Análisis
Brasil y Turquía, los dos temores de la Bolsa española
Las seis compañías más importantes de España tanto por tamaño como por volumen de facturación tienen presencia en ambos países, afectados por inestabilidad política y económica
Javier Santacruz Cano 30/12/2015
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Un gran economista de nuestro tiempo, no precisamente distinguido por acertar en sus previsiones, sostiene una tesis interesante acerca de los problemas que están teniendo las economías emergentes y, muy especialmente, Brasil y Turquía.
Según este economista, estos dos países son un ejemplo perfecto para ver hasta qué punto el progreso económico y el avance de la sociedad civil van por delante de sus políticos. Esta diferencia de velocidad entre la sociedad y la política es la clave para entender por qué la corrupción es el principal problema que está llevando a la picota a sus gobiernos y qué justificación subyace a las revueltas de sus ciudadanos, hartos de gobiernos que trabajan por y para sus intereses particulares.
El equilibrio entre el progreso económico y el progreso político es una idea que explica la situación de países que gozaban de altas tasas de crecimiento económico y de gobiernos cuya única estrategia era elevar continuamente el gasto público para apaciguar a las masas. Esto es posible siempre y cuando haya dinero, pero cuando este empieza a escasear –y más si el dinero procede de negocios tan cíclicos como el petróleo– la sociedad empieza a movilizarse y los políticos comienzan a inventarse formas de mantener su poder.
Esta dialéctica descrita es la que hoy está produciéndose en dos economías clave y emergentes y que dentro de poco van a ser como los del juego de Hundir la flota: Brasil y Turquía. El problema es que su inestabilidad política y su colapso económico afectan a muchas otras economías que se encuentran alejadas geográficamente de ellas pero con las que tienen estrechos lazos económicos. Al fin y al cabo, han vivido en los últimos años de atraer inversión extranjera y de ser los proveedores de commodities de los países desarrollados, negocio que ha ido muy bien mientras el barril de petróleo ha estado por encima de los 80 dólares.
La inestabilidad política y el colapso económico de Brasil y Turquía afectan a las seis empresas más importantes de España
El problema es que uno de los países más afectados por el colapso de los emergentes (con honrosas excepciones como China o India) es España y, muy especialmente, el mercado de capitales español. Los intereses económicos de España en estos dos países han crecido de una forma extraordinaria en las últimas décadas conforme estos gobiernos aseguraban más o menos la seguridad jurídica y ofrecían oportunidades de inversión en sectores como el petrolero, el eléctrico, la banca o la telefonía.
En este sentido, las seis compañías más importantes de España, tanto por tamaño como por volumen de facturación, tienen una fuerte presencia en Brasil. Concretamente, en el caso de Turquía, desembarcó en 2010 el segundo mayor banco de España, el BBVA, con casi 5.000 millones de euros para comprar el mayor banco turco de la época (Garanti). Años después, hace escasos meses, BBVA redobló su apuesta por Turquía (ya en plena crisis de los emergentes) con otros 1.850 millones. No sabemos si a Francisco González, su presidente, el tiempo le dará la razón. Lo que sí sabemos en este momento es que la compra ha sido una ruina para el banco en todos los sentidos. Por si fuera poco, en 5 años, la lira turca ha perdido un 50% de su valor contra el dólar. Menos mal que el fondo de Catar se ha hecho con Finnansbank, la filial turca del National Bank of Greece, y no se ha consumado la intención de BBVA de ampliar todavía más su negocio en un país por donde pasa el petróleo del ISIS.
Volvamos a Brasil. Si la situación de BBVA en Turquía es comprometida, no lo es menos la de Santander y Telefónica en Brasil. La que fuera la economía más pujante de Latinoamérica concentra el 28% del margen neto del Santander y el 23% de los ingresos brutos de Telefónica. Hasta tal punto es importante Brasil que tiene más peso en las cuentas del primer banco español que la propia España. Todos ellos han reforzado sus posiciones en los últimos años a través de la compra de empresas locales y la consideración de Brasil como región estratégica.
La morosidad y la disminución de los ingresos son las primeras consecuencias que ya figuran en la bolsa madrileña
En efecto, a la luz de estos datos, Brasil es un quebradero de cabeza importante para dos colososcomo Santander o Telefónica. Tampoco se salvan de la quema las otras tres que nos quedan: Iberdrola, Repsol e Inditex. Solamente como ejemplo: Repsol descubrió junto con otras compañías como la china Sinopec y la estatal Petrobras un importante yacimiento en Sapinhoá a 6.500 metros de profundidad en 2014. Para explotar este yacimiento, Repsol incurriría en un coste equivalente a 80 dólares por barril de crudo. Actualmente, el Brent (referencia en Europa) apenas llega a 34 dólares.
Con esta situación, las seis empresas más importantes de España tienen un serio problema tanto con Brasil como con Turquía. Esto tiene un impacto directo sobre la economía española más por la vía financiera que por la vía real (apenas el 1,3% de las exportaciones españolas va a Brasil). Dada la composición peculiar del selectivo de la Bolsa española, el IBEX 35, estas compañías suponen más del 60% del índice. Con lo cual, un movimiento negativo en varios de estos valores supone arrastrar a la baja a todo el índice.
A pesar del efecto de las elecciones 20-D, el riesgo que los inversores están descontando en el IBEX 35 es cuánto peor puede ir Brasil. En menos de un mes ha dimitido el ministro de Economía, la deuda soberana está a un paso del bono basura para Moody’s y directamente en bono basura para Standard & Poor’s y Fitch, la presidenta Rousseff está casi en el banquillo de los acusados y la economía se ha desplomado un 4,5% en el tercer trimestre.
Más morosidad (la tasa de mora de Santander Brasil ya está en el 5%) y menos ingresos (Telefónica) son las primeras consecuencias que ya están incorporadas en sus respectivas cotizaciones. A una Bolsa tan estrecha y tan concentrada como la española se le puede hacer muy largo este 2016… a no ser que don Mario Draghi ponga más dinero en circulación y el problema quede un poco más maquillado.
Un gran economista de nuestro tiempo, no precisamente distinguido por acertar en sus previsiones, sostiene una tesis interesante acerca de los problemas que están teniendo las economías emergentes y, muy especialmente, Brasil y Turquía.
Según este economista, estos dos países son un...
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Javier Santacruz Cano
Es economista y socio de China Capital.
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