Escenario italiano, todos a pactar
Pablo Pérez Madrid , 17/05/2015
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La expectativa con la que la mayoría de las comunidades autónomas y las grandes ciudades aguarda el nuevo panorama político que van a dibujar las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo viene aparejada con la amenaza de un bloqueo de difícil resolución en la mayoría de parlamentos regionales y ayuntamientos. Un escenario italiano, con al menos cuatro partidos en situación de decidir, que obligará a pactos y acuerdos para gobernar.
La irrupción de dos nuevas fuerzas emergentes, Podemos y Ciudadanos, va a cambiar las reglas del juego y, según todas las encuestas, va a dejar un reparto de poder entre estos dos partidos y los dos protagonistas del declinante bipartidismo que ha dominado la escena política desde el retorno de la democracia, el Partido Popular y lo socialistas. Cuatro actores muy enfrentados entre sí y cuya beligerancia mutua va a colocarles en una complicada tesitura a partir del 25 de mayo a la hora de llegar a acuerdos que hagan posibles mayorías de gobierno.
Manuel Mostaza, director de operaciones de la empresa de investigación de mercados Sigma Dos, indica que entre el partido con mayor intención de voto global, el PP (24-25%), y el cuarto, Ciudadanos (17-18%), apenas se prevén siete puntos porcentuales de diferencia. En medio, casi igualados quedarán Podemos y PSOE con una quinta parte de los sufragios cada uno.
Al contrario que en los pequeños pueblos, donde la figura del candidato es más decisiva que la del partido y el poder quedará menos repartido, “la tendencia general en las ciudades más grandes es que va a ser difícil que alguien consiga la mayoría absoluta”. En las comunidades, añade, tan sólo el PP tiene a mano la mitad más uno de los escaños en algunas de ellas, como las dos castillas o La Rioja.
Así que el panorama que se presenta es de pactos. Esto no es algo nuevo en muchas comunidades, pero en general estos acuerdos habían sido entre uno de los dos grandes partidos y una fuerza regional o bien con algún partido minoritario. Ahora, para alcanzarlos será necesaria la concurrencia de al menos dos partidos con una fuerza muy pareja y con aspiraciones a alcanzar a finales de año el gobierno central.
Con el premio gordo de las elecciones generales a la vuelta de la esquina, los nuevos actores del escenario político deberán en muchos casos decidir si permiten que gobiernen de nuevo aquellos partidos ante los que se han erigido como antagonistas o si, en cambio, mantienen su férrea oposición a aquellos a los que culpan de todos los males que aquejan a la sociedad española.
Conforme se han ido acercando a la fecha electoral, todos han ido modulando sus ataques y poco a poco se han ido abriendo a la posibilidad de pactar, pero siempre de una manera poco clara que les deja abierta cualquier opción.
“Los dos partidos nuevos hacen muy bien no decantándose antes del 24 de mayo porque les interesa esa calculada ambigüedad de a quién van a apoyar”, asegura Mostaza. “Pero entiendo que después de las elecciones, si los resultados son los que parece que van a ser, ellos acabarán entrando en este tipo de actividad, porque es la parte consustancial a la política: el llegar a acuerdos, el ceder, el ofrecer…”, pronostica.
En todo caso, el principal activo de los partidos emergentes lo constituye la promesa de desterrar la vieja forma de hacer política y eso implica, han explicitado, que no mercadearán su apoyo a cambio de cargos en gobiernos de coalición. Serían más bien favorables a llegar a pactos de investidura cuando su abstención o su voto a favor sea fundamental.
El problema, advierte Mostaza, es que esos eventuales acuerdos van a estar muy condicionados por las elecciones generales de finales de año. En esto coincide el analista político y director de Newszoom Agustín Valladolid, para quien “la campaña de verdad va a empezar el 25 de mayo y a partir de ahí es cuando Ciudadanos y Podemos van a tener que resolver una cuestión fundamental”. “Tienen que empezar a mojarse y evidentemente ese es un riesgo que los demás van a intentar aprovechar porque cualquier metedura de pata en el pueblo más pequeño de la geografía española tanto de Podemos como de Ciudadanos va a ser bastante difundida”.
Según Valladolid, “las direcciones de los dos partidos nuevos van a estar muy pendientes de la política de pactos que van a establecer en la medida de lo posible con visiones muy estrictas porque se juegan también su credibilidad”.
Por lo tanto, cualquier apoyo que los partidos emergentes ofrezcan a PP o PSOE no será barato. Para poder justificarse ante sus votantes, deberán lograr contraprestaciones importantes y visibles a corto plazo.
No obstante, el dilema en el PP y el PSOE no será menor. Tras haber visto a gran parte de su electorado migrar en masa a las formaciones emergentes y de haber criticado su populismo y la falta de realismo de sus propuestas, si ahora hacen demasiadas concesiones contribuirán a fortalecer la imagen de eficacia de éstas y el trasvase de votos podría aumentar para las generales.
Todos estos elementos han confluido en el primer test de esta nueva situación política, Andalucía, donde la falta de acuerdos para que bien Ciudadanos y Podemos bien el PP se abstengan y permitan la investidura de la socialista Susana Díaz ha generado un bloqueo institucional de incierta salida.
Desde Somos Izquierda, un movimiento de militantes de base de varios partidos y colectivos sociales de izquierda que aboga por un frente común de todos ellos, ven con preocupación el enfrentamiento que se está produciendo entre éstos.
“Los mensajes que se están dando desde los partidos de izquierda tienden a la división”, sostiene Beatriz Talegón, representante de esta plataforma. “Cuando pasen las elecciones no les va a quedar más remedio que pactar, porque Lo que ha pasado en Andalucía se va a reproducir en un montón de ayuntamientos y de comunidades autónomas y, si no pactan, va a ser ingobernable este país”.
Somos Izquierda aboga por un gobierno de coalición entre PSOE, IU y Podemos en esa comunidad, pero el problema, indica Talegón, es que “desde la dirección de los partidos están pensando que el que ceda se pone de rodillas cuando en realidad el que cede está haciendo un acto de generosidad en beneficio de la ciudadanía”.
Y advierte que “Podemos se la juega” porque si no apoya al PSOE se arriesga a que lo haga la derecha a, lo cual no sería obviamente sin condiciones. “Si Podemos permite que en Andalucía coja fuerza la derecha, va a perder potencia para las generales porque si la gente ve que está sirviendo para debilitar a la izquierda, eso les va a pasar factura”.
Agustín Valladolid, sin embargo, considera que la formación liderada por Pablo Iglesias “no puede hacer otra cosa porque cuando tú desacreditas permanentemente como elemento esencial de tu discurso político a la clase política actual, a lo que ellos llaman ‘la casta’, tienes muy complicado implicarte en la gobernabilidad con esta casta”.
En cambio opina que quien puede tener la llave de la gobernabilidad en la mayoría de las comunidades y grandes ciudades y está llamado a desempeñar un papel más activo es Ciudadanos. “Lo que la gente espera de ellos es que se involucren, que establezcan normas de funcionamiento de la política distintas, que sean más exigentes con determinadas actitudes, pero que colaboren para cambiar las cosas desde dentro. Sin embargo, Podemos transmite una sensación de mayor ruptura”, afirma.
No obstante, Manuel Mostaza apunta que Ciudadanos tampoco se encuentra en una situación ideal: “Tiene un problema por su propia configuración, puesto que tiene como dos o tres almas: un alma más ligada al PP y una más centrada en la izquierda y en la socialdemocracia”.
Según los estudios de Sigma Dos, algo menos de un tercio (28-30%) de los electores de Ciudadanos quiere que pacte con el PP, pero más o menos la misma cifra quiere que lo haga con el PSOE. Y el resto, cerca de un 45-50, no quiere que pacte con nadie.
“Esto va a ser un problema a la larga para estos partidos nuevos. Tienen que plantearse si quieren sustituir, en el caso de Ciudadanos al Partido Popular, en el caso de Podemos al Partido Socialista, que es a lo que parece que podían llegar hace unos meses, o si quieren ser su bisagra”, concluye Mostaza.
La expectativa con la que la mayoría de las comunidades autónomas y las grandes ciudades aguarda el nuevo panorama político que van a dibujar las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo viene aparejada con la amenaza de un bloqueo de difícil resolución en la mayoría de parlamentos regionales y...
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Pablo Pérez
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