En las puertas del Parlament están los chóferes de los coches azules. Hablan como los taxistas en una parada de taxis. De la vida, a lo dirty realism/taxista. Un día, hace años, puse la oreja. Hablaban de los tíos que habían matado en su coche. Figuradamente, se entiende. Matar significa que el fulano del coche azul coja el teléfono y pida la cabeza de alguien al de Recursos Humanos --cargo que, glups, no existe ni en política, ni en el cartel de Medellín--. También, a pocos metros, hay un grupo de ciudadanos que se han entrevistado con un diputado para venderle una burra. Por lo visto no ha colado. Están más encendidos que un mechero, y discuten a pleno pulmón. Supongo que en la Grecia de Pericles la democracia sería así. Es decir, se hablaría así. Grecia, no obstante, queda lejos. Literalmente. La democracia allí duró unos 200 años, desde Clístenes hasta Alejandro. Mucho más que aquí, me temo. Bueno. Hola. Saludos desde el Parlament-en-modo-no-día-histórico, esa tipología de días que son útiles para evaluar las funciones y utilidades de un parlamento en este fin de época/por aquí abajo. Sinopsis: sirven para muy poco. Ayer en el Congreso, verbigracia, se hizo la primera sesión en la que no se votaba Ejecutivo --la gran función del Parlamento; está por demostrar que, así, a lo bestia, tenga otra; a ver--, y Rajoy/el Ejecutivo, pasó ocho pueblos de ir. El Congreso, en esa ausencia de Ejecutivo, aprovechó para votar, como si no hubiera un mañana, no una, sino dos resoluciones sobre la Unidad Nacional y todo eso. Simbólicas. Es decir, esas resoluciones jamás evitaron en su día la división de la Pangea, creo. Se hacen, supongo, para llenar el vacío. Un poco como el Parlament construye sus resoluciones indepes. Para no mirarse a la cara y constatar que Clístenes queda lejos, y que Alejandro nos ha intervenido. Con el tiempo, cabe suponer, el Congreso, a falta de otro negociado soberano, llegará a hacer resoluciones I+D pro-Unidad Nacional, hasta incluir en el concepto a las Provincias Unidas del Río de la Plata, o el Protectorado del Rif, y el Parlament no solo declarará Catalunya indepe, sino también capital de la moda. Con igual resultado.

El orden del día se inicia con una sesión de control ad hoc sobre el Govern. Un ente, por otra parte, incontrolable. JxS no sólo es indepe, sino que además está en contra de los recortes y la austeridad. Es decir, no se somete a ninguna regla, patrón o discurso. O, snif, realidad. Es decir, va a su bola. La ultimísima moda es que los conselleres, cuyas áreas están más vinculadas con el desmoronamiento del Bienestar, te superan por la izquierda y se declaran antirrecortes. Mientras lloran van aplicando el sign of the time. Como posesos. No disponen de otra política. No hay capacidad en el Sur para otra. El Govern --acostúmbrense a esos Ejecutivos-- es como cualquier gobierno del Sur. Tiene un solo punto en su agenda, y ni siquiera es idea suya. Para simular sensación de vivir y diferencias respecto de otros gobiernos, confía en la propaganda. El Govern es, así, indepe y antirecortes. Dos actividades sin confirmación, mientras que el futuro Gobierno del Estado --me juego una copa-- será también antirrecortes y por la Unidad Nacional, ese concepto de la Restauración, que tantas alegrías nos ha traído desde que Pavía la defendió por primera vez.

 JxS no sólo es indepe, sino que además está en contra de los recortes y la austeridad. Es decir, no se somete a ninguna regla, patrón o discurso

Las cosas, en fin, suceden fuera de aquí. La política viene envasada al vacío desde  algún punto de Europa, conservando todo su aroma y frescor. Y la calderilla política viene comprada a granel en algunos puntos más próximos. Los parlamentos locales, para acabar de liarla más, parecen oscilar ante el carácter líquido de esa calderilla. Esta semana está siendo rica, por cierto, en calderilla. Por una parte, Mas, que no para de trabajar en segundo plano --no le queda otro tipo de plano-- en la refundación de CDC, ya ha empezado a emitir que la futura CDC, tras su rinoplastia, no será indepe, sino soberanista. Es decir, un concepto más ambiguo, que le permitirá ir tirando a largo plazo, el plazo favorito de la política, ese plazo en el que, como señaló Keynes, todos estaremos muertos. También ha emitido que esto del Estado propio no es cosa de 18 meses. Y que, incluso, puede carecer de agenda humana. Mas y otros líderes del pack también van sacando, como quien no quiere la cosa, el tema del referéndum --casilla superada oficialmente; ahora, les recuerdo, estamos por hacer una Consti y luego votarla, como en el 78, año también añorado, por lo visto, por las élites catalanas--. Con lo que parece que la apuesta oficial es volver al punto de partida/pedir algo parecido a un referéndum. Más indicios sobre la nada. Esta semana ha empezado a pitar en el Parlament la Comissió sobre Procés Constituent, que elaborará la propuesta de ley homónima que desconectará Catalunya de España. La reunión duró 20 minutejos. La Federación Española de Fútbol hace reuniones más largas. Se acordó invitar a expertos, y poco más. Un poco como cuando el médico no sabe qué hacer y te deriva al especialista, iniciándose un proceso que suele exceder los 18 meses, y que puede acabar, incluso, en tumba, como parece ser el caso. La ANC --Assemblea Nacional de Catalunya--, un organismo que aportaba y modulaba la propaganda que el Procés va necesitando conforme va comiéndose plazos hacia la independencia, ha elaborado una nueva hoja de ruta. Novedades: la indepe se prevé para 2017. Por la mañana, supongo. Se creará una nueva institución --una asamblea de cargos electos--, que se hará cargo del power cuando el TC disuelva hasta el Barça B. También anuncia que se intensificarán sus contactos internacionales. Es decir, la ANC ya trabaja en el próximo plan B. Ese Plan B sólo podrá existir --existir más allá de la propaganda, quiero decir-- en caso de brutalidad del Estado. O/y de su colapso. Dos opciones a tener en cuenta como posibilidad en un Estado cuya gran política puede ser la defensa épica de su Unidad Nacional.

Mas, que no para de trabajar en segundo plano, ya ha empezado a emitir que la futura CDC, tras su rinoplastia, no será indepe, sino soberanista

Afecta menos a este Parlament la calderilla Podemos. Pero puede ser una metáfora de este Parlament. Tráiler: la crisis de Podemos, además de lo que es en realidad --cuesta saberlo; exemplum: una compi, aquí, en el Parlament, me explica que un artículo suyo, describiendo la crisis de Podemos en Catalunya, fue editado y cambiado de titular, hasta dibujar otra crisis--, puede ser también una consecuencia de la presión. De manera que este enfrentamiento entre sectores, en este momento concreto, puede entenderse también como la visualización de debilidad y, por ello mismo, tal vez de la existencia de algún sector más proclive a pactar con PSOE. A cambio, como suelen ser estos pactos entre lo nuevo y lo viejo, de nada. Lo que, vamos, viene siendo marcarse unas CUP. Algo preocupante pues el 15M carece de partidos. Desde 2011 ha tenido diversos comportamientos electorales, desde la abstención, hasta la apuesta por Podemos y por las confluencias. Hay más 15M en los votantes que en lo que votan. Que un partido votado por el 15M se meta, tan ricamente, en el juego eterno de la política --del que hoy, en el Parlament, estoy gozando especialmenteZzzzz-- es una manera de desactivar el 15M en las instituciones y, en general, sus posibilidades de dibujar otra agenda en la política, más próxima al bombardeo cotidiano que sufre la sociedad. Verbigracia: hoy, por cierto, en su pregunta de control, CUP ha preguntado por el Kurdistán. Algo, sin duda, tan necesario de control como, con la que está cayendo, lejano.

Bueno. Esto se acaba. CSQEP presenta una propuesta. Modificar la ley para acabar con la subvención a colegios segregados. Como era de esperar, los de la Unidad Nacional y los de la indepe que no cesa votan lo mismo. Seguiremos pagando escuelas del Opus, esa ONG. El Govern JxS es un chollo. Cuando le pican por la izquierda, le ayuda una izquierda que quiere salvar el Procés. Cuando necesita una derecha, ahí la tiene toda. La calderilla política nunca coincide, ni permite visualizar los dos bandos políticos reales. No sé cómo --será, empero, divertido-- pero esto se reproducirá en el Congreso, otra cultura que, cuando todo se hunde,  también le da por invocar  a la Patria. La Patria, es la calderilla de la política, básicamente.

Mañana siguen. Yo me voy ahora.