Tribuna
La batalla electoral por Ecuador
En la segunda vuelta, el próximo 2 de abril, se enfrentarán Lenín Moreno, sucesor de Rafael Correa, y el principal candidato de la derecha, Guillermo Lasso. El resultado impactará sobre la geopolítica futura del continente sudamericano
Adoración Guamán / Fernando Casado 24/02/2017
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El pasado domingo 19 de febrero se celebró una fundamental jornada electoral en Ecuador, en la que estaban en juego tanto la Presidencia de la República como la Asamblea Nacional, pero también otras cuestiones como la consulta relativa a los paraísos fiscales. Tras cuatro días de incertidumbre, el jueves 23 de febrero el presidente del Consejo Nacional Electoral de Ecuador anunció que habría una segunda vuelta para determinar quién será el futuro presidente de la República.
La importancia de esos comicios no radica sólo en cuestiones domésticas sino que se proyecta directamente sobre la geopolítica futura del continente sudamericano. En el ámbito nacional, y aun a pesar de que Rafael Correa no ha sido el candidato de Alianza País, la victoria del nuevo líder de esta lista, Lenín Moreno, implicará, probablemente con matices, la continuidad del proceso denominado “Revolución Ciudadana” iniciado hace una década. En cambio, la victoria del principal candidato de la derecha, Guillermo Lasso (por la coalición CREO-SUMA), plantea un regreso al pasado previo a Correa, con la aspiración de revertir los principales puntales de las políticas, fundamentalmente sociales, de la pasada década. La otra candidata de la derecha, Cyntia Viteri, en tercer lugar en las encuestas, sostenía propuestas más radicalmente neoliberales que Lasso.
Cuatro días después de celebradas las elecciones los resultados finalmente publicados dan una victoria holgada al candidato de Alianza País, con 39,33%, frente al 28,19% obtenido por Guillermo Lasso
El impacto de estas elecciones en el ámbito continental se ha evidenciado en torno a la expresión “fin de ciclo”, que ha sobrevolado el escenario electoral desde mucho antes de que comenzara la campaña en Ecuador. El resultado de la segunda vuelta puede corroborar las tesis que auguran un agotamiento del ciclo de gobiernos de cambio en Sudamérica, o puede marcar un punto de inflexión en la reciente dinámica de sucesivas derrotas de los gobiernos progresistas y el ascenso de la derecha dura. En cualquier caso, va a marcar la relación de fuerzas existente entre izquierda y derecha en Sudamérica, con el consiguiente impacto en el panorama internacional.
No han sido días fáciles en Quito. Según establece el sistema electoral ecuatoriano, la victoria en primera vuelta requiere la obtención de la mayoría absoluta de los sufragios o, al menos el 40% de los votos válidos y una diferencia de más de diez puntos porcentuales sobre el candidato ubicado en segundo lugar. El 20 de febrero, con el 87,7% escrutado, Lenin Moreno se colocaba en un 39,1% mientras Lasso se colocaba en un 28,28%. Un final de infarto en el que ninguno de los dos candidatos se resistía a perder la esperanza y tanto gobierno como oposición llegaron a declararse ganadores de los comicios. Alianza País mantenía que no habría segunda vuelta y Lasso aseguró que sería el ganador de la segunda vuelta. Además, la oposición trató insistentemente de instalar la idea de la existencia de un fraude.
La jornada electoral ya estuvo marcada, desde sus inicios, por acusaciones de fraude desde las candidaturas de derecha mucho antes de saber los resultados. Tras el cierre de las urnas, se registraron concentraciones de los partidarios de la derecha ante las sedes del Consejo Nacional Electoral en diversas provincias, cientos de seguidores de Lasso rodearon el Consejo Nacional Electoral en Quito y otras ciudades para presionar a este organismo y que declarara necesaria una segunda vuelta.
Estos actos ya eran parte de la campaña de cara a la segunda vuelta: el desprestigio de las instituciones estaba siendo utilizado con fines de rédito electoral.
Finalmente, el 23 de febrero el presidente del Consejo Nacional Electoral de Ecuador anunció que habría una segunda vuelta para determinar quién será el futuro presidente de la República. Cuatro días después de celebradas las elecciones los resultados finalmente publicados dan una victoria holgada al candidato de Alianza País, con un 39,33%, frente al 28,19% obtenido por Guillermo Lasso. Aunque Lenin Moreno saca casi 11 puntos al segundo candidato, no llega al 40% requerido legalmente.
Como es evidente, la situación idónea para Moreno era la victoria en primera vuelta, para no tener que medirse con una oposición unificada en la figura de Guillermo Lasso. Abocado a una segunda ronda, Moreno debe obtener el apoyo de un 11% más de la población, mientras Lasso deberá doblar esta cifra para hacer el sorpasso y repetir, por ejemplo, lo que le ocurrió a Sioli respecto a Macri en las elecciones argentinas celebradas a finales de 2015.
Para conseguir la victoria, Lenin Moreno debería tratar de acercarse a los candidatos más próximos, al menos en el plano del discurso, a la izquierda
Pero, más allá de la Presidencia de la República, estas elecciones también han definido el Poder Legislativo y los 137 diputados que conforman la unicameral Asamblea Nacional, en la que Alianza País ha obtenido la mayoría absoluta al alcanzar los 74 diputados. El poder legislativo por tanto está ya en manos del partido todavía en el Gobierno, y una victoria en segunda vuelta de Lasso le dejaría en una importante soledad en el poder ejecutivo, con una alianza de diputados/as en el legislativo que apenas alcanzará alrededor de los 35 diputados. Esta situación, dada la radical oposición entre las propuestas de ambos programas y la historia de continua tensión previa a la década del Gobierno de Correa, es susceptible de generar una considerable inestabilidad político-social en Ecuador.
Paraísos fiscales, no
Junto a los comicios para la elecciones de cargos públicos también se llevó a cabo una consulta popular donde se formuló la siguiente pregunta: ¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener bienes o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales? El Sí obtuvo el 55% de los sufragios. Esta consulta, además de ser un referente a nivel internacional y una muestra de la política alternativa que en el plano nacional e internacional ha desarrollado sobre este tema el Gobierno de Correa, afecta directamente a Lasso, quien ha afirmado públicamente que posee dinero en paraísos fiscales y se pronunció en contra de la consulta.
La prohibición, que entrará en vigor tras la elaboración de la correspondiente ley por la Asamblea Nacional, tendrá por tanto consecuencias para el patrimonio de Lasso, que deberá modificar la ubicación de ese dinero si aspira a desempeñar un puesto de elección popular.
La situación podría calificarse como una importante victoria de Alianza País en unos comicios celebrados tras diez años en el Gobierno, con el consiguiente e inevitable desgaste. No obstante, la decepción y desánimo entre sus filas ha sido patente. Esto se explica porque la expectativa de ganar en primera vuelta era enorme y porque el punto de partida era ciertamente elevado: en las últimas elecciones presidenciales celebradas en 2013, Rafael Correa ganó en primera vuelta con el 57% de los votos. Sin embargo, más allá de Correa, cabe recordar que desde las primeras elecciones tras la vuelta de la democracia en Ecuador, en 1979, se ha llegado a una segunda vuelta en nueve ocasiones, y el resultado más alto ha sido el obtenido por Moreno.
La segunda vuelta, que se celebrará el 2 de abril, abre de nuevo las puertas a una campaña dura y tensa, que como dijimos no tiene únicamente repercusión interna sino que está atrayendo las miradas y el interés directo del resto del continente. A nivel regional, tras una expansión de los gobiernos progresistas que en el año 2009 llegaron a sumar 8 Estados de Sudamérica, se ha producido una contraofensiva de la derecha, que hoy gobierna en países como Paraguay, Brasil y Argentina.
La derrota de Lenin Moreno fortalecería enormemente la tesis del fin de ciclo de los países progresistas que está instaurándose en el continente. Una victoria de Moreno neutralizaría esta matriz de opinión y renovaría la esperanza de un cambio de tendencia que pueda materializarse en países como Perú, de la mano de Verónica Mendoza, y México, con López Obrador.
Tras una expansión de los gobiernos progresistas que en el año 2009 llegaron a sumar 8 Estados de Sudamérica, se ha producido una contraofensiva conservadora
Nada está claro, sin embargo, de cara a ese 2 de abril. Guillermo Lasso tendrá que buscar la unión de la derecha para articular una oposición sobre el eje de rechazo al gobierno como principal argumento electoral. En este sentido, Cynthia Viteri, que ocupó el tercer puesto en la primera vuelta con el 16,22% de los votos, y Abdala Bucarán, que obtuvo el 4,79%, han expresado ya su apoyo a Lasso. Es cierto que estono implica el endoso automático de los votos, pero juntos suman el 21,01% de los sufragios, casi lo que Lasso necesitaría para ganar en la segunda vuelta.
Para conseguir la victoria, Lenin Moreno debería tratar de acercarse a los candidatos más próximos, al menos en el plano del discurso, a la izquierda, como Paco Moncayo, que obtuvo 6,76%, e Iván Espinel, con el 3,18%, juntos suman un porcentaje de 9,94% que permitiría al candidato de Alianza País superar a la derecha. No obstante, hasta el momento, no se han definido estos apoyos.
Espinel ya ha mantenido conversaciones con Moreno, pero Moncayo (militar retirado) se ha apresurado a afirmar, sin consultar con sus bases, que no se decantará por ninguno de los candidatos. Además, Lourdes Tibán, del partido indígena Pachakutik, parte de la alianza que apoya a Moncayo, ha asegurado que sus bases no apoyarán al partido del gobierno.
Todo sigue por tanto abierto de cara a la segunda vuelta. Frente a una primera contienda marcada por la escasa movilización y el cruce de acusaciones entre los candidatos con poco contenido programático, sería deseable que se produjera una segunda vuelta marcada por lo contrario. Parece claro que al candidato Lenin Moreno y a Alianza País no le queda más opción que optar por una estrategia distinta, por dialogar con quienes se fueron por la izquierda reconociendo errores y planteando alianzas; por volver a convencer a los que optaron por el voto nulo o blanco, y por entusiasmar a las y los jóvenes que han crecido en la década de Correa y no son conscientes del pasado que puede regresar.
Parafraseando a Bourdieu, sabemos que “entre la confianza de los mercados y la confianza del pueblo, hay que elegir”, y que “la política que pretende conservar la confianza de los mercados pierde la del pueblo”. Entre Moreno y Lasso, lo que está claro es que los mercados prefieren, de lejos, al segundo. Falta por saber si el primero es capaz de movilizar el apoyo electoral mayoritario del pueblo.
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Adoración Guamán es profesora de Derecho en la Universitat de València.
Fernando Casado es profesor en el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador.
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Adoración Guamán
Es profesora titular de derecho del trabajo en la Universitat de València y autora del libro TTIP, el asalto de las multinacionales a la democracia.
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Fernando Casado
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