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Sorloth celebra el gol de los rojiblancos. / Club Atlético de Madrid
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Si ya es difícil en la mayoría de partidos de Liga superar a un rival y quedarse con los tres puntos, imagínense si uno mismo se pone zancadillas. Los aficionados atléticos empezaron el partido con la ilusión de alcanzar el liderato tras el empate del Real Madrid en Pamplona, pero seguro que no contaban con el lastre de tener que jugar con uno menos durante 94 minutos, por una expulsión innecesaria, y de verse por debajo en el marcador mediada la segunda parte por cometer un penalti evitable. Y con todo eso, el Celta solo pudo sacar un empate del Metropolitano. Unos gladiadores, como los llamó Simeone, pusieron mucho de su parte para que fuera así.
El partido que pudo ser duró cuatro minutos y en él vimos a un Atleti que salió con ímpetu, que presionaba alto y que estaba decidido a marcar un ritmo alto. Pero eso fue hasta que a Barrios se le fue un poco largo un control en la línea del centro del campo y, en su intento de no perder la pelota, se tiró al césped impactando con los tacos de su bota derecha levantada en la tibia de Durán. El árbitro le mostró inicialmente amarilla, pero avisado por el VAR y tras revisión en el monitor, le enseñó la roja. Una acción temeraria, muy arriesgada, en una zona del campo que no pedía eso y que además, es reiterativa.
No hace ni un mes que al canterano rojiblanco le pasó lo mismo en el duelo ante el Bayer Leverkusen y debería haber aprendido de aquello, pero, por desgracia para él y su equipo, volvió a cometer el mismo grave error. Esperemos que no le suceda de nuevo. Para empezar, y más en la posición que juega, debe mejorar los controles, especialmente cuando se está girando, porque a veces pierde balones peligrosos, como le pasó en el Bernabéu, o le lleva a cometer este tipo de faltas por querer recuperarlos si se le escapan. Es joven y tiene mucho potencial, pero para triunfar en la élite tiene que corregir estas situaciones tan perjudiciales. Imagino que dentro de su amargura, debe de preguntarse por qué el del monitor no avisó hace una semana al árbitro en el Bernabéu cuando él mismo sufrió otro plantillazo que también era de roja.
Muchos se acordaron en ese momento de que el Atleti superó una situación idéntica ante los alemanes en la Champions para terminar ganando el partido, pero las gestas se llaman así porque es difícil que se repitan. Lo cierto es que el partido ya quedó marcado. El Celta, que de por sí es un equipo al que le gusta tener el balón, se quedó con él ante un conjunto colchonero que se pertrechó en defensa con una línea de cinco atrás, tres en el medio y Julián más adelantado. La respuesta de Simeone tras la expulsión fue quitar a Lino y meter a Koke para ocupar el puesto del expulsado.
Giráldez quiso evitar que le ocurriera lo que a Xavi Alonso y cuando vio que a su central Carlos Domínguez le mostraban tarjeta por un durísimo codazo en la cara a Giuliano, le sacó del campo, metiendo a Mingueza. A pesar del dominio, al equipo vigués le costó generar peligro. Empezó a conseguirlo al término de la primera parte, especialmente tras un pase en vaselina de Fer López que dejó solo a Durán en el área, pero remató flojo y mal tras el bote, y pudo detener Oblak. El Atleti apenas pudo armar alguna contra por la buena presión de los de Balaídos. Solo cabe reseñar un tiro de Giuliano desde la frontal que se fue alto.
Viendo la oportunidad que se les presentaba, el técnico gallego quiso dotar de más potencial ofensivo a su equipo y para empezar la segunda parte metió a Losada y Borja Iglesias en lugar de Beltrán y Javi Rodríguez. El único cambio que hizo Simeone fue táctico. Dejó a Griezmann como punta y situó a Julián, con más despliegue físico, como interior izquierdo. Llorente tuvo la mejor ocasión para los atléticos en lo que se llevaba de partido al culminar una contra con un disparo raso, dentro del área grande, que detuvo Guaita.
Viendo que el Celta atacaba preferentemente por su banda derecha, el Cholo fortaleció esa zona metiendo a Reinildo por Galán, mientras que en los visitantes también entraba Iago Aspas, que reaparecía tras varias semanas lesionado, en lugar de Fer López. El dominio del Celta era inofensivo, pero entonces llegó el nuevo tiro en el pie (nunca mejor dicho) de los locales. Le Normand pisó a Borja Iglesias que estaba unos centímetros dentro del área grande de espaldas a portería. Si se pitó el pisotón a Lino de la pasada semana, estaba claro que también iban a señalar este.
Aspas hizo el 0-1 engañando a Oblak en el lanzamiento de penalti. Era el minuto 68 y el panorama ya pasaba de gris oscuro a negro para los rojiblancos. Tuvo una fase el Celta en la que, con el Atleti adelantando algo las líneas al no tener nada que conservar, pudo sentenciar el resultado, pero no supo culminar varias jugadas en las que llegó con ventaja al área, bien por despejes providenciales de los defensas atléticos o por malas decisiones en el remate. Dejar vivo al Atleti no es algo recomendable esta temporada. Simeone hizo un triple cambio, metiendo a Gallagher, Correa y Sorloth en lugar de Giuliano, De Paul y Griezmann, unas variantes que quizá debieron llegar un poco antes del minuto 77, que es cuando tuvieron lugar.
Apenas cuatro minutos después, pase de Giménez en largo desde la defensa para que Sorloth fuera a la disputa con el Starfeld. El delantero noruego estuvo más listo que el central sueco, ganó la posición para tocar el balón con el pecho y desde la línea del área grande lanzó un tiro con la derecha pegado al palo que se convirtió en el 1-1. El atacante atlético, el máximo goleador del equipo en la Liga, sigue haciendo méritos para ganarse más minutos.
El Metropolitano se volcó en el ánimo, soñando con otra remontada, pero el Atleti no encontró ninguna otra posibilidad en ataque. El Celta lo intentó, pero solo tuvo una ocasión en el añadido de Borja Iglesias, que se quejó de un agarrón en el área para justificar que no llegara a un centro lateral peligroso de Losada. No pareció que fuera para señalar penalti.
Ninguno de los dos se quedó plenamente satisfecho con el empate, aunque puesto en la balanza, el punto tiene más peso para los rojiblancos por el mérito de conseguirlo en inferioridad durante tanto tiempo. Unos lamentarán la oportunidad perdida de ganar y otros, por mucho traje de gladiador que se pongan, deben aprender a no dar ventajas al rival si de verdad quieren aspirar a luchar por el título.
Si ya es difícil en la mayoría de partidos de Liga superar a un rival y quedarse con los tres puntos, imagínense si uno mismo se pone zancadillas. Los aficionados atléticos empezaron el partido con la ilusión de alcanzar el liderato tras el empate del Real Madrid en Pamplona, pero seguro que no...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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