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CTXT ha acreditado a cuatro periodistas --Raquel Agüeros, Esteban Ordóñez, Willy Veleta y Rubén Juste-- en los juicios Gürtel y Black. ¿Nos ayudas a financiar este despliegue?

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En la obra “¿Qué pasaría si…?”, el caricaturista y antiguo empleado de la NASA Randall Munroe da respuestas científicas a supuestos absurdos. Si todas las personas del planeta se mantuvieran alejadas unas de otras durante un par de semanas, ¿se erradicaría el resfriado común?

En la esperada declaración de Francisco Correa, el principal acusado de la trama Gürtel propuso un juego muy parecido a un dilema cualquiera planteado y resuelto por Munroe. Sabiéndose epicentro mediático sentado en aquella silla a pocos metros del Tribunal, explicaba “a toda España” su visión del caso Gürtel. Una visión de la que hasta ahora no había podido hablar. Una visión que venía del sector privado, explicó Don Vito antes de comenzar su exposición para que ningún puritano se escandalizase. Una visión en la que un tirón de orejas hubiese sido más que suficiente para solventar ese problema conceptual llamado la mayor trama de corrupción de la historia del país. En un mundo en el que ese sector privado del que Correa procede pudiera campar sobre las concesiones y dinero público a sus anchas, ¿estaría el cerebro de la trama ante ese tribunal? ¿Estaría ante una petición de la Fiscalía de 125 años de cárcel? 

Hay muchos Franciscos Correas, aseguraba, despertando en su master class a las mentes que no vienen del sector privado de su insoportable candidez. El hombre que cumplió el sueño americano de “triunfar” tras conocer a Luis Bárcenas explicaba las relaciones humanas y las de mercado y aquello no parecía por momentos un juicio, sino una conferencia en el TED Talk. Se echaba incluso de menos que pidiera permiso al Tribunal para proyectar el powerpoint que se repartía entre alcaldes del Partido Popular y que, micrófono en mano, fuera recorriendo el escenario y despejando esa ecuación liberal entre el cariño, las buenas amistades y el dinero público. ¿Alguien de aquí sabría –se dirigiría para interactuar con los asistentes a la conferencia-- decirme el nombre de tres grandes constructoras del país? Efectivamente. ACS, OHL y Dragados. ¿No ven ustedes razonable que estas empresas que se preocupan por el bien de todos tengan un trato de cariño público a la hora de hacer las concesiones? Los espectadores asentirían rompiendo su ignorancia previa. ¿Y no está bien compensar ese cariño público con detalles de amor privado hacia aquellos responsables de que la concesión llegue a buen puerto? Si ser liberal es delito, que me metan en la cárcel. A mí y a toda una generación llena de talento. 

En un mundo en el que la pillería tuviera el soporte legal para hacer metástasis a su antojo en las cuentas públicas hasta destrozarlas a base de sobornos, comisiones del tres por ciento, corbatas, coches en el jardín, fiestas de cumpleaños o miradas hacia otro lado, Correa tendría el premio al empresario de la década. Y Aznar, mejor estadista de la historia, se encargaría de entregárselo, nos explicaría Munroe en su libro.