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Ctxt convocó a principios de diciembre a Walid Saleh, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM); Naomi Ramírez, investigadora de la UAM especializada en Siria, y Ana Planet, profesora de Sociología del Mundo Árabe e Islámico en la UAM, para debatir sobre el Estado Islámico. Los académicos coincidieron en la fragilidad de la organización radical y en el escaso interés occidental en destruirla. También mostraron su preocupación por el enfrentamiento entre los polos representados por Irán y Arabi Saudí, el chiísmo frente al sunísmo, y alertaron de la devastación y las persecuciones que sufren diversas poblaciones de Oriente Próximo.
¿Es correcto hablar del grupo “El Estado islámico”?
Walid Saleh: El nombre es una traducción literal del árabe Al Jilafa al Islamiya, es una estructura con una entidad concreta, determinada. Se refiere a una tradición acabada tras el Imperio Otomano. Pero hay que preguntarse en qué medida hubo una Jilafa Islamiya, un Estado Islámico real, si existió realmente o es una intención. Persigue una tradición, un sueño, un deseo, porque los primeros teólogos del islam propugnaron un gobierno con características basadas en la tradición musulmana, lo entendían como jalifa, como sucesión de Dios en la tierra.
Naomi Ramírez: Llamarse El Estado Islámico (EI) implica que no puede haber otro. Ellos traen este mensaje y se van a convertir en esos sucesores o delegados de Dios en la tierra. Aunque a la vez se contradicen, porque nacen en la rama iraquí, como el Estado Islámico en Iraq, y luego se autodefinen como Estado Islámico en Iraq y Siria: ellos mismos se delimitan geográficamente. El nombre también está vinculado a la demarcación de la propia Al Qaeda, que lleva décadas existiendo y nunca ha controlado un territorio de forma real y, de repente, un grupo que nace en sus filas, que se escinde y se rebela contra el líder, termina dominando un territorio de forma más o menos ortodoxa. Tiene peso decir: “Somos un Estado”, porque tenemos unas instituciones (que ellos mismos las han creado, como tribunales etc…) y ocupamos una zona geográfica. Hay que entenderlo en la demarcación de lo que significa en árabe Al Qaeda: La Base.
W. S.: Eso no tiene nada que ver realmente con Jilafa al Islamiya o el Estado Islámico porque Al Qaeda también reclama un Estado islámico, independientemente de que sean grupos radicales o no, todos tienen el objetivo de establecer un Estado islámico.
¿Utilizan ese nombre para argüir que, cuando se les combate, se está luchando contra el islam?
N. R.: Eso es lo que ellos pretenden, porque se reclaman los delegados de Dios. El califa es el delegado o sucesor de alguien, la pregunta es de quién. Los musulmanes locales de Siria o Iraq, la población autóctona, se están enfrentando a ellos. Por tanto, ¿qué peso tiene esa pretensión? Ninguna.
Ana Planet: Es una guerra entre ellos, pero no de religión, jamás lo ha sido. Es anecdótico que se recubra de un determinado uso muy superficial de unos contenidos o lemas… la cuestión de las penas capitales, un lenguaje político muy antiguo, pero no es una guerra para imponer una hegemonía religiosa, es una guerra por controlar recursos, por sacar determinados actores del juego y reorganizar el poder regional. La situación es insostenible. Iraq desmantelada, una guerra civil en Siria....
W. S.: Este Estado Islámico es cartón piedra, dentro de poco nadie se acordará de él.
¿Por qué cree que será tan efímero?
W. S.: Los grupos radicales islamistas seguirán existiendo, pero estoy seguro de que, si hubiera una política real de querer acabar con el EI, ya lo habrían hecho. Con apenas 3.000 o 6.000 combatientes han logrado dominar un tercio de Iraq y una cuarta parte de Siria. ¿Cómo es posible? No se entiende que 30.000 soldados y oficiales iraquíes huyeran de la ciudad de Mosul ante 2.000 o 5.000 combatientes islamistas con armas ligeras, el pasado verano. Habría que explicar la política de Nuri al Maliki (expresidente iraquí), la de EE.UU., cómo fomentan los enfrentamientos entre chiíes y suníes. No olvidemos que el EI actual encarna una orientación suní frente a algo; pero existe un Estado islámico previo: el chií de Irán. ¿Por qué nos olvidamos de otros Estados islámicos que son tan desastrosos o más que el EI actual? Como el Estado islámico de Irán, que es un Estado terrorista, que está matando en Siria a través de Hezbolá, con sus milicias, pagando mercenarios. Olvidamos que el EI de Al Qaeda ha surgido en contraposición al Estado islámico de Irán. ¿Por qué ha aparecido el EI con tanta fuerza en los últimos años? Las respuestas están en la Revolución iraní de 1979, que es el comienzo de la fuerza de todos estos elementos radicales, que les han dado alas.
¿Es el califato una alternativa viable o es algo imaginario, cuya aplicación no tiene sentido?
N. R.: La idea de EI antes de proclamarse califato no era fundar un Estado, aunque ellos se autoproclamen a través de sus instituciones. Difícilmente puedes aparecer como guía político y espiritual de los musulmanes cuando no se han dado las condiciones necesarias para, como líder político, controlar un territorio real. Además, los estudiosos coinciden en que primero debe darse una reislamización social, para que el califato sea viable.
A. P. : Es una región que todavía no tiene fronteras. Llevamos un siglo construyendo los Estados, y para hacerlo hay que tener en cuenta las identidades nacionales que existen, muy cruzadas, entre distintos grupos dentro del islam. Hay trozos de Iraq en los que el Estado central sólo tiene un control deficiente, trozos de Siria dejados de la mano de Dios, una Turquía que tiene mucho miedo de una frontera que cada vez es más complicada y que no sabe cómo defenderla si no es desde un autoritarismo propio. Todos los países de la zona se están viendo abocados a reconsiderar sus procesos políticos porque la situación es de emergencia. La región tiene que dibujarse de un modo definitivo porque, incluso desde el punto de vista de los recursos, falta un concierto sobre cómo utilizar el agua, qué hacer con el petróleo… hay asuntos pendientes no ya de los últimos 20 o 30 años. Es un siglo de hacer las cosas mal.
¿A qué se refiere al hablar de una “situación de emergencia”?
A. P.: Turquía se está radicalizando, vive un momento presidencialista muy fuerte, no solo de reformas internas sino también de un nacionalismo novedoso. Todo lo que Iraq hace o no con sus kurdos, a Turquía le afecta porque también tiene esa cuestión pendiente. Hay una pacificación aparente, pero es uno de los temas no resueltos de la democracia turca. Que den poder a los kurdos de Iraq para que se puedan defender causa mucho miedo en Turquía. EI no es que sea de cartón piedra, es una patochada, pero demuestra que la región es frágil respecto a los Estados, la sociedad, las cuestiones sectarias religiosas; frágil porque no se sale del subdesarrollo siendo una región rica… también porque no avanza la cuestión de Palestina.
Una región frágil, manejable y contradictoria.
A. P.: ¿Quién es amigo de quién? Es una reconfiguración que habla de fragilidad, inestabilidad y de la necesidad de crear Estados fuertes, no autoritarios sino bien asentados en sus fronteras, con democracias, con participación, con reconocimiento de la diversidad.
W. S.: El sistema político del islam es civil, no religioso. El Profeta muere y no deja instrucciones sobre lo que le va a suceder, quién va a ser, de qué modo… todo lo que se hizo después fue una invención. El califato, el emirato,… todo esto no existía en el islam original. Sobre el islam y las fronteras... el islam no reconoce las fronteras. Otra cosa son las fronteras políticas que se han establecido, cuando se habla de esta región tras la Primera guerra mundial y el acuerdo de Sykes Picot. Nadie habla de Israel, que es una invención, un país artificial sin fronteras definidas completamente. El islam no reconoce fronteras porque creen en un Estado general que es el Estado islámico, y que abarca a todos los países musulmanes del mundo, pero las circunstancias políticas les obligan a establecerse en grupos por países o regiones.
¿Hay diferencias ideológicas en el discurso de Al Qaeda y el de EI?
N. R.: Lo más importante es el planteamiento generacional. Al Qaeda tiene líderes mayores que los de EI, con la legitimidad de haber luchado en Afganistán, de haber cambiado la idea de luchar contra el enemigo interior po la de enfrentarse al enemigo exterior; convertir la lucha de lo más inmediato en una lucha global contra lo que, dicen ellos, está atacando al islam. En cambio, EI se ha colado en la revolución siria, a partir de lo que ya estaban haciendo en Iraq para luchar contra la invasión estadounidense, y ahora luchan, al menos en teoría, contra los regímenes instaurados en Iraq y Siria, a la vez que se enfrentan a las políticas de EE.UU. que consideran contrarias al islam. La diferencia está en los hechos.
A. P.: Hay mucha contaminación sobre los grupos, es difícil distinguir quién está en Al Qaeda y quién en EI, pero las trayectorias vitales y los argumentos de partida son distintos.
W. S.: EI es el hijo legítimo de Al Qaeda, a pesar de que han tenido una orientación diferente… Al Qaeda es un grupo universalista, desde el comienzo con Bin Laden, han entendido que el islam es universal, carece de fronteras, creen en el califato musulmán, en el Estado islámico… en cambio, el grupo EI ha empezado por crear fronteras (Estado Islámico de Iraq y luego, de Iraq y Siria) y ahora han llegado a lo que la ideología de Al Qaeda plantea.
N. R.: Pero esto ya había pasado en Al Qaeda en el Magreb Islámico. También tenían esa idea de ir poco a poco expandiéndose.
¿Hay una mayor radicalización en EI? ¿Cómo afecta lo vivido por los presos islamistas en las cárceles iraquíes, libias o sirias?
W: Relativamente, porque Al Qaeda no es un grupo misericordioso, cuando han tenido ocasión de matar a civiles musulmanes, extranjeros … lo han hecho sin miramientos. Otra cosa es el impacto que tiene ejecutar a un periodista delante de las cámaras, algo que Al Qaeda apenas hizo. Algunos medios de comunicación dicen que los de EI son muy crueles, y por eso Al Qaeda se ha desmarcado de ellos, pero son sólo los sistemas, las herramientas, porque el fondo es igual de terrible. La diferencia es que EI utiliza medios más modernos, la tecnología.
N. R.: Es el morbo.
W. S.: Utilizan Internet, películas, Youtube,… están muy capacitados. Y han creado una entidad, Al Hayat Media Center, dentro de la propia organización. Para mí es un Estado ficticio, pero han organizado ministerios de Guerra, de Tesorería. Al Qaeda no llegó a tener esa capacidad.
Pero EI también está aprovechando un momento en el que EE.UU. tiene que pensarse mucho una posible intervención a gran escala en la región. Aquella “intervención inminente” en Siria de hace más de un año, de la que acabó retractándose, es un ejemplo.
A. P.: No ha dejado de recular. Y la situación se complicará todavía más.
W. S.: Se les ha ido de las manos. Al principio lo toleraban porque cada uno tenía un interés determinado, incluso el Gobierno de Iraq. Las manifestaciones llevaban meses produciéndose en Faluya, Anbar, Raadi. Al Maliki les tachaba de terroristas y necesitaba demostrar al mundo que lo son, mezclarles, ese era el interés de Maliki para que apareciera EI. Turquía utiliza a EI en contra de los kurdos, para que no reclamen la independencia. EEUU lo hace por el interés en el negocio de las armas y el petróleo.
N: No hay que olvidar que tanto los sirios como los iraquíes huyen de EI, mientras gente que ha nacido en países europeos, en un entorno no islámico, son los que se están uniendo a ellos. No son personas procedentes de un país árabe o de mayoría musulmana que vive la tradición islámica, sino los que en el caso de España viven en Ceuta (se habla de la yihad dentro de la propia Ceuta). Forma parte de la estrategia de marketing que tienen: mirad cómo se vive aquí, en estas zonas de EI, en comunidad con Dios… recuerda un poco a los kibbutzim, respecto a esa propaganda que se está haciendo sobre lo bien que se está allí.
¿Qué responsabilidad tiene Turquía por la expansión de EI en Siria por su frontera sur?
N. R.: Ha sido la puerta. Ellos sabían quién llegaba. He viajado en un vuelo de Estambul a Ankara y lo he visto con claridad. Escuchas las conversaciones y piensas: “Esta gente va a llegar a la frontera y nadie les va a detener”; porque se suponía que deportaban a muchos de los que llegaban, pero yo estaba cogiendo un avión en la puerta internacional que es Estambul y se estaban yendo a Ankara, no salían del país. Hay un doble discurso y actuación. En Siria, el más interesado en que todo evolucionara como lo ha hecho ha sido el régimen de Assad. En las amnistías decretó la liberación no de presos políticos, sino de los que supuestamente habían ido a Iraq, detenidos por presuntos terroristas. Les soltaron y formaron núcleos como Jabhat al Nusra, o EI. Y Assad ha conseguido lo que dijo que lograría al principio de la revuelta, que nos parezca que tenemos que elegir entre esa gente o él. En el primer minuto advirtió: estos son Hermanos Musulmanes, salafistas… Al Qaeda. Y finalmente, Al Qaeda está en Siria. Ha conseguido que se nos olvide qué estaba pasando en Siria antes o que la raíz en Iraq fue la invasión estadounidense. Ahora el régimen tiene un enemigo que son los terroristas, mientras que EI tiene un enemigo hereje o infiel porque a la minoría alauí no la consideran parte del islam.
W. S.: Es la instrumentalización, tanto de los alauíes, como el sunismo y el chiísmo. El problema es político, no religioso. Parece que necesitamos constantemente un elemento de miedo en la región para mantener el interés de las potencias… ahora es EI, hace poco fue el régimen de Sadam Hussein… todo para seguir vendiendo armas y extrayendo petróleo casi gratis. En Occidente se trabaja ese miedo, la propaganda respecto al peligro de EI. Pero olvidamos que, aunque exista ese peligro, es la población del Mundo Árabe la que lo está padeciendo de forma cotidiana desde hace años. Los yazidies, los musulmanes, suníes, chiíes, cristianos… todos han tenido que dejar sus hogares, huyendo del EI. Menos del 30% de los árabes apoyan voluntariamente a EI en los países afectados. La inmensa mayoría de los que luchan con ellos lo hacen por obligación, porque no tienen más remedio o es el único lugar donde pueden recibir un sueldo en el caos que es hoy Iraq. El peligro es una realidad que se comprueba a diario entre la población de la región. En EEUU o España hay preocupación por los actos violentos que puedan ejecutar los de Ceuta o los de París, pero a nadie se le pasa por la cabeza que mañana vengan a ocupar Córdoba. El daño es permanente y constante en Iraq o en Siria.
¿Qué salida creen que pueden tener esas poblaciones? Hablamos de EI, pero no de los problemas reales de los países donde además de EI la situación es extrema. ¿Hay alternativa ideológica interna? ¿Cómo pueden distanciarse los grupos que comenzaron las revueltas árabes del radicalismo actual contra el régimen?
N. R.: Hay alternativas ideológicas, que son las que hubo al principio de las revueltas. Las manifestaciones en Iraq o en Siria no pedían un Estado islámico. La alternativa existe, las oposiciones políticas a los Gobiernos impuestos, con sus grandes problemas y defectos, tienen planteamientos ideológicos que no casan con lo que piden los radicales. El problema es: ¿A quién se ha enviado las armas en Siria? ¿Por qué el salafismo, que en Siria era una corriente quietista absolutamente, sin vocación política, de repente se ha impuesto y el 80% de la oposición armada es salafista? No es porque, de repente, los sirios se han hecho salafistas o los iraquíes yihadistas. Viene de una confluencia de intereses, la pugna sectaria, que es política, entre Irán y Arabia Saudí. En Siria fue muy significativo el cambio de banderas, la bandera verde dejó de aparecer para dar paso a la negra. La alternativa ideológica existe e intentan desmarcarse, la población civil en el país se niega, en la medida de lo posible, a seguir los postulados de esta gente. Intentan dialogar con los salafistas, no con EI.
A. P.: El miedo que pueda tener un ama de casa en Washington no es comparable con el que pueda tener un ama de casa en Mosul o Rakaa cuando piensa cómo está el barrio ese día, si puede salir o no. La realidad es que contra el EI, si es un grupo insurgente, organizado militarmente, sólo cabe una intervención militar. Desgraciadamente es la única solución.
¿No se ha aprendido nada de las revueltas populares, las sociedades árabes han demostrado que no se necesita un permiso externo para evolucionar y cambiar las cosas?
W: En Siria, estaba Burham Gallium, líder de la oposición, un hombre laico, académico conocido, pero nadie quiso apoyarle, escucharle; en cambio, aparecen los grupos islamistas, como pasó en Iraq, y desde el exterior se les apoya. ¿Quién es Al Maliki? Representan a grupos islamistas retrógrados, de otro tiempo, y hacen pactos con ellos. En Iraq existe un partido comunista desde 1934, con una tradición política, pero nadie ha querido escucharles.
¿Creen que la brecha actual entre suníes y chiíes es salvable, que es posible combatir los polos que hoy representan Irán y Arabia Saudí?
A. P.: Estoy segura de que sí, porque sunna y chía enfrentados es la historia. Siempre ha habido momentos en los que esa diferencia doctrinal y esas luchas por el poder se han resuelto tras guerras y pactos. Es una cuestión política, ahora toca la confrontación. Mientras Irán siga empecinado desde su actual rehabilitación para la política internacional, igual que Arabia Saudí, que es un régimen que se hace fuerte porque pilota el Consejo de Cooperación del Golfo (el polo de producción de energía más importante del mundo), no habrá salida. Da mucho miedo la política que se hace desde Arabia Saudí porque sus gobernantes no tienen ninguna conciencia de lo que es el consenso, ni el pluralismo ni la participación en la diversidad. A veces les equiparo al partido nazi, porque son capaces de exterminar todo lo que a ellos no les interese.
¿Cómo frenar entonces esa brecha, el enfrentamiento?
A. P.: Yo no veo una salida ahora mismo. Más allá de una intervención para bloquear la espiral de violencia.
Pero estamos viendo que la intervención de la coalición internacional está teniendo muchos problemas por los intereses internos, las estrategias de esos 30 países que en la foto salen muy bien pero no tienen un objetivo común.
A. P.: El objetivo es mantener las hegemonías dentro de la región. Hay que entender por qué todos estos grupos se alimentan y cuál es su leit motiv, que desde mi punto de vista es Palestina. Cada año que seguimos sin conseguir avanzar en la rehabilitación de Palestina como entidad política, estableciendo unas fronteras, reconociendo un pueblo, una recuperación de Palestina como nación, estamos dando munición al conflicto. Sólo hay que ver la cantidad de páginas que EI dedica a la cuestión de Palestina, como también lo hacía Al Qaeda.
W. S.: Los chiíes han vendido durante mucho tiempo la idea de que han sido víctimas de una política de usurpación del poder, no reconociendo que sí han tenido poder (por ejemplo, en el Gobierno fatimí en Egipto o en Túnez, donde también gobernaron). A pesar del roce que hubo durante la historia entre chiíes y suníes, nunca llegaron a enfrentarse militarmente, nunca hubo una guerra. Hubo mucha más convivencia que enfrentamientos a lo largo de la historia en la mayoría de los países árabes y musulmanes. La desgracia en el mundo arabo-islámico es que han surgido dos polos: Irán y Arabia Saudí, cada uno haciendo una política apoyando a su confesión. Mientras Arabia Saudí mantenga el wahabismo, el fomento de mezquitas en todas partes y la educación de gente que viene con barbas... Y mientras Irán siga apoyando a Hezbolá en Siria y a Hamás en Palestina… todo irá a peor. A corto plazo no veo solución y creo que se agravará. El cambio tiene que llegar por la educación.
N. R.: Palestina es el leit motiv de todos. También del régimen de Assad, declarado laico, que se autoproclamó representante de la resistencia contra Israel a favor de Palestina, a pesar de todo lo que les ha hecho a los palestinos a lo largo de la historia. Y de hecho, ese leit motiv es del que él se ha armado para poder recibir apoyo de diferentes grupos que han acabado considerando que el chiísmo es lo progresista y el sunismo lo retrógrado; cuando las dos grandes potencias, Arabia Saudí e Irán, son exactamente igual de retrógradas, igual de terroristas en cuanto a terrorismo de Estado contra su propia población,. Ambos alimentan a grupos igualmente radicales. Palestina es la puta de todos, nos vale para todo y eso es una problema.
¿Auguran una corta vida al Estado Islámico?
W. S.: Si existe una intención real por parte de las potencias, de los países de la región, acabarán con EI. ¿Acaso no hay posibilidad de cortarles Internet?¿No pueden incomunicarles? ¿No pueden obligar a cerrar las fronteras para que no salga el petróleo de contrabando?
N. R.: En Turquía hay un desfase similar a lo que pasaba en Afganistán con los talibanes. Servicios secretos por un lado y policía y Ejercito turco por otro, y los servicios de inteligencia que están dejando que pasen cosas; actuando como en su momento ocurrió en Afganistán, en apoyo de los talibanes en aquel caso. ¿Cuánto va a durar EI? Lo que lo quieran mantener, porque se está sosteniendo por suero en vena. Acorralar, si se quiere, se hace Se puede acabar con EI por las armas.
W. S.: Hacen falta medidas a corto y largo plazo, ver qué ha hecho la política internacional en la región, las alianzas… ¿EE.UU. no puede obligar a Arabia Saudí a que habilite leyes distintas de las que tienen, dejarles un poco de margen a las mujeres, más derechos, que dejen de aleccionar con un wahabismo radical en los libros de texto? Lo pueden hacer. Pero, ¿interesa? Ahí está la historia.
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Walid Saleh, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Libros políticos: El ala radical del islam. El islam político: realidad y ficción, Siglo XXI, Madrid, 2007; Irak: invasión, ocupación y caos, Los Libros de la Catarata, Madrid, 2005; Oriente Medio: el laberinto de Bagdad, Doble J, Sevilla, 2004.
Naomi Ramírez, investigadora de la UAM especializada en Siria.
Blogs: http://www.hermanosmusulmanes.es/ y http://traduccionsiria.blogspot.com.es/
Artículos: “Islam político en Siria: Contradicciones internas e internacionalización impuesta” en La primavera árabe: ¿una revolución regional?, libro electrónico que recoge las ponencias del I Congreso Internacional: Mundo Árabe en Cambio, celebrado en la UCM en diciembre de 2012. “Los Hermanos Musulmanes en Siria: entre la confrontación y la concertación”, en co-autoría con Ignacio Álvarez-Ossorio, en Islam político en el Mediterráneo (coord.. Ferrán Izquierdo), Bellaterra, 2013
Ana Planet, profesora de Sociología del Mundo Árabe e Islámico de la UAM.
Miguel HERNANDO DE LARRAMENDI y Ana I. PLANET, España y Mauritania: Sáhara, pesca, inmigración y desarrollo en el centro de la agenda bilateral, Documentos CIDOB nº 16, Fundación CIDOB, Barcelona 2009.
Ana I. PLANET y Jordi MORERAS, Islam e inmigración, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Colección Foro nº 17, Madrid 2008.
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