Una conexión letal para el Atlético
Carlos R. Cózar 30/03/2016
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Otro Barcelona-Atlético, otra vez Champions. Otra vez a ponerse la mano en el corazón y explicarle que tiene que aguantar 180 minutos, en teoría, porque toca eliminar al mejor equipo del mundo. Otra vez, el Calderón vivirá una de esas noches mágicas que solo bajando la cuesta del Paseo de los Melancólicos se ve que es diferente. Otra vez todo.
Y sí, otra vez aguantar a Messi, Neymar y Suárez. El Barcelona se ha ganado la potestad de gritar a los cuatro vientos que es el mejor club sobre la faz de la tierra por méritos propios y también porque tiene a esos tres monstruos, dicho sea de paso. Cada vez que los de Simeone se enfrentan a los culés el tridente se agiganta a tamaños insospechados y deja el de Neptuno como si fuese un tenedor de tapa de bar de barrio. La asignatura pendiente del entrenador rojiblanco pasa por frenar a los tres de arriba, algo que le está costando desde que llegó Luis Enrique al banquillo catalán.
Hubo un tiempo donde Diego Pablo Simeone tenía la pócima mágica para que Messi sufriese y que Neymar no dejara rivales atrás con la misma facilidad que los dejaba Óliver Atom. Gracias a esa fórmula perfecta, el Atlético conquistó la Liga en casa del Barça y lo dejó apeado de la Champions en cuartos para, después, rozar con los dedos la Orejona durante 93 minutos.
El Atlético de Madrid es la víctima favorita de Leo Messi: 25 goles le ha hecho. El club del Manzanares es el equipo que más dianas ha recibido del argentino. Hay un dato que revela el dolor de cabeza que supone para los rojiblancos el delantero argentino: ha visto puerta en 19 de los 20 partidos que disputó frente al Atlético. Ha conseguido tres hat tricks y dos dobletes. Los demás, uno a uno. Como si se tratase de una tortura china que no tiene fin, a cuenta gotas y dolorosamente, porque todos sus tantos han valido para que el Barcelona consiguiese vencer a los madrileños. Todos y cada uno de los 25 han servido. En otras palabras, si Messi marca la victoria se decanta por el lado de los blaugranas.
En el espejo de la 2013/2014
Entre tanta estadística de mal agüero, una favorece los intereses atléticos: el crack argentino no ha marcado al Atlético en Champions. Hace dos temporadas no supo meterle mano a Courtois, aunque ese año, el de la Liga y final de Champions tampoco pudo batirle en la competición doméstica. Esa campaña fue en verdad la más floja que se le recuerda al capitán de la selección albiceleste y el planteamiento de Diego Pablo Simeone fue capaz de desactivar su potencial.
Sin embargo, no todo es Messi. El tridente se compone de tres y Neymar parece ir una marcha por encima cuando ve la casaca rojiblanca. Una joven promesa, pero con aires de estrella, aterrizaba en el Camp Nou en el año 2013 para traer consigo un buen puñado de noches de gloria. Y así está siendo. No tardó en presentar sus credenciales. Los primeros minutos oficiales que disputó fue en el Calderón durante una Supercopa de España. Salió en la segunda mitad y en cinco minutos remató un centro desde la derecha. Gol y título pues en la vuelta en el feudo culé el partido decisivo acabaría 0-0. Ese tanto del brasileño sirvió para que los blaugranas terminaran llevándose el título a sus vitrinas. De hecho, es el único jugador de la historia del club catalán que le ha marcado en todas las competiciones que han jugado entre ellos. El Atlético, además, es su víctima preferida.
Para el recuerdo quedará el choque de Copa en el que Neymar fue el protagonista del encuentro al anotar dos tantos y encararse con la afición --fue el partido en el que un Fernando Torres desquiciado que quería comérselo--. En aquel partido estaba Arda. El del botazo. El mismo que ahora pasa desapercibido entre el banquillo y las líneas de cal del estadio culé.
Suárez se suma a la fiesta
No hay dos sin tres, dicen. El Barcelona lo cumple a rajatabla. Luis Suárez, compadre de tripleta de Messi y Neymar, parece no querer quedarse atrás. El delantero está haciendo una temporada perfecta: asiste, marca, defiende y presiona. La pasada campaña marcó uno en el Camp Nou en el 3-1 y en esta también. Pero el partido que hizo esta temporada fue un escándalo: fue una auténtica pesadilla para la defensa rojiblanca. Giménez puede dar buena cuenta de ello.
Puede que el Atlético consiga desactivar el juego del Barça y poner en aprietos al actual campeón de Champions, Liga y Copa. Pero como ya han podido comprobar en otras ocasiones, de poco servirá si no consigue secar, o contener en gran medida, la exhuberante producción goleadora de una de las mejores combinaciones ofensivas que ha visto el fútbol moderno. Unos delanteros que, para desgracia de los de Cholo Simeone, no solo tienen cogida la medida al Atlético, sino que tienen su portería como su víctima predilecta.
Otro Barcelona-Atlético, otra vez Champions. Otra vez a ponerse la mano en el corazón y explicarle que tiene que aguantar 180 minutos, en teoría, porque toca eliminar al mejor equipo del mundo. Otra vez, el Calderón vivirá una de esas noches mágicas que solo bajando la cuesta del Paseo de los Melancólicos se...
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Carlos R. Cózar
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