“De Anna Gabriel lo sabemos todo, porque ella misma nos lo ha contado. Que es una puta traidora, amargada y malfollada. Tal cual se ve a sí misma. Es evidente que alguno de los adjetivos con los que Anna Gabriel se autodefine le quedan como anillo al dedo. No se viste, se limita a tapar con harapos propagandísticos el cuerpo con el que la madre naturaleza la ha castigado."
Eduardo García Serrano (El gato al agua. Intereconomía 3-2-2016)

García Serrano, que saca de contexto --muy torpemente: carece de la fina retórica de otros correligionarios-- las declaraciones de Anna Gabriel (CUP) durante una rueda de prensa, ya fue condenado en 2008, cuando profirió estos insultos contra la exconsellera de Salut Marian Geli (PSC):

“Esta señora es una guarra, una puerca y está fabricando degenerados. Esta guarra les anima a meneársela. En la antigua Roma había unos esclavos, los esprintias, que eran especialistas en darles a los patricios todo tipo de divertimentos atroces y que utilizaban niños muy pequeños en esas orgías, los sodomizaban. Esta es una esprintia, esta tipa es una zorra repugnante."

Conviene recordar estas hazañas. Y que la multa fue de 18.000 euros, calderilla comparada con otras multas –véanse las sentencias contra otro tipo de lenguaraces asediados por la ley mordaza, no digamos si son sindicalistas o titiriteros-- que suponemos iría a engrosar la enorme deuda que su grupo, Intereconomía, tiene contraída con Hacienda (7,3 millones de euros según publicación de la Agencia Tributaria, 23-12- 2015). Sin embargo, no ha tenido la pena el objetivo de regeneración del delincuente y este, muy lejos de enmendar su actitud, reincide en su delito. ¿Por qué iba a dejar de hacerlo?  

Señores son estos muy de orden, sin rastas ni piojos, defensores a ultranza de la moral y de las tradiciones católicas y, sobre todo, especialistas en repartir estopa verbal, escrita, televisada o radiada sin pudor, sin temor a consecuencias, ni jurídicas ni de ningún otro tipo. Son ya un clásico de esta legislatura eterna: quizá en el futuro se les estudie en las facultades de periodismo --si es que siguen existiendo-- como un remanente extraño, mefítica espuma de unos días inciertos o como a los organismos extintos --el virus de la viruela, por ejemplo--. Todos ellos parecen tener algo en común y no solo la habitual combinación de corbata inglesa y verbo barriobajero: la obsesión, rayana en la patología, por el advenimiento de un feminismo peligroso y mortal que, según ellos, está emasculando la virilidad de este país. Freud: venga a nosotros tu reino.

“El sábado pasado se celebró en Madrid una absurda manifestación contra la violencia que llaman de género. Sería de esperar que pronto se celebraran otras contra el cáncer de próstata o el suicidio. (..) La desvergonzada instrumentalización de estos crímenes que hacen las mujeres de izquierdas solo tiene como objetivo identificarlos con las prácticas o al menos con la ideología de los hombres de derechas. Es decir, y dicho con toda la brutalidad que merecen: su única intención real es la de hacer negocio con el crimen.” Arcadi Espada. (El Mundo12-11-2015)

“Lo peor en España no ha sido la crisis, sino la gente. Ese histerismo. Esa virilidad en entredicho.” Salvador Sostres (ABC 3-2-2016)

“Brutalidad que merecen”. “Virilidad”. Hay palabras que encelan y enardecen casi como ninguna otra. Al otro lado de la trinchera, “feminismo” es la palabra enemiga y no lo olvidan. Como Alfonso Rojo, siempre tan caballeroso con las señoras que, a cuento de los pactos y sin venir a cuento, se explaya en uno de sus temas favoritos: “Sánchez y su lengua de madera... (como el) pacto contra el terrorismo machista que es una de las grandes líneas que se han marcado, ¿qué coño es eso? Que alguien me diga qué medida debe llevar ese pacto contra el terrorismo machista, ¿la mutilación del abusador? ¿Los castigos corporales en la plaza pública? ¿Castración y apaleamiento del que sea denunciado en comisaría? ¿Qué es el pacto contra el terrorismo machista? Y con dos pelotas lo suelta y ahí se queda...” Más de uno. Onda Cero. (5 de febrero 2016)

Rojo y los demás son hombres “heridos” que desde sus púlpitos –a imagen y semejanza de ciertos purpurados apostólicos y romanos-- hacen gala de una nula falta de empatía por el sufrimiento ajeno, salvo con una excepción: el de las víctimas del terrorismo etarra. Pero no hay compasión para ninguna otra, es más, se le negará el derecho incluso a la definición de víctima. Ahí quedan las impunes amenazas de muerte a Pilar Manjón y los insultos mediáticos que esta mujer ha recibido desde que perdió a su hijo en los atentados del 11-M. 

El argumento machacón, repetitivo y, sobre todo, cruel de los machistas es negar la realidad evidente y tildar de “abuso” la lucha por la igualdad en un mundo en el que las mujeres no alcanzan de la misma manera órganos de dirección en empresas públicas ni privadas, son peor pagadas y valoradas, realizan el triple o más de tareas domésticas, son vituperadas y clasificadas por su aspecto físico y exigidas por no ser “buenas madres”, convertidas en sujetos delictivos si abortan, supervivientes de su propia condición en un país en el que cualquier señora de cierta edad puede contar algún tipo de agresión de pareja o de desconocido, algún desprecio laboral por su condición femenina, alguna amenaza de macho borracho de bar o tocamiento indeseado en Cortylandia, por no hablar de cosas peores: entre el 60 y el 90% de las violaciones no se denuncian (datos del INE).  Y luego están las que son asesinadas. 56 mujeres en 2015; otras 11 solo en enero de este año. Familias enteras arrasadas por culpa de esa violencia machista a la que algunos niegan --o recortan-- la existencia.

“El presupuesto para la prevención de la violencia machista se recorta un 26% desde 2010. El programa específico para igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres pierde un 61% de sus fondos en una década.” Marta Borraz, Raúl Sánchez, (eldiario.es 31-8-2015) 

El programa Salvados: El machismo mata (7-2-2016), dedicado al terrorismo machista, echó sal en la herida abierta de esta perenne castración. Nada más anunciarse su emisión, se volcaron en las redes miles de voces airadas exigiendo al comunicador la equiparación entre terrorismo machista y “violencia feminista”. 

“Desmontamos los mensajes machistas a 'Salvados' por su programa sobre violencia de género. Antes de la emisión, tanto las redes sociales del programa como las de Jordi Évole se llenaron de mensajes pidiendo que hablara sobre violencia feminista y denuncias falsas.” Pablo Cantó. Verne (7-2-2016) 

La misma semana de emisión del programa de Jordi Évole, llegaba hasta los medios la convocatoria de unos encuentros antifeministas, finalmente desconvocados tras el escándalo suscitado.

“Un bloguero que defiende legalizar las violaciones convoca reuniones en España para combatir la igualdad. Los seguidores del bloguero antifeminista Roosh Valizadeh quieren formar "nuevas tribus de hombres" y "desarrollar una nueva masculinidad". El promotor de la iniciativa aplaude la estructura patriarcal, critica los movimientos igualitarios y propone la legalización de las violaciones.” Ana Flotats. (Público 3-2-2016)

También fue la semana del indulto de María Salmerón, a punto de entrar en prisión tras las denuncias de su exmarido por incumplir el régimen de vistas de su hija de quince años, obligada por un juez a convivir con su padre condenado por maltratador, en contra de su voluntad expresa.

“El Gobierno concede el indulto parcial a la mujer que impidió que su exmarido maltratador viera a su hija. María Salmerón, condenada por quebrantar el régimen de visitas a su exmarido, estaba citada para entrar en prisión este viernes.” (El Mundo, 5-2-2016.)

La violencia contra estas dos mujeres, madre e hija, es además, institucional. Con la característica capacidad del ministro de Justicia para recrear la realidad a su antojo, Catalá dijo que se aplicaba este indulto parcial, pues a María le quedan otras dos condenas con pena de prisión, al tratarse de un caso de "cierta relevancia social" (sic). Y eso que la opinión del juez y del tribunal era desfavorable a la concesión del indulto. Lo que viene a decir el ministro es que no le ha quedado más remedio que ceder ante la presión de una mayoría social que interpretaba como una agresión el fallo judicial. Mientras tanto, María –hipotecada tras años de pleitos con su exmarido y embargado su sueldo por la propia Justicia-- tendrá que pagar una multa de 2.190 euros y hacer trabajos en beneficio de la comunidad. 

"Como soy tan mala, para que me reinserte tengo que realizar trabajos en beneficio de la comunidad (...) Lo malo es el daño a los niños con este régimen de visitas a los maltratadores. Es el momento de que jueces y fiscales se preparen y se dediquen a lo que tienen que hacer: proteger a los menores de esta lacra". 

Esto dice María Salmerón, víctima del terrorismo machista, de la Justicia de su país y de quienes, desde las tribunas de los medios de comunicación, insultan a las mujeres con impunidad obscena. A estos, con desdén y desafío, hay que decirles que esa supuesta virilidad de la que hacen gala no es más que cobardía.