
Marta Vieira da Silva
FuribundoEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Si el fútbol no es uno de los deportes más seguidos en los Juegos Olímpicos, el femenino recibe menos atención aún. Este año, en Brasil, la historia promete ser diferente. Muchas de las miradas estarán puestas en una jugadora que afronta, quizá, la última oportunidad de vivir uno de los momentos más bonitos e importantes de su larga carrera. Marta Vieira da Silva (Dois Riachos, Brasil, 1986), para muchos la mejor jugadora de fútbol de la historia, confía en colgarse, a sus 30 años por fin, la medalla de oro después de haberse quedado dos veces con el sabor amargo de haber llegado a una final y perderla.
Desde que comenzara a disputarse la competición femenina en Atlanta 1996, Estados Unidos ha copado las cinco finales, ganando cuatro de ellas. Tan sólo Noruega en Sidney 2000 pudo derrotar a las norteamericanas, tras superarlas en la prórroga. En dos de los cuatro triunfos estadounidenses --Atenas 2004 y Pekín 2008-- el rival fue la Brasil de Marta y en ambos casos el partido también se decantó en el tiempo extra. Ahora, las brasileñas sueñan con poder tomarse la revancha ganando la final el 19 de agosto en el templo de Maracaná, en cuyo paseo de la fama tiene grabados sus pies Marta. Es la única mujer que goza de tal distinción.
Como suele ocurrir en el calendario de los Juegos, el fútbol será el primero que se ponga en marcha. De hecho, el 3 de agosto ya habrá partidos, dos días antes incluso de que se celebre la ceremonia de inauguración. Doce selecciones compiten en el torneo femenino divididas en tres grupos, clasificándose para cuartos de final las dos primeras y las dos mejores terceras. Si todo sigue su camino normal y Brasil y Estados Unidos logran el primer puesto de su grupo, esta vez no se encontrarían en la final, sino en una de las dos semifinales.
Marta afronta sus cuartos Juegos Olímpicos con la esperanza de poder añadir a su excelso palmarés individual un gran triunfo con su selección. Tiene en su poder cinco balones de oro, los mismos que Messi, ganados entre 2006 y 2010. Además, es la máxima goleadora en la historia de la Copa del Mundo femenina con un total de 15 goles y ha anotado cien tantos con la selección de Brasil. A nivel de clubes ha logrado una Copa de Europa, una Copa Libertadores y ocho títulos de liga en tres países distintos. Tiene dos medallas de oro en los Juegos Panamericanos pero llama la atención que una jugadora de su nivel no haya podido ganar aún ningún oro olímpico ni ningún Mundial con su selección.
Pero Marta no se rinde. Nunca lo ha hecho en su vida, en la que ha tenido que ir superando barreras para llegar a alcanzar el éxito. Sus padres se separaron cuando ella tenía menos de un año y a su madre le costaba sacar adelante a sus cuatro hijos. Por las dificultades económicas, Marta no pudo ir a la escuela hasta que tuvo nueve años, pero viendo periódicos y cómics como los de La pandilla de Mónica aprendió a leer y a escribir su nombre. Su gran afición era jugar al fútbol con los chicos de su localidad, lo que suponía un disgusto para su madre que quería que se dedicara a algo más ‘femenino’, por lo que mandaba a sus hermanos a que fueran a buscarla. “Yo salía corriendo y casi nunca me alcanzaban porque era más rápida”, recuerda.
A Marta le dejaban jugar en algunos torneos con chicos y el organizador de uno de ellos se fijó en sus cualidades, invitándola a que fuera a hacer una prueba a Río de Janeiro con el equipo profesional femenino del Vasco de Gama. Tardó tres días en realizar el viaje en autobús porque no tenía dinero para comprar un billete de avión. A su llegada todo le pareció deslumbrante: la ciudad, los campos, el nivel de las compañeras… A pesar de la nostalgia de estar lejos de su familia se amoldó pronto y empezó una carrera profesional que la ha llevado a lo largo de 16 años a diez equipos en tres países distintos. Vasco de Gama, Santa Cruz-MG y Santos en su país; Los Ángeles Sol, Gold Pride y Western New York Flash en Estados Unidos (siendo máxima goleadora del campeonato en las tres temporadas); y Umea IK (con el que ganó la Champions League), Tyreso FF y FC Rosengard, donde milita desde 2014, en Suecia.
Cuando jugaba en el Tyreso FF coincidió durante dos temporadas con la que muchos consideran la mejor jugadora española de la historia, Verónica Boquete, que ve en la brasileña su gran referente. “Poder jugar con ella dos años fue una experiencia especial. Es la mejor jugadora de la historia, no sólo por los cinco balones de oro que ganó, sino porque cuando juegas contra ella o con ella, ves la calidad que tiene y lo mucho que desequilibra. Es una futbolista que puede decidir un partido y que tiene cualidades tanto físicas como técnicas muy superiores al resto”, asegura.
Para la gallega, lo que hace especial a la brasileña es “la combinación entre su técnica y su velocidad. Todo lo que hace Marta lo hace muy rápido. Es una futbolista que desequilibra muchísimo porque tiene desborde en el uno contra uno, se sabe asociar muy bien, ocupa bien los espacios porque es muy rápida y además es imprevisible. Nunca sabes lo que va a hacer, si está haciendo un amago o va a tirar. Es zurda, pero también le puede dar con la derecha. Todas esas habilidades que tiene, unidas a su velocidad y a su condición física natural, la hicieron imparable en sus mejores años. Lo que ella hace no hay nadie capaz de hacerlo. Hay otras jugadoras de mucha calidad o que en otras posiciones son mejores que ella, pero como jugadora determinante y que haya marcado una época de una manera tan drástica sólo está Marta”.
Por haber compartido mucho tiempo con ella fuera de los terrenos de juego, Verónica también puede hablar de cómo es la futbolista brasileña como persona. “Es muy normal, muy sencilla. Es muy humilde. Si no la conoces nunca dirías que ha ganado cinco balones de oro. Es una más en el vestuario. Tiene un carácter muy alegre y siempre hace que todo el mundo se sienta a gusto. Lleva todo con mucha normalidad, es consciente de que lo único que hace es jugar al fútbol. Además es muy sensible, se emociona mucho, tanto con las cosas positivas como con las negativas”.
En el mundo del fútbol hay varios casos de jugadores que son estrellas, referencias absolutas dentro del césped, pero que luego no tienen el carisma de líder respecto a sus compañeros, una circunstancia que, por lo que señala Boquete, también se da en el caso de Marta. “Es más una líder obligada. Es un ejemplo para todas, tanto en Brasil como en sus equipos esperan mucho de ella y siente esa responsabilidad. En el campo va ser la primera en intentarlo y en tirar del equipo. Pero no es una líder de hablar, no necesita esa atención”.
Verónica sabe de primera mano lo que significan estos Juegos Olímpicos para ella. “Lleva años preparando esta cita porque quizá sea su última gran aparición con la selección”. En cualquier caso, Brasil no parte como principal favorita para conquistar el oro olímpico. Estados Unidos, campeona mundial, Alemania, campeona europea, y Francia, amenazan el sueño de Marta.
Lo que gana la futbolista en un año (400.000 euros es su sueldo en el Rosenborg) lo ganan Messi y Cristiano en una semana. Pero su trascendencia en la historia del fútbol femenino es equiparable a la de sus homólogos masculinos. Sus mejores años hayan pasado ya, pero está lista para afrontar el último gran reto de su vida deportiva. “Puede que sean mis últimos Juegos –reconoce la propia Marta- por lo que los de Río serán muy especiales. Yo siempre he soñado con conquistar un Mundial o una medalla de oro con la selección. Estuvimos muy cerca de eso en las últimas competiciones y me gustaría mucho tener la oportunidad de cerrar mi carrera con un oro para Brasil”.
Si el fútbol no es uno de los deportes más seguidos en los Juegos Olímpicos, el femenino recibe menos atención aún. Este año, en Brasil, la historia promete ser diferente. Muchas de las miradas estarán puestas en una jugadora que afronta, quizá, la última oportunidad de vivir uno de los momentos más...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí