La falaz reducción de la brecha salarial en España
Las mujeres apenas han visto crecer su sueldo entre los años 2009 y 2015. El descenso de la desigualdad en los salarios –aún por encima del 20%– ha venido propiciado por un empeoramiento de las retribuciones masculinas
Carlos C. Ungría 22/02/2017
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La brecha salarial entre hombres y mujeres se ha reducido en España durante los últimos años, pasando de los 5.323 euros anuales en 2009 hasta los 4.636 en 2015, según la Agencia Tributaria. Son, a priori, datos positivos para la igualdad de género en cuestiones laborales. Sin embargo, otros indicadores dejan entrever la insuficiencia del descenso y que esta reducción responde más a factores coyunturales que a una estrategia y a una política activa de igualdad en el trabajo. Por un lado, los sueldos de las mujeres no han crecido de forma significativa en los últimos años: apenas un 0,2% entre 2009 y 2015. La disminución de la desigualdad ha llegado, más bien, por la caída de los sueldos de los varones, mucho más acusada. La brecha, además, se sigue situando por encima del 20% y las mujeres continúan acaparando las situaciones más precarias en el mercado laboral: su desempleo desciende de forma mucho más lenta y representan el 72% de los ocupados a jornada parcial en el país.
En el informe Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, que publica cada año la Agencia Tributaria, se observa cómo la brecha salarial de género ha pasado del 24,8% al 22,3% durante los años de la recesión (2009/2015). Estos dos puntos y medio de reducción en esta estadística chocan con la gran brecha aún existente y con las dificultades que enfrenta el colectivo femenino en el trabajo.
La reducción del paro registrado en España, por ejemplo, se está produciendo a dos velocidades muy distintas en el país: mientras en los hombres cayó un 12,4% durante 2016 hasta los 1,6 millones, en las mujeres sólo ha descendido un 7,1%, situándose todavía por encima de los 2 millones.
Al mismo tiempo, las mujeres siguen sufriendo la precariedad laboral de forma más acusada que los hombres. Según la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre del año 2016, siete de cada diez trabajadores a jornada parcial en el país son mujeres –2 millones de trabajadoras sobre un total de 2,8–.
Siete de cada diez trabajadores a jornada parcial en el país son mujeres –2 millones de trabajadoras sobre un total de 2,8–
La mayoría de ellas, además, se enfrentan a estas situaciones de forma obligada: el 58% del total de trabajadoras a tiempo parcial (1,2 millones) desempeñan este tipo de jornadas porque no han podido encontrar un empleo de jornada completa. Conforme ha avanzado la recesión, más mujeres se han visto forzadas a aceptar este tipo de empleos conocidos como minijobs. En 2008 esta tasa se situaba en un 38%, con 745.100 en esta situación. Este crecimiento de de cerca de 20 puntos apunta al deterioro imparable de las condiciones de trabajo de las mujeres.
Evolución de los sueldos
El descenso de la brecha salarial en España ha venido propiciado, fundamentalmente, por un deterioro en las condiciones laborales del país, y no por una mejora en sus distintos colectivos. De hecho, las mujeres apenas han visto crecer su sueldo entre los años 2009 y 2015: la remuneración media anual se incrementó mínimamente –un 0,2%– durante este periodo, hasta alcanzar los 16.143 euros. Por su parte, el sueldo medio de los hombres descendió un 3%, hasta los 20.779 euros brutos anuales en 2015, último ejercicio con estadísticas disponibles de la Agencia Tributaria.
En cifras absolutas, esto significa que la diferencia salarial entre ambos ha pasado de los 5.323 euros anuales en 2009 hasta los 4.636 de 2015.
El director de Relaciones Laborales de la CEOE, Jordi García Viña, opina que la retribución media de los hombres ha caído más porque “la crisis ha golpeado muy fuerte a toda una serie de sectores donde la presencia masculina es más alta". Por ejemplo, el de la construcción.
En la misma línea, la secretaria confederal de Mujer e Igualdad en CCOO, Ana Herranz, señala que durante los últimos años ha habido una “devaluación generalizada de los salarios”, con especial incidencia en sectores “masculinizados” como construcción, lo que ha propiciado una “nivelación” de estos. Sin embargo, matiza que “no ha habido ninguna política activa”. “No se ha hecho absolutamente nada porque el Gobierno del PP no ha puesto la igualdad de oportunidades en el centro de la acción política”.
Herranz opina que este descenso de la brecha salarial es “la monetarización” de una discriminación que se puede observar en otras estadísticas como las mencionadas: menor descenso del paro y concentración de los empleos a jornada parcial.
La dirigente sindical también recalca que en los últimos años “se han firmado pocos planes de igualdad” en las compañías. A su juicio, apenas ha habido grandes avances en esta línea porque la reforma laboral prima la negociación de los convenios a nivel de empresa frente a los sectoriales, que “tienen más fuerza para introducir medidas de igualdad”.
Los datos que ofrece la Agencia Tributaria revelan, precisamente, las variaciones que también aparecen en la brecha salarial en función de los sectores económicos que se analicen. En términos porcentuales, las actividades con más desigualdad son agricultura, ganadería, silvicultura y pesca con una desigualdad retributiva del 41%; entidades financieras y aseguradoras, con un 33%; y servicios a las empresas, con un 31%.
Las mujeres y los salarios bajos
En su estudio ‘Gender Gaps in the Spanish Labor Market’, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) también advierte de las desigualdades de género que siguen existiendo en el mercado laboral del país, ubicando la brecha salarial en el entorno del 20% –un porcentaje similar al que ofrece la Agencia Tributaria–. “La concentración de mujeres en ocupaciones con salarios relativos bajos es muy probablemente un factor de relevancia a la hora de entender los diferenciales salariales existentes en un número importante de países europeos, incluyendo España”, explican los economistas José Ignacio Conde-Ruiz e Ignacio Marra en el mencionado informe.
Este trabajo de investigación también detecta cómo las mujeres sólo ocupan el 10% de las posiciones de mayor liderazgo de las empresas más grandes de España, así como alrededor del 17% de los asientos de sus consejos de administración. “No sólo existe un ‘techo de cristal’ (las mujeres no llegan a puestos de responsabilidad), sino que esta brecha salarial se amplifica cuando miramos los salarios de las personas más cualificadas dentro de cada ocupación", sostiene Conde-Ruiz.
Sólo el 19% de los asalariados en España que tienen un sueldo bruto anual superior a los 90.800 euros (10 veces el SMI) en 14 pagas son mujeres
Según la Agencia Tributaria, sólo el 19% de los asalariados en España que tienen un sueldo bruto anual superior a los 90.800 euros (10 veces el SMI) en 14 pagas son mujeres. Es el caso de 25.881 trabajadoras sobre un total de 136.502. Esta escasa representación femenina entre los salarios altos del país supone una importante barrera para eliminar la desigualdad salarial.
La Organización Mundial del Trabajo también mantiene una visión similar. De hecho, en su informe de 2015 ya destacó que “los salarios promedios de las mujeres –en el mundo– son entre un 4 y un 36% inferiores a los de los hombres pero la brecha salarial aumenta en términos absolutos para las mujeres”.
Este organismo aclara, a nivel internacional, que esta brecha puede ser dividida entre una parte explicada, representada por características observables que pueden influenciar la remuneración, como el nivel de educación; y una parte inexplicada, constituida por el resto, que “sugiere la existencia de una discriminación en el mercado laboral”.
El informe concluye que “si se suprimiese esta desventaja salarial inexplicada, la brecha se invertiría en casi la mitad de los 38 países —el estudio analiza esa muestra—, y las mujeres ganarían más que los hombres según las características relacionadas con el trabajo”.
Interpelada por cómo paliar esta problemática, Herranz considera que el Gobierno de España “tiene que situar la igualdad de oportunidades en uno de los ejes de las políticas”. Además, cree que hay “una necesidad imperiosa de reglamentar la Ley de Igualdad” para que se puedan conocer con precisión los salarios de los trabajadores en las empresas y realizar así una evaluación. “Si no podemos hacer un diagnóstico, no vamos a poder atacar la brecha salarial en las empresas”.
La dirigente sindical lanza esa propuesta consciente del papel protagonista que ha perdido la igualdad en España desde el inicio de la crisis. Lejos queda, por ejemplo, el periodo de 2004 a 2010, cuando el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, creó un Ministerio centrado exclusivamente en este área, incluyendo competencias ligadas al mercado laboral, hasta entonces en manos de Trabajo y Asuntos Sociales.
“La crisis económica ha dado lugar a un aumento de la desigualdad, que ha puesto de manifiesto las debilidades de los instrumentos adoptados”, explica el profesor titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, Octavio Salazar Benítez, en su estudio The Fragility of Gender Equality Policies in Spain. “A pesar de la gran cantidad de legislación en la materia, la realidad social no ha cambiado en absoluto, incluso experimentando un retroceso en los últimos años”, afirma.
En este sentido, el autor recuerda que la mitad de la población es masculina y la otra mitad femenina, por lo que "las relaciones entre ellos se deben basar en la igualdad de derechos y no en la jerarquía". A su juicio, conseguir una sociedad más igualitaria exige reducir las desventajas económicas, hacer frente a estereotipos, el estigma y la violencia; y fortalecer el poder de acción, voz y participación de las mujeres.
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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.