La huelga general ahonda la crisis de los socialistas franceses
El rechazo a la reforma laboral “made in’ Valls” es masivo y transversal
Fermín Grodira París , 1/04/2016
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
“Las traiciones de Hollande a sus electores reaparecerán en forma de votos a Marine Le Pen”. La autora de esta frase conoce bien de lo que habla. En una entrevista para CTXT, la activista feminista y exmilitante del Partido Socialista Caroline de Haas analiza la deriva liberal del gobernante Partido Socialista (PS) francés.
Lo que llevó a De Haas a abandonar el PS en el año 2014 es la conversión de François Hollande en el Tony Blair francés. Un nombre español ha apuntalado este giro a la derecha: Manuel Valls. Su nombramiento como primer ministro en marzo de 2014 tras la derrota electoral de los socialistas en las elecciones municipales supuso una remodelación del gobierno y un cambio en las políticas. Valls, por su parte, nunca ha ocultado su admiración por Blair.
Manuel Valls es muy dado a los giros. Sobre todo a la derecha. En el año 2005 defendía el “no” a la Constitución europea. Pero tras ganar el “sí” en el referéndum interno del Partido Socialista comenzó a defender públicamente el sí. Ese mismo año ya se vislumbra a Valls en el ala derecha del Partido Socialista, por entonces minoritaria. Fue uno de los tres diputados socialistas en no oponerse a la prolongación del estado de emergencia en la banlieue parisina decretada por los disturbios. Por entonces ya había sido el único socialista que exigió la extradición del activista comunista y exterrorista italiano Cesare Battisti. Rompía así con la doctrina establecida por el expresidente socialista François Mitterrand.
Como alcalde de Évry, en el área metropolitana de París, generalizó las cámaras de vigilancia, triplicó el número de policías municipales y les dotó de armas de fuego, expulsó a gitanos del municipio y prohibió la apertura de un supermercado halal. Nicolas Sarkozy le ofreció entrar en el gobierno conservador de François Fillon en el año 2008. En 2011 declaró su intención de “desbloquear” la jornada laboral de 35 horas establecida por el también expresidente socialista Lionel Jospin. Anteriormente abogó por retrasar la edad de jubilación. Valls también propuso “conciliar la izquierda con el pensamiento liberal”.
Presentado Valls se comprende mejor por qué tres ministros decidieron no continuar bajo el mandato del catalán. Una vez formado el nuevo gobierno el ministro de Economía Arnaud Montebourg criticó la política económica del nuevo gobierno de Valls, causando una crisis de gobierno. Valls dimite y el presidente Hollande le encargó formar otro gabinete. Montebourg no continuó como ministro y el también crítico ministro de Educación fue expulsado de su cargo ministerial. Se forma un nuevo Ejecutivo donde todos reman en la misma dirección.
En octubre de 2012, un grupo de parlamentarios socialistas conocidos desde entonces como los frondeurs (“contestatarios” en francés) deciden no votar a favor del Pacto Fiscal europeo. Algunas de las leyes y presupuestos del nuevo gobierno de Valls no contarán de ahora en adelante con su apoyo.
El actual ministro de Economía, Emmanuel Macron, considerado de ideología liberal por el ala izquierda del partido, es autor de una ley liberalizadora de la economía celebrada por la patronal y criticada por los sindicatos. Macron, exbanquero, prometió mantener las prometidas rebajas fiscales de 41.000 millones de euros a las empresas. La ley Macron fue finalmente aprobada en febrero de 2015 por el primer ministro sin pasar por la Asamblea Nacional para evitar que los diputados rebeldes frustrasen su aprobación parlamentaria.
Y en 2016 llegó la ley del trabajo o ley El Khomri, por la ministra de Empleo, Myriam El Khomri. Una reforma laboral inspirada en la española, como ha reconocido Valls. La ley, contestada inicialmente por todos los sindicatos y aplaudida por la patronal, permitirá a las empresas despedir trabajadores si reducen beneficios sin entrar en pérdidas y las bajas laborales por enfermedad dejarán de estar garantizadas por ley. Las indemnizaciones por despido improcedente también se verán reducidas: pasarán de un mínimo de 12 meses de salario a 6 meses y solamente si el trabajador llevaba un mínimo de dos años en la empresa.
Una recogida de firmas online en contra de la reforma laboral iniciada por Caroline de Haas ha recogido cerca de 1.300.000 rúbricas. Tras un mes de marzo con protestas multitudinarias contra la ley del trabajo, el 24 de marzo el Consejo de Ministros aprobó una versión edulcorada de la ley. No garantizar la baja por la muerte de un familiar cercano o aumentar de 12 a 16 el número de semanas consecutivas con 44 horas de trabajo cayeron del texto pero la filosofía original del texto sigue viva.
Cuatro sindicatos interprofesionales y tres organizaciones estudiantiles, incluyendo a la Confederación General del Trabajo (CGT), el primer sindicato por número de representantes sindicales, convocaron una huelga general para el 31 de marzo. El rechazo a esta nueva ley socioliberal “made in Valls” es masivo y transversal: el 71% de los franceses está en contra de la nueva ley del trabajo. Los votantes del Frente Nacional, con un 83%, son los más reacios, seguidos por los de izquierda (70%). La derecha también están mayoritariamente en contra (55%).
La huelga, marcada por el agua en París y buena parte de Francia, ha tenido un seguimiento casi nulo en el sector privado aunque mayor entre los funcionarios. Uno de cada cuatro ferroviarios no ha acudido a su puesto según la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses. La autoridad civil de aviación pidió anular a las compañías el 20% de los vuelos con salida o llegada en el aeropuerto parisino de Orly. Más de un millón de manifestantes han salido a las calles en toda Francia en las más de 260 manifestaciones y concentraciones convocadas para el último día de marzo, según CGT y el sindicato Fuerza Obrera (FO). Las autoridades cifran los participantes en 390.000. Ambos sindicatos han convocado nuevas jornadas de manifestaciones y huelgas para el 5 y 9 de abril y “hasta la retirada del texto”. La ley será debatida en las dos cámaras representativas francesas durante abril y mayo.
Esta nueva ley liberal ahonda la crisis del Partido Socialista. Además de los frondeurs, el Movimiento de Jóvenes Socialistas, organización autónoma del Partido Socialista, ha mostrado su oposición a esta reforma laboral. Martine Aubry, alcadesa de Lille, exministra y derrotada por François Hollande en las primarias presidenciales del 2011, publicó en Le Monde un texto conjunto firmado por otras personalidades de la izquierda como Daniel Cohn-Bendit criticando no solo la ley El Khomri sino muchas otras medidas gubernamentales. La mala relación entre Aubry y Valls viene de lejos. En el congreso del Partido Socialista en Reims del año 2008, Martine Aubry fue elegida primera secretaria frente a una Ségolène Royal apoyada por Manuel Valls. El actual primer ministro pidió el arbitraje de los tribunales por sospecha de fraude en dos federaciones a favor de Aubry. Posteriormente, en las citadas primarias de 2011, tanto Aubry como Valls se presentaron y el primer ministro fue derrotado en primera ronda con un 5,63% de los votos. Tras ser eliminado de la carrera presidencial, pidió el voto para François Hollande frente a Martine Aubry y tras ser designado candidato a presidente, Hollande lo nombró director de comunicación de la campaña presidencial de 2012.
La mala situación de la economía gala forzó la declaración de Hollande de “emergencia económica y social” en enero. Con una tasa de desempleo en el 10% y cerca del estancamiento económico, la economía francesa no acaba de despegar tras la crisis de 2008. A estos datos se añade un déficit superior al 3%. La ley El Khomri se enmarca entre las medidas gubernamentales contra el paro, del 25% en menores de 25 años. Hollande se juega su futuro político: prometió no presentarse a las presidenciales de 2017 si no bajaba el paro durante su legislatura pero 600.000 personas más sin trabajo tras 4 años en el poder ponen en jaque al presidente. La reforma laboral llega tras años de peticiones procedentes de organizaciones internacionales como la Comisión Europea para cambiar la legislación laboral similar en sintonía con los ajustes en otros países europeos como España.
“Las traiciones de Hollande a sus electores reaparecerán en forma de votos a Marine Le Pen”. La autora de esta frase conoce bien de lo que habla.
Autor >
Fermín Grodira
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí