Empoderamiento
El elástico
Gracias al feminismo, somos más libres, pero no debemos pensar que no hay vuelta atrás. Los nuevos fascismos e integrismos que amenazan al mundo nos tienen en su punto de mira
Amanda Andrades 7/03/2017
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Una amiga, una compañera, nicaragüense me contaba hace unos años cómo explicaba otra mujer campesina y líder comunitaria, la Carmen Avendaño --en la flor más linda de mi querer el afecto se expresa colocando el artículo delante del nombre– qué era eso del empoderamiento –ese palabro raruno– con un ejemplo sencillo:
—El empoderamiento es como un elástico que se estira. Una empieza con los talleres de liderazgo, de sexualidad, de género, a cuestionarse el modelo de mujer impuesto por las tradiciones, la familia, la religión. Una empieza a liberarse, a ser otra y piensa ya está, pero como el elástico que, cuando lo sueltas, retrocede, igual nos pasa a nosotras. Sin embargo, el elástico ha cedido. Ese trocito que se ha aflojado, ese es el empoderamiento. Hay que seguir estirando el elástico para que siga dando de sí.
Gracias a la lucha, al esfuerzo de miles de mujeres, gracias al feminismo, ese ismo en nombre del que nunca se ha matado, hemos avanzado mucho. Hoy somos más libres, gozamos de más derechos, hemos alcanzado mayores niveles de igualdad. Hemos ido cediendo el elástico al machismo, a la opresión, a la desigualdad.
No podemos, sin embargo, quedarnos dormidas, pensar que no hay vuelta atrás. Los nuevos fascismos e integrismos que amenazan al mundo nos tienen en su punto de mira. A las mujeres libres, a las migrantes, a las refugiadas, a las gitanas, a las negras, a las musulmanas, a las precarias, a las lesbianas, a las mujeres que abortan, a las que se niegan a ser las mujeres sumisas y calladas que ellos quieren. A las que quieren hacer con sus vidas lo que les salga del coño.
Hemos de seguir luchando –y necesitamos a nuestra vera a hombres feministas dispuestos a cambiar sus actitudes y comportamientos y, sobre todo, dispuestos a perder privilegios– no solo para no retroceder, no solo para defender nuestras conquistas, también para ampliarlas.
Sigamos estirando el elástico.
Autor >
Amanda Andrades
De Lebrija. Estudió periodismo, pero trabajó durante 10 años en cooperación internacional. En 2013 retomó su vocación inicial. Ha publicado el libro de relatos 'La mujer que quiso saltar una valla de seis metros' (Cear Euskadi, 2020), basado en las vidas de cinco mujeres que vencieron fronteras.
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