Mirada Sur
Por más libertad y más ciencia
"No quiero trabajar para este gobierno", dijo Adrián Paenza, presentador de un célebre programa de ciencia en la televisión pública argentina. Lo extraño no es que haya podido manifestar su desacuerdo, lo raro es que hasta ahora eso haya sido inimaginable
Raquel Garzón 21/05/2016
Adrián Paenza, matemático y presentador del programa Científicos Industria Argentina
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Disentir es una saludable gimnasia democrática que ha vuelto a practicarse en la televisión pública de la Argentina para ejercitar los músculos del pluralismo. Científicos Industria Argentina es un multipremiado programa de divulgación, conducido desde hace 14 temporadas por el matemático y periodista Adrián Paenza, que se convirtió en arena política en la emisión inaugural de 2016, hace una semana. Al iniciar el ciclo en Canal 7, una emisora estatal, el conductor sostuvo: "Yo no quiero trabajar para este gobierno. (...) Había decidido no hacerlo y estaba tranquilo con mi decisión. Hasta que mucha gente habló para decirme que no iba a trabajar con el Gobierno de Macri sino que íbamos a ser los intermediarios de la ciencia argentina".
La confusión entre estatal y gubernamental, muy representativa del manejo discrecional de los medios de comunicación que suelen hacer los populismos, es una de las marcas culturales más empobrecedoras que legaron las gestiones Kirchner (2003-2015). Un periodo en el cual, sin embargo, la ciencia fue apuntalada con medidas concretas y sostenidas, mediante políticas que favorecieron la investigación, la repatriación de científicos y, según enumeró Paenza, la "producción de vacunas, radares y semillas".
Conservar en su gabinete a Lino Barañao, el ministro del área nombrado por Cristina Fernández de Kirchner, fue un acierto del presidente Macri, celebrado sin distinción de banderías políticas. Paenza reclamó en su presentación que, ahora, en el marco de "un modelo donde se privilegian las corporaciones", Barañao denuncie "lo inaceptable". "Durante mucho tiempo discutíamos proyectos, ahora discutimos salarios", sintetizó el autor de la archivendedora serie de libros Matemática, ¿estás ahí?.
El alegato televisivo de Paenza fue respondido por las autoridades con ideas que reintroducen el debate sobre la relación entre política y medios de comunicación. "Es un resabio del pasado. Quiere decir que él consideraba que trabajaba para el Gobierno de Cristina. Tenemos que aspirar a medios que no sean ni de Macri ni de Cristina, sino públicos", sostuvo Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos. En tanto que Jorge Sigal, secretario del área, escribió en su columna del diario Perfil: "Lo hemos dicho y lo diremos hasta que se entienda: nosotros no palpamos de ideología para trabajar en los medios públicos. Somos locatarios del poder, no sus dueños. Hay que acostumbrarse a vivir en la diferencia".
Esta discusión largamente superada en países con instituciones republicanas sólidas ha silenciado voces en años anteriores. Basta recordar el episodio de Juan Miceli, conductor del noticiero de la Tv Pública, a quien en 2013 se hostigó dentro de la emisora hasta que el periodista se dio por despedido sólo por entrevistar críticamente al diputado Andrés Larroque, líder de La Cámpora, sobre la actuación de esa agrupación ultrakirchnerista tras las inundaciones de La Plata, en las que murieron 89 personas. En esa ocasión los militantes repartieron donaciones comunitarias entre los damnificados usando pecheras partidarias. Miceli consultó en antena sobre este tema a Larroque ("es una causa nacional, apartidaria, la ayuda a las víctimas y el hecho de que se identifique con un partido político a quien hizo una donación, quizás no es lo que quiere...") y ese fue el comienzo del fin de su carrera en la emisora estatal.
Lo extraño no es, pues, que Paenza haya podido manifestar su desacuerdo, lo raro es que hasta ahora eso haya sido inimaginable porque las emisoras públicas argentinas sólo permitían discursos oficialistas, convirtiendo en norma la confusión entre público y estatal, empobreciendo el debate de ideas y tornando todo contenido en propaganda. Algo que merece analizarse en un contexto más amplio.
En Política pop. De líderes populistas a telepresidentes (Ariel), que acaba de aterrizar en los escaparates de las librerías argentinas, la doctora en ciencias sociales Adriana Amado retoma y ahonda conceptos que Umberto Eco y Claudio Magris, entre otros, usaron para analizar la Italia de Berlusconi. Líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, Rafael Correa o Cristina Fernández de Kirchner, afirma Amado, no pueden explicarse totalmente desde la noción de populismo, y requieren ser leídos desde la categoría de pop-ulismo: "Lo popular mediático al servicio de la construcción del político-celebridad". Actualizan el legado del populismo latinoamericano "desde las narrativas audiovisuales con toques de cultura pop".
No hablamos, especifica Amado, "de un régimen político ni de una particular forma de comunicación: se trata de un régimen mediático que integra los rituales cotidianos de sociedades más apegadas a los medios que a la política". En ese marco, la autora ofrece un "decálogo del político pop" que ayuda a comprender la política kirchnerista de comunicación. Van como ejemplo tres de sus principios: "El líder es el mensaje. Y el medio. Él es el logos y el logo(tipo)"; "Su lucha contra el 'eje del mal' es incansable. Elige a sus opositores entre las élites que nunca tuvieron muy buena prensa (políticos, empresarios, bancos, medios). Y a los periodistas, porque escriben la prensa"; "La tribuna mediática es indicador y condición de la cohesión política: si no hay consenso, al menos que haya agenda noticiosa unificada".
Adrián Paenza es un gran comunicador y su programa sobre ciencia, uno de los mejores de la televisión argentina (está disponible también en Internet). La primera emisión de este año, además de dar pie al debate sobre política y medios de comunicación que referimos, convocó a 22 científicos que destacaron lo logrado en la última década, sobre todo, el cuidado de la ciencia básica, la incorporación de jóvenes investigadores y el desarrollo autónomo de tecnología (diseño local de aviones, por ejemplo). Plantearon su inquietud ante problemas de presupuesto que, tras la devaluación, han empezado a afectar a las universidades públicas y la investigación en ciencia y tecnología.
Que este programa abiertamente crítico del gobierno actual continúe en antena y que la ciencia haya podido plantear sus preocupaciones en una emisora estatal habla de los buenos cambios que se han iniciado en la política de medios. La gestión Macri tiene ahora la oportunidad de demostrar con apoyo presupuestario concreto que el desarrollo científico está entre sus prioridades.
Disentir es una saludable gimnasia democrática que ha vuelto a practicarse en la televisión pública de la Argentina para ejercitar los músculos del pluralismo. Científicos Industria Argentina es...
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Raquel Garzón
Raquel Garzón es poeta y periodista. Se especializa en cultura y opinión desde 1995 y ha publicado, entre otros libros de poemas, 'Monstruos privados' y 'Riesgos de la noche'. Actualmente es Editora Jefa de la Revista Ñ de diario Clarín (Buenos Aires) y Subdirectora de De Las Palabras, un centro de formación e investigación en periodismo, escritura creativa y humanidades.
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