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JOSÉ ANTONIO PÉREZ TAPIAS / AUTOR DE ‘LA INSOPORTABLE CONTRADICCIÓN DE UNA DEMOCRACIA CÍNICA’

“El sacrificio de Pedro Sánchez fue una operación de Estado”

Manuel Gare Granada , 3/01/2017

<p>Jose Antonio Pérez Tapias.</p>

Jose Antonio Pérez Tapias.

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José Antonio Pérez Tapias (Sevilla, 1955) vuelve a casa por Navidad. Lo hace, concretamente, en la Editorial de la Universidad de Granada, institución donde ejerce como profesor y ocupa el cargo de decano de la Facultad de Filosofía y Letras. El libro se titula La insoportable contradicción de una democracia cínica, una recopilación de textos —varios de ellos publicados aquí, en CTXT— escritos entre 2015 y 2016 en los que analiza y contextualiza la situación política de nuestro país y la Unión Europea durante ese tiempo. 

La crisis de la democracia es el denominador común de un libro que recorre el deterioro de las instituciones y la pérdida de afecto de la ciudadanía por sus líderes políticos. Lo hace desde la izquierda, apuntando directamente al partido en el que milita Pérez Tapias, el PSOE. A través de la aparición de la “nueva política”, el resurgimiento del populismo de derecha y situaciones tan dramáticas como la de los refugiados, La insoportable contradicción de una democracia cínica trata de arrojar algo de luz en una cronología de acontecimientos que deja un panorama desolador para el europeísmo y la socialdemocracia. 

¿Se encuentran los sistemas democráticos en un punto de no retorno?

Están en un momento crítico, crucial. Estamos viendo cómo en muchísimos países se está dando una crisis de representación política, con una distancia muy grande entre la ciudadanía y sus representantes. Y esa distancia es un síntoma claro de que algo está fallando en los sistemas democráticos. Por tanto, es ahí donde urge encontrar esas soluciones que vayan en el camino de una democracia más participativa, donde esa conexión entre ciudadanía y representantes sea mucho más viva y fluida, y donde además la participación democrática no quede restringida al momento electoral.

La democracia es el sistema político de los Estados de Derecho que hoy pueden presentarse como tales, y está ocurriendo que los mismos Estados se están viendo relegados a una situación de impotencia grave respecto al mercado y los grandes poderes financieros. Esa misma crisis del Estado frente al mercado está repercutiendo también en la legitimidad con que se perciben las instituciones democráticas, de forma que la ciudadanía pasa a desconfiar de los gobiernos porque no responden a las expectativas o a los programas electorales. Y ocurre tanto en el ámbito de los Estados nacionales como en el ámbito de los supranacionales, como es la Unión Europea. Hace unos años hablábamos de un déficit democrático y hoy nos encontramos con una Unión Europea que tiene mucho de antidemocrática en su funcionamiento.

Lo que nos hemos ido encontrando durante todos estos años es que se han ido deteriorando ambas cosas: el componente social y el componente político

¿Qué representa el proyecto europeo para la supervivencia de la democracia?

La Unión Europea era vista como un lugar donde se había consolidado el Estado de bienestar, con una serie de políticas sociales que respondían a ciertos derechos sociales y un espacio de democracias consolidadas. Eran elementos fundacionales, donde los derechos políticos y civiles estaban suficientemente consagrados y fortalecidos. Y lo que nos hemos ido encontrando durante todos estos años es que se han ido deteriorando ambas cosas: el componente social y el componente político. 

Las mismas instituciones democráticas de la Unión Europea se ven también en una situación muy crítica, viéndose desbordadas y en muchos casos ninguneadas por otros poderes políticos, también desde el seno de la Unión Europea. Ahí tenemos la llamada Troika, esa tríada formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que toma decisiones que van más allá, y a veces en contra, de lo que deciden los representantes elegidos por los ciudadanos. A esto hay que añadir otras cuestiones vinculadas también a la conciencia democrática, como es la cuestión de refugiados o políticas de inmigración, que evidencian que la Unión Europea fracasa como el proyecto político pensado inicialmente. 

¿Se trata de un modelo agotado, entonces?

Yo he llegado a decir que como proyecto político la Unión Europea está muerta. Lo que la mantiene hasta ahora es el euro. Por conservar el euro la propia Unión Europea está autodestruyéndose, con políticas económicas que van en una dirección muy contraria a las demandas y necesidades de la ciudadanía. Una Unión Europea sometida a las dinámicas de un mercado global desde una posición política muy débil: desde Europa se pensaba que se podía difundir a otras latitudes el modelo social europeo, y estamos viendo que el camino que se está recorriendo es a la inversa. En un soporte de estas condiciones que vienen marcadas por China y otros protagonistas del mercado mundial, lo que se está dando es una asiatización de las condiciones laborales, una pérdida de derechos.

Y España, ¿qué papel juega ahí?

España está en esa posición, no solo económica sino geopolítica, que ocupamos los países del sur de Europa. Y el sur está en una posición en la que sufre un neocolonialismo interno de la misma Unión Europea. Los países del sur, a los que hace unos años se les aplicó el acrónimo de PIGS (Grecia, España, Italia y Portugal), están en una posición subalterna en el seno de la Unión Europea, con unas determinadas funciones asignadas y con controles muy fuertes establecidos desde fuera por instancias económicas y sin atender a otros mecanismos de legitimación democrática.

España está acomodándose bajo esas presiones que le vienen de fuera que responden a un patrón colonial interno, en este caso la gran metrópoli es Alemania. Y ahí está sufriendo esos condicionamientos que, además, tampoco somos capaces, y lo digo completamente desde la izquierda, de establecer formas eficaces de coordinación para políticas transformadoras en el seno de la Unión Europea. ¿Qué constatamos? Pues que las reformas necesarias, tanto económicas como sociales y políticas, no las puede hacer un país ni ninguna fuerza política en solitario. Hay que coordinar las políticas europeas también en este sentido. Y ahí hay un vacío notable y una carencia importante de recorrido colectivo que hacer en este sentido.

Lo que hay que hacer es pensar en una izquierda europea que efectivamente sea las dos cosas: de izquierda y de ámbito europeo

¿Aún tenemos oportunidad de tener voz o hemos quedado relegados a un plano de trágala permanente?

Una de las tareas de la acción política es ensanchar los márgenes de lo posible. No vale quejarse de que no hay margen, lo que hay que hacer es conseguir esos márgenes. Posibilidades hay. Lo que necesitamos es la suficiente inteligencia y voluntad política para lograr ese ensanchamiento transformador. Hay quienes lo han intentado, pero en unas situaciones tan difíciles que les ha sido imposible. Es el caso de Grecia, que incluso hizo un referéndum en el que venció el “no” a los nuevos y brutales recortes impuestos desde la Troika. Y sin embargo, el mismo gobierno de Tsipras en Grecia no pudo responder a las expectativas de ese referéndum. ¿Por qué? Porque estaba en solitario. No le acompañaban otros países, otras posiciones de izquierda en otros gobiernos. Y es muy difícil acometer esas tareas de transformación así. Lo que hay que hacer es pensar en una izquierda europea que efectivamente sea las dos cosas: de izquierda y de ámbito europeo. Ahí vemos también cómo los déficits que acumula la socialdemocracia la ponen en una situación muy difícil para responder por la izquierda a los retos que presenta el panorama de Europa en el contexto del mercado global actual.

En su libro habla del drama de los refugiados y el auge de la xenofobia en Europa durante 2016. Más allá de las políticas xenófobas, ¿podremos hacer frente a las ideas que empiezan a arraigarse en la ciudadanía? 

La situación se complica por esas fuerzas xenófobas ultranacionalistas que canalizan un rechazo al otro, una especie de alergia, como digo en algunos pasajes del libro, adoptando una posición de exclusión. Hay mucha ceguera política en eso, mucho interés. Respondiendo al título del libro: unas notables dosis de cinismo. Porque las mismas contradicciones que se presentan ante esta situación ni siquiera se afrontan con un discurso decente u honesto, sino que se hacen valer en favor de la ley del más fuerte. Y esto es una respuesta antipolítica donde Europa y sus supuestas democracias quedan descalificadas, y que va afectando, aunque muchas veces no se quiera ver, al futuro mismo de Europa y de sus ciudadanos y ciudadanas. El trato que se está dando a los refugiados está anticipando las políticas de exclusión que se están incubando en la propia Unión Europea.

¿Estamos asistiendo a una era política alimentada por la miseria? 

La política actual está alimentándose, tanto en el ámbito europeo como en el español, de un cinismo enorme. El capitalismo es un capitalismo cínico, porque ni siquiera necesita la cobertura ideológica o la manutención de cierta hipocresía social y apariencia, sino que se presenta descarnadamente: viene generado desde las élites económicas de un capitalismo omniabarcante e inmisericorde, contaminando la vida de las sociedades y contaminando la política a todos los niveles. Y así, nos encontramos con una democracia cínica que transige y no moviliza otros recursos frente a ese mismo capitalismo cínico. Con ello la misma democracia va perdiendo los soportes en los que se sostiene su razón de ser. Por eso digo que, más allá de los hechos inmediatos, se plantea esa alternativa: o democracia o cinismo. Si tragamos con esta cultura cínica, la democracia al final quedará tan corroída que dejará de existir en estos sistemas políticos.

Hay algo que está fallando en nuestra democracia, y hay que acometer su transformación y su puesta al día, no solo funcional sino en sus bases éticas y exigencias políticas

Hablaba sobre la falta de una democracia participativa y la necesidad de una representación política real. ¿Es un problema de instituciones o de la mediocridad política de quienes las ocupan? 

En una situación de crisis como la actual, en la que además se solapan las crisis, las instituciones (y la democracia española en general) necesitan una reforma constitucional en profundidad. En estos momentos de crisis se evidencia cómo falla la articulación de lo que llamábamos décadas atrás los factores objetivos y los factores subjetivos. Por una parte, las instituciones, que en sus propias dinámicas van formulando patologías en su funcionamiento por mecanismos muy oligárquicos y estructuras muy viciadas. Por otra, comportamientos por parte de individuos que no están a la altura de las exigencias que correspondería a un Estado cabalmente democrático.

La conjunción de ese déficit objetivo, con el descrédito de las instituciones, y de esa falta de respuesta por el lado subjetivo, se evidencia en todo lo que conocemos a través de los distintos casos de corrupción que los medios de comunicación nos van trasladando, desgraciadamente, día tras día. Corrupción política que no se logra atajar de manera eficaz mientras vemos que partidos políticos asentados sobre una corrupción sistémica vinculada a su financiación siguen obteniendo no solo un respaldo mayoritario en votos, sino un respaldo parlamentario para de nuevo formar gobierno. Hay algo que está fallando en nuestra democracia, y hay que acometer su transformación y su puesta al día, no solo funcional sino en sus bases éticas y exigencias políticas. 

En el libro le leemos hablar, inevitablemente, sobre la crisis del PSOE. ¿Se ha contagiado el partido de ese cinismo democrático? 

Estamos ante un clima social muy consolidado, como he dicho, contamina todo. Este cinismo político penetra por todos los poros de las organizaciones y por eso nos encontramos cosas que para cualquier observador externo, o interno, son muy chocantes, si no escandalosas. Que en un partido político se pida juego limpio por quienes a todas luces no han practicado ese juego limpio que en democracia es exigible forma parte de ese discurso instalado en el cinismo político. Lo vemos constantemente, en el caso del PSOE, en el caso del Partido Popular y en el caso de otras formaciones políticas. Esgrimir la estabilidad o esgrimir la responsabilidad política o la razón de Estado para dar cobertura a ciertas prácticas, sean determinadas formas de configurar un gobierno o sea saltar por encima de casos de corrupción y de dignidad política, para resolver otras cuestiones, responde a esos mismos parámetros de cinismo político.

¿Se parecen cada vez más Susana Díaz y Mariano Rajoy?

Podría decirse que tienen elementos en común, pero creo que en este caso los estilos personales son muy distintos, lo cual no quiere decir que sean virtuosos. Todos sabemos que Rajoy es el “maestro” del inmovilismo político, y desde luego en cuestiones de cinismo va bien servido. Pero los modos en los que actúa Susana Díaz responden a otras características. Puede sobreactuar en otros sentidos, y ha mostrado cualidades que le son reconocidas a la hora de movilizar los hilos de un aparato y defenestrar a un secretario general. Por tanto ahí tenemos distintos comportamientos en un marco donde aparece el denominador común de las formaciones políticas. 

No interesaba un PSOE que hiciera ese viraje hacia la izquierda, que pudiera entrar en alianza con Podemos y pudiera poner en cuestión ciertas políticas

¿Es Pedro Sánchez el Tsipras del PSOE? 

Pedro Sánchez, a través de sus manifestaciones y sus modos de actuar, ha hecho un recorrido muy interesante y muy costoso en términos políticos y personales. Se vio muy constreñido como secretario general porque le cortaron las alas y le ataron de manos y pies a la hora de, con los resultados electorales obtenidos, buscar alianzas de gobierno en el caso de que el PP no pudiera formarlo. Cuando Pedro Sánchez abre el camino de la izquierda enciende las alarmas dentro de ciertos sectores del partido y acaban quitándolo de en medio como secretario general. Es ese recorrido en los últimos meses el que puede dar a entender que su posición hace un viraje hacia la izquierda, que muchos pedíamos desde el principio, y le aproxima hacia posiciones como las que puedan representar Tsipras y Syriza en Grecia.

Al final se chocan con estas situaciones de bloqueo. En el caso de Tsipras le vino directamente desde las instancias europeas y se le aplicó una lógica sacrificial inmisericorde. Además, a través de medidas ejemplarizantes para que nadie intentara algún cambio que saltara por encima de lo que la Troika estaba decretando. A Pedro Sánchez se le ha aplicado la misma lógica sacrificial. Se le ha sacrificado en lo que no solo ha sido una operación interna dentro de los conflictos de poder que puedan darse en el PSOE, sino que también se ha tratado de una operación de Estado. No interesaba un PSOE que hiciera ese viraje hacia la izquierda, que pudiera entrar en alianza con Podemos y pudiera poner en cuestión ciertas políticas, incluso ciertas posiciones en el seno de la Unión Europea.

Podemos se cuela en cada página para servir de gancho entre la nueva y la vieja política. Con lo visto en las últimas semanas, ¿ha quedado la “nueva política” en poco más que caras nuevas?

En todo esto también hay ciertos excesos de confianza. Cualquiera puede pensar que lo que les pasa a los otros no le pasa a uno mismo, y no es así. Las organizaciones son capaces de generar ciertas dinámicas muy parecidas en unos partidos y otros. Hay que estar muy vigilante y ejercer importantes dosis de autocrítica para que estas situaciones no se produzcan y saber encauzarlas, tanto en los partidos nuevos como en los viejos. Claro, lo que se esperaba de Podemos era que al menos ese tipo de cuestiones las tuviera muy claras y bien resueltas desde el principio.

Se está evidenciando que como organización también tiene que madurar muchas cosas al respecto, no solo en la organización interna, sino en los procedimientos, en los liderazgos, en cómo se articula la pluralidad en el interior de la propia organización. En ese sentido hay también un factor común, y es que la forma de partido que conocemos, y a la que responden estas organizaciones políticas, viene de tiempo atrás. Es una fórmula, incluso, decimonónica. Hoy estamos viendo que esa forma de organización tan jerarquizada, tan rígida, no responde a las expectativas de una ciudadanía que quiere participar y exige transparencia. Y si deciden ejercer un compromiso más explícito como militantes en un partido político, no están dispuestos a la renuncia de derechos civiles o políticos dentro del partido.

¿Es posible, en algún caso, una “nueva política”? 

Yo creo que ni los partidos tradicionales están a punto de fenecer (aunque alguno puede verse en un descalabro próximo), ni los partidos nuevos están en una posición absolutamente inocente e incontaminada. Cada cierto tiempo se va planteando el tema de la nueva y la vieja política porque hay que ajustar las instituciones y las organizaciones a los nuevos contextos democráticos, sociales y económicos. Y las exigencias de una nueva política son válidas para todos. Esa capacidad de responder a las demandas de participación de la ciudadanía; ahí está una de las claves importantes de una democracia que quiera verse sostenida por una ciudadanía que se compromete con ella misma.

En el caso de Podemos, si no incorpora esas exigencias de una nueva forma de hacer política, también dentro del partido, entrará en unos derroteros que le lleven a posiciones minoritarias en nuestra sociedad, con unos planteamientos que no puedan recabar el apoyo de una ciudadanía que ya no da cheques en blanco, por mucho que se diga que se es un partido de gobierno de mayorías. A lo que hay que sumar esa visión de querer articular un populismo que llaman de izquierdas, y que implica ciertas contradicciones que no son fáciles de resolver en un partido político... 

La izquierda lo que debe hacer es definirse como izquierda y salir de las trampas del populismo

Con la victoria del Brexit y la llegada de Trump al poder parece que hemos ido repensando el significado de ese populismo del que tanto se ha hablado en España durante las últimas campañas electorales.

El populismo es un término multiusos, que entre otras cosas se ha utilizado para descalificaciones de unos partidos hacia otros. Yo desde el principio pensé que abusar del término populismo de esa manera no era conveniente y que generaba una confusión muy perjudicial cuando desde el PSOE se insistía una y otra vez en que Podemos era populista, estableciendo unas descalificaciones que iban a ser obstáculos serios para el diálogo necesario, y así se ha confirmado. Dicho esto, el populismo es un fenómeno político de amplio espectro que se da por la derecha. Con suma fuerza, además. Y el populismo de derechas integra esa pretensión de aglutinar a la sociedad en subconjuntos en torno a un nacionalismo fuerte, a unos liderazgos indiscutidos e indiscutibles, con unas políticas muy xenófobas y regresivas. A ese populismo derechista responde Trump y lo que se ha dado en el Reino Unido con el Brexit. Además de esos países europeos como Hungría que están gobernando encauzando de manera perversa una política inhumana y ciega con respecto a los fenómenos migratorios. Ese es el populismo de derechas.

Luego hay quienes pretenden hablar de un populismo de izquierdas, y yo creo que es un error en nuestro contexto. Porque la palabra populismo aglutina ciertas connotaciones negativas y se presta, como estamos viendo, a determinados usos que lo hacen difícilmente rescatable por mucho que se apellide populismo de izquierdas. Es más, yo creo que la izquierda lo que debe hacer es definirse como izquierda y salir de las trampas del populismo. Trampas que llevan a un discurso que, pretendiendo transversalidad, pierde de vista las desigualdades sociales y la complejidad de una sociedad que políticamente es muy plural, en la que no se va a dar esa confluencia de todos los que quieren cambio social en una fuerza política omniabarcante que dé lugar a ciertas confusiones en torno al pueblo que convoca.

¿Sobrevivirá la democracia, tal y como la conocemos? 

Nos va la vida en ello. Pero no solo en que sobreviva a duras penas, sino en ganar las condiciones para una democracia digna, que incluso merezca ese nombre. Con un gobierno en el que los ciudadanos participemos activamente en todo aquello que nos afecta, con capacidad para decidir y deliberar y encauzar el futuro colectivo de las personas. Si no logramos eso, podemos vernos en una situación catastrófica. El poder económico y el capital tienden al monopolio, y lo único que lo puede frenar es una democracia de verdad. Como insisto en el libro, hay que salir de este contexto cínico donde nos hacen tragar con todo. Y resistir: no estamos dispuestos a tragar con nada que no corresponda a principios de dignidad, de libertad, justicia e igualdades. Ahí es donde la ciudadanía tiene que hacer valer sus derechos y su empuje, y así salvar la democracia y a nosotros mismos.

____________

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26 comentario(s)

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  1. Papá Noel

    El PSOE es tan rojo como mi traje... Felices fiestas y a seguir vendiendo farsa!

    Hace 6 años 10 meses

  2. Fatima Ajaha Stitu

    También hay que distinguir entre la Democracia de paises ricos y la de paises pobres !

    Hace 7 años 7 meses

  3. EstherCa

    Meter a Podemos en el mismo saco que los demás partidos no deja de ser una estrategia de acoso y derribo, pero no tiene nada que ver con el resto. Dejar de financiaros con los bancos y empresarios y luego, comentáis lo que queráis de Podemos. Hasta la fecha sólo ellos han sido capaces de no deber nada a ningún banco, y eso es muy importante. Llegarán lejos, aunque a muchos no guste. A mi me han ganado desde el principio.

    Hace 7 años 10 meses

  4. Ebros

    Me sorprende mucho q no se acabe de enterar de q va la fiesta https://ebrosblog.wordpress.com/ Las cosas son sencillas si vamos al grano y dejamos de marear la perdiz, y del marxismo olvidense, cumplió su función, es vertical, y está caduco y obsoleto

    Hace 7 años 10 meses

  5. David

    Tal vez el propio Brexit fuese que los mismos británicos estuvieran vislumbrando que la UE está muy acabada y lo mejor a medio y largo plazo era (y es) salir d ela UE. Pero UK se lo puede permitir, España nunca se lo ha podido ni se lo podrá permitir. Por otra parte la larga duración de esta crisis (que no ha acabado por mucho que digan) y la ineficiencia política está haciendo que la gente confíe cada vez menos en los políticos. Ya veremos que pasará a finales de este año cuando se acabe definitvamente la "hucha de las pensiones", y eso lo saben bien nuestros políticos. El PSOE tal y como está ahora mismo lo veo muy acabado, y si piensan que lo de Sánchez se olvida es que no entienden porqué mucha gente dejó de votarles: nadie olvida que el PSOE pactó con el PP la reforma de un artículo de la Constitución que perjudicaba a toda la ciudadanía en beneficio de "los mercados". Eso no se olvida, y la alta traición de la golpista Susana Díaz tampoco. Si ella encabeza ese partido será su final merecido (el de ambos) y lo dice un otrora votante de izquierdas (ahora ya ni voto). Trump, el Brexit y otras cosas similares no son más que consecuencias (no causas) de este grave deterioro del estado de Bienestar y democracia por parte de la crisis y la inoperancia de la actual clase política. Lo peor es que Trump inicie una nueva época de proteccionismo (como en su día el presidente Hoover) con lo que ello va a conllevar a nivel mundial: un agravamaiento mayúsculo de la crisis; ya no se hablará de recesión, sino de depresión. Entonces ¿qué?. P.D: desde hace ya tiempo soy lector del economista Niño Becerra y mucho antes de que lo dijeran medios oficiales (y "alternativos") él ya habló del final de la hucha de pensiones o de la renta básica universal causadas por la creciente tecnologización de la economía, y el final del Estado de Bienestar. Ningún político sea del color que sea se atreve a hablar de esto abiertamente cuando es lo que ya está viniendo.

    Hace 7 años 10 meses

  6. Luis Felipe Sellera

    ¿Qué hace un chico como tú en un PSOE como este?

    Hace 7 años 10 meses

  7. Tonio Ant

    Pepe Blanco fue el impresentable que el día del golpe a Pedro Sánchez dijo: "Esto lo olvidan los votantes en ocho meses". Ese es el nivel de aprecio que tiene al electorado socialista, a su propio electorado. A esta Gestora de Susana Díaz no la salva PRISA, Mediaset y Atresmedia y todos sus cavernarios juntos. Es un desprecio total a la democracia. Susana: has destrozado al PSOE. ¡Enhorabuena! Ahora no tienes otro lugar que la organización pepera para progresar en tu carrera política

    Hace 7 años 10 meses

  8. Lol

    ¿Y el sacrificio de los miembros no oficialistas que se está dando en Podemos a todos los niveles qué es exactamente? :v

    Hace 7 años 10 meses

  9. Jesús Díaz Formoso

    Este es el Partido de los GAL y el Terrorismo de Estado. Sus falanges golpistas (hablo ahora del 23-F; no de la gestora del Gusanato), protegidas por el Sistema. El Tribunal Constitucional (TC) ha confirmado la expulsión de 20 meses de militancia de la socialista y escritora asturiana Susana Pérez-Alonso que cuestionó la decisión de la formación de suspender las primarias en las elecciones municipales de Oviedo de 2006 en una carta abierta en un diario asturiano - http://www.lavozdeasturias.es/noticia/oviedo/2017/01/04/constitucional-avala-expulsion-susana-perez-alonso-amso/00031483549936875239117.htm // La Corrupción Institucionalizada carga contra la Libertad de Expresión. Vota PSOE ... y JoDeTe. Señor Pérez-Tapias, ¿es posible cambiarlo o es mejor acabar definitivamente con el engendro neofranquista Monárquico, neoliberal que insulta la inteligencia desde su misma denominación "social"?

    Hace 7 años 10 meses

  10. ruival

    Hace unos años hablábamos de un déficit democrático y hoy nos encontramos con una Unión Europea que tiene mucho de antidemocrática en su funcionamiento. DEBERÍA DECIR Hace unos años hablábamos de un '''déficit democrático''' cuando deberíamos haber dicho la verdad: la Unión Europea ES antidemocrática.

    Hace 7 años 10 meses

  11. Lorenzo Narváez

    Tenemos una constitución vieja que probablemente una gran mayoría no pudimos votar y que los partidos tradicionales parecen resistirse a cambiar. Una monarquía que venía en el mismo lote inseparable de este concepto de democracia. Las estructuras de los partidos políticos parecen estar pensadas para evitar los cambios y para asegurar que, quienes alcanzan la cúpula, se hayan dejado por el camino la mochila de las convicciones personales. Los representantes no representan a sus votantes, ni siquiera a la verdad o a su verdad, tan solo representan a sus partidos y a sí mismos. El único ejercicio permitido a un ciudadano concienciado de su responsabilidad en el futuro de su país es votar cada cuatro años a gente en la que no confía. Y con estos mimbres, tenemos que oír con vergüenza ajena una y otra vez propuestas que apadrinan un cambio. La nueva política resulta caer en las mismas luchas de egos que la vieja. Y las propuestas novedosas, que parecen aportar soluciones como esa de ILP no parecen ser escuchadas porque “hay que leer demasiado”, o porque suponen aceptar responsabilidades que a algunos les dan miedo. ¿Tenemos lo que nos merecemos? No. Sólo tenemos lo que muchos han elegido, pero alternativas “haylas”.

    Hace 7 años 10 meses

  12. Florentino del Amo Antolin

    Los partidos nuevos deben tener fallos ( o pueden ).. pero los PxxE no son fallos. Nos han vendido al mismísimo franquismo, señor Tapias usted no va ha cambiar nada en el PxxE ; otros nos fuimos hace años..me penó coger un carnet.. ugetistas cenetitas nacionalistas ( no españolistas ). Están en las cunetas, los Isidoros se emanciparon ellos y sus haciendas, agarrándose a las puertas giratorias. Señor Tapias huya en el PxxE no queda dignidad social ni humanitaria Salud Osasuna !!

    Hace 7 años 10 meses

  13. José Manuel

    "... una distancia muy grande entre la ciudadanía y sus representantes". Y es que la base de la democracia no puede ser los partidos políticos sino el pueblo, porque entonces se convierte en partidocracia en vez de democracia. Por otro lado se sabe, o al menos se intuye, que las fuerzas políticas lo que buscan y les anima es la ambición del poder y no la representación de la sociedad aunque tienen que recurrir a ésta para conseguirlo. En resumen las fuerzas políticas no pueden ser la base de la democracia, ahí está el error.

    Hace 7 años 10 meses

  14. ¿Y si pudiera ser de otra manera?

    Tenemos una constitución vieja que probablemente una gran mayoría no pudimos votar y que los partidos tradicionales parecen resistirse a cambiar. Una monarquía que venía en el mismo lote inseparable de este concepto de democracia. Las estructuras de los partidos políticos parecen estar pensadas para evitar los cambios y para asegurar que, quienes alcanzan la cúpula, se hayan dejado por el camino la mochila de las convicciones personales. Los representantes no representan a sus votantes, ni siquiera a la verdad o a su verdad, tan solo representan a sus partidos y a sí mismos. El único ejercicio permitido a un ciudadano concienciado de su responsabilidad en el futuro de su país es votar cada cuatro años a gente en la que no confía. Y con estos mimbres, tenemos que oír con vergüenza ajena una y otra vez propuestas que apadrinan un cambio. La nueva política resulta caer en las mismas luchas de egos que la vieja. Y las propuestas novedosas, que parecen aportar soluciones como esa de ILP no parecen ser escuchadas porque “hay que leer demasiado”, o porque suponen aceptar responsabilidades que a algunos les dan miedo. ¿Tenemos lo que nos merecemos? No. Sólo tenemos lo que muchos han elegido, pero alternativas “haylas”.

    Hace 7 años 10 meses

  15. Antonio

    Me admira la facilidad con que estos pseudointelectuales se las apañan para echar balones fuera. Nunca tienen la culpa de nada. Pedro Sánchez se encargó el solito de destrozar al Psoe, con su afán desmedido de poder. Entrego las alcaldías de las principales ciudades a los populistas con la esperanza de que ellos le auparan a la presidencia de gobierno. Bloqueó cualquier posibilidad de pacto con los que habían ganado las elecciones con la única intención de conseguir el poder a cualquier precio, con los independentistas, comunistas, populistas, todo le daba igual. Y, claro está, le salió mal. No se puede gobernar a costa de cualquier cosa y sin haber ganado en las urnas. Ese es el motivo por el que, en su propio partido, le defenestraron. Menos rollos que no somos tontos.

    Hace 7 años 10 meses

  16. Agartha

    “Nos va la vida en ello. Pero no solo en que sobreviva a duras penas, sino en ganar las condiciones para una democracia digna, que incluso merezca ese nombre. Con un gobierno en el que los ciudadanos participemos activamente en todo aquello que nos afecta, con capacidad para decidir y deliberar y encauzar el futuro colectivo de las personas. Si no logramos eso, podemos vernos en una situación catastrófica. El poder económico y el capital tienden al monopolio, y lo único que lo puede frenar es una democracia de verdad. Como insisto en el libro, hay que salir de este contexto cínico donde nos hacen tragar con todo. Y resistir: no estamos dispuestos a tragar con nada que no corresponda a principios de dignidad, de libertad, justicia e igualdades. Ahí es donde la ciudadanía tiene que hacer valer sus derechos y su empuje, y así salvar la democracia y a nosotros mismos”. Bien dice el entrevistado, Sr. Pérez Tapias. Pero para alcanzarse esa “democracia digna”, es imprescindible que los ciudadanos nos sintamos responsables de tal situación y actuemos en consecuencia. Es necesario que los cauces participativos se expandan y se usen. Los ciudadanos han de dejar de sentirse ajenos y participar. En ese camino a la participación, los estatutos del partido ILP, que otro comentarista indicaba -y que yo ya conocía-, me parecen un modelo adaptable a cualesquiera partido político o asociación (incluso de vecinos) que los quiera usar (que, por cierto, esa, se desprende de la pagina y del texto, fue la intención de los fundadores). Son realmente modelo de un sistema de funcionamiento garantista, democrático y de participación horizontal. Saludos

    Hace 7 años 10 meses

  17. SOTERO

    El poder politico se encuentra cada vez mas lejos del poder real. Ese el gran problema, el progresivo vaciado del estado llevado a cabo desde los años 80. Despues de la segunda guerra mundial se crearón mecanismos de control de la economia basados fundamentalmente en la creacion de monopolios de estado en los sectores estrategicos y una fuerte normativa de los mercados financieros, en estas dos medidas se sustanciaba basicamente el poder supuestamente soberano de los estados y por tando el poder politico de las democracias occidentales. La unica opcion de acercar el poder politico a la población que debería representar pasaria de nuevo normativas independiente y la desprivatitacion al menos en de privatizado en los ultimos años.

    Hace 7 años 10 meses

  18. Javier

    ¿No va siendo hora de que dejemos de llamar democracia a esto que tenemos? Partidocracia, plutocracia, ..., que le busquen un nombre, pero democracia no. Más que nada porque si seguimos pensando que tenemos democracia, sin tenerla, nunca la vamos a reclamar y seguiremos sin pintar nada.

    Hace 7 años 10 meses

  19. Jesús Díaz Formoso

    http://partidoilp.blogspot.com.es/ - los mimbres para construir una Nueva Política real. Recuperemos el Poder Legislativo!! VIVA LA REPÚBLICA FEDERAL !!

    Hace 7 años 10 meses

  20. Juan

    Las palabras de estos partidos de poder van en la dirección que mejor conviene en cada momento. Pero los hechos siempre van en una única dirección: en contra de la mayoría social. Esa es lo que ocurre si eres verdaderamente consciente de la realidad.

    Hace 7 años 10 meses

  21. domingo mesa arjonilla

    sr.perez tapias, sea vd., valiente y cree un partido socialista español en todo el estado con los mismos derechos y obligaciones para todos los españoles y sin privilegios por nacer ó vivir en una u otra cc.aa., le puedo asegurar que millones de personas le apoyarian, pues la mayoria de los ciudadanos no queremos primero que España se trocee como si fuese una tarta de cumpleaños, pues la diversidad es el respeto a los demas y nunca la imposición, para bién ó para mal España es una nación y si alguien tiene que cambiar algo son las personas que viven en ella (todas), y ahora que está de moda las consultas, hagan una a ver si los españoles queremos otra balcanización.gracias.

    Hace 7 años 10 meses

  22. Jesús Díaz Formoso

    La Constitución ¿vigente? se caracteriza por la IMPUNIDAD de las violaciones de su articulado. En estas condiciones, de impotencia para dotar de efectividad a nuestros derechos, una nueva Constitución debería comenzar así: "Érase una vez ..."

    Hace 7 años 10 meses

  23. Isabel Rei

    "El sacrificio de Pedro Sánchez fue una operación de Estado" Era demasiado evidente "la mano" del sistema financiero, la corona y la Iglesia.

    Hace 7 años 10 meses

  24. Jesús Díaz Formoso

    "La plataforma RecuperaPSOE integrada por críticos con la gestora socialista, ha puesto en marcha un local en la calle Ferraz de Madrid para promover la afiliación de nuevos militantes" // GRAN INICIATIVA; ¿cómo se puede apoyar desde fuera de Madrid?

    Hace 7 años 10 meses

  25. Queosden

    Es curioso como el mayor enemigo de la extrema izquierda ya no es el fascismo si no la democracia. Y además se empeñan en hacernos creer que aspiran a una sociedad mejor cuando su objetivo es la implantación de una dictadura, del proletariado claro está. Aunque gobernada por los intelectualoides de siempre que no han cogido una pala en su puñetera vida. Que ya sólo engañáis a cuatro tontos.

    Hace 7 años 10 meses

  26. Ramon Crespo

    Por mucho que se esfuerce y usted parece sincero y decente Nadie podra volver a creer en sus palabrs y en sus lideres El daño es demasiado grande y la traicion demasiado evidente y grave

    Hace 7 años 10 meses

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