1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

La gran ley de derogación británica, asalto neoliberal contra la democracia

La norma pretende reemplazar la Ley de Derechos Humanos y la jurisdicción de la Corte Europea de Justicia por una carta de derechos británica y unos tratados comerciales ‘libres’

Will Denayer (Flassbeck Economic) 6/09/2017

<p>Theresa May.</p>

Theresa May.

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos produciendo una serie de entrevistas en vídeo sobre la era Trump en EE.UU. Si quieres ayudarnos a financiarla, puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

 

El proyecto de la conocida como “Gran Ley de Derogación” (Repeal Bill), presentado por el gobierno británico a mediados de julio y que busca poner fin a la primacía del derecho europeo sobre la legislación británica, otorga el poder a los ministros de Theresa May para que reescriban extensas secciones de la legislación británica sin que haya ninguna supervisión democrática. No solo no habrá un equivalente de la sentencia Francovich, sino que el proyecto de ley también cercenará los derechos humanos, cívicos, sociales y medioambientales, además de reforzar considerablemente la posición del ejecutivo. Una carta de derechos británica y unos tratados comerciales ‘libres’ reemplazarán a la Ley de Derechos Humanos, derivada del Convenio Europeo de Derechos Humanos, y a la jurisdicción de la Corte Europea de Justicia. Además, los acuerdos de comercio posibilitarán que las corporaciones mundiales puedan demandar al gobierno en cortes secretas siempre que la “regulación estatal” se interponga en el camino del beneficio corporativo. Se trata ni más ni menos que de un asalto neoliberal contra la democracia y los derechos humanos.

En Reino Unido no existe un tribunal que juzgue la constitucionalidad de una ley, ni un ciudadano puede demandar al gobierno sobre la base de que una ley es inconstitucional

Actualmente, cualquier ciudadano puede demandar al gobierno amparándose en la sentencia Francovich, emitida por el Tribunal Europeo de Justicia en 1991. Según esta resolución jurídica, un Estado miembro es responsable si un individuo o negocio sufre daños como consecuencia de que la legislación europea no haya entrado en vigor en ese país. El proyecto de ley de derogación contiene una cláusula que estipula que después de abandonar la UE nadie tendrá derecho, según la legislación nacional, a pedir indemnizaciones por daños causados por el gobierno. Teniendo en cuenta la peculiaridad del sistema político del Reino Unido, esto crea un enorme vacío.

Los tories actúan como si el proyecto de gran ley de derogación no fuera más que un tedioso trámite administrativo: el ejecutivo hará una selección de la legislación europea y la incorporará a la legislación del Reino Unido. En realidad, como describe Nick Dearden, de la organización Global Justice UK, la propuesta de ley supone el proyecto legislativo más importante de la historia del Reino Unido, ya que eliminará algunos derechos fundamentales de los ciudadanos. De acuerdo con esta ONG, el proyecto de ley concede poderes al gobierno que ningún otro gobierno moderno ha disfrutado jamás en tiempos de paz.

Pero acechan más problemas legales en el horizonte, porque ni siquiera está claro si es suficiente con un proyecto de ley para derogar la legislación europea, incluso aunque lo apruebe el Parlamento británico. Los tribunales del Reino Unido acaban de alterar el principio de soberanía parlamentaria al dictaminar que incorporar la legislación europea es un acto constitucional y que por tanto es necesario otro acto constitucional para derogarlo. El peso de este argumento y su poder político es aún incierto.

Ya existen prácticas legales que violan la Ley de Derechos Humanos. Su evolución más perversa es la expansión gradual de los tribunales secretos hacia los tribunales civiles

Todo esto es tan complicado y problemático porque el Reino Unido no tiene una constitución en el mismo sentido que la mayoría de los demás países. No existe un tribunal constitucional que juzgue la constitucionalidad de una ley, ni un ciudadano puede demandar al gobierno sobre la base de que una ley es inconstitucional. Si un juez dictamina en contra de una ley concreta, no puede suspenderla o devolverla al parlamento, como sucede en la mayoría de los demás países.

La Ley de Derechos Humanos

La Ley de Derechos Humanos también está en peligro. El Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) obliga a todos los signatarios a respetar los derechos humanos. Es décadas anterior a la UE --se redactó en 1950-- y el Reino Unido incorporó esta convención a su legislación a través de la Ley de Derechos Humanos en 1998. Y garantiza a los ciudadanos británicos la oportunidad de defenderse en los tribunales nacionales amparándose en derechos reconocidos por el Convenio.

Si el Reino Unido abandona la UE y sustituye la Ley de Derechos Humanos por un compendio de “derechos británicos”, cortará el vínculo entre los tribunales británicos y el Convenio europeo. En el futuro, los ciudadanos del Reino Unido tendrán que llevar los casos relacionados con los derechos humanos al tribunal de Estrasburgo, lo que complicaría sustancialmente el proceso, ya que si el Reino Unido abandona el Consejo de Europa, la jurisdicción del CEDH desaparecería por completo.Es necesario recordar que esta era una de las intenciones de May cuando, el año pasado, hizo campaña en contra del Brexit. Como dijo la primera ministra: “No es la UE lo que hay que abandonar, sino el CEDH y la jurisdicción de sus tribunales”.

El proyecto de gran ley de derogación abre una insondable caja de pandora. Actualmente ya existen prácticas legales que violan abiertamente la Ley de Derechos Humanos. La evolución más perversa de esto es la expansión gradual de los tribunales secretos, conocidos como procedimientos de material reservado (CMP, por sus siglas en inglés), hacia los tribunales civiles. Originalmente, los CMP se usaban para lidiar con información cuya exposición pública podría dañar los intereses nacionales, como por ejemplo en los casos de terrorismo. Esto es altamente problemático en sí mismo, porque los “abogados especiales” que trabajan en estos casos no son libres de facilitar a sus clientes detalles precisos de las pruebas en su contra. El resultado es que los acusados podrían no saber cuáles son todas las acusaciones por las que acaban siendo condenados. Aun así, los CMP se usan cada vez más en tribunales laborales, apelaciones de inmigración y tribunales que tramitan las quejas contra los servicios de inteligencia. Solo imaginar cómo evolucionará esta situación tan negra una vez que desaparezca su principal obstáculo, la Ley de Derechos Humanos, provoca terror.

¿Qué viene en su lugar?

Todos los tratados comerciales que el secretario de Comercio, Liam Fox, está negociando abogan por una mayor desregulación y menores derechos para la ciudadanía. Un ejemplo de esto es el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TiSA por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es la liberalización completa de los servicios (finanzas, seguros, telecomunicaciones, transporte, servicios energéticos, educación y atención sanitaria). El TiSA cuenta con una cláusula que establece un posible ajuste posterior de derechos (ratchet clause), que hace que la privatización de los servicios sea irreversible, puesto que obliga a los países a garantizar a perpetuidad el acceso de las empresas a sus mercados.

Los lobbies empresariales del Reino Unido están aprovechando esta oportunidad para impulsar un programa de desregulación financiera, privatización de los servicios públicos, reducción de los derechos de los trabajadores y expansión de los tribunales comerciales que no tienen que rendir cuentas frente a nadie.

las multinacionales adquirirán derechos para demandar al gobierno en tribunales de arbitraje secretos cada vez que sostengan que la “regulación del Estado” perjudica sus beneficios

Estos ‘tribunales’, conocidos formalmente como resolución de litigios entre inversores y Estados (RLIE), ya están presentes en numerosos acuerdos de inversión. Muchos países ya han sido demandados, por ejemplo por aplicar una moratoria al fracking o eliminar sustancias tóxicas del petróleo. El gobierno británico ha sido uno de los países que más ha insistido en instaurar este tipo de tribunales.

Las negociaciones para alcanzar un futuro acuerdo comercial entre EE.UU. y Reino Unido ya se están produciendo en secreto, al igual que sucedió con los abortados (¿por el momento?) acuerdos comerciales trasatlántico y transpacífico (TTIP y TPP). Mientras que los ciudadanos británicos perderán su capacidad para obligar al Estado a rendir cuentas, las multinacionales extranjeras adquirirán derechos para demandar al gobierno en tribunales de arbitraje secretos cada vez que una multinacional sostenga que la “regulación del Estado” perjudica sus beneficios.

Este es el asalto neoliberal contra la democracia, o lo que queda de ella. Los conservadores británicos dan la bienvenida a la oportunidad de eliminar la “engorrosa regulación”. La prensa nacional británica está vendiendo esta usurpación de la democracia como si se tratara de “recuperar el control”. Los tories consideran que el proyecto de gran ley de derogación es una oportunidad para echar a la hoguera la reglamentación comunitaria y terminar el trabajo que inició la desregulación nacional de la década de 1980. Liam Fox ha declarado que: “Hay que comenzar desregulando el mercado de trabajo y hacer caso omiso de las objeciones políticas”. La secretaria de Estado para el Desarrollo Internacional, Priti Patel, ha manifestado su esperanza en que la nueva emancipación del Reino Unido “reduzca a la mitad los obstáculos de la legislación social y laboral de la UE”. Uno de los aliados más próximos a Theresa May, el diputado George Foreman, se opone a los derechos laborales, a las vacaciones remuneradas, a la igualdad salarial entre hombres y mujeres y al salario mínimo.

La conexión entre los fundamentalistas del mercado libre, los negacionistas medioambientales y las fuerzas detrás del Brexit son innegables

El impuesto de sociedades sería de un 10%, después de los  primeros tres años en los que las nuevas empresas no pagarían impuestos y estarían exentas de cualquier tipo de regulación laboral. También se recortaría la protección al consumidor. Los documentos oficiales revelan la intención del gobierno de reducir las medidas contra el cambio climático para poder negociar con éxito acuerdos comerciales mundiales después del Brexit. El acaparamiento de poderes de Westminster es un peligro al acecho, que también va en detrimento de las asambleas descentralizadas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

La conexión entre los fundamentalistas del mercado libre que desean expulsar al gobierno, los negacionistas medioambientales y las fuerzas detrás del Brexit son innegables. Existen vínculos directos entre Donald Trump, el exestratega jefe de la Casa Blanca Steve Bannon y el director ejecutivo de American Media, y gran valedor corporativo del presidente norteamericano, Robert Mercer y dos empresas del Reino Unido propiedad de Mercer: Cambridge Analytica y Aggregate IQ. Y entre estas y el exlíder del UKIP Nigel Farage, los impulsores de la campaña Leave EU Arron Banks y Thomas Borwick, la empresa ASI Data y la iniciativa Veterans for Britain, entre otras. Los mismos nombres son algunas de las fuerzas motrices tras la red negacionista medioambiental que une a EE.UU. y el Reino Unido. Existen vínculos directos entre Donald Trump, el lobista Myron Ebell, el analista Steven Groves y las ultraconservadoras Heritage Foundation, las industrias Koch, Competitive Enterprise Institute, National Center for Policy Analysis, American Legislative Exchange Council (ALEC) y el Instituto Cato con el periodística y empresario Matt Ridley, el exsecretario de Estado de Medio Ambiente Owen Paterson, el eurodiputado conservador Daniel Hannan, Nigel Farage y Arron Banks en el Reino Unido y con instituciones como 55 Tufton Street, Atlantic Bridge, Global Warming Policy Foundation, Institute of Economic Affairs y las campañas Vote Leave y Leave EU, que tienen vínculos a su vez con destacables políticos conservadores como Liam Fox, David Davis, Boris Johnson y Andrea Leadsom.

¿Qué se puede hacer para evitarlo?

El acervo de la legislación comunitaria asciende a unas 12.000 normas y unos 7.900 instrumentos jurídicos que el Reino Unido utiliza para aplicar las directivas. Existen aproximadamente unas 186 leyes aprobadas entre 1980 y 2009 que incorporan directivas de la UE. Esto significa que hay cientos de miles de páginas de textos legales que convierten la derogación en un proyecto inmenso. Como el reloj que se puso en marcha al invocar el Artículo 50 no se detiene, el calendario para terminar este proceso es bastante limitado. Por este motivo, el gobierno ha declarado que habrá que “buscar un equilibrio entre la importancia del escrutinio y la velocidad del proceso”.

El redactor jefe de la revista politics.co.uk Ian Dunt defendió en este medio que se podrían llevar a cabo gran cantidad de acciones concretas si el gobierno quisiera hacerlo de forma democrática. Por ejemplo, se podría cambiar la legislación únicamente mediante una Ley Parlamentaria; o el Gobierno podría invitar a organismos externos, laboratorios de ideas, organizaciones caritativas y sindicatos a formar una comisión conjunta con los diputados, pero al Gobierno no le interesa y además “no hay tiempo”.

el parlamento no desempeña ningún papel, la Cámara de los Comunes sacará adelante el proyecto de ley porque rechazarlo significaría básicamente acabar con el Brexit

En su lugar, emplea “instrumentos jurídicos”. Este asunto es tedioso y aburrido, pero esto es política y también forma parte del “plan”: cuanto más complicado e inaccesible sea todo el proceso, menos probabilidades hay de que el público se entere de lo que sucede en realidad. Como explica Dunt, los instrumentos jurídicos son básicamente inservibles: un diputado podría presentar una moción o convencer al líder de la oposición para que la presente, pero en realidad ninguno de estos procedimientos tendría un efecto real. Por lo general, todas las mociones acaban quedando en nada porque el gobierno marca la agenda de la Cámara de los Comunes (algo casi inconcebible en un Estado moderno) y no va a dedicar tiempo a nada que cuestione su autoridad ejecutiva. Si el líder de la oposición presenta una moción, el gobierno también podría neutralizarla estableciendo una comisión legislativa. Según Dunt, este tipo de comisiones son lugares donde se habla mucho y no se hace nada, ya que carecen de poder real. Apenas si quedaría un foco estructural de resistencia legislativa: la Cámara de los Lores. Irónicamente, los Lores se están enfrentando a esta supuesta pérdida de legitimidad democrática.

Y así termina la partida: el gobierno está redactando el proyecto de gran ley de derogación, el parlamento no desempeña ningún papel en el proceso, no se realizará ninguna consulta, la Cámara de los Comunes sacará adelante el proyecto de ley porque rechazarlo significaría básicamente acabar con el Brexit, y por el momento los dos partidos principales lo apoyan. No obstante, a pesar de la retórica laborista, su posición no está del todo clara. Si los laboristas evaluaran el resultado final del acuerdo utilizando los test de su responsable para el Brexit Keir Starmer, como en ocasiones han afirmado que harían, finalmente se opondrían al proyecto de ley. Aun así, los tories siempre podrían sobornar al Partido Unionista Democrático con otros mil millones de libras para conseguir una mayoría en la Cámara, excepto si algunos diputados conservadores se rebelan. Y tal vez sea esto lo que los laboristas están esperando.

-----------------

Este texto se publicó originalmente en  Flassbeck Economic International

Traducción de Álvaro San José.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Will Denayer (Flassbeck Economic)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí