Hurling: deporte y emblema de Irlanda
Es uno de los juegos más antiguos y más rápidos del mundo. Cuenta con más de 2.300 clubes dentro de las fronteras del país y 300 fuera de ellas. Su historia se remonta varios siglos en la isla
Manu Pérez Matesanz Dublín , 10/05/2017
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Un manto de lluvia fina y césped brillante. Entre gritos, no deja de sonar el martilleo de golpes en la madera. Mientras, el sliotar, una pelota pequeña hecha de corcho cosida en cuero, vuelta de un extremo a otro de la pista, se escapa entre decenas de piernas y termina, por fin, en la mano de un jugador que tarda apenas segundos en batearla de nuevo con su hurl, un palo de madera que recuerda a un stick de hockey.
En total, 30 hurls en la pista. 30 jugadores que corren, saltan y van al suelo, sin un momento de descanso siquiera para mirar al entrenador que aguanta debajo de un paraguas. Esta escena se repite en cada ciudad de una isla que olvida la frontera entre la República y el Norte para preservar una de sus señas de identidad: el hurling.
a pesar los miles y miles de personas que mueve, no hay un solo jugador profesional. Nadie vive de ello
Uno de los deportes más antiguos y más rápidos del mundo. Cuenta con más de 2.300 clubes dentro de las fronteras irlandesas y 300 fuera de ella. Sin embargo, a pesar los miles y miles de personas que mueve, no hay un solo jugador profesional. Nadie vive de ello.
A pesar de su historia y su esencia gaélica, el hurling se practica en casi todos los países del mundo. Desde Japón, donde la GAA (Asociación de Deportes Gaélicos) tiene dos clubes, hasta Emiratos Árabes. “Hay que entender que es un deporte irlandés, muy único, sería fantástico que se practicara aún más fuera de Irlanda.” afirma Noel Wardick, entrenador del equipo senior de Clontarf, al norte de Dublín.
“Uno de los problemas es la dificultad para aprenderlo, no es como otros deportes, requiere de unas habilidades concretas que se adquieren de pequeño”, cuenta el entrenador. Lo cierto es que muchos extranjeros se interesan por este deporte, pero casi ninguno se apunta a un club.
El único país que puede competir con la isla es Estados Unidos y en especial Nueva York, donde la All-Ireland Championship organiza una liga en la que se pueden ver nombres de equipos como Cavan, Dublin o Galway. Otro núcleo importante se encuentra en Buenos Aires, donde inmigrantes irlandeses empezaron a practicarlo de manera organizada a finales del siglo XIX.
En España sigue siendo un deporte desconocido por la mayoría. Sin embargo, existe un club en Sevilla, el único en el país, creado en 2009 gracias a los esfuerzos de un irlandés. “Es muy muy difícil juntar jugadores para un partido, por eso nuestro equipo está compuesto solo de 7 personas”, afirma Kevin Lenane, presidente del Andaluz Vandals. “Tenemos jugadores de Sevilla, de Marbella y de Gibraltar”, afirma. Kevin sueña con organizar una gran liga con otros clubes europeos, presentes sobre todo en el centro del continente. “Empezamos solo con fútbol gaélico, que hoy día ya ha conseguido bastante acepción”.
En cuanto al hurling, ve su club todavía lejos de conseguir algo de atención mediática. Empezaron gracias a la ayuda de un club de Dublín. “Son ellos los que nos subvencionan el material necesario para jugar, como los cascos o los hurls”, asegura, mientras repite su intención de impulsar este deporte desde Sevilla hacia el resto de España. Kevin es invitado habitualmente a las reuniones de entrenadores de hurling celebradas en Europa, en las que explica el día a día de su club sevillano. “Yo entiendo lo difícil que es acercarse a este deporte”, comenta con el acento sevillano propio de sus 15 años en la zona, “un sevillano ve a un irlandés con un palo en la mano y lo primero que hace es salir corriendo”, ríe.
Kevin, desde la distancia, presume de las magníficas instalaciones repartidas por todo su país. El tiempo y la temible lluvia favorecen las grandes explanadas de hierba fina. Sin embargo, esta infraestructura de la que disfrutan sorprende al tratarse de un deporte amateur. “El gobierno durante muchos años ha ayudado a que en el país se construyan pistas como estas”, afirma Noel al referirse a las instalaciones de Clonfart. Es el caso del Croke Park, un estadio con capacidad para más de 73.000 personas y sede de la GAA, la asociación más grande del país. Noel, sin embargo, cuenta que clubes como el suyo no reciben ayudas económicas del gobierno. “Nosotros vivimos de patrocinadores y de las cuotas que pagan los miembros”.
Lo cierto es que grandes empresas como supermercados, bancos o empresas energéticas son patrocinadores de la GAA. Esto asegura una estabilidad económica que se apoya en un amplio interés del público. Por tanto, el presente y el futuro, escritos en números y balances, parece no estar en riesgo.
La primera referencia al hurling se encuentra en las leyes irlandesas de los siglos VII y VIII
El pasado, sin embargo, está escrito en letras gaélicas y se remonta a muchos siglos atrás. La primera referencia al hurling se encuentra en las leyes irlandesas de los siglos VII y VIII en la que se mencionaban las consecuencias que tienen las lesiones producidas en un juego de mucha dureza. En el libro gaélico Tain Bo Cualigne se describen las hazañas de un héroe de Ulster (provincia del norte de Irlanda) que usaba un hurl y un sliotar para matar a unos “sucios sabuesos”.
Su práctica sigue apareciendo en la literatura irlandesa y británica de final del medievo, entre una desaprobación general de la población de la época. Tanto fue así que Killkenny, condado que es el actual bastión del juego moderno, intentó prohibirlo en el siglo XIV. En aquella época, mucho antes de su éxito, una ley del condado declaraba que ”no se podría utilizar los juegos que el hombre llama hurling, con un gran palo y una bola sobre el suelo del que los lisiados y malvados habían surgido”.
Las prohibiciones fueron inútiles, pues el hurling siguió practicándose. Después del medievo, se organizaron partidos que reunía a un gran número de gente y que fueron reflejados en los textos de la época. Por ejemplo, en 1827, en los diarios de Amhlaoibh Ó Súilleabháin, se describe un partido en Kilkenny en el que “los sticks estaban siendo blandidos como espadas. El hurling es un juego parecido a la guerra (...) Se podían oír los sticks golpeando la bola desde una punta del verde a la otra”.
En el siglo XIX surgieron cada vez más partidos entre equipos de la misma provincia, que en ocasiones se desplazaban por todo el país. Fue entonces cuando, por la evidente necesidad, se creó la Asociación de Deportes Gaélico, que sirvió para establecer reglas oficiales y para promover su práctica.
Dentro de la historia de este deporte hay que destacar el año 1904, fecha en la se crea la Camogie Association, o lo que es lo mismo, el inicio de la versión femenina de este deporte. A diferencia de otros deportes, el hurling femenino adopta otro nombre y tiene sus peculiaridades: las mujeres juegan con un stick más corto, llamado camán, con el que golpean el sliotar a más de 125 km/h.
Con el nombre de camogie o de hurling, lo cierto es que aquello que empezó escrito en cuentos es hoy en día emblema de un país que se esfuerza en mantener la identidad como pueblo encima del verde.
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Manu Pérez Matesanz
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