CIUDADANOS
No te puedo creer, ya ni quiero creerte
El partido naranja se ha hecho con el espacio de centro derecha y ha rozado el sorpasso al PP. Casi cuatro millones de españoles les han votado
Marina Lobo Madrid , 29/04/2019
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Albert Rivera se dirige a sus seguidores, tras conocer los resultados.
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Imposible es sólo una opinión.
Podría ser una frase de Paulo Coelho, pero es de Albert Rivera. Estas palabras están (lo juro) enmarcadas en un cuadro color naranja vistiendo una de las paredes a la entrada de la sede de Ciudadanos. La sede es, por cierto, un imponente edificio de varias plantas en plena calle Alcalá de Madrid. Me gusta pensar que antes era un Corte Inglés.
Pasado el cuadro con eslogan de taza de Mr.Wonderful, entramos en la sala de prensa. “Aún no sabemos lo que va a pasar, al final los apoderados de los colegios electorales nos dicen de todo, depende del centro en el que preguntes”, nos adelanta una compañera de prensa del partido que nos confiesa estar preocupada por no saber con certeza cuánto voto arrastrará Vox.
La sala de prensa de la primera planta es pequeña y blanca, con varias televisiones preparadas para seguir la jornada electoral. Lo único que la distingue de una sala de espera de un dentista es una mesa larga con un mantel negro. Se prevé catering gourmet. El blanco impoluto de las paredes sólo lo interrumpen fotos protagonizadas por Alberto Carlos y, ocasionalmente, de Villegas, el Secretario general del partido. Por cierto, José Manuel Villegas -ese hombre capaz de arrastrar las palabras hasta la extenuación y restarle épica hasta a las hazañas del mismísimo Cid- es el primero en salir a hablar. Mensaje agridulce: puede ser que Ciudadanos esté cerca de los 50 escaños, pero también parece “difícil una alternativa a Sánchez debido al hundimiento del PP”. O, lo que es lo mismo: se les complica repetir el escenario de Andalucía.
Termina Villegas y llega el catering, por aquello de que después de tanta emoción contenida hay que reponer sales minerales. Empieza el escrutinio: 45, 46, 47, 48… 57. Por cada escaño, aplauso efusivo de los seguidores de Ciudadanos mientras corean saltando: “¡Dónde están los escaños del PP!”.
A poco para terminar el recuento, y esperando con ansia que salga Albert Rivera a decirnos lo que sea (con él nunca se sabe), se confirma que Ciudadanos se ha hecho con el espacio de centro derecha y que ha rozado el sorpasso al PP (a menos de un punto de distancia). Casi cuatro millones de españoles han votado a la formación naranja.
“Hola, ¿quieres una bandera?”, nos ofrece una de las personas que trabaja en el acto. Tienen tres para elegir: la de la UE, la de España o la naranja corporativa. Rechazo coger alguna de ellas, que tampoco es plan, que estoy trabajando. “¡AL-BER-TO!, ¡AL-BER-TO!”, gritan sus seguidores para que salga. Qué envidia sentir esa devoción por un político en estos tiempos que corren. La efusividad va en aumento, pero la espera hace que empiecen a engendrarse las primeras dudas entre los Ciudadaners: “¿Y si pacta con el PSOE?”, comenta el grupo de al lado.
00:00h. Empieza a sonar una música digna de fiesta en un campus universitario de la costa oeste. Sale Albert Rivera. Su salida, por cierto, coincide con la de Pablo Casado (el que se parece a Albert pero no es) en Génova. El look es centro derecha: traje y zapatos impolutos, camisa blanca con un botón desabrochado y sin corbata. Desenfadado, pero no mucho. “Felicito a los ganadores. Nosotros no vamos a hacer como el PSOE, no vamos a rodear el Congreso, respetamos los resultados de las elecciones”. Oda a los que sí son demócratas -es decir, ellos- y segunda noticia: “Sánchez va a formar Gobierno con los populistas y los separatistas”. Esta vez, al líder de Ciudadanos no hace falta leerlo entre líneas: prefiere arrebatarle la oposición al PP que entrar a formar parte de un posible gobierno de Pedro Sánchez contra el que, además, ha cargado duramente durante toda la campaña.
Había dudas. La campaña de Ciudadanos ha sido, para muchos, desconcertante. La formación naranja ha ido virando de un lado al otro, buscando su hueco en el escenario político a veces de forma torpe. Por el camino se ha hecho una foto con la extrema derecha en Colón, ha creado una tarjeta sanitaria con la bandera de España y ha imprimido la tesis completa de Pedro Sánchez. Pero sabemos que, si por algo se caracteriza el líder que tiene el récord en llevar souvenirs a un debate, es por desdecirse. Y ya lo dice Malú (a quien por cierto, para mi decepción, no vimos anoche): no te puedo creer, ya ni quiero creerte. Veremos qué pasa esta semana.
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Marina Lobo
Periodista, aunque en mi casa siempre me han dicho que soy un poco payasina. Soy de León, escucho trap y dicen que soy guapa para no ser votante de Ciudadanos.
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