NBA
En mitad de la estampida: los Bulls de las 72 victorias
Diez partidos, diez instantes. Las diez derrotas de un equipo de leyenda
Marcos Pereda 15/06/2016
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1. 14 de noviembre de 1995. Orlando Magic.
El problema de las historias es que siempre hay buenos y malos. Vencedores y vencidos. Maniqueísmo narrativo, quizás, polaridad vital a la que es imposible abstraerse. Para los héroes, las loas, aunque yazcan sobre el campo de batalla, quebrados en mil pedazos y solo un poema de Tennyson retumbando al galope por entre gemidos ahogados. Eso, para los héroes. El resto, olvido, que es el declinar del tiempo. El resto nada, que fue todo.
2. 26 de noviembre de 1995. Seattle Supersonics.
Jordan, Pippen, Longley, Rodman y Harper. Cinco que son seis, como los mosqueteros, o las penas, que siempre hay más de las que parece. Kukoc, longilíneo representante del baloncesto yugoslavo, un país que ya no existe, que se ha desguazado a sí mismo con minuciosa crueldad. El hijo de Boza, el que jamás pierde. Kukoc. Al fondo, un séptimo, mirada glauca y pelo rubio, cara de niño bueno, ojos de ratoncillo inteligente. Steve Kerr observa. Cuando le toca jugar, sale y juega. Se esfuerza, da lo que tiene. Es lo más que puede hacer, hombre entre gigantes, mortal entre dioses. Pero, sobre todo, observa. Y, quizá, sonríe. Son caprichosos los hilos del tiempo.
3. 26 de diciembre de 1995. Indiana Pacers.
Imagina desafiar una vez al coloso…y vencer. Imagina hacer morder el polvo a Hércules, sojuzgar a Cronos, balacear tu cuerpo frente a Amaterasu. En el cielo, Baba Yaga rema sobre su olla mágica. Imagina eso. La proeza. Y ahora piensa en hacerlo dos veces, repetir. Que lo imposible suceda más allá de tu imaginación… y más tarde vuelva a suceder. Como en un dédalo de sensaciones, de certezas. Indiana lo consigue, y los de Chicago afilan los dientes, clamando venganza. Nos veremos en las eliminatorias, piensan. Fijando su mirar, asesino, en los chicos del Condado de Marion. Y éstos se estremecen, asustados. Perderán en primera ronda de Playoffs ante unos insustanciales Hawks. No habrá venganza. Mejor huir.
4. 4 de febrero de 1996. Denver Nuggets.
Entre el 26 de noviembre de 1995 y el 4 de febrero de 1996 aquel equipo mágico gana 31 partidos y solamente pierde en la ciudad maldita de Indianapolis. Nada parece poder detenerlos. Que Jordan rinda a nivel de MVP es algo que todos esperan. Que Pippen haga un final de año superlativo pudiera entrar dentro de lo habitual. Que el resto aporten en lo suyo, trabajo sucio, sostenido, esforzado, tampoco destaca especialmente. Pero que Phil Jackson haya conseguido centrar la psicotrópica personalidad de Dennis Rodman quizá impacta un poco más. El más badass de los Bad Boys del Motown convertido en un superlativo defensor que ponía siempre su talento (porque trabajar, coger rebotes, concentrarte y agachar el culo también es un talento) al servicio del colectivo. Cuántas horas de meditación zen le costaría lograr esto a Phil Jackson es algo que, quizá, nunca sepamos.
5. 6 de febrero de 1996. Phoenix Suns.
En 1972 Los Ángeles Lakers habían establecido el récord vigente en la Liga Regular. Un total de 69 victorias y 13 derrotas. A estas alturas ya todos ven en esa marca el objetivo de los Bulls. Es una lucha, pues, contra la historia, como lo son todas las luchas que merecen la pena. En aquellos Lakers jugaba Jerry West, que se hizo logo, y Wilt Chamberlain, que se hizo leyenda. Esa misma temporada debutaba en la NBA un chaval musulmán de 24 años llamado Kareem Abdul-Jabbar, y era distinguido como MVP. Doce meses antes ese premio se lo habían otorgado a un neoyorquino llamado Lewis Alcindor. Fue el primer año en que Rockets jugó en Houston y los Warriors en Oackland. El relato, juguetón, se empeña en ponerse autorreferencial.
6. 23 de febrero de 1996. Miami Heat.
Es él, sobre todo. Él, cuando él se transforma en Él. Importará el equipo, ganará el título, entrará en la Historia. Pero será, para siempre, su conjunto. El suyo, el de Michael Jordan. Por supuesto, MVP de la temporada regular, por supuesto MVP de las finales. Incluso, glotón, mejor jugador del All Stars. Será su obra más perfeccionada a nivel colectivo. Desde un punto de vista individual quizá las haya más deslumbrantes, más epatantes, en aquellos últimos años ochenta donde Jordan era un póster que se paseaba por las canchas de Estados Unidos. Cuando derribaba todas las tardes un nuevo muro, alcanzaba una meta cada vez más complicada. Eso fue, eso es. Su liga, él la había inventado. Levitando sobre el parquet, jamás llegando a posarse del todo. Un punto tras otro. Así, hasta los libros. Sin detenerse jamás. Será su furioso espíritu competitivo el que arrastre a sus Bulls a un reto que nadie veía alcanzable en octubre. El dolor es pasajero, la gloria eterna.
7. 10 de marzo de 1996. New York Knicks.
Una de las grandes rivalidades de la Liga. El Madison Square Garden, el jardín trasero de la casa de Jordan, lugar predilecto de sus demostraciones. Su viejo compañero en la selección universitaria enfrente. La mole de Patrick Ewing, jamaicano de cuerpo macizo y cabeza privilegiada convertido en némesis, a ratos. Se volverán a ver las caras en playoffs, tantas otras veces. El balance es abrumador para los del Lago Michigan. Pero a falta de guerras, venzamos alguna batalla. Una que escueza. Y los Bulls salen cabizbajos de Manhattan. Volverán para vengarse
8. 24 de marzo de 1996. Toronto Raptors.
Este año debutan dos equipos canadienses en la Liga. No son los primeros, de hecho los Toronto Huskies inauguraron la NBA frente a los Knicks un lejano primero de noviembre de 1946. Samhain, noche mágica de paso para los celtas. Comenzaba la estación oscura, a partir de aquel momento todo era una esperanza continua hasta volver a ver el triunfo del sol. Samhain de 1946, en Toronto. Día 24 de marzo de 1996. Los tiempos han cambiado y los adorables huskies se han convertido en los temibles raptors. La época de los dinosaurios, ya ven. Colores alocados y diseños sin pies ni cabeza. Un equipo recién formado, una franquicia que (re)nace. Y le arrancan el partido a los invencibles. Nadie se lo explica, Canadá manda en el derby de los Grandes Lagos. El récord de los añejos Lakers puede estar en la cuerda floja. Desde ese día los Bulls vencerán doce partidos y perderán solo dos. Será suficiente.
9. 8 de abril de 1996. Charlotte Hornets.
El hijo de Brooklyn ama Charlotte, dulce madre sureña de acento cantarín. Charlotte, que lo acogió en la universidad, que empezó a dibujar su mito. Michael Jordan ama a Charlotte y Carolina del Norte idolatra a Michael Jordan. Pero hoy no, hoy ese equipo, ese equipo pequeñito, apenas excusa estadística cuando se observa el desarrollo de la Liga, está dispuesto a rebelarse. Aunque sea por un día, aunque pase desapercibido después. Y Jordan, el dios de Chicago, ve cómo la Ciudad del Viento es tomada por Charlotte, la madre de Michael. Rechinar de dientes en su espíritu indomable. El récord, posible, está ahora un poco más complicado. Abandonan la pista cabizbajos. Detrás, los nombres que se lleva el tiempo, celebran su pequeña gesta.
10. 20 de abril de 1996. Indiana Pacers.
Al fondo, un grupo de jugadores pequeñajos que se dedican a tirar todo el rato, desde cualquier distancia, saliendo de bloqueos, con el defensor delante, en posiciones malas, con mecánicas fulgurantes. Al fondo, muchos años después. En la banda el mismo chico rubio y de mirada inteligente que estuvo antes, que está ahora. Sonrisa satisfecha de arquitecto que mira un edificio sólido. Ojos ensoñadores de quien recuerda, porque siempre es mejor haber jugado que haber dirigido. Qué no dió él, qué no dieron todos. Al fondo, la marca que cae. Pero falta tanto, tanto para eso…
1. 14 de noviembre de 1995. Orlando Magic.
El problema de las historias es que siempre hay buenos y malos. Vencedores y vencidos. Maniqueísmo narrativo, quizás, polaridad vital a la que es imposible abstraerse. Para los héroes, las loas, aunque yazcan sobre el campo de batalla, quebrados...
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Marcos Pereda
Marcos Pereda (Torrelavega, 1981), profesor y escritor, ha publicado obras sobre Derecho, Historia, Filosofía y Deporte. Le gustan los relatos donde nada es lo que parece, los maillots de los años 70 y la literatura francesa. Si tienes que buscarlo seguro que lo encuentras entre las páginas de un libro. Es autor de Arriva Italia. Gloria y Miseria de la Nación que soñó ciclismo y de "Periquismo: crónica de una pasión" (Punto de Vista).
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