España sigue arrastrando uno de los índices de desempleo más altos de Europa. No solo eso: después de una década desde el estallido de la crisis, y pese a la recuperación del último lustro, aún estamos lejos de acercarnos a los ratios de paro y ocupación previos a la recesión. Esta situación se agrave si se añaden factores de desigualdad a la realidad laboral: las mujeres ganan menos que los hombres, tienen más difícil acceder a puestos de responsabilidad y tienen más posibilidades de estar en empleos precarios.  La brecha de género también aparece si se habla del lado oscuro del mercado laboral: el desempleo. En España, las mujeres tienen una tasa de paro 3,3 puntos superior a la de los hombres.

Estos datos nos sitúan lejos de la realidad europea. En la UE, apenas existe diferencia en los ratios de desempleo entre hombres y mujeres, con una diferencia de apenas 0,5 puntos porcentuales entre ellos en 2017.

Sin embargo, las tendencias de desigualdad sí que guardan una homogeneidad en todo el continente. Entre 2007 y 2013, los peores años de la crisis, el crecimiento imparable del desempleo llevo a una reducción de la brecha de género en términos de desempleo. En 2009, la tasa de paro tanto de hombres como de mujeres en España se igualó cerca del 18%. A partir del año 2012 volvió a crecer,  y después del año 2013 se amplió considerablemente, coincidiendo con el descenso de las tasas de desempleo y la mejora de los indicadores.

En Europa ocurrió algo similar. La brecha en el desempleo se igualó entre 2008 y 2014. En los últimos tres años ha vuelto a crecer hasta situarse en los 0,5 puntos actuales.  

Pese a la similitud de tendencias entre España y el entorno europeo, en España el problema de la brecha de género ha sido mucho más grave. Tanto en el punto de partida de la crisis (2008) como en la actualidad, las diferencias entre el paro de las mujeres y los hombres eran muy altas, de más de tres puntos en cada caso. A esto se suma que, en los últimos diez años, las mujeres no tuvieron en ningún momento una tasa de paro inferior al 10%, y a partir de 2008 nunca bajó del 15%.

La media europea, por su parte, arroja unos datos mucho más ajustados. Tanto hombres como mujeres apenas superaron el 10% de paro en 2013, moviéndose el resto de años entre este valor y el 5% y con diferencias mucho más cortas entre hombres y mujeres.

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Este artículo ha sido elaborado a partir de datos de Eurostat, publicados en el Observatorio Social de “la Caixa”.