En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Nagua Alba (San Sebastián, 1990) salió elegida en marzo pasado con el 36,67% de los votos en medio de cierta polémica, resuelta a su favor, entre las diversas tendencias. Camina con pasos de gigante para acometer lo que su cargo le exige. Habla con la rotundidad de una experimentada y la ilusión de quien confía en cambiar el mundo. Psicóloga especializada en educación, domina idiomas que la mayoría de sus correligionarios apenas balbucean: alemán, italiano, inglés, euskera y castellano, claro.
Como tantos jóvenes, ha conocido la tiranía laboral: ha cuidado niños, dado clases, captado socios en la calle sin cobrar si no lo conseguía… “He experimentado en carne propia lo que es un trabajo precario. Creo que eso también nos diferencia. Cuando llegamos a las instituciones conocemos de primera mano la realidad que tratamos. No se pueden cambiar las cosas si no se ha vivido el mundo real”.
Y, como “desgraciadamente, lo más normal en alguien de mi edad”, los únicos bienes de que disponía hace un año cuando rellenó la declaración de transparencia, eran dos ingresos de 75 y 4.152 euros y una cuenta joven de 7.697,74.
Carcajea al saber que si escribes su nombre en el buscador Bing, saltan decenas de fotos de la duquesa de Alba o de la actriz Jessica Alba. Ninguna de Nagua, un nombre que antes tenía que deletrear pero que desde que es el rostro de Podemos en Euskadi “todo el mundo dice bien”.
Defiende el derecho a decidir y no tiene duda de que Euskadi es una nación. Las primeras elecciones con Podemos en las papeletas le dieron la victoria en votos en Euskadi y rompió la hegemonía histórica del PNV. Ahora, nacionalistas e izquierda abertzale les cortejan. Sobre los primeros, quieren desalojarlos del Gobierno vasco, pero unir fuerzas en Madrid para apartar a Mariano Rajoy. Y, con los segundos, próximos en los asuntos sociales, se entienden bien pero Nagua Alba elude por cuatro veces la pregunta de si podrían llegar a acuerdos de gobierno con ellos. “Cuando nos reunimos con EH Bildu, en lo social, encontramos cuestiones en las que podríamos trabajar juntos. En Euskadi tenemos mucha cultura del pacto porque el mapa político siempre ha sido plural, no es como en el Estado español, que empieza a serlo ahora. Pero veremos qué resultado ofrecen las urnas en octubre”. (…) “Es importante que sepamos sentarnos y llegar a acuerdos sobre cuestiones puntuales con cualquier fuerza”. (…) “Con respecto a acuerdos de gobierno, podremos encontrarnos en el camino con cualquiera que defienda nuestras propuestas”.
Alguien podría dudar de que tener 25 años y ostentar un cargo de tanta relevancia sea compatible.
Algo que ha pasado siempre y que es profundamente injusto es que haya determinadas personas que no han estado representadas en las instituciones. Se supone que las instituciones tienen que ser un calco de la calle y lo que te encuentras es que están representadas por un estilo de persona: generalmente hombres y generalmente de mediana edad y de alto poder adquisitivo.
Y, en cambio las mujeres y los jóvenes no están casi presentes. En el Congreso se deciden muchas cosas que afectan a la vida de los jóvenes y generalmente las deciden personas de avanzada edad, que no recuerdan ni conocen la realidad de los jóvenes. Luego hay otro factor y es saberse asesorar. Yo he aprendido muchísimo en cuatro meses a base de reunirme con colectivos y de pedir consejo. En la sociedad civil hay gente que tiene trabajo avanzado en torno a un montón de cuestiones y que lo único que necesitan es alguien que esté en las instituciones para que lo recoja y lo lleve allí. Y eso también es responsabilidad de un cargo público. El Congreso decide muchas cosas que afectan a la vida de los jóvenes y las deciden personas de avanzada edad, que no recuerdan ni conocen su realidad
¿Qué es lo que más le ha sorprendido durante estos meses?
Quizá la burocracia, aunque es verdad que cualquier ciudadano está acostumbrado. Cada vez que tenía que ir al registro o hacer un papeleo en el Congreso me acordaba de cuando tenía que pedir una beca en la universidad y todo el proceso burocrático eterno que había que recorrer hasta conseguirlo. Pero llegas a una institución con ganas de cambiarlo todo y cambiarlo rápido, porque tienes ideas y proyectos, y los ritmos de las instituciones requieren paciencia.
¿Algún asunto que desconociera y que le ha llamado la atención?
Nunca había pensado en la relación que hay que tener con cargos públicos de otras fuerzas políticas. Y, en realidad, es un pilar central del día a día de una institución: tener que estudiar iniciativas, negociarlas, enmendarlas, conseguir que voten a favor de las tuyas… me ha sorprendido.
Lo que es sorprendente es el éxito de Podemos en Euskadi. A pesar de las batallas internas y de que sus dirigentes no son muy conocidos socialmente, arrasaron en las elecciones generales y lograron lo imposible: ganar al PNV en votos y ser la primera fuerza en Euskadi. ¿Llenaron las urnas por Pablo Iglesias o por descarte?
(Sonrisas). Yo creo que por ninguna de las dos cosas. Es verdad que en Podemos, y nos pasa en todas partes, somos nuevos en política y nadie nos conoce.
¿Por qué sacamos semejantes resultados en las generales? Yo creo que tuvo mucho que ver la defensa de los derechos sociales; el Partido Socialista de Euskadi (PSE) no ha estado a la altura de esa defensa en los últimos años. En cambio, nosotros hemos abanderado esa lucha. Por otro lado, es muy importante la cuestión territorial y ahí Pablo Iglesias sí ha tenido mucho que ver en el sentido de que no solo en Euskadi hacemos una defensa de un proyecto nuevo. Que entendiera que existen diferentes identidades en el conjunto del Estado y que se trata de un conflicto político y que, por tanto, habrá que resolver y no hacer oídos sordos a lo que está pasando. Creo que la figura de Pablo Iglesias ha sido muy simbólica porque por vez primera hemos visto a un dirigente a nivel estatal defendiendo eso y no solo en Catalunya y Euskadi, sino yendo a Andalucía y Madrid y diciendo lo mismo.
Y, por otro lado, también ha tenido mucho que ver la cuestión de la paz y la convivencia en Euskadi. Al fin y al cabo, los miembros de nuestra fuerza política no tienen mochilas del pasado y dentro de Podemos Euskadi, al haber nacido después del cese de la violencia, nos hemos encontrado en el mismo espacio político a personas que antes jamás habían coincidido. Personas que vienen de trayectorias distintas, de ver y vivir el conflicto de forma diferente pero que tienen muy claro que hay que garantizar que no se repitan esas décadas de terrible violencia y que hay que construir una memoria que sea justa y veraz. Es decir, hay que mirar al pasado para aprender de él y para caminar hacia adelante. Lo que hay que hacer es una defensa férrea de los derechos humanos. Esto es algo que en la sociedad vasca ya pasaba y tú en un bar te podías encontrar personas de distintas sensibilidades charlando tranquilamente, incluso en la familia o en la cuadrilla, pero no había habido la posibilidad de que pasara en un espacio político.
Las diferentes identidades nacionales generan un conflicto que hay que resolver y no hacer oídos sordos
Acaba de utilizar el término conflicto. La derecha se les ha echado encima por usarlo y les ha comparado con la izquierda abertzale.
Durante décadas, la sociedad vasca y la española han sufrido una violencia terrible y esa violencia ha generado una brecha dentro de la sociedad; una herida que todavía está abierta. Por eso lo llamamos conflicto. Es un conflicto entre vascos. Negando su existencia no desaparece. La sociedad vasca ha dado muchísimos pasos y quizá lo que le está pasando a la mayoría de los partidos políticos es que se han quedado atrás, siguen mirando atrás y se han enquistado. Igual lo que hay que hacer es estar al lado de la sociedad vasca que tantos pasos ha dado y nos está exigiendo.
¿Qué quiere decir exactamente con estar a la altura?
Significa mirar hacia adelante, aprender de lo que pasó y garantizar que no vuelva a suceder. Construir una memoria que sea justa y veraz. Reconocer a todas las víctimas y colaborar con la sociedad para que se construya un marco estable y sólido de convivencia.
Por todas las víctimas, ¿se refiere a las de ETA, a las del Estado, a los presos…?
Es verdad que en Euskadi ya se están dando pasos, el Gobierno vasco ha dado algunos y se pueden dar muchísimos más. Con respecto a los presos de ETA, creemos que en ese proceso hacia la paz y la convivencia una piedra más en el camino es la política penitenciaria de alejamiento de los presos y esto lo dice Amnistía Internacional, que asegura que perjudica mucho a la reinserción el hecho de que los presos no estén en las cárceles vascas.
Podemos celebró el pasado Aberri Eguna, el día de la patria vasca. ¿Qué significa? ¿Son independentistas, nacionalistas o solo partidarios del derecho a decidir?
Lo hemos dicho muchas veces. Apostamos por un nuevo modelo de convivencia en el que las distintas entidades nacionales se sientan reconocidas…
¿Euskadi es una nación?
Euskadi es una nación, sí. Creemos que en el modelo actual no todo el mundo se siente a gusto. Pero todo debe pasar por vías democráticas y ser la ciudadanía vasca la que se exprese y decida si este proyecto en común le seduce o, por el contrario, prefiere otro. Por eso, apostamos por el derecho a decidir. Con respecto al Aberri Eguna, ha sido siempre un día de gran polarización en la sociedad vasca y lo que nosotros queríamos defender aquel día eran dos cosas: el derecho de toda persona que se sienta vasca a celebrar un día de los vascos e independientemente de si tiene otras identidades nacionales o no, y lo que nosotros entendemos por patria. Nuestra patria es la gente, los derechos sociales y el derecho a decidir.
¿Cómo va la elaboración del programa vasco para las elecciones autonómicas de octubre? Ya sabe que se les suele acusar de no tener programa
Se nos acusa de no tener programa pero siempre presentamos a las citas electorales los programas más completos incluso con su memoria económica y su memoria jurídica para demostrar que son realizables. Y luego, trabajamos en las instituciones y los ponemos en práctica.
¿Qué debería incluir el programa vasco?
Los tres pilares que ya he comentado. El derecho a decidir y su resolución por vías democráticas, una apuesta firme por la paz y la convivencia y la defensa de los derechos sociales, que aquí también son muy importantes. Estamos viendo los altísimos niveles de precariedad con que nos encontramos y no solo los jóvenes, también las personas mayores de 55, sobre todo las mujeres. Estamos viendo cómo se desmantela la industria y no se está haciendo una apuesta por su defensa y protección.
El otro día tuvimos un encuentro con más de 100 personas, se generaron mesas de trabajo en torno a distintas temáticas y fue el pistoletazo de salida a la elaboración del programa que queremos que sea muy participativo. Queremos personas expertas de la sociedad civil que tengan un trabajo ya hecho sobre determinados temas que sean una herramienta para llevar ese trabajo al Parlamento vasco. Pero también queremos que cualquier ciudadano que quiera pueda tener su espacio para hacer sus aportaciones.
En Euskadi les desean EH Bildu y el PNV, ¿se quedarían con alguno?
Nosotros tenemos nuestro proyecto propio para Euskadi. Hemos mantenido reuniones con los dos y es verdad que el diagnóstico que el PNV hace en la cuestión social no coincide en absoluto con el nuestro. Muchas veces nos vende que en Euskadi todo va bien porque en el resto del Estado quizá vaya peor pero que a tu vecino le vaya peor no tiene por qué significar que a ti te vaya bien. Tenemos mucha precariedad, tenemos un problema con la industria, se están eliminando ayudas que son imprescindibles, incluso a veces con argumentos xenófobos y obviamente en lo social es difícil que nos vayamos a poner de acuerdo. Por eso opinamos que tiene que haber un cambio en el Gobierno vasco que apueste por todo esto.
Es verdad que con EH Bildu, cuando nos reunimos, en lo social, encontramos cuestiones en las que podríamos trabajar juntos. En Euskadi tenemos mucha cultura del pacto porque el mapa político siempre ha sido plural, no es como en el Estado español, que empieza a serlo ahora. Y veremos qué resultado ofrecen las urnas en octubre.
El PNV nos vende que en Euskadi todo va bien porque en el Estado van peor
¿Entendería la sociedad vasca un pacto entre Podemos y la izquierda abertzale?
Es importante que sepamos sentarnos y llegar a acuerdos sobre cuestiones puntuales con cualquier fuerza.
¿Ve factible un acuerdo de gobierno con EH Bildu?
Con respecto a acuerdos de gobierno, podremos encontrarnos en el camino con cualquiera que defienda nuestras propuestas.
Ha dicho que con el PNV es complicado y con el PSOE son muy críticos, no quedan muchos más
Cuando nos reunimos con el PSOE, les dijimos que entendíamos que el mapa político había estado más cerrado y que habían elegido sustentar los gobiernos del PNV pero que ahora se abrían más opciones, que estaba el camino del cambio y que si ellos apostaban por ese camino, allí nos encontrarían.
¿Después de lo que ha ocurrido en Madrid?, ¿y con unas previsiones de votos malas para el PSOE y buenas para ustedes en Euskadi?
Veremos qué elige el PSOE.
¿Estarían a gusto gobernando con la izquierda abertzale? No hay ninguna intención extraña en la insistencia pero estaría bien saberlo
No podemos hacer política ficción. Veremos qué resultados arrojan las urnas y habrá que ver los números. Nuestra apuesta es ganar las elecciones. Al día siguiente, veremos.
En Euskadi, Podemos quiere desalojar al PNV del Gobierno y en Madrid están dispuestos a tenderle puentes. Mientras, el PNV les apoyaría para la formación del Gobierno de España
Políticas distintas las tienen que encarnar políticos distintos y no puede haber un cambio si siguen gobernando los mismos. Pero a nivel estatal entendemos que no es nuevo ni para el conjunto del Estado ni para Euskadi que Rajoy siga gobernando. Cualquier fuerza que esté de acuerdo con nosotros es bienvenida a colaborar. Muchas veces coincidimos en comisiones, hay muchas iniciativas que votamos distinto pero sí estamos de acuerdo en el gran objetivo y es que Rajoy no siga gobernando.
¿Qué responde a esas críticas en torno a que la dirección de Podemos marca las líneas vascas?, ¿le cuesta mucho convencerles de lo que conviene en Euskadi?
Yo me siento profundamente orgullosa. Tenemos una dirección a nivel estatal y unos portavoces que nos escuchan mucho y que quieren comprender qué pasa aquí. Hace unos días estuvo (por primera vez) Pablo Iglesias, estuvimos hablando largo y tendido con él y su actitud fue de escucha y de querer comprender. Y en su discurso trató muchísimas cuestiones relativas a Euskadi en las que compartía absolutamente todo lo que nosotros habíamos estado diciendo estas semanas. Eso es lo que llamamos la apuesta plurinacional, que desde la dirección estatal se dé autonomía a los distintos territorios y a sus direcciones.
Por el momento, no hay ningún acuerdo con Izquierda Unida-Ezker Anitza pero nuestra voluntad es construir una mayoría amplia
Parece que nadie quiere responsabilizarse del espíritu envenenado de los comicios del 26J tras el fracaso de las negociaciones y se buscan culpables. ¿Los hay?
Creo que si entramos en una campaña en la que se cruzan reproches y se buscan culpables no nos hacemos ningún favor entre los partidos políticos ni tampoco a la ciudadanía, que no quiere escuchar eso. Hay que entender esta campaña como una segunda oportunidad para construir una mayoría suficientemente amplia como para sacar a Rajoy y a sus políticas de La Moncloa. Tenemos que abordar estas elecciones con la misma ilusión y las mismas ganas que las anteriores.
¿Cree probable un pacto en Euskadi con Izquierda Unida-Esker Anitza para las autonómicas? Parece que hay ciertas reticencias por el reparto de representación
Nos acabamos de reunir, pero entendemos que el proceso estatal y el vasco son completamente distintos, que las realidades son distintas. Nuestra primera toma de contacto y este tipo de decisiones hay que tomarlas con calma. Por el momento, no hay ningún acuerdo tomado. Nuestra voluntad como Podemos Euskadi es construir una mayoría amplia que apele a sectores que hasta ahora no se han sentido apelados.
Con Equo, con los que ya hemos trabajado y tenemos una buenísima experiencia, las conversaciones están muy avanzadas y sí que constatamos nuestra voluntad, por ambas partes, de seguir manteniendo una relación de colaboración. Y nuestra voluntad es la de ir juntos a las elecciones. La experiencia ha sido enriquecedora y creo que deberíamos continuar.
Tras el rechazo de la jueza Garbiñe Biurrun como candidata a lehendakari, ¿quién les queda? ¿Le gustaría que fuera mujer?
Ahora mismo no tenemos nombres porque estamos centrados en la elaboración del programa, que es más importante porque es más laborioso y largo. A mí me parece importante que las mujeres demos el paso de participar en política y en la sociedad civil hay muchas mujeres con prestigio y experiencia. Pero eso se decidirá en primarias, no me corresponde a mí.
Nagua Alba (San Sebastián, 1990) salió elegida en marzo pasado con el 36,67% de los votos en medio de cierta polémica, resuelta a su favor, entre las diversas tendencias. Camina con pasos de gigante para acometer lo que su cargo le exige. Habla con la rotundidad de una experimentada y la ilusión de...
Autor >
Isabel Camacho
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí