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En el transporte público, durante los tiempos muertos o cuando nos sentamos después de comer a leer las noticias, cada vez acudimos menos la prensa tradicional y recurrimos más a los medios digitales. Con más frecuencia, ya no vamos a la versión online de un periódico en papel y leemos un medio nativo de Internet. Los hábitos de lectura y consumo de información han cambiado velozmente con la revolución tecnológica --según el último informe del EGM, la penetración de los diarios no llega al 28% mientras internet alcanza casi al 70% de la población española-- pero las leyes han ido mucho más despacio. Ahora, Europa se prepara para ponerse al día.
Antes de finales de año, la Comisión Europea aprobará su Agenda Digital, que sustituirá a una legislación que se ha quedado obsoleta “porque no tiene completamente en cuenta el boom tecnológico”, explican desde el equipo del comisario de Economía, Pierre Moscovici.
La batalla por reducir el IVA de los periódicos y los libros digitales es un empeño personal de Jean Claude Juncker. “Necesitamos regímenes de IVA neutros desde el punto de vista tecnológico”, aseguró el presidente de la Comisión Europea, en mayo de 2015. “La prensa es una cuestión de contenido. Se presente el contenido a los lectores en formato papel o en digital, el régimen del IVA debe ser neutro”. Y el público, formado por los editores alemanes, aplaudió.
Moscovici, el exministro socialista francés, y ahora responsable también del área fiscal en la UE, se mantiene en esa idea: “Un libro electrónico es un libro, la prensa online es un periódico. Y esto es tan simple que para el IVA vamos a aplicar las mismas reglas”, explica su portavoz.
En casi toda Europa, la prensa está dividida entre el papel y lo digital no solo por el soporte, también por los impuestos: la tributación es discriminatoria para los digitales. Por ejemplo, en España el IVA que grava a los periódicos impresos es del 4%, pero las ediciones digitales deben pagar un 21%. Es decir, los suscriptores de Infolibre, CTXT o Eldiario.es pagan 17 puntos más de IVA que los abonados a las ediciones en papel de El País, La Vanguardia o El Mundo.
Según el EGM, la penetración de los diarios no llega al 28% mientras internet alcanza casi al 70% de la población española
El problema es que, según la actual normativa europea, “las publicaciones digitales, al ser consideradas servicios electrónicos, no se pueden beneficiar de los tipos reducidos disponibles para las publicaciones físicas”. Aunque cada socio tiene independencia para fijar sus impuestos, una directiva del 2009 estipuló que las ventajas competitivas, es decir, ofrecer un IVA reducido o superreducido, sólo pueden aplicarse a bienes o servicios físicos.
La batalla se juega también en los diferentes tipos de IVA que aplican los socios europeos, porque la falta de uniformidad beneficia a los medios de un país frente a otros. Francia modificó en 2012 sus tipos e igualó el IVA de los ebooks y la prensa online al de los soportes de papel. Pero una sentencia emitida en marzo de 2015 por el Tribunal Europeo de Justicia le obligó a dar marcha atrás, igual que a Luxemburgo, tras la denuncia interpuesta por el Ejecutivo europeo de Durão Barroso.
París gana tiempo a la espera de los cambios fiscales que están por llegar y aún no ha modificado ese tipo impositivo. La prensa online y los ebooks galos siguen disfrutando de un IVA del 2,1% mientras los luxemburgueses sufren de nuevo el estándar. Tras la sentencia de la Corte comunitaria, el Gran Ducado se apresuró a subir de nuevo el tipo digital.
La batalla por reducir el IVA de los periódicos y los libros digitales es un empeño personal de Juncker
En Bélgica, la prensa en papel goza de un tipo del 6% frente al 21% de la online. Y ocurre lo mismo en la mayoría de países europeos. No así en Italia, que contempla el mismo tipo impositivo, del 4%, para todas las publicaciones. A Roma no le afecta la decisión de la justicia europea porque aplicó la igualdad fiscal en 2015. Ahora, a diferencia de hace cuatro años, la actual Comisión no parece proclive a denunciar.
Noruega, que no está en la UE, pero sirve como referente al continente en cuestiones educativas, aprobó hace más de un año un IVA del 0% para los servicios electrónicos de noticias, una medida que estará en vigor hasta 2022. Prensa digital y escrita irán de la mano, como los hábitos lectores de los ciudadanos.
Según el informe del Reuters Institute for the Study of Journalism, de la Universidad de Oxford, Digital News Report 2015, que entrevistó a más de 20.000 personas de 12 países, incluyendo España, los cambios que se están produciendo en el acceso a la información periodística señalan la creciente importancia de los teléfonos móviles, los vídeos online, los nuevos formatos visuales y las redes sociales.
El cuadro que visualiza las fuentes principales de información por edades resulta muy significativo. La mayor parte de la población, y especialmente los menores de 44 años, se sirven prioritariamente de fuentes informativas online (separadas aquí de las redes sociales), mientras la prensa en papel no deja de perder apoyos.
Una legalidad anticuada
Recientemente, un pronunciamiento judicial ha puesto en duda la visión contemporánea que quiere aplicar la Comisión. El 8 de septiembre, en el Tribunal de Justicia de la UE, su abogada general, Juliana Kokott, afirmó que excluir del tipo reducido del IVA a libros, periódicos y revistas digitales “no es contrario al principio de igualdad de trato”.
Kokott respondía a una cuestión del Tribunal Constitucional de Polonia, que pidió a la Corte europea, como le requería el Defensor del Pueblo del país, que aclarase si aplicar un impuesto diferente a los dos formatos, papel y digital, vulnera el principio europeo de la igualdad ante la ley. En Polonia, el IVA para la prensa en papel es del 8% y los medios online sufren un 23%.
De momento, la polaca Kokott no abre la mano al trato equitativo para los dos formatos. Sus argumentos también son económicos, pero sólo por el lado de los gastos, sin entrar a analizar el agravio que supone el IVA distinto para los ingresos de la prensa digital. “Los costes de la distribución electrónica son muy inferiores a los de la distribución tradicional de bienes”, explica la letrada en la sentencia, “de manera que, por lo general, los libros digitales transmitidos electrónicamente pueden seguir ofreciéndose incluso a un precio inferior al de los libros en soporte físico, aunque estén sometidos a un tipo del IVA más elevado”.
Desde el gabinete de Moscovici confirman que este pronunciamiento no varía su rumbo. El portavoz del comisario explica que la letrada se agarra a las actuales normas, según las cuales los tipos reducidos “no serán aplicables en ningún caso a los servicios prestados electrónicamente”. Cuando la Comisión cambie las normas, su opinión ya no tendría base jurídica.
Aun así, esa aproximación parece anclada en tiempos pretéritos y no en un 2016 donde “cada vez se compran más ebooks y se lee más prensa digital que nunca”, insisten desde el gabinete de Economía, englobando todo en uno, al contrario de lo que hace Kokott, para quien “los periódicos y revistas impresos y los libros digitales no son comparables”.
‘Mediapart’ se rebela contra el IVA francés
El digital independiente Mediapart se rebeló en Francia contra la discriminación fiscal entre medios en formato papel y online. Desde su creación en 2008 aplica un tipo reducido del 2,1%, el mismo de la prensa impresa, en vez del 19,6% (luego 20%, tras una reforma fiscal) que ahogaba a los medios online. Esta decisión “unilateral” fue comunicada a la Hacienda francesa y nunca recibieron “respuesta ni una diligencia de verificación”, como ha explicado su presidente y director, Edwy Plenel.
En diciembre de 2012, Mediapart reveló que el entonces ministro de Hacienda, Jérôme Cahuzac, tenía una cuenta con fondos no declarados en Suiza y luego en Singapur. En primavera, el ministro tuvo que abandonar el gobierno forzado por el presidente, François Hollande. Tras el escándalo, el Gobierno galo se acordó de pasar la factura fiscal al medio online desde el 2008 hasta inicios de 2014.
En España el IVA que grava a los periódicos impresos es del 4%, pero las ediciones digitales deben pagar un 21%
Francia aplica, según la Comisión Europea, desde “el 1 de enero de 2012 un tipo reducido de IVA para los libros electrónicos, lo que es incompatible con las actuales normas de la Directiva del IVA”. Los ebooks, y también la prensa online, se consideran servicios por lo tanto tienen que tributar tipos estándar, a diferencia de los impresos. Por eso la Comisión Barroso denunció a París ese año y posteriormente se produjo la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia.
Aunque el gobierno francés no ha modificado esta fiscalidad y la prensa online goza de un tipo reducido, su hacienda sí ejecutó la reclamación contra Mediapart, comportándose, según Edwy Plenel, como “un Estado en el Estado, con sus propias reglas, aunque sean arcaicas y hayan sido superadas" por las leyes decretadas por el ejecutivo.
Mediapart ha pagado 2,4 millones de euros por impuestos no declarados. También le impusieron una multa con intereses de otros 2,3 millones. Esta cantidad no se ha desembolsado todavía, a la espera del recurso judicial en marcha, ya que el medio, que tiene ya más de 100.000 suscriptores, rechaza una decisión que considera contraria a la revolución de Internet.
La guerra oculta del IVA digital
Como en toda guerra económica, los grupos de presión están jugando su papel en Bruselas. Los editores simultáneos de prensa digital y en papel están divididos en dos grupos: por un lado la prensa española y británica, del otro, alemanes y franceses junto a italianos. Pero ambas asociaciones reclaman la equiparación de los tipos del IVA entre los diferentes formatos porque saben que los anunciantes y suscriptores de sus ediciones online están discriminados frente a los del papel.
A principios de año, News Media Europe desembarcó en Bruselas con una estrategia clara: defender su modelo de negocio y colaborar en el diseño de la Agenda Digital europea. La asociación, que engloba a más de 2.000 cabeceras europeas (ninguna francesa o italiana, pero sí las de AEDE, el lobby español de los grandes diarios tradicionales), quiere que Bruselas legisle en pos de una igualdad tributaria entre los diferentes países y para los diferentes tipos de medios.
Su presidente, el español Fernando de Yarza, consejero delegado de El Heraldo de Aragón, afirmó en el cóctel de presentación que apoyan a la Comisión “en su pensamiento de que los diferentes tipos de IVA entre los bienes y servicios físicos y digitales no reflejan las realidades de hoy”. Su oficina en Bruselas confirma a CTXT su “firme creencia de que no debería haber” ninguna diferencia en los tipos de IVA de medios digitales e impresos y apoyan la posibilidad, como quiere la Comisión, de un IVA “superreducido y cero para las versiones electrónicas de los periódicos y publicaciones”.
La discriminación fiscal ha servido en países como Francia para intentar acallar a voces críticas como ‘Mediapart’
El segundo gran grupo de medios, la Asociación Europea de Editores de Periódicos (ENPA), que engloba cabeceras galas como Le Monde o Libération, los periódicos alemanes o a la Federación Italiana de Editores de Periódicos, están “muy confiados” en que la Comisión aplique un tipo reducido común entre los diferentes formatos. La vicedirectora ejecutiva de ENPA, Sophie Scrive, explica a CTXT que la reforma impulsada por Juncker y Moscovici es una “tendencia política positiva” porque cuanta más presión se aplica desde el lado del IVA “menos pluralismo hay”. Un tipo reducido o superreducido para la prensa digital sería un paso hacia la sostenibilidad económica necesaria para “una prensa libre que pueda defender los principios democráticos”, según Scrive.
El Sindicato de la Prensa Independiente de Información Online --los franceses del SPIIL--, que participa en la consulta abierta por la Comisión Europea sobre la reforma del IVA electrónico, introduce los factores de la calidad y el servicio público en el debate. “La legitimidad del IVA (súper)reducido a los periódicos y publicaciones depende del valor democrático de su contenido. Que el contenido sea distribuido físicamente u online no es relevante”.
Los medios se juegan su futuro en la red porque la sociedad actual nos lleva como usuarios a emplear cada vez más los dispositivos electrónicos para informarnos. El IVA estándar no puede suponer un muro al mundo online, “un desincentivo para mantener el ritmo de los hábitos ciudadanos y del progreso tecnológico”, señalan desde SPIIL.
Esta discriminación fiscal ha servido en países como Francia para intentar acallar a voces críticas como Mediapart. Pero los nuevos medios de Internet, que casi siempre viven al margen de la publicidad institucional y de la facturación de la que disfrutan los tradicionales impresos gracias, entre otras prebendas obsoletas, al IVA reducido, aun así no dejan de crecer y de informar. Parece que, esta vez, la Comisión Juncker ha tomado partido por la pluralidad y por el futuro.
En el transporte público, durante los tiempos muertos o cuando nos sentamos después de comer a leer las noticias, cada vez acudimos menos la prensa tradicional y recurrimos más a los medios digitales. Con más frecuencia, ya no vamos a la versión online de un periódico en papel y leemos un medio nativo de...
Autor >
Alexandre Mato
Periodista por la UCM, donde cursó un Máster en Relaciones Internacionales.
Antiguo editor jefe de cierre de 'Mercados', ha pasado por la Cadena Ser, Informativos Telecinco y 'El Confidencial'. Colabora con la TVG o Telemadrid. Vive en Bruselas.
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