Equipo del Balonmano Ciudad Real en 2008.
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En julio de 2011 Domingo Díaz de Mera confirmaba el traslado del BM Ciudad Real a Madrid. Se desvanecía el proyecto que le había dado a la ciudad manchega tres Champions, cinco Liga ASOBAL y dos Recopa de Europa entre otros muchos títulos. La gloria se tornaba en oscuridad.
Con aquella decisión se difuminaba el balonmano en Ciudad Real y el golpe definitivo llegó con la desaparición del BM Atlético de Madrid, pues aunque era un equipo madrileño parte de la afición ciudadrealeña sentía como propio aquel proyecto liderado por Talant Dujshebaev y que contaba con jugadores de la talla de Joan Cañellas o Julen Aginagalde. La oscuridad ya era total, la caída al pozo había sido inevitable y dolorosa.
Una vez aquel proyecto había caído en el ostracismo de aquel pozo al que también cayeron otros muchos clubes españoles comenzaron las labores de rescate. Conscientes de que no sería fácil se inició un proyecto en Ciudad Real que pretendía no apagar en la ciudad la luz del balonmano. Así poco a poco se fue consiguiendo atraer a la superficie a este nuevo proyecto. Los largos días en la oscuridad, pues las labores de rescate no fueron ni mucho menos sencillas, debilitaron el balonmano manchego hasta mutar el cuerpo que acabó por transformar aquel todopoderoso Ciudad Real en lo que a día de hoy es el BM Alarcos, un club que principalmente hace hincapié en la cantera. “Este club es fruto de la apuesta de unos cuantos padres para que sus hijos sigan practicando el balonmano y aprendiendo los valores humanos de la competición”, explicaba Juan Pablo Marciel, presidente del club.
El balonmano de élite en Ciudad Real ya no era aquel club que reinaba en Europa con puño firme. Aquella figura agigantada se había encogido tras la caída al pozo y lo que emergía era una silueta extremadamente delgada que más bien recordaba a la de Don Quijote de la Mancha. Y no solo en la figura se nos asemejaba al personaje literario que da nombre al majestuoso pabellón donde triunfó el Ciudad Real de Domingo Díaz de Mera, sino porque aquel proyecto que nacía en la ciudad manchega lo hacía con humildad pero con un afán soñador. “El principal objetivo siempre fue dar continuidad al trabajo con la cantera, pero claro que desde el inicio mantenemos el sueño de poder devolver a Ciudad Real a la élite del balonmano. Ya se hizo una vez y sería un sueño tremendo volver a repetirlo. Soñar es gratis”, reconoce el presidente del Alarcos.
Fue en 2012 cuando nacía el BM Alarcos Ciudad Real y en solo 4 años ya ha rozado la gloria, a punto ha estado de emerger completamente de las miserias en las que se sumió con aquel traslado a Madrid.
Coincidiendo con la recuperación del trono europeo por parte de Talant Dujshebaev, icono de Ciudad Real que ganó esta temporada la EHF Champions League con el KS Vive Tauron Kielce, la Liga ASOBAL a punto estuvo de confirmar su vuelta a Ciudad Real, al ya mítico Quijote Arena.
En su estreno en División de Honor Plata el BM Alarcos hizo una temporada espectacular, lo que le valió para clasificarse para la fase de ascenso, que se celebró en Irún, en el también mítico Artaleku. Para este humilde proyecto el reto era mayúsculo, pues enfrente tendría a gigantes, y no eran alucinaciones de Don Quijote, pues el Bidasoa Irún, rival en semifinales, es un equipo hecho para ascender, su plantilla poco tiene que envidiar a la de varios de los equipos de la Liga BAUHAUS ASOBAL.
La aventura de este joven club era tan ambiciosa como atrevida pero no suficiente con plantarse en la fase de ascenso, el BM Alarcos Ciudad Real plantó cara al Bidasoa y, por momentos, lo puso contra las cuerdas. Finalmente se impuso la lógica y los gigantes fueron demasiado para este Don Quijote que ya sueña con volver a la Liga ASOBAL, una competición que espera con los brazos abiertos a una ciudad tan importante para el balonmano español como es Ciudad Real.
La Liga ASOBAL quiere volver a tener en su seno a Ciudad Real, quiere volver a ver vibrar al Quijote Arena, una instalación que impresiona a propios y extraños. “Jugar en el Quijote Arena es espectacular. Ya solo la estructura impresiona. Y más aún si luego te pones a pensar en qué jugadores han pisado esa pista y qué partidos se han jugado allí. Es un privilegio poder entrenar día a día en el Quijote”, cuenta Andrés Sánchez, el lateral izquierdo titular del BM Alarcos, que esta temporada llegó a Ciudad Real procedente del Club Balonmano Cisne, con el que había conseguido ascender a la División de Honor Plata.
Tras lo visto durante esta temporada ya podemos decir que las labores de rescate han terminado, el balonmano ya ha vuelto a Ciudad Real para quedarse. Y además no hace falta técnicas de reanimación a pesar del duro golpe sufrido cuando se desplomó aquel proyecto de Díaz de Mera. El balonmano está vivo en Ciudad Real gracias al BM Alarcos y muy vivo. Del pozo se salió delgado, con los músculos débiles pero poco a poco va cogiendo tono muscular y el sueño de la Liga ASOBAL ya no parece tan utópico como cuando nacía el club, los sueños a veces tienen parte de realidad. “Son palabras mayores. Estamos hablando de volver a Asobal. Hace tres años ya anunciamos que queríamos seguir con la ‘reconquista’, y estamos demostrando que somos un club serio”, apunta Juan Pablo Marciel.
En julio de 2011 Domingo Díaz de Mera confirmaba el traslado del BM Ciudad Real a Madrid. Se desvanecía el proyecto que le había dado a la ciudad manchega tres Champions, cinco Liga ASOBAL y dos Recopa de Europa entre otros muchos títulos. La gloria se tornaba en oscuridad.
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Edu Agulló
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