1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

Tina Modotti, un puñado de niebla

Gloria Crespo MacLennan 8/07/2015

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

María fue su nombre de guerra. Aunque a veces también se hizo llamar Carmen o Vera. Su belleza, en otros tiempos legendaria, palidecía bajo la impenetrabilidad de su rostro. Conservaba su mata de pelo azabache que recogía sobriamente en un moño, y la elegancia y la feminidad con las que resolvía el movimiento de su cuerpo menudo. La dulzura de su rostro parecía haberse petrificado bajo su mirada melancólica. En la severidad de su conjunto, aparentemente, no quedaba ni rastro de  aquella supuesta femme fatale, con un pasado de actriz de cine mudo en Hollywood, a la que el fotógrafo Edward Weston, inmortalizó desnuda en la soleada azotea de su vivienda mexicana y Diego Rivera  en sus murales.

Entre el guirigay de los asistentes al II Congreso de Escritores en Defensa de la Cultura, en contra del fascismo, que se celebraba en Valencia, en julio de 1937, la compañera María no conseguía pasar inadvertida. Gerda Taro la reconoció: aquella mujer de hablar lento y triste era la fotógrafa italiana Tina Modotti, cuya mirada solidaria había conseguido aunar, con gran sensibilidad, una depurada estética modernista con el compromiso social. Modotti había sido una pionera del fotoperiodismo. Taro seguía ahora su senda y simbolizaba todo aquello que la italiana había sido diez años atrás: joven, dinámica, alegre, apasionada, decidida e irresistible. “¿Por qué no vuelves a coger tu cámara?”, le animó la entusiasta joven fotógrafa alemana. “No, una no puede hacer dos cosas a la vez”, respondió María.  

Tina Modotti (Udine, Italia, 1896-México DF, 1942) llegó a España en la primavera de 1936, procedente de Moscú, donde habían vivido los últimos cuatro años junto a su pareja Vittorio Vidali, comisario político del Komintern. Fue allí donde, citando a su amigo el poeta Pablo Neruda, “tiró su cámara al río Moscova”, poniendo fin a una lucha que venía arrastrando desde hacía tiempo entre el arte y la militancia. Desde su incorporación al Partido Comunista de México en 1927 - que coincidiría con su momento más esplendoroso como fotógrafa - la rigidez de la disciplina política fue minando su quehacer artístico, obligándole a cuestionarse su esencia, convencida de que la búsqueda estética por sí sola servía a los intereses burgueses. Utilizó la fotografía como un arma de denuncia y rechazó ser considerada una artista: “Soy fotógrafa, nada más”, decía. Esto no impidió, quizás muy a su pesar, que haya encontrado un lugar en la historia del arte por derecho propio.

Se inició en la fotografía de la mano de Edward Weston, de quien fue amante durante cuatro años. El artista americano fue su interlocutor artístico y quien la orientó en la búsqueda de su propio lenguaje. Juntos llegaron a México en 1923, en un momento donde si bien la revolución no había dado los frutos esperados en lo social, sí lo había hecho en lo cultural. México también supuso para Tina una nueva confrontación con la pobreza, con el recuerdo de su dura infancia en Udine, Italia, donde había conocido el hambre.

Su obra fotográfica, realizada en un corto periodo de tiempo -entre 1923 y 1932-, partió de su sensibilidad estética por el ritmo, las texturas, las tonalidades y los detalles, llegando a rozar los límites de la abstracción. Poco a poco fue incorporando la narrativa visual de su conciencia social, dotando a su obra de unas dimensiones antropológicas. Sus fotografías son a la vez testimonio de las inquietudes estéticas del momento, así como del momento histórico. “Aunque para ella la calidad fotográfica es importante, lo esencial es que la dignidad de la persona o el objeto fotografiado sea lo primero”, dice María Millán, comisaria de la magnífica exposición Tina Modotti, organizada por la Fundación Loewe, que puede verse hasta el 30 de agosto, como parte de la programación de PhotoEspaña 2015.  Para Patricia Albers, autora de la biografía de la artista, Shadows, Fire, Snow: The Life of Tina Modotti (University of California Press), la obra de la italiana engloba las mismas características que su propia personalidad: “Una mezcla de fuerza, vulnerabilidad, creatividad e inteligencia emocional. Su obra es tan original y relevante hoy en día como lo fue cuando la realizó”.

Pero volvamos al dramático episodio de la Guerra Civil española, donde Tina Modotti se entregó por completo a la cruzada contra el fascismo. Si algo cabe destacar del retrato de la artista italiana durante estos años es su abnegación y capacidad de sacrificio. Había sido enviada desde Moscú para ocuparse de la tareas administrativas del Socorro Rojo Internacional, un servicio social organizado por la Internacional Comunista. Pero siguiendo la consigna de su admirado Nietzsche, “vive peligrosamente”, prefirió entregarse a todo tipo de tareas donde el riesgo solía ser una constante. Dedicada, disciplinada e infatigable, puso todo su afán en sacar adelante el precario Hospital Obrero situado en la madrileña calle de Francos Rodríguez. Allí estuvo al cuidado de La Pasionaria durante cinco días -su adiestramiento en el uso de pistolas, rifles y granadas fue una garantía para proteger a un paciente tan preciado-. Fue testigo de la barbarie atendiendo a las víctimas y rescatando a niños heridos en bombardeos. Participó en labores de evacuación y colaboró con el doctor Norman Bethune, quien desarrolló la primera unidad de transfusiones de sangre en el frente. También asistió al poeta Antonio Machado evacuado desde Madrid a Rocafort, a las afueras de Valencia -la llamaba “el ángel de mi casa”-. Y encontró tiempo para colaborar como redactora en la revista  Ayuda. Todos los testimonios de quienes trabajaron con ella coinciden en que siempre estuvo dispuesta a sacrificarse haciendo aquello que los demás no querían. Todo ello de forma entregada y serena, bajo el inquebrantable dominio de su carácter.  “No creo que cogiera su cámara”, dice Patricia Albers, “estaba totalmente inmersa en el drama de la guerra. Y además su forma de trabajar no era la de echarse a la calle y disparar, sino trabajar despacio, pensando y planteándose el escenario. Y dedicando mucho tiempo al cuarto oscuro. Dado el momento que estaba viviendo, todo esto hubiera supuesto un lujo para ella” .

“Fue una heroína”, dice Elena Poniatowska en entrevista telefónica, “porque vivió toda la vida de acuerdo con su ideales, y estuvo dispuesta a dar la vida por ellos. Me impresionó que tuviese una idea de cómo quería que fuese el mundo y se dedicara a construirlo. Ese mundo más justo, en el que todos se van a dormir habiendo comido más o menos lo mismo. Un ideal de protección y  de amor”. La célebre escritora, periodista y también activista pasó varios años investigando la vida de la fotógrafa para escribir su novela, Tinísima. Esto estuvo a punto de costarle su amistad con el también escritor y poeta mexicano Octavio Paz. El escritor dejó de hablarle durante diez años. El origen del enfado tuvo que ver con un incidente, relatado en varias ocasiones por el propio escritor y ocurrido en 1937, durante el II Congreso de Escritores en Defensa de la Cultura: fue entonces cuando Tina citó a su entonces esposa, la también escritora Elena Garro, en las oficinas del Socorro Rojo.  Su misión era aconsejarle que era preferible que tanto ella como Paz dejaran de frecuentar un café famoso por su clientela de trotskistas y anarquistas. Estos eran traidores a la revolución y enemigos del pueblo; las consecuencias podrían ser serias para los dos si no lo hacían.

Las sospechas sobre la implicación de la activista italiana en asuntos turbios relacionadas con las luchas internas y con el contraespionaje entre las facciones trotskistas y estalinistas del Partido Comunista han sido recurrentes, alimentando una visión enigmática de la artista. Comenzaron en México en 1929, tras el asesinato del ideólogo revolucionario cubano Julio Antonio Mella. Mella fue tiroteado mientras regresaba a su casa acompañado por la fotógrafa, con quien mantenía una apasionada relación amorosa. Llamada a declarar por el juez, Tina incurrió en varias contradicciones, lo que hizo que inmediatamente se la considerase como instigadora. La prensa aprovechó su condición de mujer extranjera y de costumbres muy avanzadas para la época para mostrarla como una depravada bolchevique. Su casa fue saqueada y su intimidad violada con la publicación de su correspondencia más íntima y sus desnudos, realizados por Weston. Fue la intervención de Diego Rivera  la que puso freno al acoso. Finalmente se aceptó la causa política como móvil del crimen. Tina fue absuelta, pero el misterio que rodea la muerte de Mella todavía persiste; unos mantienen la sospecha de que fue obra del dictador cubano Gerardo Machado pero son más los que se inclinan a pensar que la orden vino de Moscú y que Vittorio Vidali estuvo involucrado.

Es la figura del controvertido Vittorio Vidali la que más sombra arroja sobre la vida de la artista. Se conocieron en México en 1927. Tosco y mal hablado, sin ningún interés por el mundo artístico y sofisticado que había conocido Tina, contrastaba fuertemente con la delicadeza, prudencia y dulzura que caracterizaban a la apasionada fotógrafa. Sus orígenes italianos y de familias empobrecidas, su aversión por Mussolini y su entrega sin reservas a la militancia política debieron ser su punto de unión.  Vidali era conocido, también, como Carlos Contreras o Elías Sormenti, de carácter enérgico y organizativo, hábil para las negociaciones e implacable a la hora de defender las órdenes de Moscú, se convirtió en un hombre muy valioso para  el politburó soviético. Fue en 1930, después de que Tina Modotti fuera expulsada de México --durante una campaña xenófoba y anticomunista, acusada de haber participado en el atentado contra el presidente electo Pascual Ortiz Rubio-- cuando se convirtieron en pareja. Estuvieron juntos 11 años. Se establecieron en Berlín y después fueron trasladados a Moscú. Parece ser que las labores de Tina para el partido durante este periodo se extendían más allá de su colaboración como traductora y mecanógrafa para el Socorro Rojo y la Liga Anti-Imperialista. De esta época data su primera visita a España, con pasaporte falso para,  curiosamente, visitar la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla.

Vidali llegó a España con el fin de organizar el famoso Quinto Regimiento, lo que de alguna forma le convirtió en héroe en cuanto a la contribución comunista a la República, pero su historia no está exenta de testimonios que también lo convierten en bellaco. Trotski lo describió como “uno de los más crueles agentes de la GPU  (Cheka) en España”. Las acusaciones que se ciernen sobre él incluyen haber llevado a cabo ejecuciones indiscriminadas tanto de civiles como de prisioneros de guerra, así como haber participado en varios crímenes políticos, todos ellos de feroces oponentes  al estalinismo: en el del máximo dirigente del POUM Andrés Nin, en el del brasileño comunista y voluntario de las Brigadas Internacionales Alberto Bezouchet,  en el del anarquista Carlos Tresca y en el de Trotski.  El republicano  Andreu Castells, en su libro sobre las Brigadas Internacionales, cita a Tina Modotti como asistente de Pauline Marty, la mujer del brigadista francés André Marty, en las labores de contraespionaje del sector antitrotskista, y si durante años no hubo documento que lo acreditase, su biógrafa Patricia Albers publicó una carta enviada por Modotti al comité central del partido comunista español en la que informaba sobre el paradero de Alberto Bezouchet y su paso al trotskismo.

“Los acontecimientos se desencadenaban con rapidez, y la victoria fascista era la peor de las perspectivas. Yo creo que Tina pasó por alto y mentalmente desechó las barbaridades de las que estaba siendo testigo e incluso participando. De ahí su declaración: 'Sé muy bien que no es momento para lágrimas: se espera mucho de nosotros y no debemos aflojar, ni quedarnos a medio camino'. Se dejaba llevar por la visión estalinista de los hechos” , señala Patricia Albers. Elena Poniatowska  parece no ver sombra en la protagonista de su novela: “Me parece extraño que una persona volcada en atender a enfermos, una gran enfermera que hizo las primeras transfusiones de sangre junto al humanista Bethune, participara de las actividades de Vidali”. La escritora mexicana conoció a Vidali en la última etapa de su vida, cuando ya retirado de su puesto como senador en el Parlamento italiano escribió varios libros autobiográficos. Son los únicos testimonios que quedan sobre algunos de los episodios de la vida de Modotti. “Tuve la sensación de que era un luchador social, no creo que fuera un sanguinario, aunque creo que no desaprobaba el terrorismo”, comenta la novelista.

El 19 de abril de 1939 Tina Modotti regresaba al puerto de Veracruz, México, con pasaporte falso. Su expulsión fue anulada. Una vez más le tocaba empezar de nuevo. Consumida en su muda tragedia, la desilusión y la vergüenza apagaron más su carácter. Quienes la recuerdan entonces lo hacen con tristeza. Procuraba no frecuentar a sus antiguas amistades y se volcó en ayudar a los refugiados españoles y a colaborar con la Asociación Garibaldi. Su relación con Vidali se deterioró por completo y él reanudó su vida con otra mujer. Jesús Hernández, exministro de la República y exiliado español en México, cuenta en sus memorias que se encontró con Modotti poco antes de su muerte: “Lo tenías que haber fusilado. Hubiera sido una buena acción, te lo aseguro. No es más que un asesino y me arrastró a un crimen monstruoso. Lo odio con toda mi alma. Pero estoy obligada a seguirlo hasta el final. Hasta la muerte”, le dijo la italiana en referencia a Vidali.

Tal vez en su últimos días recordó el individualismo de Weston, que inútilmente trató de inculcarle. Defendió la causa política antes que al amor y al arte y supo vivir con estoicismo la pérdida de las tres cosas. Hubo un intento de volver a la fotografía, a través de un encargo de su amiga Constancia de la Mora, quien trabajaba en un libro sobre México que nunca llegó a ver la luz. Las fotos no han sido encontradas. La artista murió el 5 de enero de 1942, a los 46 años, sola en un taxi, mientras volvía de una cena en casa de Hannes Meyer, exdirector de la Bauhaus. Falleció víctima de una dolencia del corazón. No se le practicó autopsia y durante algún tiempo circularon rumores de que se trataba de otra venganza estalinista por saber demasiado.

En su cartera se encontró una foto de Julio Antonio Mella.






María fue su nombre de guerra. Aunque a veces también se hizo llamar Carmen o Vera. Su belleza, en otros tiempos legendaria, palidecía bajo la impenetrabilidad de su rostro. Conservaba su mata de pelo azabache que recogía sobriamente en un moño, y la elegancia y la feminidad con las que resolvía el...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí