César Strawberry, líder del grupo Def Con Dos.
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Me estoy haciendo mayor. Y hay detalles que lo confirman. Hasta ahora, yo era de esas personas viscerales (con lo que eso implica y complica) que al hablar de sus amigos se cardaba imaginariamente el pelo a lo Rocío Jurado. “Con la fuerza de los mares, el ímpetu del viento y de una forma sobrehumana”. Agotador. Es verdad que a cuentagotas. Tampoco quiero a tanta gente.
Pero esta mañana estaba intentando que la raya del ojo me quedara en condiciones y de repente a uno de mis amigos le llamaron “hijo de Satanás”. Sí, a uno de mis amigos por los que me cardo el pelo. Y el insulto salía de mi radio. Lo llamaron criatura del diablo, infiltrado podemita, mamarracho, niñato y luego, para ponerle el lazo al regalo, le recomendaron que montara un huerto urbano y lo llamara ‘El boniato rojo’.
El insultado es mi amigo Peio H Riaño. Satanás y periodista, para más señas. El insultador es Federico Jiménez Losantos. La razón: un artículo acerca del indulto a César Strawberry por parte de la Audiencia Nacional. Mis improbables lectores ya saben que el presidente de Libertad Digital y locutor de Esradio es mi gran placer culpable. Lo escucho desde hace mucho tiempo y casi nunca ha conseguido sacarme de quicio como me consta que lo hace con buena parte de la gente que me rodea. Y como generador de insultos y motes, amigos, no tiene rival.
A Losantos le odia media España y el 99,8% de Twitter. A mí me parece un tipo muy culto, me entretiene y eso confirma mis sospechas de que he venido a este mundo a romper estereotipos. “¿Pero tú escuchas a ese tío?”, es una de esas cosas que me convierten en fascista para algunos. Luego resulta que trabajo en CTXT y eso también me convierte en bolivariana e iraní (estando yo entre las diez pieles más blancas de España).
Losantos está enfadado casi siempre. Y hoy los insultos al periodista venían a cuento por su artículo. Porque Riaño ha defendido la libertad de expresión una vez conocida la sentencia (y antes), pero Federico dice que la libertad de expresión es él, que ha estado diez años luchando por ella contra Gallardón para defender a las víctimas del terrorismo y del 11M. Y que esto no responde más que a la estrategia podemita de infiltrar a los suyos en los medios.
La libertad de expresión, creo yo, no puede ser como los culos, que cada uno tiene el suyo. A mí los tuits de Strawberry y los de Zapata no me hacen gracia. Tampoco me la hace que mi colega Guillem Martínez se refiera a un sector del PP como Tena Lady en su deliciosa crónica. Pero como empecemos a gestionar las sensibilidades vamos a tener que ponernos todos la mordaza. Si ya manifesté hace unas semanas que no soy quién para ponerme la camiseta de la dignidad periodística, menos ahora para lucir la de policía de la libertad de expresión. La tuya sí, la tuya no.
Lejos de enervarme, he estirado el cuello, me he puesto el perfume en las zonas que recomiendan las supuestas revistas femeninas y me he lanzado al teléfono a llamar a Peio H Riaño. Y no saben las risas. Y nada de cardado.
Me estoy haciendo mayor. Y hay detalles que lo confirman. Hasta ahora, yo era de esas personas viscerales (con lo que eso implica y complica) que al hablar de sus amigos se cardaba imaginariamente el pelo a lo Rocío Jurado. “Con la fuerza de los mares, el ímpetu del viento y de una forma sobrehumana”....
Autor >
Ángeles Caballero
Es periodista, especializada en economía. Ha trabajado en Actualidad Económica, Qué y El Economista. Pertenece al Consejo Editorial de CTXT. Madre conciliadora de dos criaturas, en sus ratos libres, se suelta el pelo y se convierte en Norma Brutal.
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