Premier League
Leicester City, una fantasía hecha realidad
Es la sorpresa de la Premier League. Un equipo que el año pasado luchaba por no descender ahora comanda la liga más competitiva del mundo
Carlos Castellanos 16/12/2015
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En tiempos de campaña electoral en España, en los que tanto se habla de “cambio” y de “alternativa”, en el fútbol inglés está teniendo lugar una auténtica revolución, un levantamiento de los modestos ante los poderosos que encabeza el valiente Leicester City, actual líder de la Premier League.
Mientras que en las grandes ligas europeas mandan los nombres de casi siempre --Barcelona, Bayern Munich, París St Germain e Inter de Milán-- en Inglaterra el que mira a todos desde arriba comenzó la temporada con el único objetivo de salvar la categoría. Para entender mejor la dimensión de la campaña del Leicester, hace falta saber algo sobre el club y su historia.
Los Foxes, como se les conoce, están ubicados en la zona media de Inglaterra, los Midlands, región en la que se ven superados en tamaño por equipos como Aston Villa, Birmingham City, Wolverhampton Wanderers, West Bromwich Albion y Nottingham Forest. En sus 131 años de historia, Leicester ha ganado tres Copas de la Liga y ha jugado 48 temporadas en la máxima categoría, 62 años en la segunda y una en la tercera, en 2008.
El punto de partida en este inimaginable ascenso hasta la cima del fútbol inglés fue el 4 de abril de 2015, cuando el equipo consiguió derrotar al West Ham United 2-1 en el King Power Stadium. Leicester comenzó esa jornada en la última posición, a siete puntos de la salvación y con 9 partidos por jugar. A partir de ese momento, los Foxes ganaron 7 encuentros y acumularon 22 puntos de 27 posibles, más que ningún otro equipo de la Premier en ese tramo final de temporada.
El entonces entrenador, Nigel Pearson, atribuyó la milagrosa salvación a la fortaleza mental del grupo y al trabajo colectivo. Sin embargo, éstas fueron las señas de identidad del equipo incluso cuando los resultados no acompañaban. Cierto es que el fútbol es un estado de ánimo y la confianza fue fundamental en esa serie de triunfos, pero la racha salvadora se construyó sobre unos cimientos sólidos dentro y fuera del campo.
Una vez conseguida la permanencia, Pearson fue destituido por el Leicester City por diferencias con la directiva y en su lugar fue nombrado el italiano Claudio Ranieri, provocando los peores presagios para el club por parte de un amplio sector de la prensa. Sin embargo, Ranieri supo dar continuidad a la obra de Pearson, manteniendo lo bueno y mejorando lo mejorable.
Clave en la suave transición de Pearson a Ranieri y en conseguir lo mejor de la plantilla es el papel del segundo entrenador Craig Shakespeare, que lleva en el club desde 2008 con un paréntesis de un año en 2010. Esa comunión entre cuerpo técnico y plantilla es vital para sumar puntos en situaciones comprometidas, como reconocerá cualquier entrenador. De hecho, esa fe y voluntad inquebrantable tan característica de este Leicester, lograda por ese buen feeling en el vestuario, es una de las razones por las que solo ha perdido una vez en lo que va de campeonato y ha logrado dar vuelta partidos que parecían perdidos.
Otros rasgos fundamentales de este equipo son su gran funcionamiento, el aprovechamiento de sus recursos y la minimización de sus debilidades, elementos que probablemente conviertan el Leicester en el mejor bloque de la Premier League.
Mientras que Manchester City tiene una notable dificultad en las transiciones defensivas --defiende mal la banda izquierda y suele regalar espacio entre líneas--, otros grandes equipos de la Premier evidencian otros problemas. El Arsenal padece la irregularidad de sus principales figuras, la acumulación de lesiones y una falta de contundencia para culminar sus intrincadas maniobras ofensivas; el Manchester United parece perder cada vez más su identidad y resalta por la ausencia de jugadores importantes en posiciones clave, amén de tener que lidiar con el bajo rendimiento de Wayne Rooney; el Liverpool y el Tottenham siguen en una interminable construcción y el Chelsea se desmorona como un castillo de naipes.
En medio de esa situación de los principales candidatos al titulo, el Leicester City sigue silenciosamente su marcha con un equipo sin fisuras en el que lo colectivo prima sobre lo individual. Los jugadores del Leicester no corren para sí mismos sino para sus compañeros.
Los hombres de Ranieri utilizan un 4-4-2 bastante rígido. En fase defensiva sus principales armas son una intensa presión en campo rival para evitar el contragolpe y, si puede, recuperar la pelota lo más arriba posible. En campo propio levanta dos líneas de cuatro muy coordinadas y ordenadas aunque, al contrario que muchos equipos que prefieren defender la zona sin romper la estructura, el Leicester suelta al jugador más cerca de la pelota y se cierra por detrás para que el contrario nunca tenga tiempo para jugar con comodidad. Cuando la situación se lo permite, presiona con dos o tres jugadores, una presión múltiple en la que la ayuda de los delanteros es fundamental. Con su esfuerzo, el Leicester sabe llevar al rival al borde del precipicio y lo obliga a trabajar a destajo para no caer al vacío. Ningún otro equipo exige tanto de sus rivales.
En fase ofensiva, el equipo utiliza la rápida recuperación en campo rival para mantener el dominio del juego o los contragolpes veloces aprovechando los desmarques de sus delanteros. En el esquema de Ranieri, algunos jugadores son vitales para su buena puesta en practica. Las dos principales figuras del equipo son Jamie Vardy y Riyad Mahrez.
El primero es un delantero potente, incasable en los desmarques y rápido para escapar en carrera del defensa. Este goleador, que hace apenas cinco años estaba jugando fuera de la liga profesional con el Fleetwood Town, batió esta temporada un récord de la Premier League cuando anotó en 11 partidos consecutivos, superando la marca anterior de Ruud van Nistelrooy. Sus rutilantes actuaciones le han valido una convocatoria con la selección inglesa y seguramente Vardy viaje con el combinado de Hodgson para disputar la Eurocopa de Francia.
La segunda de las figuras, Mahrez, es un zurdo de un talento más compatible con un equipo superior. Su demarcación en el equipo es la banda derecha aunque en ataque cuenta con libertad de movimiento. En defensa es otra historia, Mahrez, debe recuperar la posición y trabajar la banda. Mahrez es creativo, habilidoso y goleador.
En el centro del campo, el doble medio centro es el pilar que soporta el peso del equipo, en ataque y en defensa. Los dueños de los puestos son N'Golo Kanté y Danny Drinkwater, dos jugadores que difícilmente entrarían en las alineaciones principales de los equipos punteros de Inglaterra pero que su labor en el Leicester los ha convertido en casi insustituibles. Ambos saben encontrar espacio para recibir la pelota y dar continuidad al juego, tanto en su campo como en el rival.
En el aspecto defensivo, Kanté y Drinkwater practican una marca agresiva y son el tapón de la zona central, con una coordinación que permite que salga uno y se quede el otro. En el lado izquierdo del mediocampo está Marc Albrighton, que tuvo que irse del ahora colista Aston Villa para ser titular. Sus características de trabajo y generosidad lo convierten en un jugador ideal para el equipo de Ranieri. En los laterales, juegue quien juegue, el esfuerzo es casi sobrehumano para realizar la presión alta y no exponer la banda. Para esta función no puede faltar la colaboración de Mahrez y Albrighton.
Quizás nada de esto sería posible si la Premier League no tuviera una política de reparto equitativo de los derechos televisivos, fomentando de esa manera la competitividad y atenuando las divergencias económicas entre los clubes. De esa manera, en la temporada 2014-2015, cada uno de los equipos recibió 52,5 millones de libras. Además, Leicester percibió unos 8,7 millones adicionales por acabar en decimocuarto lugar y 7,5 millones por los partidos retransmitidos en directo, lo que produjo unos ingresos totales en la temporada 2014-15 de 68,7 millones de libras, excluyendo venta de entradas, traspasos, merchandising y otros conceptos.
Esta forma de distribuir el dinero de las televisiones ayuda a los modestos a luchar en mejores condiciones con los rivales más grandes y acaudalados de la liga y abre la puerta a historias como la del Leicester City,. Aunque pocos crean que su aventura sea más que un contrato temporal de corta duración, en el King Power Stadium empiezan a pensar que están preparados para firmar un contrato indefinido.
En tiempos de campaña electoral en España, en los que tanto se habla de “cambio” y de “alternativa”, en el fútbol inglés está teniendo lugar una auténtica revolución, un levantamiento de los modestos ante los poderosos que encabeza el valiente Leicester City, actual líder de la Premier League.
Mientras...
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Carlos Castellanos
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