Una asignatura llamada periódico
El programa ‘Xornalismo na escola’, del Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia, tiene como objetivo fomentar el espíritu crítico de los jóvenes ante la información, acostumbrados al uso de internet pero con poco interés por los medios
Xosé Manuel Pereiro 5/04/2017
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“¡Uno de los dos miente!”, exclama Marcos, un extrovertido quinceañero, mientras levanta la mano. “O los dos”, murmura Damián, también de 15 pero más circunspecto. “O ninguno”, interviene Elvira, la profesora. Lo que está en litigio son los titulares de dos periódicos madrileños del 29 de diciembre de 2011. “El Rey cobra 140.519 euros brutos al año”, reza uno, mientras el otro le dobla el salario: “El Rey recibe 292.000 euros al año”. La respuesta C es la correcta. Los dos dicen la verdad (Juan Carlos I cobraba 140.519 euros de sueldo, aunque también otros 152.233 en concepto de gastos de representación), pero el contraste le da pie a la profesora para sacar la conclusión: “Tenéis que ser críticos, contrastar y no hacer caso de lo primero que se diga, porque cada medio, incluso aunque no cuente mentiras, cuenta las cosas a su manera”. No hace falta insistirles mucho. Marcos, que es brasileño, tiene una experiencia propia. “Cuando lo de aquella familia que mataron entera en Madrid, las teles entrevistaron a mi tío porque los había conocido cuando vivían en A Coruña. En la tele brasileña salió diciendo una cosa y en la española, otra”. “¿Y?”, le interrogan a coro los compañeros. “No volvió a dar entrevistas”.
La clase se desarrolla en el Instituto de A Sardiñeira, en el barrio de Os Mallos de A Coruña. Es una más del programa Xornalismo na escola que organiza por segundo año el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia con el patrocinio de la Obra Social de La Caixa. Desde noviembre pasado hasta finales del próximo mes de mayo se celebrarán 90 talleres en distintos institutos de toda Galicia, impartidos por nueve periodistas en paro y con alguna experiencia docente. El objetivo es “fomentar el espíritu crítico ante la información y las noticias en los medios de comunicación offline y online, los riesgos y ventajas de las nuevas tecnologías y la necesidad de la mediación profesional y el contraste de fuentes en el periodismo”, según el convenio firmado por los dos organismos. Pero también es una excelente forma de testar qué idea tienen los adolescentes de 14 a 17 años –o lo que sean ahora los jóvenes a esa edad– de los medios de comunicación y cómo ven eso de informarse.
Conocen algunos rudimentos de la profesión, pero tienen dificultad para identificar cabeceras de prensa. En el caso de la radio es aún más complicado
En principio, no hay sorpresas. “Son pocos los que leen prensa a diario o escuchan un informativo al día. Dos o tres de los 25 alumnos que tuve en cada taller. Todos los demás reconocen que nunca abren un periódico, sea en papel o en Internet. La única información que ven es la que les llega a través de las redes sociales o cuando los padres ven un informativo en televisión. La mayoría de los chavales no conocían para nada el caso de Diana Quer [la joven madrileña desaparecida hace meses en Riveira] y nombres como Iñaki Gabilondo les suenan a chino”, señala Águeda Penedo, una periodista joven pero con experiencia en talleres sobre comunicación y que en este programa ha impartido dos talleres en un instituto de Betanzos. Los alumnos de los dos cursos de Elvira Álvarez Gayo, una veterana periodista que fue delegada de Cope en A Coruña y redactora jefa en la TVG, ya trabajaban con diarios en clase (las iniciativas de prensa-escuela de La Voz de Galicia y El País). “Conocen algunos rudimentos de la profesión, pero tienen dificultad para identificar cabeceras de prensa. En el caso de la radio es aún más complicado: solo una chavala dijo que escuchaba informativos en la radio, aunque matizó que ‘únicamente durante las vacaciones de verano”.
“Sobre todo, son escépticos ante la idea de que el periodismo sea un ámbito que les pueda afectar o implicar en algún sentido”, analiza Víctor Sariego, que ya ha impartido cinco cursos en Vigo y Pontevedra (y que también es el único que participó en la edición del pasado año). Eso no quiere decir que no tengan un discurso sobre ello. “Los periódicos creo que están más a tener influencia, no deberían dar las informaciones tan a favor o en contra”, dice Marta, otra alumna del IES A Sardiñeira, de 17 años, que también cree que “a los periodistas no se les reconoce el peso que tendrían que tener. La prensa debe tener la libertad de tocar todos los temas, sin pensar en lo que te puede pasar”. (Sí, Marta quiere ser periodista, pero, en contra de lo que esperaban los profesores, es de las pocas que se han encontrado en los talleres). “Se da una información que no se contrasta, o se da a medias”, considera su compañera Gema, que pone como ejemplo la información de la selectividad: “Nadie sabía qué iba a pasar con nosotros”. “La 1 es una cadena pública y son todo deportes, y siempre información de los mismos”, tercia Ismael.
Lo que sí ha sorprendido a la mayoría de los periodistas-profesores consultados es que “son generaciones online, de dominio en el acceso indiscriminado de Internet, pero con una falta importante de alfabetización digital”, indica Sara Martínez, otra de las profesoras de Xornalismo na Escola. “No pueden imaginar que Facebook y Whatsapp, de los que nos ocupamos en los talleres como medios sociales muy habituales entre ellos y no tanto medios de comunicación, tienen limitaciones legales --bullying, sexting, publicar y etiquetar imágenes, subir publicidad…-- y también que ellos pueden ser vulnerables ante eso, o ser objeto de informaciones engañosas”, en palabras de Víctor Sariego. Todos están de acuerdo en que hay una preocupación generalizada por cómo distinguir un medio serio y riguroso del que no lo es, las informaciones verdaderas de las falsas. “La diferenciación entre información y bulos o fakes fue la parte más interesante para ellos. Hasta creo que sintieron alivio al ver ejemplos actuales de medios de comunicación que hacen una labor continuada por buscar la verificación y señalar las mentiras que aparecen todos los días por las redes”, dice Sara Martínez.
Otro de los grandes temas es cuánto cobra un periodista. “Muchos se sorprendieron al saber que hay profesionales que no llegan a los mil euros mensuales”, señala Águeda Penedo. “No les parecía cierto”. Pero muchos también saben que hay vida más allá del teórico glamour. “La mayor satisfacción que tuve”, recuerda Víctor Sariego, fue de una chavala de 16 años que al final, y después de hacerme una pregunta muy profunda sobre cómo se deben tratar los conflictos bélicos en la información periodística, me dio las gracias porque el taller le había servido para ‘abrir los ojos’”.
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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.