

Lo de la lucha por las siglas no deja de ser una cierta guerra cultural sin, de momento, concreciones

Con esta guerra contra lo queer, lo que quieren decir es que, al igual que la derecha, apuestan por unas fronteras de los sexos más definidas. Si para la ultraderecha, que quiere componer el antifeminismo como posición política, “el feminismo ha ido demasiado lejos”, podemos decir que para el PSOE –y el campo conservador– las luchas de las disidencias sexuales también “se han pasado”. Se han pasado cuando ponen en cuestión precisamente la necesidad de identificarse claramente con una de las letras de la sigla LGTBI –lesbianas, gays, personas trans, bisexuales e intersexuales–.

Un feminismo para gobernarlos a todos

Si en algún momento la batalla contra lo queer ha sido una disputa con el feminismo más joven salido de la generación del 15M y su lucha contra un tapón generacional en los lugares de poder social, hoy para el PSOE también implica distanciarse de este legado radicalizado, y es un claro marcador de centramiento político. Parece que las encuestas evidencian que una parte de la sociedad –y no solo de los hombres– están a favor de la igualdad pero muestran rechazo hacia ciertas posiciones esencialistas que podrían resumirse en el feminismo que elabora enunciados del tipo: “Todos los hombres son violadores en potencia”. Lo que el presidente llamaba la “incomodidad” de sus amigos con el feminismo. Esta es la lectura del PSOE y no está tan alejada de la que hace el PP.

Carlos Aragonés, ex jefe de gabinete de José María Aznar, y diputado del PP reconocía hace poco la importancia política del feminismo: “Es posiblemente la fuerza política más poderosa. En España, su evolución será decisiva para definir las estrategias de los partidos. Si la izquierda mantiene el feminismo de Podemos, nosotros tendremos margen para proponer un programa propio. Pero si el PSOE adapta su discurso hacia posiciones más moderadas, el PP puede quedar emparedado entre la izquierda y Vox”. Es decir, la pelea aquí es por un feminismo de centro, es decir, conservador marcado por algunos elementos que comparten ahora mismo el PP y PSOE. Por un lado, ambos dicen trabajar en sus propias leyes contra la trata –parece que basadas en la prostitución forzada– y contra el consumo de pornografía en menores. Y tanto Feijóo como las feministas del PSOE cuestionan la ley trans por el mismo motivo, por generar “inseguridad jurídica”. El 25N pasado, en el día internacional contra la violencia de género, este líder conservador reivindicó esta lucha como propia y criticó el uso partidista que la izquierda hace de estas cuestiones “aislando a la derecha del movimiento feminista”.

Las siglas no importan

Que el PSOE use o no use la Q no importa lo más mínimo a las personas que se reivindican como queer. Lo queer en realidad proviene de una posición antiidentitaria, de aquellos y aquellas que no encajan o quieren encajar en uno de los cajones disponibles y representados por estas siglas. El contenido de sus demandas, además, está asociado a posiciones políticas más radicales, también en relación a la redistribución de la riqueza, los derechos de las migrantes, o de las trabajadoras sexuales o incluso las luchas anticarcelarias, algo que intenté explicar en este artículo. Sí, lo queer implica una posición más transgresora con el género, más antiidentitaria y más radical es sus propuestas políticas, y esa es la principal diferencia con el PSOE. Por supuesto, los colectivos o las luchas por los derechos de las personas trans en su pluralidad no necesariamente se identifican con estos postulados, o incluso los rechazan frontalmente, por eso decimos que esta amalgama de cuestiones ha tomado la forma de una guerra cultural donde la verdad no importa, sino que se construye.

El principal argumento de las socialistas para rechazar lo queer –que identifican de forma errónea con la autodeterminación de género– es la defensa de las políticas públicas que se hacen “en nombre de las mujeres”; es decir las que ellas deciden que necesitamos y bajo cuya bandera gobiernan– y que supuestamente estarían amenazadas por la fluidez de género. Sin embargo, el trasfondo sociocultural es el mismo que impulsa a la extrema derecha: una política destinada a apuntalar identidades fijas en momentos de incertidumbre máxima, donde muchas personas sienten amenazadas sus condiciones de vida por la indeterminación en muchos campos: por la situación económica, el cambio climático, la guerra, los cambios culturales o sociales.

Los elementos que sostienen estos discursos del PSOE se parecen cada vez más a los que elaboran Vox o los fundamentalistas

Por eso, los elementos que sostienen estos discursos del PSOE se parecen cada vez más a los que elaboran Vox o los fundamentalistas: la amenaza a la infancia, el peligro de que “colapsen” las diferencias entre hombres y mujeres, el miedo al fin de la civilización. “Todo eso se suma y produce una imagen profundamente perturbadora pero excitante”, dice la investigadora Sara Garbagnoli, sobre la batalla contra la “ideología de género”. Los orígenes de estos argumentos podemos rastrearlos hasta el Vaticano, pero también los encontramos en agrupaciones ultras como el Congreso Mundial de la Familia, que en su Iª declaración de 1997 pedía “respeto por los rasgos distintivos de la masculinidad y la feminidad como determinados biológicamente y no como construidos socialmente”. “No existe otro sexo que no sea el biológico, no existe el sexo sentido”, dice Sonia Lamas, secretaria de Igualdad de la ciudad de Madrid. Mismas narrativas que los fundamentalistas que invocan cada vez más la idea del esencialismo de sexo a medida que las personas trans y no binarias adquieren más visibilidad –lo que está provocando una expansión de las posibilidades de identificación sexogenéricas.

Mientras izquierda y derecha partidarias se pelean por el capital político del feminismo, la extrema derecha y los fundamentalistas se reunían estos días en el Senado en un evento organizado por la Red Política de Valores. Cuando estos actores antigénero dicen oponerse a la “ideología de género”, a menudo no distinguen entre derechos de las mujeres o de las disidencias sexuales y pueden atacar a todos por igual. Este ecosistema ultra se ha demostrado un poderoso motor político que contribuye a aupar a políticos antifeministas en buena parte del globo: de Estados Unidos a Europa pasando por Brasil o Argentina. Y que tiene importantes consecuencias materiales en la vida de las mujeres, de las disidencias sexuales, pero en realidad de la de todos, ya que sus proyectos políticos están destinados a reafirmar las jerarquías de clase, raza y género. No deberíamos olvidar que la apelación al biologicismo siempre ha sido funcional a la naturalización de la desigualdad.

Porque las extremas derechas identifican bien las cuestiones de género como fundamentales en el sostenimiento de las estructuras sociales existentes. La construcción de lo masculino y lo femenino, junto con la heterosexualidad obligatoria y el modelo normativo de familia, se entrelazan con los sistemas raciales y coloniales, para configurar un determinado orden reproductivo y de género. Esa naturalización de las diferencias –que sirve para legitimar todo un sistema de desigualdad– está profundamente inscrita en nuestra percepción de la realidad y es uno de los pilares que la sostiene. Las luchas feministas autónomas, las rebeliones trans y las disidencias sexuales desafían ese entramado al cuestionar los roles asignados en la reproducción social y evidencian que las desigualdades no son ni naturales ni divinas, sino contingentes y, por tanto, pueden ser cambiadas. Como dice Judith Butler, lo esencial hoy es darnos cuenta de que “la política de género está funcionando en medio de la política de guerra; de los nuevos nacionalismos; del racismo y la nueva política de inmigración; y de la cuestión de los refugiados”. Así pues, un movimiento capaz de enfrentarse a las condiciones políticas actuales “implicaría a hombres y mujeres y a otras personas de todos los sexos, porque lo más importante no serían ‘nuestras identidades’, sino el mundo que intentamos hacer, deshacer y rehacer juntos”.

En su último congreso federal, el PSOE ha declarado desterrados de sus documentos la sigla Q –de queer– y el + –que recoge otras identidades– en el acrónimo LGTBIQ+. También ha aprobado una enmienda destinada a acotar la participación en el deporte femenino a “personas con sexo biológico femenino”....

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Nuria Alabao

Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí