Quedarse en paro provoca, para la mayoría de los asalariados, un descenso automático de su capacidad adquisitiva y su nivel de vida. Este impacto negativo va más allá del presente. Afecta también al futuro, a la hora de cobrar la pensión.

En el caso más extremo (salario medio y cinco años sin cotizar de forma temprana dentro del periodo de 20 años que se utiliza para calcular la prestación y otros cinco en los años cercanos a su retiro), la merma alcanza el 25%. Esta es la principal conclusión del estudio Acerca de la influencia de las interrupciones en el empleo sobre las prestaciones por jubilación, elaborado por Jorge Miguel Ventura Bravo y José A. Herce para el Instituto BBVA de pensiones.

En dicho informe, los autores realizan varias simulaciones con distintos factores vinculados al desempleo o a la inactividad por otros motivos (cuidado de hijos u otros familiares, formación u otras causas) que pueden influir en la cuantía de la pensión: duración del desempleo, si se produce en un periodo o en varios, en qué momento de la carrera profesional ocurre, importe tipo del salario.

Entre las conclusiones de los investigadores destaca el que si el paro se registra en la primera fase de la vida laboral del trabajador, durante los años que la ley no tiene en cuenta para calcular la prestación por jubilación, la incidencia del desempleo será nula.

Los más perjudicados, según el estudio, son aquellos trabajadores con un salario promedio que hayan pasado cinco años sin cotizar de forma temprana y otros cinco en los años cercanos a su retiro. Estos verán recortada su pensión inicial entorno a un 25%.

Los siguientes más afectados son los asalariados con mayores sueldos --el doble de la retribución promedia-- con los mismos periodos de inactividad. Estos experimentarán una merma del 12,3%. Con los mismos supuestos, el recorte sobre la pensión para un salario mínimo será del 10,42%.

Este menor impacto en asalariados que se hallan por encima o por debajo de la retribución media se debe, según los analistas, “tanto a la legislación del salario mínimo, como a los mecanismos de subsidio a las pensiones y la forma en que se computan las prestaciones de seguro de desempleo”.

Así, en la legislación española, existe por un lado un límite para la pensión máxima que se puede percibir, con independencia de lo elevado que sea el salario durante la carrera laboral. Y por otro, una protección a los trabajadores con menores ganancias, por la que si el impacto del paro dejase la pensión inicial por debajo de la  mínima marcada por la ley, este recorte no se aplicaría.

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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.