¿Cómo puede conseguir la pareja Sánchez-Rivera que Podemos facilite la investidura? Ofreciéndole a Iglesias lo único que, siendo realista, puede interesarle ya: ser jefe de la oposición. ¿Y cómo pueden asignarle ese cargo? Convirtiéndole en la única persona que pueda derribar el gobierno. El arreglo tendría aroma cupaire: Podemos facilita la investidura y a cambio Sánchez se compromete públicamente a someterse a una moción de confianza en dos años. Si Podemos vota en contra, Sánchez dimite y nuevas elecciones.

Ventajas para los implicados. Sánchez afianza su posición en el PSOE porque se instala en La Moncloa sin el peaje de gobernar con Podemos. Ciudadanos invisibiliza a su gran competidor electoral, el PP. Iglesias se apunta tres tantos: se viste de hombre de Estado que desbloquea generosamente una situación difícil; capitaliza la salida de Rajoy pero sin perder capacidad de protesta porque queda fuera del gobierno; y lo más importante, sólo dos años después de aparecer en escena se corona como árbitro de la política española (no está mal para un extertuliano).

El arreglo plantea al menos dos inconvenientes para ese hipotético gobierno social-centrista. Primero, el PP, al menos hasta que se renueve, entrará en un bucle de automarginación destructiva y graves acusaciones (mucha presión para Rivera). Esto aleja las posibilidades de cambio constitucional, por lejanas que parezcan ahora. Segundo, el gobierno estará obligado al pacto constante, sobre todo buscando complicidades con Podemos. Gobernar en estas condiciones tan limitadas exige osadía, es cierto, pero 130 diputados no dan para más, y el PSOE y Ciudadanos necesitan un instrumento para ensanchar su espacio, empujando a Podemos y al PP hacia los extremos. Un gobierno que haga bien lo poco que le dejen podría ser ese instrumento.

Primera variación (con tirabuzón). La oferta no se dirige a Podemos, sino al trío Podemos-IU-Compromís. Los tres facilitan la investidura y la convocatoria de elecciones en dos años depende de que 67 de sus 71 diputados (es decir, Podemos y al menos dos diputados más) retiren su confianza al gobierno. Más presión contra Iglesias, oxígeno para IU y Valencia en el centro.

Segunda variación (con doble tirabuzón). PSOE y Ciudadanos hacen la oferta paralelamente a Podemos y al PP –investidura a cambio del botón de game over–, con la condición de que expira cuando uno acepte. Salvo que Podemos o PP realmente quieran elecciones inmediatas, se enfrentarían a un envenenado dilema del prisionero: el arreglo no gustará a ninguno pero seguramente sea mejor que rechazarlo y que el otro acepte. Por eso está prohibido lanzar una OPA con mejores condiciones para los primeros que decidan vender (porque sin coordinarse con otros destinatarios es difícil rechazarlas aunque sean malas). Pero esto no es una OPA, son las sillas musicales, y nadie quiere quedarse de pie cuando pare la música; dentro de un mes, si hay gobierno.

Fuera de carta. Si llega la medianoche y todo falla con Iglesias ofrézcanle la 2. La televisión le pirra. ¡Viva Italia!

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Dámaso Riaño es abogado y profesor de Derecho Mercantil