Ferraz sigue su guión: "Esto no ha hecho más que empezar"
Tras la firma del acuerdo con C´s y el puñetazo en la mesa de Podemos, el entorno del presidenciable socialista afirma: “Todo marcha según lo previsto”.
Cristina S. Barbarroja 24/02/2016
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Sala Constitucional, una de las más solemnes del Congreso de los Diputados. Pedro Sánchez a la derecha, Albert Rivera a la izquierda, rubrican un acuerdo que, atendiendo a la puesta en escena, parece el final feliz de una tediosa película de dos meses. Pero ni hay pacto de gobierno, ni de legislatura, ni siquiera un acuerdo de investidura para que aparezca el ‘The end’. La aritmética desmiente los tres. 130 ‘síes’ --131 sumando a la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas-- están muy lejos de que se cumpla el guión que termina el 5 de marzo con el candidato socialista recibiendo el encargo parlamentario de formar gobierno. Entonces ¿para qué?
Es la liturgia negociadora
En el entorno de Sánchez, que no cuenta con la abstención del PP, afirman que “todo está saliendo según lo previsto”, que “cada uno está interpretando el papel que le toca interpretar”. Recuerdan que, en los días de resaca del 20D, cuando el secretario general del PSOE se vio con posibilidades de llegar a La Moncloa, y de sobrevivir por tanto al terremoto Susana Díaz, la apuesta de su núcleo duro pasaba exactamente por la que se está escenificando ahora: el acuerdo con Podemos ¡y con Ciudadanos!
“Sólo con los apoyos de la izquierda y del PNV, y la abstención de los nacionalistas catalanes, Sánchez podría pasar el corte de la investidura, pero le sería imposible gobernar”, aseguran fuentes cercanas a los negociadores que, desde el principio, entendieron que la estrategia habría fracasado si se hubieran invertido los tiempos. Si se hubiera priorizado el acuerdo con Pablo Iglesias frente a Rivera.
Además, el gobierno que el líder de Podemos le preparó a Sánchez mientras este se entrevistaba con el Rey, sumado a su anuncio de ronda propia de contactos –“Estaremos encantados de recibirles”, invitó en su día Iglesias al PSOE--, “hacían necesario bajar los humos de la formación”, aseguran. Y entienden que el golpe en la mesa negociadora de su número dos, Íñigo Errejón –“Vamos a una investidura fallida (…) luego seguirá nuestra mano tendida”--, también forma parte de la liturgia. “Hasta el rabo todo es toro. Y esto no ha hecho más que empezar”, es la conclusión.
Es precampaña… por si las moscas
Pero desde el 21D han cambiado muchas cosas en la estrategia personal, no del presidenciable, sino del superviviente político. Conseguir hacerse con el Gobierno era cuestión de vida o muerte (política) tras la asonada de los barones socialistas en el primer Comité Federal tras las elecciones. Hoy –cuentan los allegados a Pedro Sánchez-- el líder del PSOE ni siquiera teme un adelanto electoral.
“Desde que recibió el encargo del Rey ha apuntalado su liderazgo a nivel interno y entre la ciudadanía. No sólo ganaría él con unas nuevas elecciones, sino que sería el PSOE el que saldría ganando”, confiesan en Ferraz, donde no se descarta un retraso del Congreso Federal, que debe renovar la dirección del partido y que debía celebrarse el fin de semana del 21 y 22 de mayo. “Podría posponerse hasta después del 26 de junio si hay que volver a las urnas”, afirman.
Y es en ese escenario de nueva convocatoria electoral en el que explican la puesta en escena del acuerdo con C´s en la muy solemne Sala Constitucional del Congreso. “Pedro se ha presentado como un hombre de Estado, como un hombre capaz de formar un gobierno, aunque la única suma de voluntades de los de Rivera no dé. La gente quiere un gobierno ya y se molestará con Podemos si frustra esa posibilidad”.
Es decir: era también un acto de precampaña. Como en precampaña había que leer el consecuente relato de los futuros rivales. La “decepción” y el “pesar” de la formación berenjena con “un acuerdo que va a hacer las delicias del Ibex 35 y la fundación FAES”, en palabras de Errejón. Y la frase lapidaria del portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando: “Hoy la gran esperanza de Mariano Rajoy se llama Pablo Iglesias”.
Y es blindaje contra el enemigo más feroz
El guión del estratega Sánchez tiene todavía una vocación más: neutralizar a su enemigo más feroz, su propio partido. Sorprendió el secretario general del PSOE a su Comité Federal con una propuesta que no podía rechazar: que fuera la militancia la que se pronunciara sobre los pactos para gobernar. Y lo hará a partir del viernes en Internet, y el sábado en las urnas que se abrirán en las agrupaciones.
"El PSOE ha alcanzado y propuesto acuerdos con distintas fuerzas políticas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno. ¿Respaldas estos acuerdos para conformar un gobierno progresista y reformista?”, es la pregunta a la que tendrán que responder los afiliados con un ‘sí’ o un ‘no’.
Es decir, que sin citar a Ciudadanos y calificando de “progresista” el gobierno que salga de la negociación, el líder del PSOE está pidiendo a las bases manos libres para hacer lo que quiera. Y aunque él cuenta con un ‘sí’, la jugada podría no salirle tan bien como aquella que le aupó a la Secretaría General y que Sánchez ha utilizado una y otra vez como aval.
“Hablemos del acuerdo con Ciudadanos, no de un acuerdo progresista del que no cabe hablar”. “Con la pregunta, Sánchez ha dinamitado todo lo bueno que ha hecho desde que recibió el encargo del Rey”. “¿Cuáles son nuestras garantías si el resultado de la votación lo va a controlar Ferraz?”. “Yo quiero que el partido me hable de tú a tú. Y esta pregunta es una tomadura de pelo”. Es una muestra del cabreo y abundante crítica que generaba la cuestión cuya respuesta no es vinculante pero sí compromete al máximo órgano del PSOE entre congresos que debe ratificar (o no) a la militancia.
Susana Díaz, mientras tanto, anda enfrascada en la promoción del Día de Andalucía que pone como ejemplo de igualdad entre territorios frente a vocaciones independentistas. El resto de los dirigentes territoriales más feroces, entretenido en la búsqueda de inversiones para Extremadura, acuerdos con la siderurgia asturiana, o en la promoción de las sociedades de Castilla-La Mancha. De perfil. El próximo lunes volverán a mirarse de frente en una nueva reunión del Comité Federal. The show must go on.
Sala Constitucional, una de las más solemnes del Congreso de los Diputados. Pedro Sánchez a la derecha, Albert Rivera a la izquierda, rubrican un acuerdo que, atendiendo a la puesta en escena, parece el final feliz de una tediosa película de dos meses. Pero ni hay pacto de gobierno, ni de legislatura,...
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