Ha pasado algo desapercibido al tener que competir mediáticamente con los goles galácticos de la BBC y la MSN: nadie, en toda la historia de la Liga, había recibido tan pocos goles, tan solo tres, como el Atlético de Madrid tras once partidos como visitante. La marca expresa la fortaleza que los de Simeone han alcanzado en su idea, en su estilo. Es la otra vía del campeonato. Mucho más económica y tan válida como las demás para luchar por un objetivo. De hecho, le sirve a los rojiblancos para estar ahora mismo comandando la tabla de Primera división. 

El equipo de Simeone ha conseguido superar los números conseguidos por el Deportivo en la temporada 1993-94 y el Barcelona de la 2009-10, cuando encajaron un gol más que los colchoneros en los mismos partidos a domicilio. Lejos del Vicente Calderón, el Atleti ha sumado ocho triunfos dejando su puerta imbatida en todos ellos. Tan sólo el Villarreal, el Deportivo --tras una desafortunada acción de Giménez-- y el Málaga --gracias a un tanto de Godín en propia puerta-- han podido batir a Oblak.

Pero sus números a nivel defensivo no sólo baten récords a nivel nacional. Ningún equipo de las grandes ligas europeas puede mejorar los registros. Únicamente el Bayern de Múnich iguala los ocho tantos encajados, aunque en tres partidos menos que los madrileños. Y tan sólo el PSG ha podido dejar también su puerta a cero en 13 choques del torneo doméstico. Sumando los partidos de todas las competiciones, el Atleti puede presumir de no haber encajado un gol en 19 de los 30 compromisos que ha jugado hasta la fecha.

De seguir a este nivel, Oblak, que lleva 363 minutos imbatido y que aún no sabe lo que es recoger un balón de su portería en 2016, tiene posibilidades de convertirse en el portero menos goleado de todas las ligas disputadas hasta ahora. Para lograrlo, debe superar el registro que ostenta el guardameta del Deportivo Paco Liaño, en la mencionada temporada 1993-94. Entonces recibió 18 goles en los 38 partidos del campeonato: un promedio de 0,47 goles. El del portero esloveno es actualmente de 0,4 tantos recibidos por encuentro.

Además, el Atlético es el equipo al que, con diferencia, menos le han disparado en la primera vuelta del campeonato. Los del Cholo tan sólo recibieron 49 tiros a puerta, una media de 2,58 por partido. El segundo en ese ranking es el Barcelona, con 67 disparos de los contrarios entre los tres palos, aunque con un partido menos antes de resolver su visita al Molinón. El Real Madrid ha recibido 72 disparos. En el muro que ha construido el técnico argentino ante su meta destaca la facilidad de Godín para quitarle balones al contrario. El uruguayo recuperó 213 pelotas en la primera mitad del campeonato, superado únicamente por el deportivista Sidnei, con 221.

Mientras Madrid y Barcelona lo fían todo a su potencial ofensivo, al talento de las estrellas que forman sus delanteras, el Atleti opone un bloque, un equipo en el más amplio sentido de la palabra, donde todos defienden y todos atacan. Porque al hecho de que el Atleti es el equipo que menos goles recibe hay que sumar también que es en el que más jugadores distintos han hecho gol en la Liga. Hasta 13 futbolistas han marcado al menos un tanto. Por el contrario, tanto Barcelona como Real Madrid concentran mucho más sus goles. Así, el tridente Messi, Suárez y Neymar ha hecho el 88% de los goles culés y el compuesto por Bale, Benzema y Cristiano ha conseguido el 79% de los merengues. Si en el Atleti sumamos los conseguidos por Griezmann a los de Jackson y Torres, por ejemplo, apenas superan el 50% del total.

Simeone, sabedor de que no tiene las mismas armas en ataque que blancos y azulgranas, ha decidido ser competitivo siendo el mejor en otra parcela, la defensa. Ya lo ha repetido en numerosas ocasiones: “Mi objetivo es que seamos un equipo incómodo, contra el que cueste y moleste jugar”. Quizá su mayor mérito haya sido el de convencer a un grupo a seguir una idea: la de que el esfuerzo no se negocia y que el talento se debe poner al servicio del colectivo. Viendo cómo en el partido de Las Palmas fue Griezmann a impedir la salida de un rival con el balón casi en el córner de la portería rival, cuando era el minuto 90 y el marcador ya señalaba un 0-2, se entiende cómo ha calado esa filosofía entre los suyos.

El próximo 30 de enero, el Atlético visitará el Camp Nou para medirse con el Barcelona en un partido que puede ser clave en la lucha por la Liga. Allí volverán a enfrentarse dos estilos, dos propuestas muy distintas. Uno de los mejores ataques de la historia del fútbol ante, posiblemente, el equipo más organizado y sólido del momento. Los de Simeone ya comprobaron en la primera vuelta que, con los azulgranas delante, cualquier despiste, cualquier error, por mínimo que sea, puede ser decisivo. Les tocará sufrir pero, ¿hay algún equipo en el fútbol actual que se encuentre más cómodo en esa situación que el Atleti?

Puede que el fútbol del Atleti no sea tan vistoso como lo puedan ser otros, pero viendo la clasificación y sus resultados, puede que tampoco le haga falta. Los del Cholo demuestran que es posible pelear por cosas importantes a pesar de no contar con las mismas armas que sus todopoderosos rivales. Y todo ello en gran medida gracias a valores como el trabajo en equipo, la solidaridad, el compromiso o el afán de superación. En la Liga de las siglas, de la BBC y de la MSN, de los tridentes galácticos, el tridente del Atleti recuerda, metafóricamente hablando, al de los reciarios, un tipo de gladiadores romanos que utilizaban una red para envolver a su adversario y ese arma para rematarlo. Una definición que se adapta perfectamente al juego del Atleti de Simeone.