La república femenina del deporte rey
Sueldos irrisorios, condiciones indignas para jugadoras y entrenadoras profesionales y techo de cristal son las dificultades más importantes a las que se enfrentan las mujeres
Nicolás Ribas 22/03/2017
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Laura Torvisco es una de las voces más autorizadas del fútbol femenino por su larga trayectoria y su inagotable dedicación. Empezó su carrera profesional como jugadora y continuó como entrenadora. Después de haber entrenado durante diez temporadas al equipo femenino del Torrejón pasó a los banquillos del Rayo Vallecano, uno de los equipos más laureados de la Liga femenina. Ahora es la coordinadora de la sección femenina del club. Torvisco atiende la llamada de CTXT para hablar sobre el deporte más practicado por las mujeres en el mundo. “Yo creo que el fútbol, en general, es un deporte muy machista. La mujer no está enfocada hacia el fútbol porque no tiene referentes, no ve que eso sea una salida profesional ni se ve reflejada en los medios. Es un problema social”, sostiene la exentrenadora del conjunto rayista.
La gran mayoría de las jugadoras en España, exceptuando algunas privilegiadas entre los equipos más punteros, no viven del fútbol. Son jugadoras profesionales con condiciones de equipo amateur. Los clubes les pagan alquiler, transporte y dietas para paliar la inexistencia de salarios dignos de jugadoras que compiten en la máxima categoría del fútbol femenino. Hace unos años Verónica Boquete, capitana de la selección española y actualmente jugadora del París Saint Germain francés, denunció que las jugadoras de la selección sólo recibían de la Federación Española de Fútbol 25 euros al día en concepto de dietas. Según Laura Torvisco, esa cifra ha aumentado a 50 euros diarios, unas cantidades ridículas para unas profesionales que están representando a España y que forman parte de la élite del fútbol femenino español.
Los clubes les pagan alquiler, transporte y dietas para paliar la inexistencia de salarios dignos de jugadoras que compiten en la máxima categoría del fútbol femenino
Las más privilegiadas son mileuristas, pero algunas de las más brillantes se marchan a otros países como Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Noruega, Suecia o Estados Unidos, donde son tratadas como profesionales. Muchas de las voces apuntan a la ausencia de profesionalismo como una de las causas más importantes de la vergonzosa situación del fútbol femenino en España. Un desinterés institucional que hunde sus raíces en la sociedad que no trata a mujeres y hombres por igual. Y eso también se ve reflejado en el deporte. Sueldos irrisorios, compaginación de estudios y trabajo con el fútbol, estereotipos de género y techo de cristal, son las dificultades más importantes a las que se enfrenta.
Sólo dos mujeres en los banquillos
De los 16 equipos que forman la Liga Iberdrola sólo dos están capitaneados por mujeres. Es el caso de María Pry y Mila Martínez, entrenadoras del Real Betis y del Albacete, respectivamente. María Pry lleva cinco temporadas al frente del conjunto verdiblanco y esta es la segunda vez que lo hace en la máxima categoría del fútbol femenino, lo que le ha valido el reconocimiento del cuadro andaluz. “Me tratan como a una profesional. Sí que es verdad que nosotras las mujeres tenemos que demostrar más y estar continuamente formándonos para poder dirigir un equipo de Primera División. Seguramente otras entrenadoras sí la tengan pero yo me siento valorada a nivel provincial, andaluz y nacional”, responde la preparadora sobre las dificultades que afrontan las mujeres que ocupan los banquillos.
Mila Martínez, la entrenadora del conjunto manchego, comenta sobre la misma cuestión: “Nosotras continuamente debemos demostrar que estamos capacitadas para llevar un equipo de máximo nivel”. Las entrenadoras empiezan desde abajo y van ascendiendo poco a poco hasta llegar arriba, mientras que los futbolistas u hombres que se han dedicado al fútbol lo tienen mucho más fácil para empezar desde una posición más alta, ya sea en un equipo juvenil de División de Honor, en el filial de un club de Primera o en el femenino mismo. Martínez pone como ejemplo a Pedro Munitis, exentrenador del Racing de Santander y de la Ponferradina.
Techo de cristal
Laura Torvisco explica que las mujeres pueden ocupar banquillos de la máxima categoría femenina aunque les cueste mucho llegar, “pero en otras categorías masculinas es impensable. Ni siquiera en un equipo de Segunda o Segunda División B. Lo veo muy complicado. En el fútbol hay un techo de cristal y lo hay en muchas profesiones, pero en el fútbol es muy significativo”. La exentrenadora del Rayo insiste en que es un problema social que se tiene que solucionar desde las instituciones políticas y mediante leyes. La coordinadora cita la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, que se incumple. “Cuando hay un defecto de igualdad a nivel social deben ser las instituciones políticas las que se hagan cargo de ello”, explicó.
A las mujeres se las desvía hacia las carreras de humanidades mientras que a los hombres a las ingenierías y ciencias
Sobre la implantación progresiva de una ley de cuotas –primero en la Liga Iberdrola y extensiva a otras categorías, que rompa el techo de cristal al obligar a los clubes a que la mitad de las entrenadoras fueran mujeres– Torvisco señala que “Cuando se empezó a hablar del tema de cuotas yo pensaba que debía ser la valía de cada uno la que te lleve a cualquier sitio, pero mi experiencia me ha demostrado que no es así. Cuando se tiene que elegir entre una mujer y un hombre, casi siempre se elige al hombre”. “Yo soy entrenadora nacional pero en la pregunta que me planteas no se te ha ocurrido poner la cuota en la Liga Santander, o en la 1, 2, 3 sino que la has puesto en la Liga Iberdrola. Tenemos asumido que las mujeres vamos a entrenar solo a mujeres”.
Torvisco cita otras dos barreras que superan el deporte y que complican todavía más la situación. Por un lado, los estereotipos educativos y profesionales de género. A las mujeres se las desvía hacia las carreras de humanidades mientras que a los hombres a las ingenierías y ciencias. “Estamos en un país que orienta a las mujeres a determinadas profesiones y en el fútbol pasa lo mismo”.
Por otro lado, Torvisco alude al problema económico. En la mayoría de los equipos las jugadoras trabajan y estudian y luego juegan a fútbol, pero no viven de él. Pasa lo mismo con las entrenadoras. María Pry también alude a este problema: “es muy complicado llegar a la cuantía de los hombres que se dedican al fútbol femenino, tanto en el caso de jugadoras como de entrenadoras”. La experiencia de Mila Martínez también lo confirma. “Tengo que compaginar el fútbol con otras actividades para tener un sueldo que me permita depender de mí”. La dificultad económica es una de las razones principales por las que hay tan pocas mujeres que quieran sacarse el curso de entrenadora. Las experiencias de las tres confirman que casi siempre eran las únicas mujeres que se sacaban las titulaciones de los distintos niveles. En todos los casos hay jugadoras que se han sacado uno o varios títulos de entrenadora, pero siempre lo compaginan con otros trabajos.
Torvisco es profesora de Educación Física en un instituto de Vallecas e igual que ella, jugadoras del Rayo tienen que combinar diversas profesiones con el fútbol. “En mi equipo hay gente que estudia carreras como Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFE) o fisioterapia, porque no les vale con ser solo entrenadoras”. Ocurre algo similar en el Betis y el Albacete, según explican María Pry y Mila Martínez, respectivamente. Nuria Ligero, Bea Parra y Laura González, por parte de las verdiblancas y María Arranz por parte de las manchegas.
En España estamos en el camino de conseguir lo que merecemos, no por ser mujeres, sino por ser deportistas de élite
Un largo camino por recorrer
Aintzane Encinas es jugadora y capitana de la Real Sociedad, licenciada en CAFE y entrenadora con la titulación más alta. Es profesora en la escuela de entrenadores de fútbol y da clases a una mayoría aplastante de hombres de todas las edades que quieren ser entrenadores. También ha escrito “Latidos de futbolista”, un libro en el que explica su pasión por el fútbol cuando pisa los terrenos de juego. Y lo tiene clarísimo. “En España estamos en el camino de conseguir lo que merecemos, no por ser mujeres, sino por ser deportistas de élite”, explica. La capitana del conjunto vasco también cita las desigualdades e injusticias en materia de salarios, cuantías económicas por ganar competiciones, reconocimiento profesional o condiciones laborales dignas.
Pese a estas situaciones, también ha habido avances en los últimos años. Desde esta temporada todas las jugadoras de la Liga femenina están contratadas y cotizan a la Seguridad Social. Iberdrola como patrocinador de la liga ha dado un impulso económico y cada semana se retransmiten tres partidos por televisión, lo que le da mayor visibilidad. “Llevo muchos años en esto y ahora sí que veo una pequeña luz pero hace falta una inversión. La Federación Española de Fútbol también tiene que dar un paso hacia adelante con el fútbol femenino y si todos y todas lo damos, lo podríamos conseguir”, concluye la coordinadora del Rayo.
El pasado mes de febrero el fútbol femenino se sindicó en la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), con el objetivo de organizarse y plasmar sus aspiraciones. La república femenina del deporte rey exige igualdad en todos los ámbitos. El deporte rey le debe esa justicia y ese mismo reconocimiento profesional.
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Nicolás Ribas
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