PROCESANDO EL PROCESO AL PROCÉS (XIV)
Un día tranquilo
Queda claro que los gobiernos esp y cat estuvieron de perfil ante las decisiones de sus policías que, por lo visto, conforman una suerte de movimiento autogestionario, el más robusto desde 1936
Guillem Martínez Madrid , 11/03/2019
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DESENCANTO. “Han sido tantas mis amarguras en el poder, que no puedo codiciarle. He perdido en el Gobierno mi tranquilidad, mi reposo, mis ilusiones, mi confianza en los hombres, que constituía el fondo de mi carácter”. Estas palabras son de Francesc Pi i Margall en su La República de 1873. Libraco. Lo curioso es que no las estoy leyendo, sino que es el propio presi de la República quien me las recita. Todo empezó por un desastre financiero en CTXT: tras fracasar con nuestra Primitiva, acabé con mis huesos en la bañera de una pensión de la calle Desencanto, en tiempos domicilio de Pi i Margall. No tardó en aparecerse. A lo largo del finde creció una sólida amistad. Hoy, nos vamos al juicio de la manita. “A ver si lo entiendo. Si el caso es en el TS de Madrid, es que ya ha sido visto en el TS del cantón de BCN, y en el TS del Gran Estado Cat”. Que no, que el TS, en este caso, es la primera y última instancia. “Pero España es federal, ¿no?”. Mucho mejor, es el Estado más federalizante de Europa. “¿Federalizante? ¿Me lo explica?”.
TS. Cuando llegamos al TS, Pi i Margall está llorando como una magdalena. Les pongo, a ustedes y al presi alfa-omega de la I República al día. El jueves lo dejamos con el mosso Castellví –excomisario general de información– y su afirmación de que Puigde, Junqueras y Forn fueron advertidos por los Mossos de que el 1-O podría haber violencia. Recordemos que la violencia organizada es el gran qué de la cuestión para colar el tema rebelión y sedición en esta juerga. Desde el jueves el mundo no comía ni bebía, por tanto, esperando la continuación del culebrón. Melero ha continuado hoy el interrogatorio. Tranquilo, como suele, con frases cortas y ánimo tan de vuelta que, mientras las emitía, ha edificado con cerillas una Torre Eiffel –se ha esmerado, incluso, en los detalles del restaurante del segundo piso–. Sinopsis: sí, que vale, que el Govern fue advertido de la posible producción de violencia por parte de los usuarios del 1-O, pero que luego no se produjo esa violencia. Por otra parte, queda constancia de que el Govern no se inmiscuyó en las directrices que los Mossos se dieron a sí mismos para el 1-O. Sí, puede quedar surreal, pero el procesismo en eso. Planificar desobediencias y, en el despacho de al lago o, en ocasiones, en el mismo despacho, las contraórdenes para que no se produzcan. Por otra parte, y ya puestos, queda también claro que los gobiernos esp y cat estuvieron de perfil ante las decisiones de sus policías que, por lo visto, conforman una suerte de movimiento autogestionario, el más robusto desde 1936, si tenemos que hacer caso a los políticos testificantes cat/esp.
LA POLÍTICA. Tras Castellví testifica Emili Quevedo, mosso, máximo responsable, durante los idusde octubre, de la Comissaria General Tècnica de Planificació de la Seguretat. Tiene causa en la AN. Que decida testificar aquí es un indicio de que, el jueves que viene, también lo hará el Major Trapero, la persona que más sabe de los planes reales y surreales del Govern en aquel periodo. Hay serios indicios de que su declaración será una juerga, y de que su testimonio puede ser tan desmitificador que igual TV3 se ve obligada, para mantener la épica y el orden, a suspender la programación y emitir, en su lugar, Objetivo Birmania. Quevedo raja: Sí, el Govern fue informado bajo el trino de Puigde, Junqueres y Forn. Vuelve a incidir en que los Mossos aconsejaron desconvocar la cosa 1-O. Que Forn no abrió la boca y que Junqueras dijo que no preveía violencia –hechos que pueden demostrar que no había planificación alguna de ella–, que Puigde decidió seguir adelante con el 1-O, en tanto que era un “mandato electoral” –no lo era, por cierto; el mandato electoral era indepe en 18 meses; no dieron un palo al agua en esa dirección, sino que al final hicieron un referéndum, entendiendo que quedaba bien, no llevaba a ninguna parte, y les exponía, sólo, a desobediencia; la frase de Puigde confirma, no obstante, que la decisión de ir a por 1-O fue de Puigde–. Quevedo, a su vez, informa que los CDR no estaba coordinados el 1-O, por lo que no podían planificar violencia el 1-O. Fin –parece, por ahora– de la historia del concepto violencia organizada en este juicio. Volverá, posiblemente más debilitada, cuando empiecen a declarar PN y GC minions.
UN DÍA TRANQUILO. Marchena nos da recreo tras lo de Quevedo. Yupi. Me voy al Starbucks del TS con Pi i Margall. El operario de la caja nos pide nuestros nombres, momento en el que se inicia el cachondeo típico de los nombres cat en MAD. El White Irish Coffe Sexymotherfucker de Francesc viene a nombre de Ramsés. Y el de Guillem a nombre de Quetzalcóatl. Hablamos de política. PDeCAT ha cerrado sus listas. En ellas se envía al PDeCAT al garete, e impera el pensamiento juche Puigde. Puigde, incluso, competirá con Junqueras en las europeas. Lo que es un indicio de que el procesismo prosigue con lo que había detrás del procés, ahora sin procés: una lucha por la hegemonía en el catalanismo, a muerte, entre ERC y exCDC. No habrá nadie en el Congreso, por parte de ERC y PDeCAT con perspectiva y capacidad de diálogo. Tres presos serán cabezas de lista en europeas, generales y municipales. Este juicio está supliendo la política en el nacionalismo cat y esp. La descontrola. “En el XIX queríamos someter a control al Estado y a los políticos. En el XXI, nadie desea eso. Ignoro lo que me perdí en el XX”. Dos guerras mundiales. O 3.567, si contamos las balcánicas. Por la tarde, diversos empleados de Unipost –la empresa que tenía que enviar las tarjetas electorales; las neutralizó la GC, en lo que fue su único éxito en todo aquel pitote; como éxito, por tanto, pálido–. La idea de Fiscalía es acotar pagos con dinero público. Diría que no lo consigue. La Gene, al parecer, era capaz de ir al Bulli y no sólo no pagar, sino conseguir que Ferràn Adrià les diera chupito de orujo y les debiera pasta. Pero la testificación es especialmente útil para aprender lo que son operaciones de dirección de operaciones. Seríamos tontos, Francesc, si con lo que hemos aprendido no fundáramos un Unipost. “Lo somos”.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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