EL HACHA
El gestito y el gesto
La victoria del Atleti frente al Valencia pasó a un segundo plano por un gesto de Griezmann. Carnaza. Morbo. Polémica.
Rubén Uría 7/02/2018
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Antoine Griezmann frenó un contragolpe, un sector minoritario del público se lo reprochó y el francés se revolvió, en caliente, para recriminárselo. Escándalo. Paren máquinas. Carnaza. Morbo. Polémica. A ropa, que hay poca. Desde el momento que Antoine se giró a la grada, habiéndose limitado a cumplir las instrucciones de Simeone, que pedía cabeza, no hubo telespectador, atlético o no, que no interiorizase que, desde ese momento, todo lo bueno que había hecho el equipo pasaría a segundo plano. Dicho y hecho. La escena se propagó, como un reguero de pólvora, en todos los canales de televisión. Hubo quien se limitó a exponer su opinión y quien, poniendo el ventilador en marcha, pasó de puntillas sobre la categoría, para acentuar la anécdota. Como no vende el triunfo del Atleti, mejor vender una polémica jugosa con Antoine. Así es el fútbol moderno y el enfoque periodístico actual: un gesto, un cambio, un insulto, un calentón o una payasada aseguran horas de opinión exprés, polémica y debate de todo a cien. El juego, los goles y la clasificación importan un bledo.
Con la pelota, Antoine hizo lo que debía hacer. Sin ella, lo que no se debe. Simeone, que lleva seis años avisando al personal de que lo mejor es no consumir, puso en valor el juego del equipo y defendió a su jugador, porque se había limitado a cumplir las órdenes que él había dado. No importó. Nadie atendió al discurso del entrenador, algunos hinchas del Atleti incluidos, y la noche se dedicó, lejos de ponderar lo deportivo, a avivar el fuego fatuo de la polémica. Es lo que hay. Así funciona. El Atlético de Madrid ganó a un rival directo con un golazo de Correa, se consolidó segundo de la Liga, recortó dos puntos al líder, puso tierra de por medio respecto a sus perseguidores –9 puntos sobre el Valencia, 10 sobre el Madrid, 12 sobre el Villarreal y 15 sobre el Sevilla-, y de propina, volvió a dejar la portería a cero, en un partido donde un rival de campanillas ni siquiera probó a Oblak. Todo eso pasó a segundo plano, porque en este mundo, vende más una presunta guerra civil que un éxito.
La victoria del Atleti pasó a segundo plano. Y a un tercero, ganar habiendo perdido a los dos centrales titulares, Savic después de un lance con Mina y Godín, tras un choque brutal con Neto, que el árbitro no vio como penalti y acabó con el uruguayo sin tres piezas dentales. Igual no fue noticia porque Savic no lloró camino de vestuarios. O porque Godín no le pidió el teléfono móvil al médico para ver el estado de sus heridas. Será que hay gestos y gestos. Por eso sólo vendió el gestito de Antoine. Por descontado, tampoco vendió que, en un periodismo que se dedica a rebuscar estadísticas arbitrales sobre los dos de siempre, en un periodismo que se pasa el día denunciando conspiraciones y villaratos ridículos, nadie se haya sorprendido porque el Atleti es el único equipo de la Liga al que todavía no le han pitado un penalti y el único sin haber jugado en superioridad numérica. Al fútbol se va llorado de casa, se llame como se llame el equipo, sea Atleti, Valencia, Betis o Alcoyano, esa es la verdad. Eso sí, si hay estadísticas y saldos arbitrales que afecten a blancos o azulgranas, entonces, sí vende. Entonces, ay, se pone el grito en el cielo.
Antoine hizo un gestito y eso, por lo visto, pesa más que el triunfo del Atleti. Es lo que hay. O mejor dicho, es lo que muchos pretenden que haya. Perfecto. Quien quiera justificar o censurar a Griezmann, está en su derecho. Quien quiera engordar una polémica que es anécdota hasta convertirla en categoría de guerra civil, adelante. Quien quiera hacerse el ofendido o entienda que hay motivos para estarlo, alfombra roja. Y quien quiera repartir carnés de buenos y malos profesionales, o de buenos o malos atléticos, tiene licencia para hacerlo. Eso sí, quien sea fiel creyente y no presuma de creer para dejar de hacerlo cuando vienen mal dadas, que recuerde estas palabras de Simeone: “Los de mi familia, a muerte con ellos. Y hasta que estén en mi familia, a muerte con ellos”. No vende, pero eso sí es un gesto.
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Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
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