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El Atlético de Madrid acaba de meterse en los cuartos de final de la Copa del Rey, tras disputar el que seguramente fue su mejor partido de lo que llevamos de competición. Los de Simeone han pasado por encima de un Elche que prácticamente no ha tenido oportunidad alguna de escribir una de esas historias emocionantes que de vez en cuando nos depara el Campeonato de España. El Atleti, respetando a su rival y al fútbol, se ha tomado el partido como lo que era, y ha vuelto a mostrar ese colectivo sin fisuras que es y que lleva quince partidos seguidos ganando. El equipo se cree lo que hace y esa es la mejor medicina para soñar con grandes cosas.
Los policías de la alegría dirán que un equipo campeón no puede salir a jugar contra un rival de categoría inferior con un 5-4-1 como sistema. Simeone, al que el azote mediático le afecta lo mismo que el agua destilada, está afortunadamente a otras cosas. A ganar partidos, por ejemplo. Y es cierto que la táctica sorprendía, pero son muchos años ya como para sospechar del entrenador. Estará acertado o no, pero siempre busca ganar. Cerremos ese debate para siempre. Y no tengo claro si el cambio táctico trataba de anular el juego del rival o lo que quería era potenciar a los jugadores que estaban en el campo, pero, sea lo que fuera, le ha salido de lujo. El Atleti se califica para la siguiente ronda haciendo un gran partido, sin sufrir y dando una imagen excelente.
El Elche, que venía de una muy buena racha, salió al campo intentando tirar de personalidad. Es de esos equipos que pretenden dominar el juego con el balón y así planteó el partido. El problema es que enfrente tenía una escuadra que sabe muy bien a lo que juega. Desconozco el tiempo de posesión de ambos equipos en la primera parte. Podría mirarlo, pero es un dato que en general me resulta irrelevante. La realidad es que los alicantinos prácticamente no tiraron una vez a puerta en todo el partido. Es más, la primera vez que el Atleti les robó el balón, no habíamos llegado a los diez minutos, el balón acabó dentro de la portería. Un pase de Llorente desde la derecha, que Riquelme no llegó a rematar y que quedó en los pies de un Sørloth que quizá no estaba demasiado bien defendido. El noruego aprovechó el regalo para abrir el marcador con un buen derechazo.
El gol tempranero marcó el tono del partido. Los de Simeone no estaban por la labor de hacer concesiones y no bajaron el pistón. Con la defensa muy adelantada y con una presión constante, maniataron a su rival hasta hacerlos desesperar. Los intentos del equipo alicantino por salir jugando acababan en constantes pérdidas, al no ser capaces de superar la presión. Correa tiró a las manos de San Román, tras una buena jugada ensayada desde el córner; Sørloth no definió bien un buen pase largo en carrera… el segundo gol estaba al llegar.
Y llegó cuando rondaba la media hora de partido. Un buen giro de Lino por la parte izquierda hizo que el brasileño entrase en el área para que, en su siguiente regate, Diaby le hiciese uno de los penaltis más claros que he visto en los últimos tiempos. Fue Sørloth de nuevo el que se encargó de convertir. Y poco más hasta el descanso. Lino jugaba a sus anchas por la izquierda, Koke dominaba el centro y Riquelme o Gallagher conseguían entrar bastante en juego.
Sørloth se quedó en el vestuario por un golpe y el Atleti siguió en la segunda parte jugando a lo mismo. Los ilicitanos, viéndose muy por detrás en el marcador y sintiendo la frustración, trataron de elevar un poco el nivel de intensidad, pero no lo hicieron con mucha cabeza. Cuando apenas llevábamos cinco minutos, Nico, que estaba siendo de los mejores de su equipo, fue expulsado por una segunda tarjeta amarilla tan clara como estúpida.
Y se acabó el partido. Si con once jugadores el Elche había sido incapaz de hacer frente a su rival, con un futbolista menos lo único que pudo hacer fue pelear con honor y evitar la sangría. A ello colaboró también un Atlético de Madrid que tras su tercer tanto, un disparo desde fuera del área de Riquelme en el que Miguel San Román no estaba muy acertado, decidió ponerse en modo de bajo consumo.
Solamente destacaría dos cosas más. La primera, el tanto del de siempre, ese Julián Álvarez que tiene el gol por castigo y que aprovechó el rechace a un remate de cabeza de Witsel, tras un buen pase de De Paul, para hacer el cuarto. La segunda, la salida al campo de Lemar, después de muchos meses.
Partido a partido, suele repetir Simeone cada vez que el equipo se acerca a los momentos importantes de la temporada. Hagámosle caso, que este tipo sabe de esto.
El Atlético de Madrid acaba de meterse en los cuartos de final de la Copa del Rey, tras disputar el que seguramente fue su mejor partido de lo que llevamos de competición. Los de Simeone han pasado por encima de un Elche que prácticamente no ha tenido oportunidad alguna de escribir una de esas historias...
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