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Tribuna

El PSOE. Trayectoria, crisis e implosión

La quiebra actual del Partido Socialista cierra un largo ciclo iniciado con la redefinición ideológica de 1979, dos momentos protagonizados por la misma persona, Felipe González, antes en su incipiente esplendor y ahora en su ocaso

Juan Andrade 3/10/2016

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Al final sucedió. La crisis que venía arrastrando el PSOE ha implosionado rompiéndolo por dentro y lo ha hecho de tal forma que incluso ha dejado en sus rivales una expresión más de asombro que de satisfacción. Solo en su origen y en sus aspiraciones los hechos parecían ceñirse al guión del clásico golpe palatino. En su ejecución y resultados se ha parecido más a una asonada cuartelera. Sin nocturnidad ni uso siquiera de estilete, a plena luz del día y a garrotazos. La rudeza da fe precisamente de la hondura de la crisis del partido, pues evidencia que tampoco contaba con recursos suficientes como para hacer un reajuste interno de fuerzas con eficacia y decoro. La verdad es que un partido de tan larga y relevante trayectoria merecería, si es que acaso ha llegado, un final más honroso.

Evocando esa trayectoria histórica, estos días se ha comparado la crisis actual del PSOE con aquella que sufrió en mayo de 1979, cuando el entonces secretario general se sintió obligado a dimitir por el rechazo de las bases a su propuesta de redefinición ideológica. Los paralelismos que pueden hacerse, pese a las notables diferencias, son varios. El más interesante a mi entender tiene que ver, sin embargo, con lo que entonces sucedió y ahora sucede de puertas afuera. Si la crisis interna del PSOE en 1979 fue percibida como una amenaza para el tipo de transición que estaba desarrollándose, la crisis interna de la semana pasada es una manifestación evidente de la crisis del orden político que nació de aquella transición. Por tanto, además de tratarse de dos momentos análogos, pueden leerse, respectivamente, como arranque y cierre de un largo ciclo. No en vano ambos han tenido como protagonista a la misma persona, Felipe González, antes en su incipiente esplendor y ahora en su ocaso. En 1979 González logró la proeza de que los militantes que le habían reprobado purgaran la culpa que les sobrevino tras su dimisión declarándole a partir de entonces lealtad incondicional. Ahora trata de disciplinarlos azuzando los mecanismos coactivos del aparato y el vértigo o la ambición, según se mire, de algunos dirigentes regionales.  

La crisis que venía arrastrando el PSOE ha implosionado rompiéndolo por dentro y lo ha hecho de tal forma que incluso ha dejado en sus rivales una expresión más de asombro que de satisfacción

Sin embargo, el conflicto actual se ha reproducido con mayor virulencia en el seno de la dirección y, en este sentido, se parece más al que se dio en plena Guerra Civil entre los fieles a Negrín y el resto de sectores que habían pugnado y seguirían pugnando entre sí. Tanto entonces como ahora la tensión interna en el PSOE ha venido dada por el ascenso fulgurante de una fuerza joven a su izquierda, entonces el PCE y ahora Unidos Podemos. La diferencia, simplificándolo mucho, es que al final de la Guerra Civil el conflicto en el PSOE se daba entre los partidarios y detractores de una alianza coyuntural con los comunistas, mientras que ahora el conflicto se da entre quienes, por un lado, descartan cualquier relación con Unidos Podemos y quienes, por otro, no saben o no contestan. Hay que reconocer que quienes tienen una política coherente y ajustada a las nuevas circunstancias son Felipe González y Susana Díaz, pues son conscientes de que el orden anterior con el que están comprometidos solo puede garantizarse hoy llegando a un compromiso con el Partido Popular, lo cual no deja de ser otro síntoma de la crisis de un régimen político que para sobrevivir necesita sacrificar lo que constituía su principal fortaleza: la apariencia de pluralismo. En cualquier caso, la de Pedro Sánchez no era más que una política nostálgica, cuyas expectativas se cifraban en que el paso benévolo del tiempo, con sus sucesivas elecciones, pudiera ir devolviéndole poco a poco al escenario anterior. Para ello pensaba que era suficiente con seguir representando el papel de principal antagonista de los populares. Su error consistía en pensar que se podía volver atrás. Su desatino ha sido creer que podía hacerlo actuando como entonces.

En 1979 González logró la proeza de que los militantes que le habían reprobado purgaran la culpa que les sobrevino tras su dimisión declarándole a partir de entonces lealtad incondicional

El PSOE sufre una crisis de identificación y, por tanto, una crisis de identidad. Cada vez hay menos gente que se reconoce en él y, en consecuencia, cada vez le resulta más difícil reconocerse a sí mismo. La fortaleza de la socialdemocracia en los años dorados del Estado de Bienestar radicó en su capacidad para integrar a la clase obrera en el Estado, en virtud de su reconocimiento como mediador en el conflicto social y gran agente redistribuidor. En España el PSOE llegó al poder en 1982, cuando ese escenario estaba en descomposición en toda Europa por el cambio de paradigma económico y las transformaciones subsiguientes en la composición sociológica. El PSOE puso en marcha entonces un proyecto modernizador de cuño tecnocrático muy distinto al de la socialdemocracia clásica, que encajaba muy bien con el horizonte de expectativas que realmente constituye la identidad de las clases medias, un proyecto que desplegaba toda suerte de estímulos para que ese marco de aspiraciones y temores fuera también interiorizado por buena parte de las clases populares y trabajadoras. Al mismo tiempo el PSOE ofrecía una salida a distintos anhelos territoriales, en virtud de su presencia en todo el país y de las esperanzas cifradas en el desarrollo autonómico. De esta forma el partido funcionó como principal integrador de la diversidad territorial y de una mayoría social muy heterogénea en el nuevo sistema político. Lo hizo en tales términos que al final ese papel pudo ser desempeñado, sin demasiados traumas y con considerables diferencias, por el Partido Popular. 

Precisamente la fortaleza del sistema político del 78 --como la de cualquier sistema que se precie-- descansaba en su virtualidad a la hora de armonizar el consenso tácito sobre sus límites con una confrontación bipartidista muy vehemente a propósito de lo que podía hacerse dentro de ellos. En torno a esa confrontación con el PP muchos militantes e incluso dirigentes del PSOE fueron tejiendo durante más de treinta años su propia razón de ser, toda vez que los límites consensuados terminaron por naturalizarse. Por eso ahora resulta tan complicado pedirles que renuncien a esa confrontación para preservar aquellos consensos. El problema para estos militantes y dirigentes es que la confrontación entre PP y  PSOE hace tiempo que dejó de señalar la tensión fundamental de la dinámica política, y ahora también de la parlamentaria. Desde el 15M es mucha la gente que piensa fuera de ese marco categorial y busca una salida a sus problemas y aspiraciones más allá de unos límites que ya no le parecen naturales. Desde el 20D la aritmética parlamentaria es evidentemente otra.

Cada vez hay menos gente que se reconoce en el PSOE y, en consecuencia, cada vez le resulta más difícil reconocerse a sí mismo    

Durante más de treinta años el bipartidismo se alimentó de una polarización muy fuerte entre el PSOE y el PP, que llegó al paroxismo durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. Esta confrontación se expresó sobre todo en términos ideológicos: tuvo que ver más con adhesiones partidarias que con discrepancias programáticas, más con las fobias y los miedos a la exageración que del otro hacía su contrario que con el rechazo a su política, más con la representación simbólica en el debate institucional y mediático de dos bloques sociales idealizados --la derecha y la izquierda--  que con los conflictos materiales que se estaban dando en el seno de la sociedad.  Esta representación del conflicto se volvió inverosímil a ojos de mucha gente con el estallido de la crisis, cuando se pudo visibilizar ya con nitidez la sintonía entre ambos partidos a propósito del modelo de crecimiento y sobre todo de las medidas antisociales para hacerle frente. Y ello desacreditó más al PSOE, porque ocupaba en esos momentos el gobierno, desempeñaba el rol de partido con sensibilidad social y estaba encabezado por un dirigente relativamente joven que se supone representaba una discontinuidad con respecto al felipismo. 

Pareciera que con la torpe intención de confirmar la sujeción a ese pasado (de nuevo presente) los socialistas designaron a Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general. Para desmentirlo al poco tiempo eligieron de pronto al joven Pedro Sánchez. Los intentos de Sánchez a la hora de presentarse como garante del cambio no han surtido efecto, porque para una amplia base social progresista el cambio ya no se reduce a quitar al Partido Popular para ponerle a él.  Su discurso resultaba poco creíble cuando trataba de declinarlo con la gramática de las fuerzas políticas emergentes, pues es muy difícil conjugar nuevos significantes con viejos significados.  Tampoco ha logrado situarse como garantía de seguridad ante quienes perciben la emergencia de Podemos como una amenaza, porque eso lo hace mejor el PP. Menos aún ha podido conjugar las aspiraciones de cambio y seguridad como en su día hiciera Felipe González, pues la oscilación retórica entre ambos polos no es lo mismo que una síntesis capaz de atraer a amplios sectores. Ahora es reemplazado por una gestora y mañana lo será por otro líder o lideresa. Tanto cambio en tan poco tiempo revela la inseguridad y desnortamiento de un partido que desborda la lógica del ensayo-error para diseñar otra que va del error al error. Parece que el PSOE no deja de bascular entre un casting de jóvenes talentos y el eterno retorno del felipismo. 

Desde el 15M es mucha la gente que piensa fuera de ese marco categorial y busca una salida a sus problemas y aspiraciones más allá de unos límites que ya no le parecen naturales

Más allá de la falta de dirección política, la situación del PSOE es realmente endiablada. La crisis de 2008 entrañó la crisis del proyecto de modernización que había impulsado y con el que se identificó una amplia mayoría social. No es que ese proyecto no satisfaga ya las expectativas que había creado en el imaginario de las autopercibidas clases medias, sino que ha terminado por provocar su empobrecimiento y con ello su desafección. Ante esa suerte de descomposición social e ideológica, el PSOE se ha quedado sin apenas suelo bajo los pies. Pero además se ha quedado con el paso cambiado, pues de un escenario bipartidista, donde había un reparto muy definido de papeles que le permitía casi monopolizar la representación de la izquierda para disputarle el centro al PP, ha pasado a otro donde la emergencia de una fuerza nueva situada a su izquierda, que no se expresa en esos términos, le proyecta ante mucha gente, por contraste y por méritos propios, como un partido conservador y envejecido. Así se lo hacen saber ya la mayoría de los votantes más jóvenes. Pero es que también se ha quedado cojo a nivel territorial, sin apenas apoyos allí donde no brilla el barniz federalista que pretende dar al viejo sistema de las autonomías.  

Por todo ello, su crisis es la crisis del sistema construido en 1978, pues ya no garantiza ni la integración en él de la diversidad territorial ni de las expectativas de buena parte de los sectores populares y clases medias depauperadas. Tampoco contribuye como antes al cierre hermético del discurso legitimador de un sistema cuyas fronteras eran seguras en la medida en que estaban delimitadas por los silencios de dos partidos que sumaban una amplia mayoría, pero también en la medida en que dentro de esas fronteras las voces que se daban entre ellos volvían inaudibles las de fuera. Hoy, con 85 diputados, el PSOE es en cierta medida un partido afónico.

Los intentos de Sánchez a la hora de presentarse como garante del cambio no han surtido efecto, porque para una amplia base social progresista el cambio ya no se reduce a quitar al Partido Popular para ponerle a él       

El PSOE es ahora un partido atravesado por serias contradicciones, con pocos recursos para gestionarlas y con muchas inercias para enredarse en ellas. La desigual distribución territorial de su voto refuerza internamente a los dirigentes del sur, reacios a un discurso plurinacional que, piensan, podría generar desafección en sus bases sociales, pero sin el cual no puede reequilibrarse territorialmente. Ya no se basta para ser alternancia al PP, pero tampoco se ha atrevido a formar parte de una alianza parlamentaria que podría entrañar la alternativa a un sistema que, si bien le ha dado sus mayores días de gloria, ahora le asfixia en su declinar.  

Hay dos razones fundamentales que explican esa falta de atrevimiento. Una tiene que ver precisamente con la cultura política que ha ido tallando al ritmo de su experiencia histórica, así como con la lectura que ha hecho de esta. El PSOE piensa que históricamente le ha ido mal cuando se ha acercado a aliados de envergadura y muy bien cuando ha ido en solitario. Un ejemplo remoto tiene que ver con las mencionadas relaciones con el PCE durante la Guerra Civil y el franquismo, interpretadas en términos de trasvase de militantes, cuadros y dirigentes a esta otra opción más novedosa y atrevida. Otro más reciente fue el tripartito de Cataluña, una experiencia que para muchos socialistas no solo es que fuera fallida, sino que nunca debió acometerse. En medio estaría el asombroso despunte de la Transición y los años gloriosos del Felipe González, gracias a lo que dieron en llamar la “vía nórdica al poder”, es decir, solos, sin acuerdos por la izquierda (como hacían entonces los socialistas franceses), ni acuerdos por la derecha (como hacían los socialistas italianos). A día de hoy, ironías de la historia, esto último ya no está nada claro. Junto a ello hay en el PSOE un anticomunismo muy fuerte y de largo aliento, que arranca de la fractura del 21, se dispara en la Guerra Civil, se alimenta de la Guerra Fría, se enquista en el exilio, lo gestionan muy finamente Felipe González y Alfonso Guerra en la Transición frente un PCE que sale muy fuerte del antifranquismo, se vigoriza de manera tan bruta como eficaz contra la Izquierda Unida en ascenso de Julio Anguita con la teoría de la pinza y ahora se proyecta sobre Unidos Podemos. Sacudirse todo eso no resultaba nada fácil.

Su crisis es la crisis del sistema de 1978, pues ya no garantiza ni la integración en él de la diversidad territorial ni de las expectativas de buena parte de los sectores populares y clases medias depauperadas

Pero además de tradiciones estratégicas, culturas políticas e inercias --y entretejida con todas ellas-- la razón última del temor en el PSOE a llegar a un acuerdo con fuerzas vigorosas a su izquierda tiene que ver con su vinculación orgánica al poder. Hay quien piensa que ese vínculo se expresa en la subordinación de buena parte de los dirigentes socialistas a las presiones oligárquicas intimidatorias que vienen de fuera en tiempos de excepción. Visto con perspectiva parece que el vínculo responde más a un habitus  bourdieano, a una forma propia de pensar, sentir y obrar por parte de aquellos que hace tiempo comparten posición económica, de poder y prestigio con esas élites. ¿Alguien pensaba de verdad que el PSOE iba a formar gobierno con otras formaciones a su izquierda para poner en marcha un programa precisamente socialdemócrata, que, aunque solo fuera en términos fiscales y redistributivos, atentara contra los intereses de estas? Lo peor de la bronca del sábado va a ser oír hablar por enésima vez a los vencidos y a los vencedores de la necesidad de abrir un debate sobre el verdadero papel que le corresponde a la socialdemocracia en España y Europa. Papel mojado.

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Juan Andrade. Doctor en Historia y profesor en la Universidad de Extremadura.

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Juan Andrade

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19 comentario(s)

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  1. bernardo alayza mujica

    La crisis del 2008 desata los Movimientos Sociales del 15 M que generan el cambio tanto en las Cortes como en los gobiernos de las Autonomías como en los principales gobiernos municipales de España, es una crisis que atraviesa a toda sociedad y especialmente al PP y el PSOE por dentro, a pesar de que mucha esa crisis se expresa políticamente a través del Podemos y Ciudadanos, pero también cuestiona la situación interna de el PP y el PSOE, de allí que ninguno de estos 2 partidos lograron acuerdos internos para superar la incapacidad de armar gobierno o de hacer alianzas con los nuevos movimientos emergentes para formar gobierno. Tanto el PSOE como el PP no han enfrentado su situación interna, siendo una forma la de recurrir a sus fuentes históricas, que no son suficientes, pues en el fondo no reconocen el impacto de la crisis del 2008 y del 15M en su propia organización, hasta que no lo hagan no podrán resolver el problema del gobierno español.

    Hace 8 años 1 mes

  2. Jesús Díaz Formoso

    EL PUCHERAZO ELECTORAL: 37 años; y un montón de huesos (con un poco de pellejo alrededor). Una noticia falsa sobre el resultado electoral, publicada masivamente horas antes del cierre de las Urnas, que llama a votar al PP, es un acto de campaña electoral. No estamos ante un asunto trivial. Estamos ante la esencia de la Democracia: El proceso electoral. Dirigido -asombroso- por aquéllos a quienes no hemos elegido: Las Juntas Electorales. O lo que es lo mismo: Jueces y Catedráticos. Ya están todos: Políticos, Banqueros, Jueces y Catedráticos. Todos ellos contra el Pueblo. No les gustamos. Nos necesitan, pero no quieren que pensemos. Sediciosos contra el Pueblo. A las cinco de la tarde, como los toros. Esa era la hora a partir de la cual mucha gente se levantó de la hamaca de la playa o cogió el coche desde la montaña, otros despertaron súbitamente de su plácida siesta, y a toda velocidad, todos ellos, se dirigieron, con el carnet de identidad en la boca, a su colegio electoral con la firme convicción de evitar que una especie de hibrido entre Chávez y Stalin, un peligrosísimo bípedo implume, mediante la técnica del “sorpasso”, pudiese okupar la Presidencia del Gobierno español, con el apoyo del PSOE. Se lo acababan de contar todas las teles, radios y diarios digitales. Pero todavía tenían unas pocas horas para impedirlo, obviamente, con su voto al PP. Con las prisas, incluso se olvidaron de coger la pinza para la nariz. Era el 26 de junio de 2016. Como muestra, un botón: http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/encuestas-electorales-pie-urna-elecciones-2016-5229898 - A LAS 17´00H - “El PP gana las elecciones y Podemos sobrepasa al PSOE, según las encuestas a pie de urna”. Es la técnica del voto del miedo, esta vez ejecutada sin sonrojo, por medio de actos presuntamente delictivos. Es la valentía que surge de la conciencia de la impunidad de los ganadores de la Guerra Civil y sus mamporreros. La campaña del miedo había acabado ya; pero no habían logrado atemorizarnos como querían; muchos votantes estaban absolutamente desmotivados y la abstención era su refugio. Y eso no podía ser: El Sistema de esta sociedad “atada y bien atada” presentaba grietas, que inquietaban al poder real; a “Los Mercados”, que aunque no lo parezca, es un sujeto real formado por ¿personas? con nombre y apellidos; con muy poca variedad de apellidos, en realidad. La llamada al voto que se produjo, mediante la falsedad de la información, por lo demás delictiva (presuntamente, vaya papelón presunto) en la misma tarde del día de las elecciones -26J- era incuestionablemente la llamada a votar al PP. Y esos votos tardíos, computaron. Y lo cambiaron todo. Los resultados dependen más de los últimos votos (restos) que de los demás; ellos son los que asignan los últimos diputados de cada circunscripción. PUCHERAZO. Conforme al artículo 50. 4 - LOREG “se entiende por campaña electoral, a efectos de esta Ley, el conjunto de actividades lícitas llevadas a cabo por los candidatos, partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones en orden a la captación de sufragios”. El momento de las elecciones es el momento en el que el ciudadano ha de sentirse más libre para ejercer su derecho al voto. Por ello, la Ley Electoral (LO 5/1985, de Régimen Electoral General -LOREG) en su Artículo 144: Delitos en materia de propaganda electoral, dispone: “1. Serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año o la de multa de seis a veinticuatro meses quienes lleven a cabo alguno de los actos siguientes: a) Realizar actos de propaganda una vez finalizado el plazo de la campaña electoral”. Y, el día de las elecciones, como es obvio, HA FINALIZADO LA CAMPAÑA ELECTORAL (así, conforme al Artículo 51, 3º – LOREG, La campaña electoral “Termina, en todo caso, a las cero horas del día inmediatamente anterior a la votación”). Hay otros tipos delictivos presuntamente aplicables a este supuesto, como el del Artículo 145 – LOREG (Delitos en materia de encuestas electorales: Quienes infrinjan la normativa vigente en materia de encuestas electorales serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año, multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para profesión, oficio, industria o comercio por tiempo de uno a tres años), los tipificados en los artículos 140 y 141 (éste último sería aplicable a SIGMA DOS, la “encuestadora” fraudulenta del PP y CiU), ambos de la LOREG, así como el Delito genérico del Artículo 404 del Código Penal (Prevaricación Administrativa), o el Delito previsto en el artículo 450 del mismo Código Penal, al dejar de perseguir los delitos de que tengan conocimiento, entre otros, que dejaremos sólo apuntados ahora. La novedad no es la Corrupción Política; la novedad es que ya tampoco es novedad la corrupción judicial; de ese Consejo de Comisarios Políticos Judiciales, al que conocemos como Consejo General del Poder Judicial. Ese que nombra -por ejemplo- a los Presidentes de las Audiencias Provinciales y a los de los Tribunales Superiores de Justicia de las CC.AA., y a los Magistrados del Tribunal Supremo, ese cuya Sala II puede -o no- encarcelar a cualquiera, excepto al reyecito impune por principio. Pero todos esos jueces nombrados a dedito por los Comisarios Político-Judiciales, SON PRECISAMENTE QUIENES TIENEN EL CONTROL DE LAS ELECCIONES, por medio de las diferentes JUNTAS ELECTORALES, donde las mayorías siempre las ostentan los JUECES Y MAGISTRADOS. La actual Ley Orgánica 5/1985, de 19 de Junio, del régimen electoral general, como la anterior, establece el absoluto control por parte de los Jueces elegidos a dedo por los comisarios políticos del Consejo General del Poder Judicial, de todo el proceso electoral. Por ejemplo, al máximo nivel (en los niveles inferiores la situación es la misma), el art 9 de la LOREG establece “La Junta Electoral Central es un órgano permanente y está compuesta por: a) Ocho Vocales Magistrados del Tribunal Supremo, designados mediante insaculación por el Consejo General del Poder Judicial. b) Cinco Vocales Catedráticos de Derecho o de Ciencias Políticas y de Sociología, en activo, designados a propuesta conjunta de los partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones de electores con representación en el Congreso de los Diputados”; “4. Los Vocales eligen, de entre los de origen judicial, al Presidente y Vicepresidente de la Junta en la sesión constitutiva que se celebrará a convocatoria del Secretario. 5. El Presidente de la Junta Electoral Central estará exclusivamente dedicado a las funciones propias de la Junta Electoral desde la convocatoria de un proceso electoral hasta la proclamación de electos y, en su caso, hasta la ejecución de las sentencias de los procedimientos contenciosos, incluido el recurso de amparo previsto en el artículo 114.2 de la presente Ley, a los que haya dado lugar el proceso electoral. A estos efectos, el Consejo General del Poder Judicial proveerá las medidas oportunas”). Las Resoluciones de las Juntas electorales, se pueden impugnar … ante los Tribunales. Absoluto control de la corrupción política, en su vertiente judicial, del proceso electoral.

    Hace 8 años 1 mes

  3. Jesús Díaz Formoso

    lo que han pactado es el espectáculo del juicio gurtell, para tapar el "otro" espectáculo; el Golpe de Estado de la pandilla de la cal.

    Hace 8 años 1 mes

  4. Jesús Díaz Formoso

    El artículo de hoy en CTXT - http://ctxt.es/es/20160928/Politica/8760/PSOE-crisis-dimision-Pedro-Sanchez-Susana-Diaz-Ferraz-comite-federal.htm - no deja comentar. SUPONGO QUE SERÁ PARA QUE NADA PUEDA VOLVER NUESTRA ATENCIÓN FUERA DEL GÜRTELL TELESHOW, nada de pensar en el Golpe del IBEX en Ferraz. Regocijaros con la mierda que ha conseguido doblegar a 47.000.000 logrando el miedo -y el voto- de 7.900.000. // GRACIAS, P$*e, POR LA MAREA DE MIERDA; NUNCA MÁS !!

    Hace 8 años 1 mes

  5. Jesús Díaz Formoso

    Nos van a dar una paliza de las que no se recupera uno fácil. En realidad, a nosotros ya nos la han dado. Ahora nos piden colaboración (paz social, tolerancia a la más grave de las corrupciones, la electoral, el fraude y la estafa programática -quien hubiese votado a Sánchez para dejar gobernar al PP?) en la destrucción del futuro de nuestro hijos y nietos. Serán ellos los que habrán de pechar con la esclavitud por deudas públicas -por deudas privadas de la corrupción financiera- en un mundo en el que, cada vez más, la Libertad es económica. Estamos, con nuestra indolencia y falta de compromiso ideológico, dictando la Ley de Esclavitud futura. El “dinero virtual” (inexistente, salvo en algoritmos informáticos) supera en mucho más de 100 veces el valor de las cosas del mundo. Todo este dinero de pacotilla virtual, sin valor material, SIRVE PARA PRESTAR A LOS ESTADOS, QUE SE COMPROMETEN A DEVOLVER, NO EL CAPITAL SINO UNOS INTERESES MÁS QUE USURARIOS (es un dinero, el virtual, que no se corresponde con ningún valor material; dinero FALSO), ESCLVIZANDO A SUS POBLACIONES. Parece muy lejano eso de “poblaciones”. Más claro: ESCLAVIZÁNDONOS A NOSOTROS y a nuestros descendientes. No hay escape dentro de este sistema. No hay regeneración posible. Solo queda quitarnos de encima liderazgos mediáticos (corruptos por voluntad o por ignorancia) mediante una unión muy amplia de todos DETRÁS DE DECISIONES CONCRETAS, NO DE PERSONAS. Hay que organizarse – un modelo http://partidoilp.blogspot.com.es/ // ¡¡ORGANIZAOS!! “Porque es cierto, tal como lo hemos demostrado en nuestra Ética, que los hombres están necesariamente sometidos a los afectos. Y así, por su propia constitución, compadecen a quienes les va mal y envidian a quienes les va bien; están más inclinados a la venganza que a la misericordia; y, además, todo el mundo desea que los demás vivan según su propio criterio, y que aprueben lo que uno aprueba y repudien lo que uno repudia. De donde resulta que, como todos desean ser los primeros, llegan a enfrentarse y se esfuerzan cuanto pueden por oprimirse unos a otros; y el que sale victorioso se gloría más de haber perjudicado a otro que de haberse beneficiado él mismo”. “Por consiguiente, un Estado cuya salvación depende de la buena fe de alguien y cuyos negocios sólo son bien administrados si quien los dirigen quieren hacerlo con honradez, no será en absoluto estable. Por el contrario, para que pueda mantenerse sus asuntos públicos deben estar organizados de tal modo que quienes los administran, tanto si se guían por la razón como por la pasión, no puedan sentirse inducidos a ser desleales o a actuar de mala fe“. “Pues para la seguridad del Estado no importa qué impulsa a los hombres a administrar bien las cosas, con tal que sean bien administradas. En efecto, la libertad de espíritu o fortaleza es una virtud privada, mientras que la virtud del Estado es la seguridad“. “Finalmente, puesto que todos los hombres, sean bárbaros o cultos, se unen en todas partes por costumbres y forman algún estado político, las causas y fundamentos naturales del Estado no habrá que extraerlos de las enseñanzas de la razón, sino que deben ser deducidos de la naturaleza o condición común de los hombres”. (Spinoza - Tratado político, capítulo I).

    Hace 8 años 1 mes

  6. Jesús Díaz Formoso

    Discrepo absolutamente: El franquismo –con Franco vivo … o algo así, en la Plaza de Oriente- se centró en construir la “transición”, exigida por la OTAN y su entonces CEE (comunidad ECONÓMICA europea) conforme a la “DOCTRINA GLADIO -redes “stay behind” ( https://es.wikipedia.org/wiki/Red_Stay_Behind )-, de destruir el socialismo. Para ello se facilitaron dos “rientaciones” la del Opus Dei (tecnócratas) y las del Movimiento o Falange y Sindicato Vertical de las JONS. Esa es la construcción que se llevó a cabo: FALANGISTAS AL P$OE, travestidos de socialistas, y TECNÓCRATAS a UCD (que trasformada en PP, absorbió a la tibu de nostálgicos de AP; aunque algunos acabaron también en la otra marca post franquista, el P$OE (y sus quintacolumnistas de IU), surgido de la guerra fría para merendarse al PCE, como así fue. Ahora, de nuevo, esta vez el Neofanquismo (Franquismo sin Franco), forma por Mitosis Ciudadanos (la mitosis es el proceso mediante el cual una célula eucariota separa los cromosomas en su núcleo, dando como resultado dos juegos idénticos o “células hijas”, que surgen de una reproducción asexual), o por Meiosis, formando el Podemos del Central Circle de Somosaguas (aquí la reproducción es sexual; son sus hijos, nietos y deudos varios).

    Hace 8 años 1 mes

  7. AntonioE

    Desde UP hay que entender que el ser humano es egoísta por naturaleza en aquello que piensa que puede disfrutar por encima de los demás. El capitalismo tiene como base una energía barata, en forma de hidrocarburos que son "one time event" en la historia de la humanidad, la próxima generación no podrá disfrutar de las mismas ventajas que hemos disfrutado nosotros. En cuanto se empieza a salir , supuestamente, de la crisis económica empiezan a surtir efecto los discursos del miedo... miedo como individuo a perder la oportunidad de prosperar, a perder el derecho de comportarse como un lobo para el hombre y obtener beneficios pecuniarios. Yo a este miedo lo llamo codicia. Con el aumento de la codicia en España UP pierde votos y el PP los gana. La clave para avanzar en el discurso estará en convencer a los ciudadanos de que el sistema capitalista actual no es sostenible porque en cuanto se vayan agotando los hidrocarburos la ecomomía mundial va a dejar de crecer.

    Hace 8 años 1 mes

  8. Santi

    Gran análisis!

    Hace 8 años 1 mes

  9. Jean Michel

    Un análisis que, a mi entender, no hace suficientemente hincapié en la esencia misma del Psoe y, por extensión, de los partidos Socialistas englobados en la Internacional Socialista cuyo congreso fundacional de Frankfurt anunciaba la intención de reemplazar el capitalismo. Todavía hoy creo estar soñando... Al Salir de la Segunda Guerra Mundial, cuyo origen no era otro que el de luchar contra el comunismo emergente (en ciernes en Weimar y en los frentes populares de España y Francia), las grandes potencias sabían de la necesidad de gestionar el futuro para que nadie pudiera cuestionar con cierta garantía la autoridad del sistema capitalista. Ya se habían reunido con este fin Roosevelt y Churchill en el 41. El previsible agotamiento de la “bonanza” económica de las llamadas “trentes Glorieuses” (las tres décadas de la posguerra) hacía necesaria la aparición de una opción política que pudiera recoger y contener el inevitable descontento social dentro de los límites aceptables para las élites económicas, una opción política que hiciera de comparsa del sistema imperante y que materializara la ya famosa sentencia de Lampedusa. Los partidos socialdemócratas surgen en este contexto sobre las cenizas de la Internacional Obrera Socialista con el concurso de auténticos animales político de la talla de los Mitterand, Brandt, Papandreu (o hábiles encantadores de serpientes como Gonzalez) pero afines a una ideología meramente reformista que, no rompiendo con el sistema, terminó traicionando la ilusión de sus bases. Solo estamos viviendo el deseable epílogo de una macabra farsa.

    Hace 8 años 1 mes

  10. enrique

    El Psoe hace tiempo que no es socialista y no tiene nada que ver con los obreros ¿Alguien se imagina a Felipe tomando un carajillo con un albañil? Lo he dicho y lo repito. El Psoe es el partido que más ha evolucionado de la historia. Nació como socialista, pasó a socialdemócrata y camina -más bien corre- a marchas forzadas hacia el nacional-socialismo. Eso sí, siempre lleva por medio la palabra social. Como Hitler.

    Hace 8 años 1 mes

  11. Pedro L.

    Magistral. ¡Bravo por Juan! Y gracias a CTXT por acercárnoslo.

    Hace 8 años 1 mes

  12. Manuel Quintero Nieto

    R que R - es lo que capta la mayoría de la población española, porque no entendemos el lenguaje político ni de sus estrategias para estar en un partido en donde por su cargo recibe cantidades, sueldos, mejoras, dietas y compensaciones, que discrimina y margina a la pobreza de los parados y de los trabajadores mal pagados en horarios y trabajos abusivos. Las elecciones son siempre entre políticos y de los que se benefician de ellos, tantos los que son familias y amigos, que como si se tratara de un clan, cuando llegan a la gobernabilidad se forran de dinero que mayoritariamente procede de acciones de corrupción.

    Hace 8 años 1 mes

  13. sefer

    Para mí hay un momento de inflexión que me parece que hay que tener en cuenta también: la modificación del artículo 135 de la Constitución, aprobado con nocturnidad y alevosía, al que el analista no hace mención. El 2 de septiembre de 2011 el Congreso de los Diputados aprobó, con 316 votos a favor y 5 en contra, la primera reforma constitucional de calado, para introducir de forma urgente en la Constitución el principio de estabilidad financiera para limitar el déficit y priorizar el pago de la deuda. Los SI de PP y PSOE superaron con creces los 3/5 de la Cámara o los 212 votos necesarios, pero la reforma salió adelante con el desplante del resto de grupos: CiU y PNV, presentes en el hemiciclo, no votaron, e IU, ERC, NBG, ICV y Nafarroa Bai directamente se ausentaron durante la votación. Los cinco votos en contra correspondieron a Coalición Canaria, UPyD y dos diputados socialistas: Antonio Gutiérrez, que ya había anunciado su voto negativo, y José Manuel Bar Cendón, por error. Otros tres parlamentarios del PSOE se ausentaron en señal de protesta: De la Rocha, Pérez Tapias y Barrio de Penagos. Pedro Sánchez era entonces diputado socialista y, como la mayoría, votó a favor. ¿Es posible pensar en un arrepentimiento de Pedro Sánchez, respecto a que se planteara el PSOE revertir dicho artículo?. Dejar el articulo 135 como estaba antes del 2 de septiembre de 2011, no significaría nada, mientras no se derogue la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF), la Ley Austericida, que dicho sea de paso, es la que concreta la modificación del artículo 135 de la Constitución y que sería más fácil de derogar, pues sólo necesitaría la mayoría absoluta del Parlamento y no los 3/5. Me temo que no porque parece ser que ningún partido de "izquierdas" ni nacionalista lo lleva en su agenda, pues a lo sumo se plantea modificarla (la LOEPSF), para hacerla más asequible. Además ya hasta la derecha la está esgrimiendo, visto lo visto (léase golpe de mano de la facción burguesa del PSOE al secretario general), a instancias de Bruselas, como justificación a los recortes que nos esperan tras la investidura de Rajoy y posterior gobierno del partido corruPPto, con o sin nuevas elecciones.

    Hace 8 años 1 mes

  14. M

    Una maravilla el artículo. Muchas gracias!

    Hace 8 años 1 mes

  15. Klemperer

    Brillante análisis. Cuánta falta hacen historiadores como Juan Andrade en los medios de comunicación mayoritarios.

    Hace 8 años 1 mes

  16. Tu Nombre

    Las "marionetas" de las élites tienen una única mision, seguir gobernando, disponen de los recursos para conseguirla y lo que es peor aún, disponen de los votos de una gran mayoría de personas que han caido en las redes de la ignorancia, de la desinformación y siguen desinteresados de cualquier politica que deseen aplicarnos. No me creo que haya tanta diferencia de opinión en España, como tantos grupos políticos tenemos. Deberían existir sólo dos grupos políticos y una única base fundamental, uno con los que piensen que la política es una profesión basada principalmente en ofrecer un servicio al ciudadano y otro grupo, con tod@s los que no lo vean así. Mientras sigamos viendo gente sin recursos pidiendo en las calles y gente sin techo durmiendo en un banco del parque o en el recinto de un cajero automático, algo no va bien, y no creo que conceder a la gente los recursos básicos para tener una vida lo mínimamente digna, deba quedar olvidado en las políticas economícas de un país. Algo no va bien desde "El 36".

    Hace 8 años 1 mes

  17. SergioB

    Análisis para enmarcar.

    Hace 8 años 1 mes

  18. Tonio

    La ilustración es estupenda. Enhorabuena

    Hace 8 años 1 mes

  19. Tonio

    Puedes ir sólo o en compañia pero nunca te alejes de la clase trabajadora que es la que define tu identidad. Es cierto, "cada vez hay menos gente que se reconoce en el PSOE". El neoliberalismo representado por el sector felipista ha laminado al PSOE. Lo ha destrozado

    Hace 8 años 1 mes

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