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Dos titiriteros, en prisión sin fianza por una función que denuncia la caza de brujas y los montajes policiales
El juez y expolicía Ismael Moreno acusa a los artistas de marionetas de enaltecer el terrorismo yihadista y vasco
Nuria Alabao 7/02/2016
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La tradición del Carnaval implicaba la alteración del orden social en el plano simbólico. O así dicen los antropólogos: una fiesta en la que se liberan las tensiones sociales y cualquiera puede ser rey, general o cambiar su género si lo desea. Sin embargo, este año, en el carnaval de Madrid, la sátira ha llevado a dos artistas a la cárcel por hacer un espectáculo de marionetas.
Los titiriteros Alfonso Lázaro de la Fuente, de 29 años, nacido en Almería, y Raúl García Pérez, madrileño de 34, permanecen en prisión preventiva, acusados de apología del terrorismo, desde el viernes 5 de febrero. El magistrado de guardia en el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, dictó el sábado 6 de febrero prisión provisional sin fianza para ambos, a la espera de juicio. Los dos artistas pertenecen a Títeres desde Abajo, una compañía de marionetas malagueña que se dedica a hacer espectáculos con contenido político.
La representación de guiñol por la que se les acusa, titulada La Bruja y don Cristóbal, tuvo lugar el 5 de febrero a las 17.00 horas en el barrio de Tetuán –Madrid– dentro de los actos festivos organizados por el ayuntamiento. La obra se había estrenado el 29 de enero en la Biblioteca Social Libre Albedrío de Granada, y se representó de nuevo en el centro social La Redonda de esa misma ciudad dos días después.
En el blog creado por los artistas para explicar la función, estos cuentan que la obra se inspira en los personajes clásicos del teatro de marionetas, Polichinela, su cachiporra y la bruja, y que quiere denunciar la pervivencia de las cazas de brujas: “La caza de brujas fue un hecho histórico real que puso en práctica mecanismos represivos que todavía hoy se siguen utilizando contra la disidencia: la tortura y la pena de muerte, el falseamiento de pruebas, la construcción de una imagen falsa en la opinión pública que genera miedo y rechazo, la elaboración de leyes específicas, la recompensa a los delatores, etcétera”, afirman los autores, que han resumido el argumento en Facebook.
La policía detuvo a los dos titiriteros tras la denuncia de un ciudadano que presenciaba la obra, a raíz de que una de las marionetas exhibiera una pancarta en la que se leía: “Gora Alka-Eta”. Según recogieron distintos medios, también hubo algún revuelo entre los asistentes porque la obra incluía escenas como el ahorcamiento de un muñeco que representaba a un juez, y una violación.
La pancarta fue el detonante de la alarma de los medios, que se apresuraron a titular que la obra hacía apología del terrorismo y enunciaba “Gora ETA”. Según la CNT de Granada, a la cual pertenece uno de los detenidos, la trama del guiñol, aunque de contenido político, no tiene nada que ver con la banda, ni a favor ni en contra, sino que quiere denunciar “los montajes policiales contra el movimiento libertario”, como el de la Operación Pandora.
Irónicamente, la pancarta en la obra es usada por una marioneta que representa a un policía para acusar a la protagonista de terrorista y llevarla ante el juez. El contenido del cartel –“Gora Alka-Eta”– pretendía ser un juego de palabras entre “alkatea” –alcalde–, ETA y Al Qaeda. El juez ha recogido en el auto que este juego de palabras prueba que el enaltecimiento no iba dirigido sólo a la banda vasca sino también a la yihadista.
El juez Ismael Moreno Chamarro lleva 28 años en la Audiencia Nacional. Antes de ser juez fue policía, un puesto que ocupó todavía durante la dictadura y en los primeros años de la transición –desde 1974 hasta 1983–. Respecto a sus actuaciones como miembro de la institución policial, destaca la que llevó al Tribunal Supremo a anular una sentencia de doce años por asesinato frustrado. El policía Moreno fue acusado de forzar a un testigo a firmar un reconocimiento del acusado pese a que el testigo no estaba seguro. El acusado, un hombre con problemas de discapacidad mental, estuvo preso por ese hecho cuatro años hasta la anulación de la condena.
Otros hitos parecidos jalonan su carrera judicial. Según Infolibre, en 2008, ya como juez, Moreno acusó a once inmigrantes del Raval (Barcelona) de intentar atentar en el metro partiendo del falso testimonio de un confidente policial. Ese mismo año, también imputó a un empresario sirio-español de financiar a Al Qaeda a partir de pruebas manipuladas por la policía.
Moreno, según el auto, dicta prisión preventiva sin fianza para los titiriteros para evitar que la obra u otras similares puedan ser representadas y porque entiende que existe riesgo de fuga. En el auto indica como prueba de la peligrosidad de los detenidos que en uno de sus cuadernos figuraba la portada de un libro aparecido en el proceso de la Operación Piñata, un proceso que tuvo gran alcance mediático y donde se actuó contra una supuesta organización “anarcoterrorista”. Es uno de los procesos que la obra quería denunciar, y que ahora atraviesa las paredes del escenario: los artistas pueden enfrentarse a cuatro años y seis meses de prisión si la causa prospera.
Según los argumentos de la defensa para recurrrir la prisión preventiva, Alfonso Lázaro, el titiritero más joven, sufre “un grado de discapacidad global del 74% y un grado de minusvalía del 75%”, certificado por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, por lo que no existiría riesgo de fuga. Sus problemas físicos incluyen una “importante escoliosis”, problemas respiratorios por tener un pulmón más pequeño que el otro, movilidad reducida en los brazos y, en ocasiones de estrés o exposición al calor o al frío, sufre hemorragias.
Quien también ha sido denunciada por este caso es Celia Mayer, concejala de cultura de Madrid, a quien el PP quiere acusar de delitos de "colaboración en enaltecimiento del terrorismo", "desprotección de menores" e "incitación al odio".
Ahora Madrid, la formación municipalista que gobierna el Ayuntamiento con el apoyo del PSOE, ha afirmado en un comunicado que el incidente de los títeres era "sátira" y no "enaltecimiento del terrorismo” y que defiende "la libertad de expresión y el derecho a la crítica social y política a través de la sátira”. Aún así el ayuntamiento ha destituido a los responsables de la programación de carnaval y ha demandado a los titiriteros por actos “ofensivos o lesivos para la sensibilidad del público, especialmente el infantil”.
En este caso, queda por dilucidar por qué la obra fue anunciada para “todos los públicos”, ya que en la propia página web de los titiriteros el espectáculo aparecía clasificado como “Teatro popular” y no como “Espectáculos infantiles”, que es otro de los menús disponibles.
Este nuevo ataque del PP al ayuntamiento se enmarca en la ofensiva lanzada contra el departamento de cultura de Ahora Madrid por la aplicación de la ley de Memoria Histórica. El PP había pedido ya la dimisión de Mayer, y la Fundación Francisco Franco ha llegado a querellarse contra la alcaldesa, Manuela Carmena, por el derribo de un monolito.
#LibertadTitiriteros
Mientras, en las redes sociales ha comenzado una campaña para pedir la liberación de los titirimundis detenidos. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau ha expresado su solidaridad a través de Facebook, donde ha dicho que la obra no es delito y que los detenidos “van a tener que lidiar con la maquinaria mediática sin escrúpulos de una derecha vengativa que no soporta la disidencia y aún menos perder elecciones, y que sigue recurriendo machaconamente al ‘todo es ETA’”.
Alberto Garzón, dirigente de Unidad Popular, ha tuiteado sobre el caso afirmando que cree que “estamos instalados en un clima de autoritarismo terrible e inaceptable”.
Mientras tanto, desde el mundo del espectáculo, el actor Alberto Sanjuan también ha mostrado su apoyo a los artistas detenidos: ”Una cosa es hacer algo políticamente incorrecto delante de niños, que es cuestionable, y otra cosa es que una persona pueda terminar en la cárcel por algo así", ha dicho durante una rueda de prensa.
Según muestra la web de Títeres desde Abajo, la compañía trabajó en diciembre de 2014 en el festival Tetuán en familia, organizado por la junta de distrito del ayuntamiento madrileño, entonces gobernado por el Partido Popular.
La tradición del Carnaval implicaba la alteración del orden social en el plano simbólico. O así dicen los antropólogos: una...
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Nuria Alabao
Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.
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